viejas y gastadas, cada cual sintió con. alma de soldados de la Infantería, de españoles, de hombres de honor, sellando con acto tan espontáneo una amistad inextinguible, consuelo único en las decepciones y amarguras de la carrera, y garantía segura de un remanecer venturoso, impuesto por los impulsos de la juventud, que traen jugos, matices y energías al Arma que siempre brilló y señoreó, merced al arranque y á la valía de sus buenos hijos, al través de los siglos y por todos los mundos. ¡Quiera el cielo que lo que allí fué voto de corazones entusiastas y generosos, sea pronto realidad para bien de la Patria y de sus sagrados intereses! |