Imágenes de páginas
PDF
EPUB

to, y aun mezcla los últimos resuellos con la dulce esperanza de vivir. Qué mas? El haber salido sano de otras dolencias que ha sufrido peligrosas, le dá confianza que saldá tambien de aquel accidente que le tiene postrado. ¡Qué error! Tres veces se habia desatado Sanson de las ligaduras con que le aprisionó Dadila para entregarlo á sus enemigos: llega la cuarta, y habiéndole atado cuando estaba durmiendo le dispertó diciendo: Sanson que vienen contra tí los Filisteos. No importa, respondió, yo saldré libre de sus manos como otras veces; pero no sucedió asi; le habia Dadila cortado los cabellos en que consistia su fortaleza, y cayó víc tima de sus adversarios. Habrás salido, cristiano mio, una, dos ó tres veces de enfermedades peligrosas; pero llegará la cuarta, te faltarán las fuerzas, y caerás en manos del de monio.

Pero demos que alguna persona caritativa te persuada, como el Angel del Apocalipsi, que ya no hay tiempo sino unos cortos instantes de vida: ¿qué harás entonces? David lo dijo hablan do de los pecadores: se multiplicaron sus enfer medades, y todo es apresuramientos. Al momen to que venga el médico, al momento que venga el confesor, el escribano para hacer testa→ mento. Ha hermanos mios! se hace apresura¡ damente en aquella hora lo que pide mucha reflexion para egecutarse de modo que no sea infructuoso. Te querrás volver á Dios con una

verdadera penitencia á fin de alcanzar la remision de tus pecados; pero aquella época no es oportuna para hacerlo. El cuerpo que es el órgano por donde la alma egerce sus funciones, no es al tiempo de morir mas que una máquina ya casi insensible, que se vá desmoronando; los miembros torpes, los sentidos débiles, la razon obscurecida, y si algun conocimiento tiene, lo emplea todo en procurar remover los accidentes que le molestan. Ve á la esposa que gime ya su viudez, á los hijos que lloran su proxima horfandad, á sus bienes por cuya adquisicion se afanó, que van á pasar á otras manos; esto junto con la batería terrible del demonio, que tambien se apresura para no perder la presa, esto hace, que en la muerte no hay quien se acuerde como debe de Dios, segun decía David en uno de sus salmos.

¿Qué hará pues entonces el pecador moribundo? Querrá convertirse de veras al Señor ofendido, pero verá frustrados sus deseos. ¿Quién, corriendo velozmente cuesta abajo, si advierte delante de sí un precipicio, podrá repentinamente ó retroceder, ó pararse? Nadie el ímpetu que lleva en su carrera le arrojará en el hoyo. Ahora bien, el pecador ha corrido impetuosamente hácia el infierno con sus criminales pasiones, ¿quereis que al llegar al borde del abismo en la muerte, vuelva atrás de su carrera delincuente? Es imposible sin un auxílio del Señor extraordinario. ¡ Hacer un acto per

fecto de amor de Dios (como segun la opinion de los Padres, es necesario en aquella hora) cuando tan dificilmente lo puede formar un hombre sano! ¡ Dejar de repente los hábitos viciosos, que anteriormente tenia contraidos, y adornarse de las virtudes que quizá nunca ha practicado! ¡Hacer una confesion bien egecutada, cuando, las que ha hecho en vida habrán sido de pura ceremonia! ¡Ha! Absalon corria contra su padre en un caballo desbocado, se le enredó el cabello en una encina, quedó colgado de ella, llegó Joab y le pasó el corazon con una lanza. Bien tuvo tiempo para sacar su espada, y cortar el cabello que le servia de dogal, pero no lo hizo: no se cortaba el pelo mas que una vez al año porque le agravaba su peso, y como no tenia costumbre en vida de cortarlo, no tuvo facilidad de hacerlo en la muerté. Asi discurria S. Gerónimo, aplicando este suceso á la dificultad de cortar los hábitos pecaminosos á la hora de la muerte, y de hacer una buena confesion quien no se ha confesado mas de una vez al año, y eso por no sufrir los anatemas de la Iglesia.

Y si á todo esto juntamos el abandono con que deja Dios en aquella hora al pecador en castigo de su temeridad, ¿qué diremos? No hay duda que Dios perdona á quien con lágrimas de verdadera penitencia le pide perdon, aunque sea el último instante de su vida; asi lo tiene ofrecido por medio de su Escritura, pero

esta promesa se dirige á quien le pide debidamente y con verdadero espíritu de penitencia, y esto como he explicado es casi imposible. AqueIla es penitencia falsa, dice S. Agustin, solo la necesidad impele á hacerla, no el amor de Dios, ni el debido dolor de los pecados: es confesion de tormento, que no es válida, sino vuelve á egecutarse en libertad. Y asi el Señor, viendo que si acuden á él despues de haberle despreciado es compelidos únicamente de la necesidad, les niega sus auxilios, como hizo Jepte en ocasion semejante con los de Galad, y los abandonó á sus enemigos. Os llamé, dirá el Señor; y no hicisteis caso de mis voces, ahora yo me reiré en vuestra muerte desgraciada. Basta: bastante se ha dicho cuanto peligra la salud de vuestras almas por diferir la penitencia á un tiempo, que quizá no será oportuno para hacerla.

Padre amoroso de mi alma, dulce Redentor de mi vida, cuantos medios me habeis proporcionado para reconciliarme con un Dios á quien gravemente he injuriado, todos han sido infructuosos para mi por no haber puesto de mi parte la necesaria penitencia para la remision de mis pecados. He diferido de dia en dia el convertirme, sin embargo de que como decía David, no sé cuanto tiempo he de existir, y si dentro de pocos momentos me llamará mi hacedor. He dilatado mi penitencia esperando para hacerla á la hora de mi muerte, donde las TOM. I.

L

congojas de la enfermedad, mis costumbres inclinadas solo al mal, y el justo abandono de Dios, por haberme hecho indigno de sus gracias, imposibilitarán mi conversion. Dadme ahora, Señor, vuestro auxilio, que este es el tiempo aceptable, y los dias de salud, para que llegando como pródigo á los pies de un sacer-, dote, me dé éste la estola de la graeia, única para entrar en la gloria.

PLATICA QUINTA.

DOMINGO INFRA-OCTAVO DE LA NATIVIDAD.

Ei

Sobre la comunion Eucarística.

1 Evangelio de este dia es del cap. 2o de S. Lucas, y dice asi: El Padre (esto es S. José) y la Madre de Jesus estaban admirados de las cosas maravillosas, que se decian de él, y Simeon les bendijo, y dijo á Maria su Madre: estë niño que vés es para la ruina, y la resurreccion, de muchos en Israel, y para ser el blanco de la contradiccion de muchos, y tu misma alma será traspasada de una espada de dolor, á fin de que sean descubiertos los pensamientos de muchos que estaban ocultos en el fondo de su corazon. Y habia allí tambien una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel de la Tribu de Asér. Esta era de edad muy abanzada, y habia vivido siete años con su marido, con el que se ca

« AnteriorContinuar »