TABLA

de las Pláticas contenidas en este primer tomo.

Primera. Domingo primero de Adviento. Sobre el Juicio final, y modo con que debemos disponernos para él................ pág. 27 Segunda. Domingo segundo de Adviento. Sobre la providencia de Dios, y quejas infundadas de los hombres contra este atributo de la divinidad.......... Tercera. Domingo tercero de Adviento. Sobre el alma racional, y estimacion que debe el hombre hacer de ella...... Cuarta. Domingo cuarto de Adviento. Sobre

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la penitencia, y peligro en diferirla........ 71 Quinta. Domingo infraoctavo de la Nativi

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dad. Sobre la comunion eucarística......... 86 Sexta. Domingo primero despues de la Epifanía. Sobre la santificacion del dia de fiesta. 100 Séptima. Domingo segundo despues de la Epifanía. Sobre el matrimonio, y funestas consecuencias de los que no se contraen con recto fin........... Octava. Domingo tercero despues de la Epifanía. Sobre la dignidad sacerdotal, y respeto que se le debe..... Nona. Domingo cuarto despues de la Epifanía. Sobre la oracion Dominica.......... 146 Décima. Domingo quinto despues de la Epifanía. Sobre la fe, y los motivos porque se pierde.............

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Undécima. Domingo sexto despues de la Epifanía. Sobre el pecado de escándalo......... 180 Duodécima. Domingo de Septuagésima. Sobre el último fin del hombre, y los pocos que lo consiguen...... 196 Décimatercia. Domingo de Sexagésima. So- ! bre la palabra de Dios, y especialmente por qué no fructifica en muchos............. 212 Décimacuarta. Domingo de Quincuagésima. Sobre el cuarto artículo del Credo, y delitos de Garnabal......................... ......230 Décimaquinta. Domingo primero de Cuares-A ma. Sobre la sexta peticion del Padre›

nuestro.......

?

...... 247

.... 263

Décimasexta. Domingo segundo de Cuaresma. Sobre la vida eterna de la gloria, y modo de conseguirla......... Décimaséptima. Domingo tercero de Cuares ma. Sobre la integridad de la confesion... 278 Décimaoctava. Domingo cuarto de Cuaresma. Sobre la crianza de los hijos............. Décimanona. Domingo de Pasion. Sobre el respeto al Templo........ Vigésima. Domingo de Ramos. Sobre la en

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...... 309

trada de Jesucristo en Jerusalén, é inconstancia de las glorias de este mundo... 322

EL AUTOR

A LOS SEÑORES PARROCOS,

y demas Ministros de la divina palabra.

Nadie ignora, venerables padres mios, la estrechísima obligacion en que se hallan todos los fieles de instruirse en la ciencia de la Religion.

El

que ha de egercer algun arte ú oficio, indispensablemente debe saber las reglas que ha de observar, para cumplir con él: y el hombre que en el sagrado bautismo ofreció ser discípulo de Jesucristo, seguir su ley, é imitar sus virtudes, no puede satisfacer estas obligaciones, si ignora que es lo que debe saber para ser buen cristiano. Debe pues enterarse de lo que ha de creer, y se lo enseña la fe que ha recibido; lo que ha de esperar de su Dios, que se le muestra con especialidad en la oracion dominica, lo que ha de obrar, que se lo prescriben los mandamientos; y lo que ha de recibir que son los Sacramentos que nos instituyó nuestro Divino Maestro: no solo deben saber esto: inútil seria toda instruccion en esta parte sino pusieran en práctica lo que respecto de la Religion han aprendido. Está pues obligado todo cristiano á saber como ha de creer, esperar, obrar, y recibir de un modo que sien

TOM. I.

A

do acepto á los ojos del Señor, les facilite la consecucion del fin para que fueron criados, y y para que el Divino Salvador los agregó á sus banderas por el Sacramento de la regeneracion: que su fe no ha de estar muerta; sino animada por la caridad obradora de lo que aquella dicta, y que en todas sus acciones manifieste prácticamente el amor sobre todas las cosas á un Dios digno de todos nuestros afectos, y el odio eterno al pecado, que tanto se opone á la santidad de la profesion que ha abrazado. Por instruido que esté el hombre en todas las ciencias naturales, que se dirigen al conocimiento de las cosas de la tierra, las que no tienen mas que un ser caduco, mudable, dependiente y perecedero, sino posee la ciencia del conocimiento del ser Supremo, eterno, independiente, y verdadero, de nada le aprovecha para su salvacion; no es mas, diré con S. Pablo, que un metal que suena, ó una campana vacía que hace ruido. Vanos son todos los hombres, dice el Sabio (1), en quienes no reside la ciencia de Dios. Esto es, por mas esterioridad de sabiduría que tengan los hombres sino tienen la ciencia de Dios, no solo especulativa sino práctica, que va junta con el amor, culto y obediencia al Señor, estan vacíos, huecos, sin mérito, sin ciencia verdadera, solo aerea, fantástica y aparente; y se presentan al mundo como aquel altar que se refiere en el (1) Sap. 13.