Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

pe de las tinieblas, que lo tenia subyugado. Cada uno, sobre aquella general que comunican todos, causa la especial, y característica suya, segun el fin de su institucion; y asi todos, y cada uno, son un escudo impenetrable para resistir las asechanzas del demonio, si el hombre coopera á ello, como dice Santo Tomás. Pero con alguna particularidad tiene este efecto el sacramento de la confesion; porque como en él descubrimos al padre espiritual todos los senos de nuestro corazon, y le hacemos patentes las tentaciones que combaten nuestra alma, nada es mas poderoso para hacer frente á las diabólicas artes y deshacerlas, dicen los santos Padres y varones de espíritu, y para intimidar á Satanás viendo descubiertos sus ardides. Suele el tentador inspirar á los hombres el silencio de sus tentaciones, semejante á un hombre libertino, que para seducir á una muger extraña, lo primero que hace es, encargarle con eficacia, no diga sus amores y pasion al padre, madre, ó esposo; porque prevee que al descubrirlos, se ha de seguir el estorbarlos. Por eso el célebre Casiano, tan experimentado en los combates espirituales, exhortando á descubrir al director las tentaciones, dice: que asi como una culebra que está oculta bajo una piedra, si levantan la piedra que la cubre, al punto huye, asi el demonio, serpiente del abismo, en el momento que se revela al confesor el secreto del interior, con que ocultaba sus sugestiones, luego huye precipita

[ocr errors]

4

do al abismo. Y quizá con sola la intencion de egecutarlo, ya se separa el tentador de la alma. Lo simbolizó Jesucristo, cuando enviando diez leprosos á los sacerdotes para que les curasen su achaque, antes de llegar á ellos, ya los enfermos estaban sanos, y habia huido de ellos la lepra.

Estos son, hermanos mios, los medios de que debemos usar para que no caigamos en la tentacion. Estos casi son indispensables. A todos tienta Satanás, y quizá mas á los mas virtuosos y justos; pues á los pecadores demasiado asegu rados los tiene, pues ellos mismos se tientan. Hijo, decía el Sabio: ¿Te acercas al servicio de Dios? Pues prepara tu alma para la tentacion. Mas, como habeis visto, las tentaciones son útiles para el egercicio de las virtudes, y para el premio de ellas. Pero es indispensable orar á Dios, y poner de nuestra parte los medios para vencerlas.

[ocr errors]

Esto haré yo, Dios mio, todos los dias de mi vida. ¡Infeliz de mí, si dejo las armas de la mano, pues seré víctima del furor de mi capital enemigo! Ponme, Señor, para mi proteccion, diré con David, bajo la sombra de tu amparo, y asi podré decir: Aunque se levanten contra mí egércitos de enemigos, no temerá mi corazon, porque tu estás con migo. Vengan, Señor, de esta suerte enemigos, vengan combates, pues sé, que saliendo victorioso con tu gracia, recibiré la corona de la gloria. Amen.

PLATICA DECIMASEXTA.

DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA.

Sobre la vida eterna de la gloria y modo de conseguirla.

[ocr errors]

El Evangelio de este dia es del cap. 17 de S. Mateo, que dice asi: Tomó Jesus consigo á Pedro, Santiago y Juan su hermano, y los llevó aparte á un monte alto, y se transfiguró delante de ellos su rostro se puso resplandeciente como el sol, y sus vestidos blancos como la nieve. Y al mismo tiempo se le aparecieron Moisés y Elias hablando con él de la pasion y muerte que habia de sufrir en Jerusalen. Entonces Pedro tomando la palabra, dijo á Jesus: Señor bueno es que nos estemos aqui. Si quieres, hagamos aqui tres tabernáculos, ó tiendas: una para tí otra para Moysés, y otra para Elias: Estando él hablando aun, he aqui una nube luminosa los cubrió con su sombra; y de esta nube salió una voz que decia: Este es mi hijo amado en quien he puesto toda mi complacencia: escuchadle. Y. oyéndolo los discípulos, cayeron en tierra sobre sus rostros, y fueron poseidos de un extremo terror. Mas llegándose Jesus á ellos les tocó y dijo: levantaos, no temais: y levantando ellos los ojos, á nadie vieron sino á solo Jesus. Y cuando bajaban del monte les mandó Jesus, y les dijo. A nin

.

guno digais lo que acabais de ver, hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Ved el Evangelio del dia.

Pero ved en él un retrato de la gloria de aquella vida eterna, en que se nos manda creer en el último artículo del Credo. Jesucristo nuestro Salvador, que habia venido al mundo á sacarnos de la esclavitud del demonio, en que nos habia puesto la culpa de nuestro primer padre, para que consiguiésemos el fin de nuestra creacion, dió á los hombres al tiempo de su predicacion los medios mas oportunos para ello. Les dió leyes y mandatos para complacer al Señor con sus acciones: les manifestó que la vida cristiana era una vida laboriosa, vida de penalidad y de trabajos, que para ser discípulos suyos era indispensable le imitasen tomando su cruz, esto es, resignándose en las tribulaciones y penalidades de esta mortal vida: les dijo, que abrazando su doctrina serian el objeto de la contradiccion, y persecucion de los malos. En fin, les hizo un retrato de cuanto penoso contiene en sí la doctrina del Evangelio. Pero para que no desmayasen en el camino de la virtud, y se penetrasen del gran premio que por sus trabajos les tenia preparado, quiso hacerles ostension de los bienes que disfrutarian despues de consumado su curso en esta vida, manifestando la gloria con que le galardonaba su Eterno Padre, y que habian de heredar ellos como jos suyos. Pero es de notar, que solos tres fue

hi

ron testigos de esta vision maravillosa; no porque todos no fueran dignos de ella; pues solo Judas, dicen los santos Padres, era indigno de ver aquel remedo del cielo; sino para manifestarnos, que asi como de doce hombres llamados á su Apostolado, solo tres participaron la gloria del Tabor, asi aunque son muchos los llamados á la Religion católica, serán pocos los que suban al monte santo de la gloria. ¿Y quiénes serán estos? De los Apóstoles solo disfrutaron la vision de que hablamos, los que obedecieron á Jesus cuando los llamó para el Tabor los que le siguieron sus pasos, y sufrieron la es cabrosidad de aquel monte alto; para que sepamos que solo conseguirán la vida eterna los que con sus virtudes correspondan al llamamiento de Dios á su Iglesia. Por tanto, la bienaventuranza va á ser el objeto de esta plática. ¿ Qué cosa es la gloria? la vida eterna: lo explicaré en la primera parte. ¿Qué debemos hacer para alcanzarla? lo diré en la segunda.

PRIMERA PARTE.

¿Qué cosa es la gloria? Ha! Asunto es este cuya explicacion parece hacía enmudecer á los mas sabios Padres de la Iglesia, no sabiendo que decir. Dios mandó al profeta Ezequiel (1), que para formar un retrato de la ciudad. santa de Jerusalen, símbolo del cielo, lo hiciera (1). Cap. 4. TOM. I.

Kk

« AnteriorContinuar »