El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, Volumen1Baudry, Barrois, 1825 |
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Página 144
... ventero , hombre que por ser muy gordo era muy pacífico , el cual viendo aquella figura contrahecha , armada de armas tan desiguales , como eran la brida , lanza , adarga y coselete , no estuvo en nada en acompañar á las doncellas en ...
... ventero , hombre que por ser muy gordo era muy pacífico , el cual viendo aquella figura contrahecha , armada de armas tan desiguales , como eran la brida , lanza , adarga y coselete , no estuvo en nada en acompañar á las doncellas en ...
Página 145
... ventero y la venta ) respondió : para mí , señor Cas- tellano , cualquiera cosa basta , porque mis arreos son las armas , mi descanso el pe- lear , etc. Pensó el huésped , que el haberle llamado Castellano habia sido por haberle ...
... ventero y la venta ) respondió : para mí , señor Cas- tellano , cualquiera cosa basta , porque mis arreos son las armas , mi descanso el pe- lear , etc. Pensó el huésped , que el haberle llamado Castellano habia sido por haberle ...
Página 146
... ventero , y no le pareció tan bueno como Don Quijote decia , ni aun la mi- tad y acomodándole en la caballeriza , vol- vió á ver lo que su huésped mandaba , al cual estaban desarmando las doncellas ( que ya se habian reconciliado con él ) ...
... ventero , y no le pareció tan bueno como Don Quijote decia , ni aun la mi- tad y acomodándole en la caballeriza , vol- vió á ver lo que su huésped mandaba , al cual estaban desarmando las doncellas ( que ya se habian reconciliado con él ) ...
Página 149
... ventero no horadara una caña , y puesto el un cabo en la boca , por el otro le iba echando el vino : y todo esto lo recebia en paciencia , á trueco de no romper las cintas de la celada . Estando en esto , llegó acaso á la venta un ...
... ventero no horadara una caña , y puesto el un cabo en la boca , por el otro le iba echando el vino : y todo esto lo recebia en paciencia , á trueco de no romper las cintas de la celada . Estando en esto , llegó acaso á la venta un ...
Página 150
... ventero , y encerrándose con él en la caballeriza , se hincó de rodillas ante él , di- ciéndole no me levantaré jamas de donde estoy , valeroso caballero , fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quie- ro , el cual ...
... ventero , y encerrándose con él en la caballeriza , se hincó de rodillas ante él , di- ciéndole no me levantaré jamas de donde estoy , valeroso caballero , fasta que la vuestra cortesía me otorgue un don que pedirle quie- ro , el cual ...
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El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, 17 Miguel de Cervantes Saavedra Sin vista previa disponible - 1999 |
Términos y frases comunes
acabar adelante agra ahora Amadis amigo amor arriero asno aventura Barbero buen caballeros andantes caballo cabrero camino Cardenio Cervantes cielo comenzó Conde de Lémos debia decia decir dejó dellos demas desdichado despues destas dice digo dijo Don Quijote dijo el Cura dijo Sancho dió doncella Dulcinea del Toboso enamorado escudero espada estaba falta famoso fuese galeotes Grisóstomo gusto habeis habia halló hermosura hizo honra hubo jamas jote jumento libros libros de caballerías llamaba llegó llevar luego Luscinda Mancha manera mano Marcela menester merced mesmo mirando moza muerte muger mula mundo noche oido ojos parece pasar pastor pensar poco podia podria pondió pudo puerto Lápice puesto puso quedó queria quiero quiso quitar recebir Reina replicó Don Quijote respondió Don Quijote respondió Sancho Rocinante sabio Sancho Panza suelo suerte tambien tengo tenia traia tuvo venia venta ventero verdad vió volver vues
Pasajes populares
Página 259 - Y ahora, en estos nuestros detestables siglos, no está segura ninguna, aunque la oculte y cierre otro nuevo laberinto como el de Creta; porque allí, por los resquicios o por el aire, con el celo de la maldita solicitud, se les entra la amorosa pestilencia, y les hace dar con todo su recogimiento al traste.
Página 291 - ... sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso y entiendo, que sólo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas.
Página 101 - ¿qué podrá engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?1 El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, son grande parte para que las musas más...
Página 15 - El miedo que tienes, dijo Don Quijote, te hace, Sancho, que ni veas ni oyas á derechas, porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos, y hacer que las cosas no parezcan lo que son...
Página 180 - Y para concluir con todo, yo imagino que todo lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada, y pintola en mi imaginación como la deseo, así en la belleza como en la principalidad...
Página 175 - Si os la mostrara, replicó Don Quijote, ¿ qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender...
Página 14 - Genil; los que pisan los tartesios campos, de pastos abundantes; los que se alegran en los elíseos jerezanos prados; los manchegos, ricos y coronados de rubias espigas; los de hierro vestidos, reliquias antiguas de la sangre goda; los que en Pisuerga se bañan, famoso por la mansedumbre de su corriente; los que su ganado apacientan en las extendidas dehesas del tortuoso Guadiana, celebrado por su escondido curso; los que tiemblan con el frío del silvoso Pirineo y con los blancos copos del levantado...
Página 130 - Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra, como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran.
Página 100 - ... desnudo de aquel precioso ornamento de elegancia y erudición de que suelen andar vestidas las obras que se componen en las casas de los hombres que saben, ose parecer seguramente en el juicio de algunos, que no conteniéndose en los límites de su ignorancia, suelen condenar con más rigor y menos justicia los trabajos ajenos...
Página 258 - Entonces se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos.