Imágenes de páginas
PDF
EPUB

De todos son sabidas las dificultades, ni pocas ni pequeñas, que ofrece una traduccion cualquiera, y más estando escrita la obra en alguna de las lenguas sábias; nadie ignora tampoco cuán exiguos son los momentos que á este género de lucubraciones diariamente pueden dedicar los hijos del inmortal aragonés San José de Calasanz, asíduamente consagrados á la instruccion y educacion de la juventud en pró de la religion y de la sociedad entera; y nosotros, á pesar de todo, siquiera seamos el último entre ellos, nos creimos desde luego, y sin excitacion de nadie, especial é imperiosamente obligados á ofrecer por entero esos ratos de ócio á la querida pátria, á ese Aragon venturoso cuyos recuerdos tanto nos entusiasman, á tomar otros prestados al sueño y al descanso, y á suplir con laboriosidad constante las dotes que notoriamente nos faltan, impulsados por el deseo de presentar en la version de estos Comentarios un trabajo no del todo indigno de la excelsa Carporacion que se manifestaba ganosa de prohijarle, ni del piadoso Instituto á que pertenecemos por dicha nuestra. Tales han sido nuestras aspiraciones, por más que no hayan quedado satisfechas.

Atentos á realizarlas, dimos principio á una traduccion lo más literal posible. Menguada ocurrencia que, robándonos un tiempo precioso, dió por resultado un trabajo perfectamente inútil, del que no hubiera quedado satisfecho el gusto ménos exigente, puesto que nos desagradó en alto grado á nosotros mismos.

En su virtud, comenzamos la segunda, usando de más ámplia libertad, libertad que acaso se califique por álguien de excesiva, excepto en los privilegios y demás autoridades aducidas por el autor como prueba de sus asertos. Además hemos dividido cada uno de los capítulos en vários párrafos, segun lo juzgamos conveniente, y anotado al pié ó en los apéndices no todas, porque son sin número, si solo las principales variantes que hemos observado al cotejar el texto impreso con otro autógrafo (1) de Blancas. Lo mismo haremos con la multitud de notas que tenemos dispuestas al efecto; pues si bien

(1) Este precioso MS. hoy es propiedad de nuestro amigo D. Marcial Lorbés.

parecerían oportunas y casi necesarias á primera vista, luego se calificarían de poco pertinentes, dadas las peculiares condiciones de la presente publicacion. Para los apéndices reservamos tambien, entre otras cosas, algunos cuadros de los reyes primitivos, pero sin terciar en la tan controvertida cuestion sobre los orígenes de nuestro reino. Ojalá que el vigoroso empuje, nuevamente dado por la excelentísima Diputacion á este género de estudios, y que á no dudar será fecundo en resultados, lleve al descubrimiento y demostracion de esa verdad, uno de los principales objetos que se propuso Jerónimo de Blancas dilucidar en estos Comentarios.

MANUEL HERNANDEZ.

Á LA MEMORIA

DE

Perónimo de Blancas, Cronista del Reino de Aragon,

EL DOCTOR JUAN FRANCISCO ANDRÉS DE UZTARROZ.

FALLECIÓ

ALLECIÓ el secretario Jerónimo Zurita á doce (1) de Noviembre, año 1.580, faltando al Reino de Aragon su mayor ornamento, en cuyas glorias ocupó más de treinta años escribiendo sus Anales, para cuya ilustracion hizo grande aparato, como lo significan sus obras. Gemía el Reino todo su muerte, pero enjugó las lágrimas á sentimiento tan debido la nominacion de Cronista, que los Diputados hicieron en la persona de Jerónimo de Blancas, en quien concurrían prendas de linaje y erudicion, su nacimiento fué Cesar-Augusta, y sus padres Martin de Blancas, Ciudadano y Notario del número de Zaragoza, y Catalina Tomás; sus abuelos șe llamaron Martin de Blancas y María Diaz Frontin; sus segundos abuelos Martin de Blancas y Catalina Escudero; à éste le llamaron Martin de Blancas el de Perpiñan, por haberse hallado en esta villa año 1.475 cuando la rindieron á los franceses con honrosos partidos, obligados solamente de la hambre, pues no comían pan sino carne de caballo, ni les quedaba cosa que hombres pudiesen comer; entre las otras cosas de grande admiracion del sufrimiento y tolerancia, y grande obstinacion de los cercados en morir por la defensa de su patria, fué que una mujer que tenía dos hijos, siendo muerto el uno de hambre, mantuvo al otro con él, y aun hallándose en trance tan apretado dudaron de entregar la villa cuatrocientos soldados que estaban en su defensa, si no hubiera dado licencia el rey D. Juan el segundo, cuya real carta publica su valor incomparable, la cual dice así:

<< Por las vuestras duplicadas hemos sido certificados, de que compelidos de hambre habeis tratado de entregaros á los enemigos; si dentro de tres dias no fueseis socorridos con gente para hacer levantar el sitio; tenemos os por escusados, y os otorgamos, que jamás vasallos fueron más fieles, ni padecieron más por su Rey y Señor, que vosotros por Nós.>>

Las personas señaladas que salieron de Perpiñan á vivir en las tierras del rey, dice Zurita, que fueron Pedro de Ortaffa, Gobernador de Rosellon, Vi

(1) A 3 segun su epitafio.

nes, Lampio, Juan Redo, y un caballero que llamaban Blancha, y muchos otros gentiles hombres. Este caballero Blanca que nombra Zurita, fué Martin de Blancas, como se colige del privilegio que el año siguiente le concedió el rey D. Juan el segundo, hecho en el castillo de Tudela á trece de Junio, en el cual le confirma su Infanzonía en atendencia y consideracion de los buenos,

[graphic][ocr errors][subsumed]

señalados, y agradables servicios que hizo á su real corona y señoríos en tiempos pasados, poniendo su persona á mucho peligro, derramando su sangre y gastando sus bienes, y haciendo otras cosas dignas de premio y galardon. No fué ménos valiente Martin Martinez de Gombalde, su cuarto abuelo, cuyas hazañas hicieron olvidar el apellido antiguo de Gombalde por el de Blan

« AnteriorContinuar »