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cunvalacion de Cádiz, activando los trabajos del sitio y acelerando el momento de poner fin á la lucha.

El cabecilla realista Ramon Chambó se habia apoderado de Tortosa, entregada vilmente por un oficial llamado don Manuel Gonzalez á las bandas de la fé. Habia Chambó mantenido secreta inteligencia con Gonzalez por medio de su gefe de estado mayor don Pedro García Navarro, tan aventajado en el arte de la traicion, pues era el mismo que allá en Peñíscola vendió la plaza á los franceses en la guerra anterior. Las demasías de las hordas facciosas subian de punto con el engrandecimiento y las victorias de su partido; y el fanatismo de tal suerte los dominaba, que don Rafael Sempere, hablando en un parte oficial de la salida intentada por los liberales de Alicante á la parte de Guardamar, donde sin embargo no desembarcaron, decia: “que no habian podido pisar el suelo católico." Con estos ardides atizaban y encendian el entusiasmo de la muchedumbre. El 4 de Setiembre, celebrados en Valencia pomposos funerales por orden de la regencia para dar nueva sepultura á los restos de don Francisco Javier Elío, á quien en el año anterior decapitó el verdugo, sintióse al tiempo del entierro un ligero temblor de tierra; y los realistas, atribuyéndolo á prodigio, divulgaron que el cielo habia querido solemnizar y aprobar la ceremonia con el terremoto. Habia muerto el 20 de Agosto el Papa Pio VII, y los individuos de la junta apostólica, recogiendo ansiosos los laureles. que en nuestra patria les ofrecia el triunfo de la teocracia, oponiánlos como mérito para influir en la eleccion del sucesor.

Llegadas á Cádiz la capitulacion de Balleste-: ros y las representaciones de Zayas, salió Riego con algunos oficiales y desembarcó el 17 de Agos

Entrega de Tortosa.

1823.

Riego en Má to en Málaga, tomando el mando de la division laga. del último general, que se componia entonces de unos dos mil y quinientos hombres. A media noche hizo prender á los generales que alli se hallaban, entre quienes se contaba el mismo Zayas, trasladándolos á bordo; separó á varios gefes que no le inspiraban confianza y recogió la plata de las iglesias. Loberdo, que procedente de Granada se adelantaba por Loja y Antequera á Málaga, le obligó á ausentarse de la ciudad. Llevaba Riego el encargo de inflamar el espíritu militar de las tropas de Ballesteros para que se separasen del convenio ajustado, y el 3 de Setiembre, siguiendo la costa de Levante, se encaminó á Nerja; y superando las nontañas por la izquierda se metió entre Loja y Granada, llegando el 10 á Priego, donde Ballesteros habia sentado el cuartel general.

1823.

Apenas habia evacuado Málaga posesionóse de ella Loberdo, mientras Bonemaine se dirigia contra el general español en direccion opuesta á la que habia tomado. Cuando Ballesteros supo que Riego se acercaba púsose tambien al frente de sus fuerzas, y le salió al encuentro con ánimo de venir á las manos si no retrocedia. Llegados á la vista unos de otros la refriega parecia tan inevitable que las guerrillas habian roto ya el fuego: mas los soldados de Riego, instruidos de antemano del papel que habian de representar, dejando las armas y dando al aire los morriones gritaron: "viva la union: vivan los generales Ballesteros y Riego." Entonces éste último se acercó al primero y le rogó que tomara el mando de todas las tropas y que rompiese el convenio estipulado con Molitor: Ballesteros espuso el estado del pais y de la opinion popular, y se afirmó en no separarse ni una coma de los artículos de la capitulacion.

Acamparon en seguida los batallones de ambos

Arresta á Ballesteros.

gefes, y aprovechándose despues el don Rafael del descuido de Ballesteros sorprendió y desarmó la guardia de su alojamiento y le arrestó en compañía de los individuos del estado mayor que alli se hallaban. Mas habiéndose divulgado la noticia, Balanzat se puso en movimiento con una brigada, y adelantándose á la cabeza de un escuadron libertó á Ballesteros. Riego abandonó el campo y se retiró á Alcaudete, sin que le siguiese ni un individuo del ejército capitulado, y desamparado al contrario por dos escuadrones de Numancia y de España y por varios oficiales que se unieron al convenio. En situacion tan crítica Riego podia tomar el rumbo de Estremadura ó de Cartagena y reunirse á las tropas constitucionales de uno ó de otro punto: su mala estrella le guió al último, y se encaminó á Jaen al frente de 2500 hombres escasos y en el mayor desaliento. Bonemaine, que costeando el mar se hallaba en Almuñecar, sabida la llegada de Riego á Nerja y sus intenciones torció hácía la derecha, y marchando á la vega de Granada le alcanzó el 13 en Jaen, donde le atacó y derrotó con pérdida de quinientos hombres. Batido Riego Riego. se retiró por Mancha Real á Jodar, donde le sorprendió el 14 un cuerpo de caballería destacado por el general francés que cubria la comunicacion del camino real de Andalucía. Tomáronle los contrarios setecientos prisioneros, dispersándose las restantes fuerzas, y resultando un desorden tan completo que Riego solo pudo escapar con tres personas para colmo de desgracia. Eran estas el capitan don Mariano Bayo, el teniente coronel piamontés Virginio Vicenti y el inglés Jorge Matías. Resolvieron dirigirse á Ubeda, donde existia una division de Ballesteros, ó cruzar á Estremadura: mas llegados á un cortijo del término de Vilches, donde habia dos porquerizos, envió Riego

Derrota de

á uno de ellos al pueblo inmediato de Arquillos á comprar comida, ofreciéndole quince onzas de oro si guardaba secreto y le acompañaba hasta el punto que despues le indicaria. Anduvo el gefe liberal tan imprudente y poco cauto en sus palabras que no tardó el porquerizo en adivinar quién era; y asi lo dijo al comandante realista de Arquillos en el momento en que pisó el lugar. Reunió el comandante á los escopeteros que alli habia, y el oficioso cura en vez de ejercer el ministerio de paz empuñó el fusil, corriendo todos juntos al cortijo y Su prision. arrestando sin resistencia á Riego y demas compañeros, que muy tranquilos estaban almorzando. El comandante de realistas de la Carolina, donde fue trasladado el 15 de Setiembre y sepultado en un calabozo de la carcel pública, se glorió el bárbaro en el parte dado á la Regencia de que asestando al pecho de Riego la punta del sable con ánimo de traspasarlo le obligó á decir: "muera la Constitucion y viva el rey absoluto." Reclamaron su persona los franceses y condujéronle á Andújar en inedio de la fuerza armada, para evitar quizás que el populacho de la Carolina, alborotado y enfurecido por el fanatismo religioso, despedazase al preso.

1823

El encarcelamiento del que pasaba plaza de gefe de los liberales llenó de alborozo los pueblos del fanatizado reino; y en todas partes lo celebraron con muestras de alegría, que generalmente iban unidas á los insultos y atropellamiento de los pacíficos ciudadanos. La estrella de la libertad presentábase eclipsada y sin brillo en toda Europa; y los partidarios del despotismo, viendo tan inmediato el cumplimiento de sus deseos, enardecíanse aun mas en sed de venganza. Parecíales que para asegurar el pedestal de la tiranía sobre una base de hierro necesitaban esterminar la generacion liberal,

apoderarse de sus bienes, y no dejar sobre la tierra mas vivientes que sus partidarios.

: La presencia del duque de Angulema alentó á las tropas francesas que sitiaban á Cádiz; mas antes de atacar aquel baluarte de la libertad presentóse delante de sus muros el 17 de Agosto un parlamentario con una carta para el rey, en la que intentando Angulema preparar los ánimos de los gaditanos á las ideas mismas que habian empleado sus agentes para seducir á los guerreros españoles, persuadia al monarca á que libre diese al pueblo una amnistía y las antiguas Cortes. Decia asi:

"Querido hermano y primo. La España está ya libre del yugo revolucionario: algunas ciudades fortificadas son las únicas que sirven de refugio á los hombres comprometidos. El rey mi tio y señor habia creido, y los acontecimientos no han cambiado nada su opinion, que restituido V. M. á su libertad, y usando de clemencia, sería conveniente conceder una amnistía, como se necesita despues de tantas disensiones, y dar á sus pueblos por medio de la convocacion de las antiguas Cortes del reino garantías de orden, justicia y buena administracion. Cuanto la Francia pueda hacer, asi como sus aliados y la Europa entera, se hará, no temo asegurarlo, para consolidar este acto de vuestra sabiduría.

" He creido de mi deber dar á conocer á V. M. y á todos aquellos que pueden precaver aun los males que les amenazan las disposiciones del rey mi tio y señor; si en el término de cinco dias no he recibido ninguna respuesta satisfactoria, y si V. M. permenece todavía privado de su libertad, recurriré á la fuerza para dársela, y los que escuchan sus pasiones con preferencia al bien de su pais serán solos los responsables de la sangre que se vierta.

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1823.

Carta de Angulema á Fernando.

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