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Superinten

La regencia absolutista de Madrid habia creado en 8 de Junio la superintendencia general de 1823. vigilancia pública, confiando tan importante des- dencia de vigitino á don Benito de Arias Prada, que se distin- lancia pública. guió por su crueldad con los vencidos. Y el mismo dia en que las Cortes destituían al rey en Sevilla, reponia la regencia las órdenes religiosas en el ser y estado que tenian antes del 7 de Marzo de 1820. El pensamiento de no transigir era comun en ambos gobiernos. ¡Ah! no volvian los ojos á aquel incendio en que ardian la sangre y la fortuna de tantos miles de familias; á aquellas cárceles donde yacían aherrojados tantos inocentes, donde resonaban tantos ayes: no los fijaban en los caminos públicos, llenos de jóvenes y ancianos que huyendo de las proscripciones y de la muerte, abandonaban sus hogares perseguidos por sus mismos hermanos.

El 16 de Junio divulgóse en Madrid la noticia de que el rey y su familia habian recobrado la libertad. Al punto se derramó por las calles la plebe, haciendo resonar los aires con aclamaciones y con voces de alegría: las manolas corrieron con sus panderos á la Puerta del Sol á celebrar tan fausto suceso, y en todos los ángulos de la villa se oyeron cánticos é himnos. No tardó en desvanecerse la ilusion; y la gaceta madrideña refirió los acontecimientos de Sevilla recargando los colores del dibujo. La regencia en la proclama que con este motivo dirigió á los españoles, soltando las riendas á las pasiones que la dominaban, dijo que habia deseado la templanza solo con el fin de procurar la libertad del rey. Despues concluía de este modo: "Confiad en vuestro gobierno, que será constante en perseguir á cuantos con una rabia infernal Madrid. han cubierto de luto nuestros corazones." Tras esto los regentes declararon traidores á los que ha

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Proclama de la regencia de

cuencias.

bian votado la deposicion, y los sentenciaron á la pena capital, cual si estuviese admitido en legislacion dar efecto retroactivo á las leyes ó señalar penas á delitos anteriormente consumados.

No pusieron en olvido los realistas las palabras de la regencia, y pasando del gozo á la rabia y al desenfreno lanzáronse en todos los horrores de la licencia. En unas partes prendian á los liberales, calificando con este nombre á los que no figuraban en las filas de la democracia; en otras no se contentaban con su prision, y arrastraban á los calaboSus conse- zos á sus esposas é hijos; aqui entraban á saco las casas; mas allá los sacaban del pueblo á pedradas; y siempre eran protegidos los alborotadores por las autoridades, que los animaban y marchaban á su cabeza. Confiscaron los bienes á los ciudadanos ausentes, privando á sus familias de la subsistencia, y sumiéndolas en la pobreza: los hombres mas oscuros y sin arraigo pasaban en pocos dias de la indigencia á la opulencia, y los mas ricos veían desaparecer su fortuna y sus bienes entre las manos de los escribas y de los voluntarios realistas, actores principales del drama. Mas de mil y quinientas personas fueron sepultadas en las cárceles públicas de Zaragoza por el mas vil populacho, acaudillado por los frailes: el Trapense horrorizó en Navarra la humanidad y la decencia con tales crueldades cometidas en los hombres y tales torpezas en las mugeres, que la pluma se resiste à describirlas: en Madrid centenares de individuos gimieron en las mazınorras, hasta qne compraron con el oro la libertad en la Mancha el Locho y sus satélites robaron, asesinaron y escalaron las casas á la luz del sol, para saquearlas y violar á las desgraciadas mugeres; y en Córdoba, hacinados en los encierros españoles beneméritos, eran arrojados en un pilon lleno de agua. Y en inedio de estas bacanales, de

este vértigo y frenética suelta de las pasiones y de los crímenes, el nieto de San Luis, que los habia provocado con su invasion, ¡qué oprobio! guardaba silencio.

1823.

rillo de la obe

Cuando el conde de Cartagena se enteró de las escenas de Sevilla publicó en Lugo la siguiente proclama, que tenia la fecha de 26 de Junio. "Soldados del cuarto ejército. -Habeis manifestado vuestra decision á no obedecer las órdenes de la regencia que las Cortes instalaron en Sevilla, despojando de sus atribuciones al rey de un modo reprobado por nuestro pacto social. Animado de los mismos sentimientos que vosotros he condescen- Sepárase Modido con vuestros deseos, y os declaro que no re- diencia al goconozco al gobierno que las Cortes han establecido bierno. ilegalmente, y que resuelto al mismo tiempo á no abandonar estas provincias á los furores de la anarquía conservo el mando del ejército, y auxiliado por una junta gubernativa tomaré las providencias que exijan las circunstancias, no obedeciendo á ninguna autoridad hasta que el rey y la nacion establezcan la especie de gobierno que debe regir en nuestra patria. "

Habia el conde de Cartagena reunido en Lugo una junta compuesta del obispo, del gefe político, de tres individuos de las diputaciones provinciales de Orense, la Coruña y Vigo, y de otros, á cuya junta refirió los sucesos de Sevilla y manifestó el estado de la guerra, pues el general francés Bourke ocupaba ya Asturias y amenazaba aquel reino. Todos unánimes opinaron debian enviarse parlamentarios á los franceses solicitando un armisticio, hasta que libre el rey diese el gobierno que fuese de su agrado, no reconociendo entre tanto las regencias de Cádiz ni de Madrid, sino conservándose Galicia gobernada por las autoridades mismas que tenia. Quiroga concurrió á la junta,

:

aprobó el acuerdo tomado, y en vista de los peligros que amenazaban la causa de la libertad determinó poner en salvo su persona, para lo cual le facilitó Morillo 40000 reales de los únicos 70000 que existian en caja. El conde, enviado el parlamentario á Bourke, elevó al duque de Angulema (*Ap. lib. 11. un enérgico manifiesto (*), en el que pintaba linum. 10.) bremente el estado espantoso de anarquía en que la regencia realista habia sumido el reino hispano. Alli declaraba su intencion de no reconocerla mientras no variase de rumbo: cuyas razones reprodujo en otra proclama que el 1.° de Julio dirigió á su ejército, enumerando las escenas que se habian representado en Sevilla.

1823.

(Ap. lib. 11. num. 11.)

ña

Acto contínuo Quiroga se encaminó á la Corupara desde alli darse á la vela; pero los amigos que en aquel puerto tenia afeáronle el asentimiento que habia dado al acuerdo de la junta de Lugo; y nudando de opinion tomó el mando de las tropas, invitó á las de Morillo á que se separasen del conde, é impidió la entrada en el puerto al ayudante de éste, que debia comunicar á las autoridades lo estipulado (*). Recordóle el de Cartagena su compromiso, pintóle las desgracias que iban á caer sobre Galicia, su dulce patria, y Quiroga se embarcó, pero sin lograr de los que empuñaron las riendas de la Coruña adhiriesen al armisticio, que el general Bourke habia ya concedido á los soldados de la libertad. En esta capitulacion se estipuló que serian respetadas las personas y las propiedades, que se conservarian los grados del ejército, y que ninguno sería perseguido por sus ideas anteriores.

Portador el coronel O'Doile del manifiesto del conde de Cartagena al duque de Angulema, éralo tambien con mucha reserva de un reconocimiento simple del mismo á la regencia de Madrid duran

te la llamada cautividad del rey, del cual debia únicamente hacer uso en muy crítico y determinado lance. Pero ó bien Morillo, abrumado con los disgustos de la Coruña, se arrojase en brazos de la desesperacion, ó bien, lo que parece mas cierto, se adormeciese O' Doile entre los halagos de los cortesanos, lo cierto es que entregó á la regencia el acta reservada, quedando de este modo reconocida la autoridad de los regentes por el ejército de regencia de Morillo. Los realistas habian levantado su voz contra éste, y costó tiempo y gravísimo trabajo el que cesaran en sus furiosas invectivas.

La opinion pública se deserrollaba en Andalucía tomando un increible vuelo á favor del realismo. Entregada Sevilla á sus propios vecinos despues de la salida de las tropas constitucionales, atrevióse á recibir hostilmente á Lopez Baños, que se retiraba al frente de las reliquias del tercer ejér cito. Parapetado el vulgo en la puerta de Triana opúsole tenaz resistencia defendiendo el puente del Guadalquivir, hasta que desvandado y roto cedió la entrada al arte y á la disciplina. La llegada de los franceses el 21 de Junio puso fin á tantas zozobras, siendo recibidos en triunfo y con todas las nuestras de gozo y entusiasmo que inspira el amor. Persiguieron estos sin descanso á Lopez Baños, á quien tomaron la artillería, obligando á la caballería á internarse en Estrainadura, y salvándose solos mil infantes, que embarcados en Huelva con su gefe llegaron á Cádiz.

Reconoce la

Madrid.

Hostilidad de Sevilla contra Lopez Baños.

1823

Martignac habia cesado en su cargo, y el marques de Talaru ocupaba la embajada francesa: al felicitar á la regencia no habia dejado entrever en su discurso una sola esperanza de mejorar el lastimoso estado del pais, ni un consejo á los crueles regentes, que tan sin piedad proscribian y condenaban. Del mismo modo se apresuraban á ro- Reconoci.

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