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un memorial que á la letra es como sigue.

Illmo, se

nor. El presbitero D. Ignacio de Lequerica, preso en este convento de santo Domingo por la finada Inquisicion á V. S. I. con la mayor sumision y respeto dice: que no habiendo merecido providencia de este Tribunal en dos años y medio, y ballarse hasta la presente lo mismo que antes, à V. S. I. llega y suplica encarecidamente se le concedan los alivios y recursos espiri tuales por lo menos, con oportunidad al paraje en que se halla, y en su dilatada y malintencionada prision anticonstitucional à los articules 300, 303, y 307, de poder oir misa los dias de precepto y el uso de los santos sacramentos confesion y comunion, y sabiendo ó considerando el decreto que V. S. I. le ba de poner, aqui lo relato para poderlo refutar. Este reo no puede hacer uso de los recursos espirituales, por ballarse con causa de fe. Contra No puede baber causa de fe donde hay reconciliacion con la iglesia; es así que aquí bay reconciliacion con la iglesia, pues clama y pide los recursos de ella y sus socorros, luego no hay causa de fe; no bay mas que las brollas y marañas mal intencionadas de la dicha finada Inquisicion, que con igual sistema al que corre, jamas quiso ponerle mano en dos años y medio. Por tanto, &c.

Ruego á vd. señor Pensador, me diga su acerta. do pensamiento en esta maraña del P. Lequerica, y el sistema que con él se lleva, despues de diez y seis años de prisiones, y haberle despojado sus beneficios eclesiásticos, dar con las malintencionadas ideas de sepultarlo en la Inquisicion; y abora que no hay ese arbitrio; sin correr causa criminal ninguna por puros asuntos políticos y eclesiásticos, girados en esta curia metropolitana de Méjico contra el señor Obispo de Guadalajara, ¿qué trataran bacer con él? A donde lo meterán ó lo llevarán ૐ para que no pida ni demande ? ¿Comó cubrirán su supuesta causa de fe dos años y medio? ¿Qué dirémos de los re

fractarios de la Constitucion que nos guarda de estos violentos atentados? ¿¿¿Cur quia? Por qué se hace y se comete tanta pésima libertad con este pobre ameri. cano sacerdote ??? Válese que estoy pendiente de las justas providencias, reclamaciones bechas al gobierno con el Exmo. Sr Virey; y de la opinion pública, que en tan atentadas violencias, vea y sepa las maldades que encerraba la Inquisicion, y yo quiero que vd. me diga su opinion pensativa acerca de esta materia, para lo cual tengo remitido á vd. un discurso de manifestacion pú. blica; (1) y de ese silogismo mas redondo que un tomate o un temático con que se refuta la supuesta y ar tificiosa causa de fe.

Vd. como inteligente es el Pensador público y politico de Méjico; y yo como paciente y agravido soy el Pensador de la carcel de santo Domingo, à donde ballo á las órdenes de vd, y sus pensamientos, con la buena opinion pública que me los diga; entre tanto, ruega á Dios por su vida este su afectísimo servidor y ca. pellan Q. B. S. M. Ignacio de Lequerica.

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P. D. Dispense vd. que me valga del conducto de la estafeta; (2) porque los frailes de santo Domingo me estan estorbando todos mis recursos legales; (será por encargo de la Inquisicion, que ni la limpieza se me bace) para que yo no hable con nadie, mas que con un solo lego bien encargado, y nadie me vé, ni juez nin. guno entiende conmigo; y el cuaderno de mi defensa anda extraviado; y que tambien se imprima para no. ticia pública esta posdata =Vale. Carcel de santo Do. mingo de Méjico y Julio 19 de 820.

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Hasta aquí el P. Lequerica. Yo ni lo conozco, ni lo defiendo, ni tengo mas noticia de sus negocios que los que él me da en su carta; pero ni un momento

(1) No ha llegado á nuestras manos.

(2)

El cartero me trajo á mi casa esta carta.

dudo de la legitimidad de su queja contra la Inquisicion; y le parece a vd. que el soterrar á un sacerdo. te, á un hombre (sea ó no delincuente) tanto tiempo en unos lóbregos calabozos que hemos visto, sin oirlo, sin juzgarlo, sin sentenciarlo, es cosa propia de un santo y rectisimo Tribunal? Maldita sea amén, su santidad y rectitud. Yo quisiera veer á vd. sumido en estas obscuras cavernas tantos años, sin saber ni el es tado de su causa ni su paradero, á ver si entonces se manifestaba tan doliente.....

¿Pero para qué nos hemos de cansar? Los ne cios aman y defienden la Inquisicion; los que no lo son, la odian y detestan como al mismo infierno. La opinion general está tan decidida á abominarla y á no dejarse echar su infando yugo, que primero sufrirán el gobierno de Nerón que las infames crueldades del maldito santo Oficio.

No creemos que suceda; pero estaremos con el mayor cuidado para saber si se aumentan las mortifi caciones, ó espionage al infeliz sacerdote Lequerica. Si así fuere, ó no se le diere público curso á su causa, como manda la ley, avisarémos con energía para que se pan los mejicanos que la Inquisicion se abolió por la ley; pero el santo Oficio se pasó al convento de santo Domingo, con todas sus preeminencias, y privilegios de incomunicacion perpetua, infraccion de las leyes civiles, espionage, crueldad, &c. &c. Esto no se puede creer del Ilmo. prelado eclesiástico, que nos dice en su pastoral de 18 de Julio que los ciudadanos son libres de toda arbitariedad y gravamen injusto.

Acaso el Iilmo prelado ignorará (y no será mucho) los trabajos del P. Lequerica, y la publicacion de este papel se los aliviará. ¡Ojála y nuestra pluma fuera tan efi cáz que aliviara á este sacerdote desgraciado. Si ha delinquido y está reconciliado, ya ha purgado bastante su delito con la pirion de diez y seis años que ha sufrido

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Sea vd. prudente y justo, estudie y escriba,, sea buen católico y será buen ciudadano, y mientras regále se con esos versitos.

SONETO,

Yace aquí para siempre, caminante,
La negra Inquisicion, con que inclementes
Quemaron á millones de inocentes
Millones de inhumanos mendicantes.
La que à déspotas viles, é intrigantes
Sirvió sumisa, y abrasó creyentes,
La que con sus amigos y dolientes.
Hizo temblar á sábios é ignorantes.
Los políticos reyes la sufrieron:

Los pueblos ménos bárbaros la odiaron:
Los marquéses mas tontos la aplaudieron;
Los serviles mas necios la aclamaron;
Los sábios con razon la aborrecieron :
Y aquí los liberales. la enterraron;

Yace aqui la Inquisicion
que cometió infámia tanta,
que habiendo sido una santa
murió en perversa opinion.

DECIMA.

Con la Inquisicion, chitón
comunmente se decia,
la verdad, era heregía,
la defensa, obstinacion.

Tribunal, en conclusion

fue el mas cruel en su ejercicio;
á la virtud con el vicio

ignorante confundió,

y obrando tan mal logró

el nombre de santo Oficio.

Imprenta de Ontiveros, año de 18201

EL CONDUCTOR ELECTRICO,

Reflexion sobre el edicto del Illmo. Sr. Arzobispo pu· blicado con fecha de 18 de Julio de 1820.

En los tiempos de la ignominia y de la esclavitud se hubiera visto la presente reflexion sobre la pastoral ó edicto de un Prelado Diocesano como un delito atroz, como un sacrilegio castigable. Pero en el dia que, á merced de la celestial Carta de nuestra libertad, gozamos la prerogativa de hombres libres, ya no es un crímen el proponer nuestras dudas sobre cual. quier cosa, ni excitar la justa satisfaccion ó explicacion de lo que no entendemos los rudos.

Entre los muchos que hay soy uno de ellos y no entiendo una proposicion de la pastoral citada, que me parece envuelve una contradiccion manifiesta.

La proposicion chocante es á la letra la que sigue. "Declaro (dice'S I.) en cuanto á mi toca, que " abolida la Inquisicion, subsisten por ahora, y hasta que otra cosa se provea, las prohibiciones de libros y papeles que ella hizo, usando de la autoridad ecle"siástica y civil que le estaba delegada; lo que ya por » esta mitra se previno en Junio y Septiembre de 1813

(*) y nuevamente se repitió con igual motivo en el » mes anterior. Pero añado que se entienden alzadas ó "revocadas virtualmente aquellas prohibiciones que sean

(*) No tenemos á la vista tales prevenciones, y por eso y la premura del tiempo con que sale un periódico, no podemos averiguar su fundamento.

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