Imágenes de páginas
PDF
EPUB

6.°

7.°

de todo; á la medida que los enemigos los iban reduciendo en sí, iban creciendo en riqueza, potencia por mar y tierra y reputacion; y España por el consiguiente, declinando, con que y la mala paz que se asentó con los rebeldes, que se decia la pacificacion de Gante cuando la rebelion general, que S. M. con paternal amor pretendiendo granjearlos, no solo aprobó aquella paz contra toda ley divina y humana, sino los consintió comerciar en España, causa porque se coligaron Francia y Inglaterra en público con ellos, que antes de entónces no se atrevian. Segundo yerro y causa de la mengua de España.

El duque de Parma advertido deste punto por medio de apoderarse de Dunquerque, Gravelinga, Nioporte, Inclusa y Sasia, puertos de mar en la provincia de Flándes, con los cosarios por mar, sus presas por tierra, y secreta inteligencia con Escocia, que concurrian en las armas españolas por mar, puso á Ingalaterra y rebeldes en tal aprieto, que imposibilitó á los rebeldes de poder defenderse por mar y tierra, que por sacar al duque y armas españolas de Flándes, para impresas mal intentadas de la conquista de Inglaterra y Francia, perdimos propia casa para ayudar la ajena enemiga.

Atento á lo cual, cansado S. M. de Felipe II de tantos gastos inútiles, deseoso de dejar sus reinos en paz al príncipe su hijo, á imitacion de como su padre se los habia dejado, dió oidos á religiosos ingleses y á otros que le hicieron

8.o

9.o

creer, que fundándoles colegios en España y otras partes, abundaria de religiosos católicos,

de suerte que, muriendo la reina Isabel, harian rey á contento de España, apuntando que se enviase á la Serenísima Infanta y Archiduquesa de Flandes, y á este fin se hizo traspaso de los estados de Flándes en los dichos.

Y aunque advertido deste yerro, y dado medio en que salvarlo, la persuasion fué tal, que dió entrada á reinar al rey Jacobo en Ingalaterra, tercer yerro sobre los dos pasados, y causa de que todos los gastos que S. M. de Felipe II hizo, fuesen inútiles, å lanto daño de la cristiandad, como se ha visto; pues no solo creció con esto la herejía, potencia inglesa, holandesa y francesa, sino entrando el señor archiduque en el gobierno de Flándes, los rebeldes, conocido el yerro pretenso de España, aprovechándose de la ocasion, mudaron el pié del ejército de su milicia en tercera parte ménos de paga cada año, que dura hasta agora; y Espa. ña al contrario, creció sus gastos, como se ha visto; que si no es con gobernador y capitan general de aquellos estados, que imite al duque de Parma en las cosas por mar, sus presas por tierra, y correspondencia puntual con confederados, los enemigos acabarán de convertir la sustancia española en alimento ajeno.

Esto se ha conocido, en que entrando á reinar S. M. de Felipe III, pretendiendo obrar mas, y gastar ménos por la paz que hizo su pa dre por la guerra, asentó paz con Ingalaterra de

10.

que resultó treguas con rebeldes, sirviendo Francia & Ingalaterra de jueces árbitros entre España y sus rebeldes, cuyas causas son unas contra España á tanto daño y menoscabo de la reputacion española, como es notorio, pues no solo no guardaron lo capitulado con España, sino por la paz enflaqueció la correspondencia con los confederados, salvo la tácita con Escocia, y abrió la puerta á la guerra en Italia y Alemania, y pacífica entrada de los holandeses y ingleses á comerciar en ambas Indias, con que reducieron en sí los comercios del universo, que solian ser de España. Segunda liga entre Inglaterra, Francia y rebeldes, Dinamarca, Suedia y ansiáticos en el Setentrion; Saboya y Venecia en Italia, unidos contra España. Cuarto yerro y mayor que los antecedentes. Que si no sucediera la muerte desgraciada de Enrico IV de Francia, él diera en que entender á España y el Imperio, que el rey Jacobo de Inglaterra, no obstante la paz con Españía y Imperio, con correrías segun el intento francés, y por medio de sus coligados, puso incendio de armas en Italia y Alemania; que si no hubiera sido la vitoria milagrosa de Praga, el Imperio y España padecieran. Todo bien considerado, el descuido de España en fiarse en enemigos de Dios, mas que en propias armas y amigos católicos, ha sido sú mayor enemigo, que á no ser así, todo el universo no bastara contra ella, pues al paso que España por su descuido ha ido declinando y de

11.

12.

clinan los que dependian della, hasta reducir el temor que los enemigos solian tener della en menosprecio.

Y entrando á reinar S. M., que Dios guarde, informado de los yerros pasados y necesidad en que estaban sus reinos, tras madura consideracion, dispuso bien el gobierno público por el premio y castigo, armó por mar, y imitó á su padre en la secreta inteligencia con Escocia, y rompió guerra contra los rebeldes con intento de reducir en sí los comercios por mar; y visto por Inglaterra que España habia caido en la cuenta de su yerro, y si pasase adelante en el remedio, habia de ser su ruina, el rey Jacobo VI, para endormecer á España cautelosamente, con achaque de casamientos echó al principe su hijo en brazos de España, con intento si conseguia el casamiento, recobrar el Palatinato, y por medio de la herejía y confederados entablar de nuevo su juego contra España en Italia y Imperio, que era menester el Espíritu Santo para acertar entre padre y hijo; caso notable, que cabeza de setas heréticas se entregase á rey católico defensor de la fé, que el glosar sobre ello, enmudeció lenguas, que á la postre conocida su malicia, pudiéndole castigar S. M., le mandó acompañar hasta la embarcacion patria. Yerro mayor sobre los cuatro pasados.

Pues vuelto á Inglaterra, valiéndose del descuido de España en la mar se coligó con Venecia y Saboya y los demás sus confederados en

13.

el Setentrion enemigos de España, y armó por mar contra España con intento de saltear á Cádiz y flotas de Indias, que Nuestro Señor milagrosamente salvó á ambos; y no se contentó con romper guerra contra España, sino contra Francia, fiado en el señorío que tenia en la mar estaria á su eleccion el hacer paz con Francia ó con España ó con ambos; y como por muerte del de Mantua, Saboya por facilitar el apoderarse del Monferrato convidó á España con su reconciliacion, y S. M. con sana intencion deseoso de la paz en Italia, lo arrostró, y Inglaterra y Venecia, viéndose frustrados del intento que tenian por medio de su liga con Saboya, hicieron á España gastar otro tanto gasto inútil en Italia, como por el príncipe Oran ge se habia hecho en los estados de Flandes.

Venecia, potentados de Italia y Sede Apostólica, celosos de la reconciliacion de Saboya y oposicion al de Mantua, convidaron á las armas francesas á entrar en Italia, que empeñadas Inglaterra como instrumento original de todos los males de España, valiéndose de la ocasion del descuido della, dispuso tres cosas en su favor contra ella: una, que los rebeldes cercasen á Bolduque; otra, reconciliarse con Francia; tercera, endormecer á España con mues tra de hacerlas con ella; y los rebeldes hicieron lo mismo, todos tres intentos segun fueren los sucesores, disponer de paz ó guerra en su favor; trazas políticas de Inglaterra contra España usadas desde el tiempo de Enrico VIII, con.

« AnteriorContinuar »