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los muros de Zamora, no lo hicieron sino á costa de una mortandad desastrosamente horrible, que el cronista Sampiro hace subir á ochenta mil muertos; número que convendremos podrá ser exagerado, como acaso los árabes le disminuirian tambien por su parte al fijar el de cuarenta ó cincuenta mil, pero que de todos modos hace equiv aler á una gran derrota la que ellos proclaman como victoria insigne, y en la cual hasta el mismo califa, segun Sampiro, fué retirado del campo del combate malamente herido. Fué la famosa batalla del foso de Zamora el 5 de agosto de 959, víspera de los santos Justo y Pastor, catorce dias despues de la de Simancas (1).

Poco tiempo fueron los árabes dueños de Zamora: contados dias se enseñorearon de la ciudad, por que Ramiro revolvió inmediatamente sobre ella, y recobróla, é hizo pagar bien caro á los soldados del califa su efímero triunfo, si triunfo habia sido. Alli hizo prisionero al dos veces desleal Abu Yahia. ¿Cómo se encontraba ahora en Zamora este caudillo sarraceno que habia peleado en las filas de Ramiro en la batalla de Simancas? Falto de fé este moro, como lo eran generalmente los de su nacion, despues de haber sido traidor á Abderrahman no paró hasta serlo á su vez al rey Ramiro. Abandonó, pues, las banderas de Cristo el que antes habia desertado de las de Mahoma. Recibióle el Miramamolin, acaso mas por politica que por benevolencia, puca le importaba mucho privar á Ramiro de tan temible auxiliar. Preso ahors por el monarca leonés, cuando acaso iba á recibir el merecido de su felonía, con la suerte que á las veces tienen los malvados, logró fugarse y volvió á obtener entre los muslimes las funciones de wali que antes habia ejercido.

Dos meses mas tarde, y retirado ya á Córdoba el califa, envió Ramiro su ejército hacia el Tormes á repoblar varias ciudades y pueblos ó desiertos ó arruinados, entre los cuales lo fueron Salamanca, Ledesma, Baños, Peñaranda y varios otros lugares y castillos (2). Pero el conde de Castilla Fernan Gonzalez, que debia traer ya en su ánimo el proyecto de emanciparse del rey de Leon, celoso de que el leonés erigiera por si solo poblaciones que pertenecian al territorio de Castilla, levantóse contra Ramiro en union con

(1) Nuestros historiadores suelen confundir las dos batallas, acaso por mala interpretacion del breve y sumario texto de Sampiro: pero en las historias árabes se señalan bien explícitamente las dos.

(2) La mala inteligencia de una palabra de Sampiro dió ocasion á muchos historiadores españoles para suponer que en esta expedicion del Tormes habia tenido que pelear Ramiro con un general moro llamado Azeipha, con quien dicen se alió Fernan

Gonzalez, Es el caso quê Sampiro dijo: Deinde post duos menses azeipha ad ripam Turmiire disposuit. Y siendo azeipha una palabra árabe (de al saiffah) que significa ejército ó reunion de gente armada, tomáronlo ellos por el nombre propio de un caudillo sarraceno, y de aqui la batalla que era menester se siguiese, y las desavenencias entre Ramiro y Fernan Gonzalez á instiga. cion del moro Azeipha, y todo el edificio que sobre este falso cimiento se levantó.

Diego Nuñez ó Muñoz, á quien suponen su yerno, conde tambien ó gobernador de alguna comarca. No se descuidó Ramiro en conjurar esta tormenta, y haciendo á los dos prisioneros (940), los trasportó, al castillo de Leon al uno y al de Gordon al otro. Alli permanecieron algun tiempo, hasta que hecho juramento de lealtad al rey y de renunciar para siempre á todas sus prctensiones, no solo les dió libertad, sino que llevó su confianza en Fernan Gonzalez, cuyo mérito y valor por otra parte conocia, al estremo de concertar el matrimonio de su hijo prímogénito Ordoño con la hija de Gonzalez llamada Urraca (1).

No bien escarmentados todavía los árabes, intentaron al año siguiente (941) otra invasion por la frontera cristiana del Duero. Mas sorprendidos los infieles cerca de San Esteban de Gormaz entre el rio y unos altos cerros y tajadas peñas, no les quedaba otra alternativa que perecer ó triunfar. El Co raixi que los mandaba era uno de aquellos musulmanes que reunian là cualidad de poetas á la de guerreros; para alentar pues á sus soldados en trance tan comprometido les recitó unos célebres versos que nos han conservado sus his oriadores (2). Segun ellos surtió su efecto la enérgica excitacion del caudillo poeta, las aguas del Duero se enturbiaron con sangre cristiana, y se apoderaron de la fortaleza de Sanestefan con gran mortandad de sus defen

sores..

Desde esta batalla no se habla de otras relaciones entre árabes y leoneses hasta una tregua ajustada en 944, que el escritor arábigo refiere en los siguientes términos: El rey Radmir de Galicia envió sus mandatarios al rey Abderrahman para concertar ciertas avenencias de paz en sus fronteras; y Abderrahman los recibió muy bien, y otorgaron sus treguas que ofrecieron guardar por conveniencia de ambos pueblos, y envió el rey Abderrahman á su vazzir Ahmed ben Said con los mandaderos de Galicia para saludar en su nombre al rey Radmir, y fué el vazzir á Medina Leionis (Leon)...... se ajustaron treguas por cinco años y fueron muy bien guardadas (3).»

Tales fueron las consecuencias de la famosa batalla de Simancas, la mayor que se habia dado entre cristianos y musulmanes desde el desastre de Guadalete.

(1) Sampir. n. 23.-Monach. Silens.-Lu- (2) Conde los traduce asi: cas Tud.-Roder. Tolet

De un lado nos cerca Duero,-del otro peña tajada,
La salida está en vencer,-y en el valor la esperanza;
La sangre de los infieles-enturbie del Duero el agua.

P) Conde, cap. 82.

Invirtiéronse los años que duró la tregua en fundar y repoblar ciudades y villas en Castilla y Leon, hasta que habiendo aquella espirado (949), y no bien avenido con la ociosidad el genio activo y belicoso de Ramiro, repasó el Duero con sus leoneses, y dirigiéndose á la siempre combatida Talavera maltrató sus muros, obligó á los moros á aceptar un combate en que les mató doce mil hombres, les hizo siete mil prisioneros, y se volvió victorioso á su córte de Leon (1). Esta fué su última campaña. Habiendo en el otoño del mismo año hecho un viage de Leon á Oviedo, regresó atacado de una grave enfermedad, de la cual sucumbió el 5 de enero de 950, víspera de la Epifanía, despues de haber recibido la confesion y el hábito penitencial ante la presencia de varios obispos y abades, y hecho cesion de la corona en su hijo Ordoño, tercero de este nombre, casado con la hija del conde Fernan Gonzalez. Enterrósele en el monasterio de San Salvador de Leon, fundado por él para su hija Elvira; que en los pocos períodos de paz que en un reinado de cerca de veinte años disfrutó Ramiro II. hizo lo que acostumbraban á hacer los monarcas de aquel tiempo, fundar y dotar monasterios y dedicarse á arreglar las cosas de la iglesia (2).

(1) Samp. Chron n. 24.-Los árabes lo cuentan de otro modo, y se atribuyen la victoria como de costumbre.

(2) Dispútase mucho todavía sobre si Ramiro II. tuvo una sola, ó dos ó mas mugeres. Sampiro dice expresamente que casó con Teresa Florentina, bija de Sancho Abarca de Navarra. Morales menciona escrituras en que aparece el nombre de Urraca, Sandoval cita otras en que se nombra á Jimena. El maestro Florez en sus Reinas Católicas intenta resolver la cuestion del modo que generalmente acostumbra, esforzándose en probar que fué una sola con los nombres de Urraca Teresa. Con frecuencia vemos sus citarse estas dudas sobre el número y nom

bres de las mugeres de los reyes de Asturias, Leon y Castilla, bien nazca de que en aquellos tiempos pusieran á las reinas varios nombres, bien de los muchos yerros que en punto á nombres propios cometian los copiantes de manuscritos, bien de quo se confundieran los de las mugeres legitimas con los de las amigas de los reyes (que asi las llama por decoro el erudito Florez), ó bien de que no se diera á la averiguacion de este asunto la mayor importancia, basta que el mencionado Florcz dedicó á este exclusivo objeto su utilísima obra de las Reinas Católicas, que por lo comun nos sirve de guia sobre este particular en nuestra historia. "

CAPITULO XV.

ABDERRAHMAN III. EN CORDOBA:

DESDE ORDOÑO III. HASTA SANCHO I. EN LEON,

De 950 à 961.

Grandeza y esplendidez de la córte de Abderrahman III.-Descripcion del maravilloso palacio de Zabara.-Embajada del emperador griego Constantino Porphirogeneta.— Otras embajadas de príncipes extrangeros al soberano de Córdoba.-Grave disgusto do familia. Suplicio de su hijo Abdallah.-Muerte de Almudbaffar.-Ordoño III. de Leon. -Conspiran contra él su hermano Sancho y el conde Fernan Gonzalez.-Frustra su empresa, y repudia á su muger Urraca.-Muerte de Ordoño III. y elevacion de Sancho el Gordo.-Sancho es destronado.-Refúgiase á Pamplona.-Pasa á Córdoba à curarse de su extremada obesidad.-Su amistad con Abderrabman.-Repónele el califa en el trono de Leon. Fuga y desgraciado término de Ordoño el Malo.-Guerras y engrandecimiento de Abderrahman en Africa.-Conquista de Tunez -Riquisimo y espléndido regalo de Ahmed.-Célebre embajada.-Othon el Grande de Alemania.-El monge Juan de Gorza. -Sobre el martirio de San Pelayo.-Ultimos momentos de Abderrahman III.-Su córte. Ciencias, letras, artes. Poetisas de su alcázar.--Dicho célebre de Abderrahman III.

A cinco millas rio abajo de Córdoba habia un ameno y apacible sitio, donde Abderrahman, convidado por su frescura y frondosidad, solia pasar las temporadas de primavera y otoño. Alli hizo construir edificios magnificos y bellos jardines, pasion predilecta de los árabes. En medio levantó un soberbio alcázar, que se propuso decorar y enriquecer con todo lo mas suntuoso y que mas pudiera halagar los caprichos de la imaginacion humana. Tan galante como espléndido el califa, dedicóle á su esclava favorita, la mas hermosa y linda de su harém, llamada Zahara, que significa Flor, y de cuyo

nombre llamó á la nueva ciudad Medina Zahara, ciudad de las flores (1). Para la construccion de este palacio trabajaron, dicen sus historias, diez mil hombres, mil quinientos mulos y cuatrocientos camellos. Entraban cada dia seis mil piedras labradas, sin contar las de mampostería. Iliciéronsele quince mil puertas, y sustentábanle cuatro mil trescientas columnas de mármoles preciosos. Empleábanse en su servicio interior trece mil setecientos cincuenta esclavos varones, y seis mil trescientas cuarenta mugeres. Los pavimentos y paredes eran tambien de mármol, los techos pintados de oro y azul, las vigas y artesonados de cedro con relieves de un trabajo exquisito. En los salones habia elegantes fuentes que derramaban sus aguas en tazas y conchas de mármoles de colores. En la llamada del Calisa habia una de jaspe con un cisne de oro de maravillosa labor, trabajado en Constantinopla, y sobre la fuente del cisne pendia del techo una magnífica perla que habia regalado á Abderrahman el emperador griego Leon VI. Contiguo al alcázar estaba el generalife (2), con multitud de árboles frutales, bosquecillos de laureles, arrayanes y mirtos, estanques y lagos en que se pintaban las frondosas copas de los arboles y las arreboladas nubes del cielo. En medio de los jardines, y sobre un cerro que los dominaba, se veia el pabell on del califa, sostenido por columnas de mármol blanco con capiteles dorados, en el cual descansaba cuando volvia de caza. Las puertas eran de ébano y marfil. Cuentan que en el centro de este pabellon habia una gran concha de pórfido con un surtidor de azogue vivo, que fluia y refluia como si fuese de agua, y daba con los rayos del sol y de la luna un resplandor fantástico. Los baños de los jardines eran igualmente de mármol, hermosos y cómodos; las alcatifas, cortinas y velos tejidos de oro y seda, con figuras de flores y animales que parecian vivos y naturales á los que los miraban. En suma, dice el escritor árabe de quien tomamos esta descripcion, dentro y fuera del alcázar *estaban como compendiadas todas las riquezas y delicias del mundo que puede gozar un principe poderoso. Con razon, pues, esclama en su estilo otro escritor arábigo (3), «que solo el Dios del cielo podria llevar cuenta de los grandes tesoros que en esta posesion consumió el califa Abderrahman.» Espléndido y fastuoso en todo, hizo construir en Medina Zahara una mez

(4) Otros éscriben Azzahra.-Aun quedó la Albambra puede dar idea del gusto de esentre nosotros el nombe de azahar, aplica- tos jardines, en que se mezclaba lo agreste do á la flor del naranjo y del limonero, que con lo bello, y en que competian la natues una de las mas aromáticas y agradables. raleza y el arte. (2) Genat al Aryf, jardin de recreo, sitío de placer. El que con este nombre se conserva todavia en Granada al Oriente de

(3) Ahmed Almakari, Hist. de las Dinastías mahom. en España.

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