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de todas partes llovian sobre el punto donde tremolaban su bandera. Tambien en Aragon por la parte de Plan penetraron como cuatrocientos infantes dirigidos por Gurrea y Plasencia, que despues de vagar por los lugares situados en la falda de los Pirineos tuvieron que regresar al suelo de Francia, perseguidos por distintas bandas de realistas. En Gibraltar Torrijos, Palarea y Manzanares preparaban otra espedicion para la costa de levante el mal éxito de las primeras y las medidas adoptadas por el gobernador inglés desbarataron el proyecto. San Miguel pisó por último breves dias la frontera de Cataluña, pero como su tentativa y las demas que succedieron á esta fueron insignificantes las pasaremos en silencio. El gobierno recelábase algun movimiento en Cádiz, y la policía avisaba al gobernador Hierro que su existencia corria peligro.

Mientras los liberales españoles enarbolaban el pendon de la libertad Fernando se habia apresurado á enviar sus credenciales al conde de Ofalia para que reconociese el gobierno de Luis Felipe, siempre que el ministerio francés le ofreciese desarmar é internar á los espatriados. Asi lo ofreció y cumplió aquel gabinete, de suerte que lanzados los proscritos liberales por los realistas á la falda oLuis Felipe puesta de los Pirineos, encontraron la orden de rendir las armas y de encaminarse al interior del reino. Con esto Fernando recobró el perdido aliento, y seguro por entonces de no ser hostilizado empuñó con mas fuerza el cetro de hierro.

manda internar á los españoles.

Antes de la revolucion de Julio los secretarios del despacho de España habian querido imitar á los ministros de Carlos X y dado un decreto sobre imprentas, en el que se establecia que los subdelegados de las provincias no pudiesen conceder licencias para imprimir las obras que pasasen de

1830.

Famoso de

seis pliegos, debiendo los autores acudir al Consejo. Asi de un golpe se cerraban las puertas á toda clase de impresos, porque las trabas y dilaciones del Consejo eran tales que costaba años enteros' cada permiso. Consumada despues la revolucion francesa, y dado en la raya el grito de libertad por los espatriados, publicóse en 1.° de Octubre el decreto mas bárbaro y sanguinario de que hay memoria en los anales de la tiranía. Fulminase en él la pena de muerte (*) por el mas leve delito y (Ap. lib. 13. núm. 8.) de un modo vago, para dejar mas campo á la arbitrariedad: sirva de muestra el artículo segundo, que dice asi: "Las personas que presten auxilio de armas, municiones, víveres ó dinero á los mismos rebeldes, ó que favorezcan y den ayuda á sus criminales empresas por medio de avisos, consejos ó en otra forma cualquiera, serán considerados como traidores, y condenados á muerte conforme á las leyes 1.2 y 2.a, título 2.0 de la partida 7.a" Por el simple hecho de mantener correspondencia con los emigrados condenábase á los presidios, sin esceptuar á los parientes de aquellos, y al patíbulo si la correspondencia tendia á favorecer sus intentos.

Fruto de tan funesto decreto fueron las crueldades ejercidas con los espatriados que pisaron el territorio patrio, pues apenas caían prisioneros arcabuceábanlos sin piedad y sin miramiento á clases ni á naciones. El pueblo á fuerza de derramamiento de sangre se tornó tambien cruel, y en Pamplona al entrar presos los infelices de la accion de Vera atumultuóse el vulgo é hirió y maltrató á aquellas víctimas destinadas al cadalso. Asusta el número de las ejecuciones que siguieron al amago de los liberales españoles; y tomando pie de su tentativa para inventar trainas en el corazon de la monarquía, las autorides comenzaron á sepultar en los calabozos á

creto de 1.o de

Octubre

cuantos tenian fama de no amar el despotismo. Abrian las cartas del correo, y una palabra oscu ra bastaba para calificar de conspirador al ciudadano á quien iba dirigida: las cárceles se llenaron de nuevo de inocentes, y resonaron otra vez en ellas las cadenas y los ayes de los presos. Al propio tiempo derramáronse gracias y premios sobre los que habian vencido á los liberales, concediendo el grado de coronel á Eraso, y la cruz de primera clase de San Fernando á cuantos se distinguieron en los encuentros de Valcarlos y de Vera desde soldado inclusive: hasta á los secretarios del despacho alcanzó la real munificencia.

La hermosa princesa que se sentaba al lado de Fernando en el solio trabajaba en templar con su dulzura y amorosas palabras los consejos de intolerancia y de furor que Calomarde y el obispo de 1830. Leon daban al monarca. En Julio habia creado el Conservatorio Conservatorio de música que llevaba su nombre pa

de música.

ra que sirviese de plantel de la juventud, y de él saliesen artistas que con su mérito diesen gloria á le escena española. Esposa amable y solicita en dulzaba las penas del rey, atacado en Junio por la gota, y que en 23 de Julio al apearse del coche en el jardin de Robledo de San Ildefonso resbaló del estribo y se lastimó el pie, padeciendo por algunos dias hinchazon y dolor. Los ataques del príncipe no guardaban ya períodos fijos, lo cual unido á su frecuencia suele ser en tales enfermedades señal de corta vida: presintiendo el rey su brevedad, y augurando los bandos en que la nacion se dividiria despues de su muerte y como consecuencia de la pragmática sancion publicada, otorTestamento gó en Aranjuez en 12 de Junio su testamento por sí, y sin consultar á persona alguna que nosotros sepamos. Los individuos á quienes el rey llamaba

del rey.

al Consejo de gobierno, hombres de opiniones encontradas, son un testimonio de que preveía ya los futuros desastres de la patria. No es tiempo ahora de hablar de este documento, que bajo muchos conceptos llama la atencion de la historia. Cristina seguia inclinando el ánimo de su esposo á la templanza, y los secretarios del rey don Juan Manuel de Grijalva y don Antonio Martinez Salcedo, que en las épocas de su favor se habian afanado por lograr la conciliacion de los partidos y la marcha regular del gobierno, arrimaron de nuevo los hombros á tan sublime obra.

1830.

Mas el corazon del hombre no se muda, y el de Fernando estaba lleno de aborrecimiento á la libertad y á sus amigos: conmovido por el amor á su esposa abrigaba ideas de olvido por un instante, mas de repente volvíase á inflamar la sangre que circulaba por su pecho y desahogábase en el obispo de Leon, quien, como dice el mismo en 5 de Enero de 1833, "le debia confianzas en algunos graves negocios que no podia revelar." De ahí resulta la notable diferencia entre los actos de esta época. El mismo monarca cuya mano autorizaba benéficas é ilustradas medidas en varias ocasiones, habia firmado en 11 de Abril el establecimiento en Sevilla de una escuela de Tauromáquia (*), nombrando maestro de ella á don Pedro Tauromaquia. (* Ap. lib. 13. Romero con doce mil reales de sueldo. El conde núm. 9.) de la Estrella habia presentado el plan para lisonjear las inclinaciones del rey, y en un pais donde tanto se necesita suavizar las ásperas costumbres del vulgo en vez de recrudecerlas con espectáculos sangrientos, y donde tan atrasadas andan las ciencias, se fundaban cátedras de gladiadores para enseñar el modo de luchar con las fieras y de derramar su sangre para oprobio del siglo y del reinado en que se instituían.

Escuela de

de Isabel.

1830.

Por entre tantas tinieblas que tenian enlutada Nacimiento á la mísera España amaneció el astro de la princesa Isabel el 10 de Octubre con júbilo estraordinario de Fernando, que gozaba la inconcebible delicia de ser padre. El 11 se celebró con pompa y regio aparato el bautismo de la infanta, y el 13 ordenó el rey que como á heredera del solio se le tributasen los honores acostumbrados al príncipe de Asturias. Regocijóse la corte con fiestas obsequiando el nacimiento de Isabel; únicamente los realistas furibundos ponian ceñudo el rostro, aunque en su corazon alimentaban la esperanza de que siendo hembra no se sentaria en el trono, pues se creían sus árbitros y señores. El tiempo les preparaba un desengaño. Los sentimientos paternos enternecieron el pecho del monarca, y Cristina se gran. jeó mayor ascendiente con el hermoso renuevo de su amor la idea de la familia, el porvenir de la hija fijaron los ojos del padre, y á tan dulces afectos debióse el pensamiento de mejoras que ocupó la mente del príncipe. En 5 de Noviembre Fernando por resolucion autógrafa decretó el establecimiento de un ministerio del Fomento; pero antes de publicarse el decreto Calomarde y el obispo de Leon, que conocian la debilidad, inconstancia y cobardía del que empuñaba el cetro, intimidáronle con que al paso que se afligirian los realistas cobrarian aliento los liberales con aquella medida y se banderizaria el reino.

En Nápoles, donde se habia festejado con públicas demostraciones el nacimiento de nuestra princesa Isabel, convirtióse el gozo de la familia real Muere el rey en luto con la muerte del rey Francisco, padre de de Nápoles. la reina Cristina: tambien Pio VIII espiró en el mes de Noviembre. Don Miguel tiranizaba el Portugal; Francia é Inglaterra negábanse al reconocimiento mientras no templase el rigor de su go

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