Revista de España

seguido su cabal curacion, porque la familia no da cuenta del suceso, y por consiguiente, se ignora si sigue demente en su domicilio, si ha fallecido, ó si se ha curado de una manera radical.

Por estas causas hay que acoger con gran reserva los datos de curaciones que presentan los resúmenes; tanto más cuanto que de las noticias suministradas por algunos Establecimientos, respecto á las curaciones obtenidas en el último quinquenio, resulta que un 25 por 100 de los enfermos que se dieron como sanos reinhresaron en los mismos.

Anuario del Estudiante: Guía de las Familias. (Madrid, 1880: un tomo en 8.o con 247 páginas.)

La casa editorial de los Sres. Góngora acaba de publicar este libro que comprende las reformas introducidas recientemente en la enseñanza, el resúmen detallado y exacto de todas las profesiones, y los programas detallados correspondiente á la escuela general de Agricultura, Academia de infantería, de la Armada, Estado mayor, Administracion militar y Cuerpo de telégrafos. (Precio de la obra dos pesetas.)

Quevedo en San Marcos, poema, por H. Carreño. (Leon 1880: un tomo con 44 páginas.)

El poema del Sr. Carreño, á quien no conocíamos como poeta, pero que con esta obra tiene bastante para que se le juzgue como uno de nuestros mejores vates, está dividido en dos partes: la primera, que tiene por fecha 1639, se refiere á los cuatro años de prision con que el insigne poeta hubo de pagar la enemistad que profesaba al Conde-Duque.

«Preso en San Marcos de Leon me tiene,

Saciando en mí su bárbara venganza;

Nada su torpe frenesí contiene,

A matar sus rencores nada alcanza;
Porque yo no le adulo, él se entretiene
En hacer mil girones mi esperanza,
Y ave agorera, de maldad henchida,
Grazna sobre el escombro de mi vida. >>

Nada hay en esta primera parte, en la cual Quevedo se lamenta de su situacion y de las causas que la engendraron, que desdiga del personaje y no esté en armonía con el carácter que sus obras y la historia le asignan.

En la segunda parte, que comienza en 1643, Quevedo, puesto en libertad, recuerda cómo conoció á la dama cuya buena amistad le abrió las puertas de la prision: episodio altamente dramático y que forma uno de los mejores trozos del poema.

Quevedo entra en una iglesia, y fija su atencion una hermosa dama arrodillada cerca del altar y un caballero que no lejos de ella parece espiar sus menores movimientos. Traban por fin un corto pero agitado diálogo, en el cual ella invoca, para refrenar los ímpetus del galan, la santidad de los lazos que la unen á otro hombre. Esto acaba de irritar al amante, que comete la villanía de abofetear, ciego de ira, á la señora.

«Cual si en el alma á mí me hubiera herido,
Şalté sobre él, saquélé del sagrado,
Apostroféle luego enfurecido,

Hícele ver su crímen reprobado,
Ofendióse... reñimos... un gemido
Sonó á poco terrible... prolongado...

De su garganta fué, que lanzó herida

El último suspiro de la vida.»

Sirvan de muestra las octavas reales que hemos copiado, el tono general que domina en la composicion y de la correccion y pureza de estilo que la distinguen,

Damos la enhorabuena al Sr. Carreño, y le excitamos á que siga cultivando una forma literaria que tan felizmente maneja.

Catálogo general del gran Establecimcento de arboricultura de los CAMPOS ELISEOS de Lérida. (Lérida 1880. Folleto de 108 pág.)

Las condiciones de un catálogo no permiten dar todas las descripciones y noticias que serian de desear sobre la aplicacion y cultivo de las diferentes especies de vegetales; pero el Sr Vidal y Godina, encargado de este Establecimiento, que ha sido premiado en diferentes Exposiciones y últimamente en la Universal de París de 1878, anheloso de conservar su reputacion, á costa de tantos sacrificios y desvelos adquirida, no ceja en su propósito de continuar aumentando los terrenos destinados al cultivo y de ensanchar el círculo de sus operaciones comerciales, acaba de publicar el extenso catálogo que hojeamos, y cuya lectura puede ser muy útil para cuantos se dediquen á la arboricultura, ramo importantísimo de la riqueza pública.

La Questione Sociale, di Pietro Ellero. Bologna 1877: (un tomo en cuarto con 435 páginas.)

El Sr. Prieto Ellero es más que un escritor notable, un pensador profundo y de conciencia. Abordar el problema social en toda su extension y en todas las cuestiones que entraña; examinarlas, respetando y corrigiendo las investigaciones históricas, los progresos de la ciencia, el desarrollo de las costumbres y las exigencias de la humanidad en cada edad y en cada período; trazar la línea que separa la posibilidad racional de la utopía; buscar el arranque de la primera en la nocion pura del derecho y marcar la injusticia de que parta la segunda; dar, en una palabra, soluciones prácticas, adecuadas y consistentes á cada una de estas cuestiones, es la empresa de los sabios modernos y la roca en que se estrellan casi todos los escritores que se determi nan á tratar el problema social.

No participamos de todas las ideas de este sábio italiano; pero nos infunde tanto respeto su libro, que más bien que hacer de el una crítica, vamos á dar una idea general de la obra.

Qué fué el hombre primitivo; cual fué su primitivo estado; cuál su propia prerogativa; cómo pasó del estado de naturaleza al estado de sociedad; cómo se formó la sociedad; cómo se mantiene; qué injusticias entraña; cómo se per

petraron y como han de corregirse: hé aquí el plan de la obra del Sr. Ellero, dividida en cien lecciones que resúmen la historia de la humanidad, de la religion, de la familia, de la propiedad, y de las instituciones políticas, en que estas instituciones sociales se han ido desenvolviendo hasta venir á este estado en que ni la violencia ni el fraude han venido por completo su puesto á la justicia y al derecho.