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cierta apariencia histórica, nos es forzoso remontarnos á las fuentes de la mitología arya, allí donde las metamorfosis antropomórficas no han empañado todavía la trasparencia de estos mitos.-Dos cosas temian sobre toda ponderacion los primitivos aryos: las sequías y la oscuridad; eran pastores, y cuando no les açudian las lluvias, carecian de pastos para sus ganados, que constituian su principal riqueza: de aquí el que contengan los antiguos rituales de Oriente tantas plegarias para impetrar de la divinidad el beneficio de la lluvia: los nombres de la noche denotaban ideas de muerte y de desolacion: "luz de muerte llamaban á la luna los éuskaros (1). Con tal preocupacion, poníanse este problema: ¿dónde está la luz durante la noche, ó cuando encapotan el cielo nubes tempestuosas? ¿dónde están las nubes llovedoras cuando el cielo aparece sereno y la tierra seca y sedienta? Respuesta: estos dos bienes supremos han sido arrebatados por una potencia maligna, enemiga de los mundos, azote de la humanidad, y los retiene ocultos: un sér luminoso, un héroe sobrenatural, amigo de los hombres, acomete rayo en mano al mónstruo ó demonio, y lo vence, y rescata la luz y las aguas cautivas, y las deja en libertad para que caigan ó luzcan sobre la tierra. La teoría física toma así carne, y se hace mito y leyenda: el agua de lluvia es comparada á leche (2): las nubes llovedoras y benignas, por una metáfora, ignórase si radical ó poética (3), se convierten en manadas de vacas celestes, que tambien simbolizan, á causa de su color, los rayos del sol: la nube sombría y tempestuosa es una caverna ó un establo donde el

(1) En algunos dialectos, la Luna es illargi, de ill, muerte, argi, luz, luminoso. Otro nombre de la Luna es argizagi ó argizari, (argizaita en Larramendi): segun Darrigol, argi-izari, medida de luz, pero segun Eys, argi-zage, apareciencia de luz, con sentido lúgubre y sombrío. (Van Eys, Dict. basque, v. Argi). Respecto de otras lenguas, Piçtet, Les aryas, II, p. 587. Sobre el horror que tuvieron los aryos por la noche, ha tratado Alf. Maury, Essai historique sur la Religion des aryas, 1853, p. 17, 25, 29.

(2) En el Rig-Veda, muy frecuentemente los rios, y en general las aguas, son vacas, y lo que fluye ó mana de ellas es la leche de esas vacas. Tal, vgr., en el mito de las vacas aprisionadas por Pani, custodiadas por una serpiente, libertadas por Indra (I, 32, 2 y 11; 61, 10, etc.)

(3) Radical, como del griego una, que significa manzanas y ovejas, y que es causa de que en una de las versiones de la leyenda, los rebaños de Helios se trasformen en manzanas de oro custodiadas por las Hespérides.

mónstruo oculta las vacas robadas: á veces simboliza al mónstruo mismo: el rayo y el relámpago son las armas con que el héroe solar combate y hiere al robador, á veces, las armas con que éste defiende su presa: el trueno es el mugido de las vacas prisioneras, ó el grito de cólera de los combatientes. Sobre este sencillísimo argumento, la lucha del dia con la noche, la formacion de las nubes y la caida de las lluvias, la conquista de la luz y de las aguas, ó de otro modo, los cambios observados en el cielo, están fundadas todas las mitologías de la raza arya: indios, persas, germanos, eslavos, griegos, celtas, etc., tejieron con él leyendas innúmeras, que todavía han ejercitado la fantasía de los pueblos é inspirado las literaturas europeas durante la Edad Media. No en todas el objeto robado ha sido vacas: en no pocas, las nubes cautivas son tesoros ocultos, ó bien, la esposa 6 la amada del héroe ó dios luminoso: en algunas, la fábula y sus protagonistas se han fusionado con los héroes y los sucesos más culminantes de la historia real del pueblo, adaptándose á la geografía de cada país y tomando color local.-Ya en el RigVeda figura el Sol triunfador de los seres oscuros, de los séres tenebrosos, primer gérmen del Sol-héroe que mata al dragon con sus rayos, y se representa la aurora por vacas brillantes que abren las puertas de su establo (de la oscuridad), I, 92, 1; 92, 4; IV, 51, 8. El Soma solar es tambien comparado á un héroe conquistador y á un jóven brillante, IX, 67, 29; 96, 20; 76, 2; 70,: 10; 88, 5: uno de los epitetos con que lo califica, es el de expugnador de las cien fortalezas de Cambara y conquistador del tesoro de los Panis, esto es, de las vacas ocultas, ó más claro, de. las nubes, robadas por los Panis (1).

Otra personificacion del mónstruo ó demonio en la India, es Vritra (Orthros griego), que unas veces combate con Agni y otras con Indra, quien lo subyuga embriagándose de Sɔma. En Persia, Aji Dahaka, mónstruo de tres cabezas, pelea con Atar, "el hijo de las aguas, la Minerva irania, que reconquista la luz, arrebatada y nublada por aquél; y con Thrastaona, del linaje de los athwya (hijos del agua), héroe no solamente iranio, sino ade

(1) Vid. Abel Bergaigne, La Religion vedique d'aprés les hymnes du Rig Veda, 1878.

más indio, que en los Vedas lleva el nombre de Trita Aptya, hijo de las aguas y de Traitana (1): en el Libro de los Reyes, el nombre de Thraetaona se trasforma en Feridun, y el mónstruo AjiDahaka en el rey Zohak, el hombre serpiente. Ese monstruo robador de los rebaños solares ó vacas celestes, esa deidad occeánica, Typhon, Vritra, Aji, se multiplica en extensa progenie de formas y de personificaciones concordantes, Orthros, Echidna, la Ximaira ó Chimera, la Esfinge, el triforme Cervero, la Gorgona, Geryon, la hidra de Lerna, la serpiente Python, el buitre de Prometeo, el dragon de la Cólchide, el dragon germánico Fafnir, Caco, el leon de Nemea, el Ladon de las Hespérides, etc., nombres diversos de una misma cosa. El héroe luminoso que vence al dragon, á la serpiente, al mónstruo, se desarrolla paralelamente, y es Indra, Zeus, Apolo, Herakles ó Hércules, Belleforonte, Perseo, Theseo, Cadmo, Edipo, Dionysios, Rómulo, Atar, Feridun, Sigurd, Arturo, etc. Hecha historia la leyenda, el héroe solar encarna en Darío, Agamenon, Guillermo Tell, Bernaldo del Carpio, Fernan Gonzalez, etc.

Esto supuesto, veamos el lugar que corresponde á los personajes de la leyenda turdetana en el mito aryo, cuyo significado primordial y cuyas variantes ligeramente hemos apuntado.

La figura de GERYON, podria en rigor simbolizar una lucha entre el Hércules ó Magnon celtibérico y el Saturno fenicio, apellidado Keruan (Geruon ó Geryon), pero han de parecer más verosímiles y naturales otras asimilaciones. Un mitógrafo sueco pronuncia el nombre de Geryon á propósito del gigante Geiroedhr, de los Eddas, señor de los tesoros subterráneos: radical y morfológicamente puede identificarse tambien con el griego Cervero, indio Carvara: compárese además el Gerhard ó Geróid de una leyenda irlandesa ("Geróid ‘Iarla"), y acaso el Charon etrusco. Un autor inglés apunta la posibilidad de que Gerhard tenga conexion con el vocablo germánico geier, buitre (2): el antiguo aleman da gir, con significacion de gîri, ávido, afine á la raíz sanscrita gr, devorar. Geryon ocupa en la leyenda el lugar que corresponde al buitre en la de Prometeo: los buitres, si hemos

(1) Traitana procede de Trita, y significa lo húmedo: cf. Tpitwy., (2) David Fitzgerald, Rev. Celtique, vol. IV, p. 274-275.

de dar crédito á Silio Itálico, desempeñaban un papel importante en las creencias de los celtiberos: el ser devorado por ellos era una condicion esencial para alcanzar la inmortalidad. (1) Acaso se enlace con una creencia análoga el mito griego de las Kipes, diosas de la muerte en los combates. No parece que pueda referirse el "tri-forme Geryon al "tarvos-tri-garanos ó "toro de las tres grullas, figurado en un bajo-relieve parisien de tiempo de Tiberio, no obstante la semejanza de Geryon con Hecate tauróbolos: el céltico garan (de una raíz análoga al sanscrit garana, viejo, alu- · diendo á la longevidad de esta ave) en griego es épavos en latin grus; Fitzgerald identifica las grullas del símbolo galo con el cisne de la leyenda griega, recuerda la geheracion de Polideukes y Helena (correspondientes á Apolo y Diana, ó de otro modo, al Sol y la Luna) por el Dios del trueno, Zeus, en figura de cisne, y relaciona por aquí el toro y las grullas con la deificacion de ese fenómeno natural, que en Germania se denominaba Thor ó Thunor, en la Galia Taranis, acaso Etterun en Irlanda (2), tal vez Theron en España. En terreno tan poco consistente, parécenos lo más seguro que el nombre de Geryon, acaso pronunciado Herion (3), dimane de una raíz análoga en forma y en significado á la de buitre, á saber: sanscrit kára, carnicería, asesinato; persa kári, campeon, combatiente, griego xnpaivw, dañar, arruinar, herir; irlandés cear, muerte, sangre; anglo-sajon

(1) Tellure (ut perhibent) is mos antignus Ibera, -Exanima obscoenus consumit corpora vultur (Sil. Itál., lib. XIII, et al.). Puede rastrearse la parte de verdad que haya en esta afirmacion del poeta andaluz, compasándola con la mision que se atribuye al cuervo en las leyendas irlandesas (The ancien Irish godess of war, por W. H. Hennessy, apud. Revue Celt. vol. I, pág. 32 y sigs.) y armoricanas, ibid., pág. 269), donde la vida de cada hombre está enlazada á la de un cuervo, que es como su génio, y que desaparece cuando aquel muere. Cf. ibid., vol. II, p. 200...

(2) Etterun es un ídolo británico de que hacen mencion tratados irlan deses citados por Petrie. Apud Fitzgerald, ut supra. Este escritor explica la posible relacion entre el toro trigarano de la Galia y el toro de Cúroi mac Daíre, famoso en las tradiciones de Irlanda.

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(3) Nombre de persona en la inscripcion votiva «Soli Herion v. l. m. (Corpus, VII, 647), grabada en un ara de Borcovicium (Housesteads, en el Vallum Hadriani, N. de Inglaterra), hoy existente en el Museo de Newcastle. La concurrencia de los dos nombres de Geryon y de Sol en una misma lápida, es puramente casual, no siendo reductible Geryo ó Heryo á Erjo, Earco, sol y vaca.

herian, devastar; escandinavo herian, guerrero, aleman ant. herión, etc., en cuyo caso, Geryon sería el exterminador, el destructor, el espíritu maligno, sentido bien propio tratándose como se trata de una forma y encarnacion de Typhon (1). Segun Herodoto, Geryon fué rey de la Erythia, pero debe tenerse en cuenta que algunos colocaban la Erythia junto á la isla gaditana, y áun la identificaban con ella, por ejemplo, Ápollodoro (Bibl. hist., lib. II, cap. V, § 10) y Pherecides (ap. Strabon, lib. III, pag. 169 ed. Müller-Didot). Trogo, segun hemos visto, hizo de Geryon un rey de la region insular, pero las tradiciones recogidas por otros autores situaban su reino en Cádiz ó Tarteso, patria de Chrisaor y de Gargoris. Lo que hay es que el mito helénico lo trasladaban los griegos de lugar, alejando cada vez más el reino de Geryon, conforme se iba ensanchando el horizonte de sus conocimientos geográficos: primero, al Epiro, más tarde á la isla Tricarenia del Ponto Euxino, y últimamente á Tarteso. Todavía, antes de reinar en Iberia, fué pátria de Geryon Sicilia; y allí, en Agyrium, dedicó Hércules un luco sagrado al héroe vencido, al cual veneran todavía los indígenas en la actualidad (Diod. Sic., IV, 24)", Hemos de creer que, tanto en Sicilia como en España, preexistia la leyenda, y que no se hizo más sino mudar de nombre á sus protagonistas, aplicándoles el que les era propio en la version griega (2). El que se diese valor de historia á la leyenda, y se redujera á cate

(1) Todavía acaso se piense en otra interpretacion, fundándose en el dicho de los autores antiguos: que Geryon apacentaba sus rebaños en la Iberia, etc. Sanscrit Kurari, irl. cáira, cairach, caor, caora, oveja, como animal que pace, de la raiz sanserita car, pacer, caraiti, animal que pace, cara, pasto, caraud, pastor, como el ruso ou-caru, O bien de la raíz zend çrva, griego xépas, latin cornu, de donde han brotado en todas las lenguas aryas, nombres varios del ciervo y de la vaca. Cf. sanscrit go-caraka, griego 6ou xolog, vaquero, sanscrit gô-ragan, jefe de vacas, ete. En tal caso, Geryon significaria conductor, pastor, demonio robador y poseedor de las vacas; pero ninguna razon de peso milita en apoyo de esta version.

(2) Como noticia bibliográfica, registraré aquí algunos trabajos que no he podido consultar, en que se discute largamente el mito de Geryon y Hércules: -V. J. de White, Hércules y Geryon, ap. Nouvell. Annal. de l'Institut archéol., 1838, p. 107-141, 270-374;-A Gerhard, Auserlesene Vasenbilder, taf. 104, B.. 108; cit. por Maury;-Breal, Hercule et Cacus, pág. 70;-Ploix, Memoires de la Societé de linguistigue de París, t. II, p. 159-161.

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