Historia de la dominacion de los arabes en España: sacada de varios manuscritos y memorias arabigas

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Baudry, 1840 - 680 páginas

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Página 15 - ... todas mis fuerzas para impedir su entrada, pero me fué forzoso ceder á la muchedumbre y Á la impetuosidad suya: ahora á mi pesar acampan en nuestra tierra: ruégoos, señor, pues tanto os cumple, que vengais á socorrernos con la mayor diligencia y con cuanta gente se pueda allegar: venid vos, señor, en persona, que será lo mejor.
Página 414 - El virtuoso y esforzado rey de Zaragoza Abu Giafar Almostaín Billah salió contra los cristianos que tenían puesto cerco á Tudela, y con escogida caballería fue á socorrer á los suyos... y peleando el rey Abu Giafar valerosamente por su persona, le pasaron el pecho de una lanzada y cayó muerto de su caballo. Con esto los muslimes cedieron el campo y la ciudad fue entrada por los cristianos.... Llevaron los musulmanes el cuerpo de su rey á Zaragoza y le enterraron con sus propias vestiduras...
Página 87 - En el nombre de Dios clemente y misericordioso: el magnífico rey Abderramán á los patriarcas, monjes, proceres y demás cristianos de España, á las gentes de Gástela y á los que los siguieren de las regiones otorga paz y seguro, y promete en su ánima que este pacto será firme, y que deberán pagar diez mil onzas de oro, y diez mil libras de plata, y diez mil cabezas de buenos caballos, y otros tantos mulos, con mil lorigas y mil espadas, y otras tantas lanzas cada año por espacio do cinco...
Página 367 - Toledo, cabe/ay corte de toda España , y lo que ha sucedido á sus moradores y á los de su comarca en el cerco y entrada de ella , y si vos y los vuestros habéis escapado hasta ahora , ya os viene vuestro tiempo, y este no se ha dilatado sino por mi voluntad y por mi buen querer, y si ahora estáis quietos y en sosiego advertid que la prudencia y cordura del hombre...
Página 521 - ... monta en esta castiza, que no sabe dejar mal al que la cabalga, y quizá Dios te librará, que en tu vida consiste la seguridad de todos.
Página 115 - No te canses de granjear la voluntad de tus pueblos, pues en su amor consiste la seguridad del Estado, en el miedo el peligro, y en el odio su ruina cierta. Cuida de los labradores que cultivan la tierra y nos dan el necesario sustento: no permitas que les talen sus siembras y plantíos.
Página 243 - Mandó empadronar los pueblos de sus estados , y habia en España seis ciudades grandes , capitales de las capitanías , ochenta de mucha población, trescientas de tercera clase , y las aldeas , lugares, torres y alquerías eran innumerables...
Página 397 - Cubra, (de esta hay memoria en la inscripcion del dorio de la mezquita año cuatro cientos setenta y ocho) y por Romaikia, porque la compró Aben Abed de Romaik ben Hegiag: á toda esta ilustre familia envió á Africa. Es indecible el gran llanto que hubo en las naves en que los embarcaron al apartarlos de su hermosa ciudad, y al perder de vista las torres de sus alcázares, y al ver desparecer como un sueño toda su grandeza. Este es el estilo del mundo, que no da sino al quitar, ni endulza ')...
Página 389 - Dios y ampárelas). Estaban ambos ejércitos muy confiados cada uno en su poder y en el valor y destreza de sus caudillos, hijos de la guerra, leones embravecidos. Presentáronse la batalla, y al principio de ella dijo Aben Radmir (destruyale Dios) á sus principales campeadores: «Ea, mis amigos, señalemos con piedra blanca este día; ánimo y á ellos.
Página 85 - Con mis lágrimas regué las palmas que el Forat riega, pero las palmas y el río se olvidaron de mis penas, cuando mis infaustos hados y de Alabas la fiereza me forzaron a dejar del alma las dulces prendas; a ti de mi patria amada ningún recuerdo te queda, pero yo triste no puedo dejar de llorar por ella.

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