Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Su muerte.

(* Ap. lib. 12.

mandó intimar á Bessieres y á sus siete compañeros, todos oficiales, los decretos del rey, y los puso en capilla sin dar oidos á sus justos lamentos, pues esponian que obedientes á la real orden del 17 Agosto de 1825. se habian rendido á la primera intimacion sin oponer resistencia. Ni las leyes, ni la justicia, ni la regia palabra empeñada importaban al conde: su interes estribaba en cerrar con la muerte los labios de Bessieres para que no descorriese el velo á la horrible máquina, y apareciesen en su verdadera forma los artífices de ella. No consintió que se tomase á Bessieres declaracion sino por lo respectivo al alzamiento, sin esplicar los promotores ó las causas que le habian impulsado. A las ocho y media de la mañana del 26 Bessieres y los demas oficiales sufrieron tranquilos la muerte (*), escapándose al primero varias palabras que deno- num. 18.) taban su asombro y el laberinto de complicaciones que tenia la trama, en cuyos hilos estaban enredados obispos, generales, el clero y los realistas de todo el reino. El conde de España quemó acto contínuo los papeles encontrados en el equipage del corifeo sedicioso, y voló ufano á poner a los pies del solio la sangrienta palma que habia arrancado de mano de sus propios partidarios, y á recibir en premio la gran cruz de Isabel la Católica. Tambien ornó el monarca con la de San Fernando los pechos del conde de San Roman, comandante de los granaderos de la guardia real, del marques de Zambrano, ministro de la Guerra, que mandaba la caballería, y del conde de Montealegre, capitan de guardias. Otros muchos premios estimularon á los cortesanos que rodeaban el solio, viéndose por un prodigio de la astucia y la insolencia galardonados algunos que habian soplado la llama ó puesto el hacha incendiaria en manos de los sacrificados.

Con el pronunciamiento de Getafe saltaron algunas chispas en Zaragoza, que sufocó la firmeza del capitan general Bassecourt: en Granada habíase puesto al frente de la conjuracion de acuerdo con don Jorge Bessieres el portaestandarte de caballería don José Manuel Morales, pero no habiendo secundado sus intentos los soldados ni el coronel del cuerpo, fue preso y cayó sobre sus espaldas el rigor de los decretos espedidos. Mas arraigada se presentó la rebelion en Tortosa, donde á no mediar el incorruptible arrojo del oficial que guarnecia el castillo hubieran corrido rios de sangr, pues habíanse conjurado para asesinar al gobernador y á centenares de individuos tenidos por liberales, muchos oficiales de la guarnicion; y á la sombra de la máscara con que se cubria, atizaba el oculto fuego el obispo don Victor Saez, de odioso recuerdo.

Los militares indefinidos representaron al rey ofreciendo sus espadas con motivo de la escandalosa rebelion de los hombres fanáticos; é irritados con su oferta los consejeros del bando terrorista osaron proclamar que la urdimbre de Bessieres, obra de los amigos del santo oficio, habia salido de las manos de los constitucionales para con nombre distinto llevar adelante sus planes de trastornar el gobierno. Mentira atroz que todos despreciaron, y que indignó á los ciudadanos honrados. Prohibióse en 4 de Setiembre que la fuerza armada del ejército y de los voluntarios realistas y los vecinos de los pueblos en masa, ó en Prohibense las número cualquiera, representasen á S. M. solicitando determinadas providencias ó la suspension y revocamiento de las ya dictadas, con lo cual cesó la plaga de los furiosos escritos que inculcaban el esterminio y las hogueras. Aparecieron por el contrario numerosas pastorales de los obis

1825.

representaciones al rey.

pos, que invitados por el ministerio y ansiosos de lavar la mancha que en el malogrado pronunciamiento habia caido sobre ellos, escribieron á favor del olvido y de la union de los españoles.

En los primeros dias de Agosto la policía de Granada sorprendió en el acto de su reunion una logia de siete masones revestidos con trages de ceremonia, y rodeados de los instrumentos y emblemas de la sociedad, cuando recibian en su seno á un pretendiente. Por real decreto de 21 del mismo mes se les condenó á la horca, donde espiraron el 10 de Setiembre: prescribíase en el artículo segundo de la orden que se sustanciasen y castigasen con la muerte en el preciso término de tres dias las causas de los individuos de la masonería que fuesen descubiertos en adelante. Asi se tocaban y multiplicaban las ejecuciones en el instante del vencimiento de los terroristas, porque el corazon del monarca se complacia con la destruccion de sus súbditos á trueque de conservar la omnipotencia del mando.

Réstanos todavía referir un suceso trágico, cuya barbarie eclipsa las crueldades anotadas, y parece mas propio de las tribus africanas que de los humanos corazones que respiran el suave ambiente de la Hesperia. Don Juan Martin el Empecinado, rendida la plaza de Cádiz, capituló con el ejército francés, y bajo la salvaguardia de la fé militar retiróse á su pueblo natal, donde vivia tranquilo y contento con el aprecio de sus paisanos. Era entonces corregidor de la fanática villa de Roa don Domingo Fuentenebro, que por resentimientos privados habia jurado venganza al Empecinado desde el tiempo de la guerra de la independencia, en que tanto descolló el osado guerrero. Con el fin pues de satisfacer el in

T. III.

34

1825.

Martirio del Empecinado.

fernal deseo que atosigaba su pecho prendió, auxiliado por los realistas, al desgraciado caudillo, y conduciéndolo á la mísera y odiosa carcel de Roa lo sepultó en un calabozo, dando principio á una causa en que le acusaba de haber permanecido con las armas en la mano y oprimido á los amantes del rey despues de haber recobrado la libertad el monarca. Compró con el oro y con ofertas testigos inicuos que declararon á su grado. Durante el largo transcurso del proceso convirtió la prision del sin ventura don Juan Martin en una prolongada agonía, en un martirio doloroso: mandó construir una jaula de hierro, y encerrando en ella cual bestia feroz al preso, hacia que le sacasen de tiempo en tiempo á la plaza, donde le apedreaban los muchachos, y las verduleras le escarnecian y tiraban inmundicias. Condenóle á muerte el vengativo Fuentenebro, y consultó la sentencia con la Sala de alcaldes de Casa y Corte: un general francés se presentó al monarca, le pintó el sacrificio bárbaro que preparaban sus verdugos, le exhortó en nombre de la Francia, del mundo civilizado, á impedir aquel asesinato, á vengar los ultrages recibidos por un guerrero; pero Fernando se rió de sus ruegos, y respondió friamente que no se opondria al castigo del desgraciado reo. Lució la funesta aurora del 19 de Agosto, y habiendo sacado de la carcel para la horca á don Juan Martin, prorumpió éste desesperado en vivas á la libertad: los realistas que lo custodiaban comenzaron á punzarle con las bayonetas: el reo y sus asesinos iban corriendo, luchando, dando voces, Su trágico fiu. derramando sangre: fue necesario auxiliar al verdugo, que no podia sujetar al valeroso adalid, y forcejando y peleando siempre murió ofreciendo á la Europa un espectáculo atroz y nunca visto.

1825.

[ocr errors]

Resumen del libro decimotercio.

Junta consultiva de gobierno. - Exoneracion de Zea Bermudez.- Elevacion al ministerio del duque del Infantado. — Elogio del ministro de Hacienda.- Frailes cubiertos de grandes de España.- Revuelta de Rusia. - Revolucion griega. — Desembarco de Bazan.- Rindese.—Perece.-Inspeccion de voluntarios realistas. — Orgullo de los mismos. — Rasgos de hipocresia.- Año Santo.- Prohibicion de libros. — - Agraviados.-Manifiesto del rey contra la Carta de don Pedro. Caida de Infantado. - Entra Gonzalez Salmon en el ministerio.- Desercion de la caballería de Olivenza.- Rebelion de Portugal á favor del infante don Miguel. - Ejército de observacion: Amenaza á Inglaterra.-Sucesos de Francia.- Espias del rey.-Federacion de realistas puros.- Fernando sale á recibir á los realistas.- Insurreccion de los agraviados de Cataluña.-Cabecillas.- Jep dels Estanys.-Pretesta órdenes secretas del rey.- El conde de España al frente del ejército ataca á Cataluña.- Facultades que le concede el rey.— Su carácter.- Sorpresa de Manresa.-Junta de Manresa.Chispas en Aragon.-Rasgo sagaz de Longa. Acumulamiento de gentes en Barcelona.- Parte el rey á Cataluña.- Llega á Tarragona.- El rey á los catalanes.—Acógese Rafi y Vidal al indulto.-Tambien la junta de Manresa.- Rindense sin resistencia los agraviados. -Fernando en Valencia. —

[ocr errors]

1

« AnteriorContinuar »