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Marzo.

hacienda de los Laureles con direccion á Zitácuaro, para salir al Bajío por Acámbaro y Salvatierra. Este movimiento de Iturbide, debió ser previsto y pudo prevenirse por el virey, siguiendo el mismo plan que Calleja formó y ejecutó con tan buen éxito, cuando Morelos hizo igual operacion en Diciembre de 1815:31 sin embargo, no se dió paso alguno por Apodaca, á quien tampoco se puede inculpar por algunos de estos desaciertos, cuando para sus operaciones, tenia que contar con elementos tan inseguros entonces como la fidelidad de las tropas, pues á no haber faltado esta, las que habia en las provincias á que Iturbide se dirigia, hubieran bastado para frustrar sus intentos.

En Teloloapan se presentó Guerrero á Iturbide, como se lo habia anunciado en carta escrita desde el campo del Gallo en 9 de Marzo, en que le decia: 32 "Mañana muy temprano marcho sin falta de este punto para el de Ixcatepec, y en breve tendrá V. S. á su vista, una parte del ejército de las Tres Garantías, de que tendré el honor de ser un miembro y de presentármele con la porcion de beneméritos hombres que acaudillo, como un subordinado militar. Esta será la mas relevante prueba que confirme

lo

que le tengo ofrecido, advirtiendo que mi demora ha sido indispensable para arreglar varias cosas, como le informará el militar D. José Secundino Figueroa, que pondrá esta en manos de V. S., y con el mismo espero su contestacion." En efecto, Guerrero se adelantó hasta las inmediaciones de aquel punto, y dejando su gente acampada en una altura, entre su campo y el pueblo tuvo la

3 Véase el tomo 3 de esta obra, al fin.

33 Mejicano independiente de 24 de Marzo, núin.. 3 fol. 38.

que

primera entrevista con Iturbide, de que no debió este que-
dar muy satisfecho, tanto por el extraño aspecto del jefe,"
como por el de los soldados, casi todos contagiados del
horrible mal generalizado en las riberas del Mescala, se-
mejante á la lepra de los antiguos judíos, que por las man-
chas de diversos colores que contraen en la piel los que
lo padecen, hace que se conozcan con el nombre de "pin-
tos." Iturbide, no obstante la importancia que en su dis-
curso á los oficiales en Igualá, aparentó dar á su union
con Guerrero, la consideró siempre como un mal por el
habia sido preciso pasar, para no impedir ó detener
la revolucion, pero nunca se prometió mucho de su coo-
peracion ni hubo entre ellos sinceridad: la carta de Guer-
rero que acabamos de copiar, indica bastantemente sus
recelos, comprobándolos su tardanza en reunirse á Itur-
bide bajo diversos pretextos, así como la desconfianza de
este se manifiesta por el hecho de hacer custodiar
por gen
te suya, el dinero que habia tomado de los manilos, cuan-
do lo hizo internar hasta el cerro de Barrabas. En la
tropa de uno y otro jefe, la antipatía era insuperable, co-
mo continuó siéndolo por largo tiempo entre los que ha-
bian servido en el ejército real y los insurgentes, y este
odio llegó al grado que, insultándose los soldados unos á

3 Guerrero estaba vestido con una chaqueta larga, adornada con una hilera de botones grandes redondos, que á manera de rosario, bajaba desde detras del cuello por sobre los hombros por ambos lados. El pelo, que era muy crespo, lo tenia muy crecido.

34 Tan bajo era el concepto que los oficiales realistas tenían de los insurgentes, que aun aquellos que mas afectaban un cambio de ideas, dejaban escapar á

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1821 Marzo

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otros con el apodo de “indultados,” aunque las dos divi-
siones marchasen separadas, estuvieron á punto de llegar
á las manos en Tlalchapa, si los oficiales no hubiesen lo-
grado con alguna dificultad sosegarlos. Iturbide dió á
Guerrero algunos de estos para que disciplinasen su gen-
te, pero fuese por esta poca simpatía, ó porque la empresa
fuese imposible, hubieron de desistir de ella
y volverse á
sus cuerpos. El mismo Iturbide tuvo por conveniente
dejar á Guerrero en el Sur con su gente, previniéndole
situase un número considerable de esta á las órdenes de
D. Juan Alvarez, para bloquear á Acapulco y que él mis-
mo guarneciese los puntos mas dificiles del camino de
Méjico á aquella plaza, impidiendo que fuese socorrida, con
lo que creia seria bastante para obligarla á rendirse por
falta de víveres y recursos.

Para asegurarse de la tropa por el estímulo del interes, Iturbide le hizo grandes concesiones y mayores promesas en las órdenes del dia, publicadas en Tlalchapa. Desde Iguala habian sido declarados de línea los cuerpos provinciales que habian tomado parte en la revolucion: concediéronse ahora á los individuos, los premios de constancia y el título de "beneméritos de la patria," á todos los que hubiesen pasado la revista de Marzo bajo las banderas independientes: hízose un aumento de sueldo y se prometieron tierras para despues de la paz, promesa que ha quedado sin efecto; pero como todo esto no bastaba á contener la desercion, de que daban ejemplo aun los jefes, habiéndose separado del ejército Trigarante para pasarse á los realistas á la salida de Teloloapan, el coronel

3 Véanse en el Apéndice núm. 8, órden del dia del 23 al 24.