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uniendo sus súplicas á las de los cristianos, arrodillados todos intercedieron con lágrimas y razones en favor del arzobispo y de la reina. Costóles trabajo ablandar el ánimo irritado de Alfonso, pero al fin hubo de ceder á tantos ruegos, y otorgado el perdon hizo su entrada en Toledo, donde con tal motivo se trocó en dia de regocijo y gozo el que se temia que fuese de luto y llanto. Desde entonces la que habia sido por largos siglos mezquita de mahometanos quedó de nuevo convertida en basílica cristiana para no dejar de serlo jamás, y se ordenó que en memoria de tan señalado beneficio se celebrára cada año el 24 de enero solemne festividad religiosa en nomb e de Nuestra Señora de la Paz.

Con la conquista de Toledo variará sensiblemente la posicion de los dos pueblos beligerantes. Privado de aquel fuerte apoyo el uno, contando el otro con un nuevo y avanzado baluarte, el puebo musulman irá ya en declinacion, el pueblo cristiano tomará una actitud imponente y vigorosa. La España cristiana sufrirá tambien desde esta época modificaciones esenciales, no solo en lo material, sino tambien en lo moral, en lo religioso y en lo politico. Desde la conquista de Toledo comenzará una nueva era para la monarquía castellana: por eso la consideramos como una de las líneas que marcan los límites del primer período de los tres en que hemos dividido la historia de la edad media de España. Antes, sin embargo, de bosquejar el cuadro que presentaba el estado social de la Península en el siglo que comprende la narracion de los sucesos que llevamos referidos en este volúmen, veamos lo que hasta esta fecha habia acontecido en los demás reinos crist anos,

CAPITULO XXIV

ARAGON.-NAVARRA.-CATALUÑA.

BAMIRO. LOS SANCHOS.-RAMON DERENGUER.

De 1035 á 2085.

Ramiro 1. de Aragon.-Estrechos limites de su reino.-Frustrada tentativa contra su bermano García de Navarra.-Hereda lo de Sobrarbe y Ribagorza por muerte de su her mano Gonzalo.-Toma algunas plazas á los sarracenos.-Concilio de San Juan de la Peña.-Idem de Jaca.-Testamento de Ramiro I.-Errores en que nuestros bistoriadores ban incurrido acerca de su muerte, y cuéntase como fué ésta.-Sancho Ramirez.Conquista á Barbastro -Relaciones entre los tres Sanchos, de Aragon, Navarra y Castilla.-El cardenal legado del papa, Hugo Candido.—Cuando se abolió en Aragon el rito gótico y se introdujo el romano.-Negociaciones con Roma.-Muere asesinado Sancho Garcés de Navarra, y se unen Navarra y Aragon en Sancho Ramirez.-Campañas de Sancho Ramirez con los árabes.-Condado de Barcelona.-Ramon Berenguer I. el Viejo. Resultados de su prudente y sábio gobierno.-Ensancha los límites de su es- .. tado.-Reforma eclesiástica: concilio de Gerona.-Córtes de Barcelona: famosas leyes llamadas Usages.—Auxilia al rey musulman de Sevilla.-Estension que en su tiempo adquiere el condado de uno y otro lado del Pirineo.-Muere asesinada su esposa la condesa Almodis.-Afliccion del conde y su muerte.-Heredan el condado pro indiviso sus hijos.-Hace asesinar Berenguer á su hermano Ramon, llamado Cabe a de Estopa. -Queda con la tutela de su sobrino y con el gobierno del Estado.-Causas por qué se suspende esta narracion.

En nuestro prólogo advertimos ya que en las épocas en que estuvo fraccionada en muchos estados independientes nuestra Península contaríamos separadamente los sucesos peculiares de cada reino ó estado, siempre que las relaciones de unos con otros no estuviesen tan intimamente enlazadas que hicieran indispensable la simultaneidad de la narracion. Solo asi nos parece que puede darse la claridad posible á la complicadísima historia de nuestro país, en la cual, mas que en otra alguna que conozcamos, es tan fácil

caer en confusion como dificil guardar la trabazon y unidad necesarias á la historia de un gran pueblo.

Diminuto y reducido era el territorio comprendido en el reino de Aragon, asi llamado del rio de este nombre, que en la parte central de los Pirineos entre los valles del Roncal y de Gistain constituia el estado que en la distribucion de reinos hecha por Sancho el Mayor de Navarra señaló á su hijo primogénito Ramiro. Apenas, segun varios historiadores de aquel reino, abarcaba entonces una comarca como de veinte y cuatro leguas de largo sobre la mitad de ancho poco mas o menos. Nadie podia imaginar en aquella sazon que tan estrecho recinto se habia de convertir andando el tiempo en estado vasto y poderoso, y que habia de ser uno de los reinos mas estensos y respetables no solo de España sino de Europa. Que Ramiro intentó muy desde el principio ensancharle á costa de los estados de su hermano García de Navarra, dijimoslo ya en el capítulo XXII de este libro. Pero sorprendido y vencido en Tafalla, hubo de agradecer el poder regresar fugitivo á guarecerse en las montañas de su estrecho y exiguo estado. Asi permaneció hasta 1038, en que su hermano Gonzalo, señor de Sobrarbe y Ribagorza, fué asesinado á traicion en el puente de Monclús por su vasallo Ramonet de Gascuña, al volver un dia de caza. Entonces los de Sobrarbe y Ribagorza, viéndose sin señor, eligieron por rey á Ramiro, con lo que comenzaron á recibir los primeros ensanches los límites de su reino.

Habia casado Ramiro en 1036 con Gisberga, hija de Bernardo Roger, conde de Bigorra, á la cual mudó el nombre en el de Ermesinda. Tuvo de ella cuatro hijos, á saber, Sancho que le sucedió en el reino; Garcia que fué obispo de Jaca; Teresa y Sancha que ca saron con los condes de Provenza y Tolosa. Hijo natural de Ramiro fué tambien otro Sancho, á quien dió el señorío de Aybar, Javierre y Latre, con título de conde, y el de Ribagorza. Murió la reina Ermesinda en 1.o de setiembre de 1049, y fué enterrada en el monasterio de San Juan de la Peña.

Nótase gran falta de documentos y noticias respecto á los primeros años del reinado de Ramiro. Los escritores aragoneses suponen haber estendido su dominacion al condado de Pallás, y afirman haber conquistado de los moros á Benabarre, lanzádolos de todos los términos de Ribagorza, y aun hecho tributarios á los emires de Lérida, Zaragoza y Huesca, en lo cual no están de acuerdo las crónicas arábigas. Mas conocidos son sus hechos religiosos. Dos concilios se celebraron en el reinado de Ramiro I., en San Juan de la Peña el uno, en Jaca el otro. En el primero, que ha llegado mutilado á nosotros, se hizo un cánon notable por lo singular: Decretamos é instituimos, dijeron los padres, que los obispos de Aragon sean nombrados y elegidos de los

monjes de este monasterio (1):» testimonio inequívoco de la influencia y ascendiente que aquellos monjes ejercian. Pero mas importante y célebre fué el de Jaca, congregado en 1063. Asistieron á él y le confirmaron, el rey don Ramiro, los dos Sanchos sus hijos, el legitimo y el bastardo, nueve obispos (2), tres abades, un conde y todos los próceres de la córte del rey. Era por lo tanto un concilio mixto, como la mayor parte de los de aquel tiempo. Despues de tratar de la reforma de las costumbres y disciplina eclesiástica estragadas por las guerras y por el comercio con los infieles, se restauró en Jaca la antigua silla episcopal de Huesca, declarando que cuando esta ciudad se recobrára del poder de los mahometanos, la de Jaca le fuese súbdita y una misma cosa con ella y la obedeciese como hija á su matriz.. Asignó el rey á esta diócesis á título de perpetuidad diferentes tierras y monasterios con sus dependencias.

Mas la deliberacion trascendental que se tomó en este concilio, fué la donacion que Ramiro y su hijo Sancho hicieron á Dios y á San Pedro (al bienaventurado pescador, beato piscatori) «de todo el diezmo de sus dere→ chos, del oro, plata, trigo, vino y demás cosas que de grado ó por fuerza les pagaban asi cristianos como sarracenos, de todas las villas y castillos, asi en las montañas como en los llanos... de todos los tributos que al presente ó de futuro percibieran ó pudieran percibir con la ayuda de Dios.» «Y donamos, añadieron, á dicha iglesia y obispo, la tercera parte del diezmo que recibimos de Zaragoza y de Tudela. Y yo Sancho, hijo del precitado rey, encendido en amor divino, concedo á Dios y á San Pedro (beato clavigero) la casa que tengo en Jaca con todas sus pertenencias.» Tal era la devocion y piedad del primer Ramiro de Aragon, á quien por lo mismo no estrañamos que el papa Gregorio VII. Ilamára mas adelante cristianisimo príncipe. Ofrece este concilio la notable singularidad de haber sido tambien confirmado por todos los moradores de Jaca, hombres y mugeres (cuncti habitatores aragonensis patriæ, tam viri quam fœminæ) que unánimemente esclamaron: «Demos gracias al Cristo Celestial, y á nuestro benignísimo y serenísimo principe Ramiro... etc. (3).»

(1) Hoc veró est nostræ institutionis decretum: ut episcopi aragonenses ex monachis præfali cœnobii habeantur et eligantur. Collect. Max. Conc. Hisp. t. 111Segun Florez (Esp. Sagr. t. III), este concilió debió celebrarse en 1062. Supónenle al gunos celebrado en 1034: error manifiesto, puesto que asistió á él el rey don Ramiro, que no empezó á reinar basta 1035. Por consecuencia todo lo que so le podria anticipar

seria á este año.

(2) Los de Aux, Urgel, Bigorra, Oloron, Calahorra, Leytora, Aragon, (Jaca), Zaragoza y Roda. Los nombres de estas diócesis dan idea de la circunscripcion de los limites que alcanzaba entonces el reino, si bien al→ gunos de estos prelados estaban todavia in partibus infidelium, como el de Zaragoza. (3) Aguirre, Collect. Conc. Hisp.

Dos años antes de este concilio, hallándose el rey enfermo en San Juan de la Peña (1061), hizo su testamento, que se conserva y cita como pieza auténtica, en el cual, despues de declarar sucesor de todas sus tierras y señorios á su hijo Sancho, «hijo de Ermesinda, cuyo nombre bautismal fué Gisberga, cede al otro Sancho, el ilegítimo, Aybar, Javierre y Latre con las villas de su pertenencia para que las posea en feudo por su hermano Sancho como si fuese por él. Mas «si, lo que Dios no permita, hiciese la infamia de separarse de su obediencia, ó de querer levantarse contra los reyes de Pamplona, que sea echado de estas tierras y del señorio que le dejo, y que estas tierras y este señorio vengan á poder de mi hijo Sancho, hijo mio y de Ermesinda.» Curiosas son algunas de las clausulas que siguen, asi por la idea que dan de las costumbres, como de la modificacion que estaba sufriendo la lengua en aquel tiempo (1). «Pero mis armas, que perte¬ necen á barones y caballeros, sillas, frenos de plata, espadas, escudos, adargas, cascos, cinturones y espuelas, los caballos, mulas, yeguas, vacas y ovejas, las doy á mi hijo Sancho, al mismo á quien dejo aquella mi tierrra, para que lo posea todo; á excepcion de mis vacas y ovejas que estuvieron en Santa Cruz y en San Cipriano, que las dejo por mi ánima, mitad á San Juan y mitad á Santa Cruz. En cuanto á mi moviliario, oro, plata, vasos de estos metales, de alabastro, de cristal y de macano, mis vestidos y servicio de mesa, vaya todo con mi cuerpo á San Juan, y quede alli en manos de los señores de aquel monasterio; y lo que de este moviliario quisiere comprar ó redimir mi hijo Sancho, cómprelo ó redímalo, y lo que no quisiere comprar, véndase alli á quien mas diere; y aquellos vasos que mi hijo Sancho comprare ó redimiere, sea peso por peso de plata. Y el precio de lo que mi hijo comprare ó redimiere, y el precio de todo lo demas que fuere vendido, quede la mitad por mi ánima á San Juan, donde he de reposar, y la otra mitad distribúyase á voluntad de mis maestros, al arbitrio del abad de San Juan y del obispo que fuere de aquella tierra, y del señor Sancho Galindez y el señor Lope Garcés y el señor Fortuño Sanz y de otros mis grandes barones,

(4) Hé aqui algunos trozos de latin castellanizado de este documento: De meas autem armas qui ad varones et cavalleros pertinent, sellas de argento et frenos et brumias, et espatas, et adarcas, et gelmos, et tertinias, et esutorios, e sporas, et cacallos, et mulas, et equas, et vaccas. et oves, dimitto ad Sauctium meum filium, etc..... et vassos de auro et de argento, et de girca, el cristalo, et macano, et meos

vestitos, et acitaras, et collectras, et almuallas, et servitium de mea mensa, totum vadat, etc...... Et illos vassos quos Sanctius filius meus comparaverit, et redemerit, peso per peso de plata, aut de cazeni, illos prendal..... et in Castellos de fronteras de Mauros qui sunt pro facere, etc.— Publicado por Briz Martinez, en la Historia de San Juan de la Peña, pág. 438.

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