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godos: una flecha hiere al emperador al cerrar la noche, retíranle á una cabaña, acométenla los godos, y hallando alguna resistencia préndenla fuego: el emperador con toda su régia pompa perece entre las llamas (1). Las dos terceras partes del ejército romano con sus principales caudillos quedaron en el campo. Horrorosa fué la carnicería. Los godos se presentaron en seguida sobre Andrinópolis, pero hallando mas resistencia de la que habian pensado, estiéndense como una nube hasta las murallas de Constantinopla, dejando asolado y desierto el pais por donde pasaba aquella muchedumbre. Alli se encuentran los bárbaros del Norte y del Mediodía. Los árabes que estaban al servicio de Valente acometen á unos germanos, y los godos ven con horror á un sarraceno arrojarse sobre el cadáver de un godo que habia matado, chupar la herida y beberse la sangre. Los bárbaros se asombraban de haber encontrado otros hombres mas bárbaros que ellos (378).

En este tiempo Graciano, emperador de Occidente, enredado en la guerra que le habian movido los germanos y alemanes, sin poder enviar á su tio los socorros que le habia pedido, recibe la noticia del desastre de Andrinópolis y del asolamiento de la Tracia. Entonces busca un general que sea capaz de resistir á torrente tan impetuoso: solo uno habia que pudiera

(1) Cum regali pompa crematus est. Jornaud. cap. XXVI.

desempeñar tan árdua mision, y este hombre no estaba en el ejército; estaba en España, retirado como otro Cincinnato. Este general era Teodosio, el hijo de aquel Teodosio que tres años antes habia sido decapitado en Cartago, desde cuya época el hijo se habia desterrado voluntariamente á España, su patria, habiendo antes servido gloriosamente á las órdenes de su padre. Graciano llama á este ilustre y modesto español, y en presencia de las tropas le proclama emperador de Oriente, agregando á las antiguas provincias las dos grandes prefecturas de Dacia y Macedonia (379).

CAPITULO VI.

TEODOSIO EL GRANDE.

De 380 à 395.

Teodosio es sacado de su retiro para ensalzarle al trono imperial.— Restablece el valor y la disciplina del ejército.-Incorpora en él á los godos. Conserva la tranquilidad en Oriente.-Emperadores de Occidente, Máximo, Graciano, Valentiniano II. y Eugenio.—Queda Teodosio emperador único en Oriente y Occidente.-Lucha del cristianismo y la idolatría.-Heregías en España. Prisciliano. Concilio de Zaragoza. Teodosio y San Ambrosio.-Penitencia pública del emperador.-Edicto contra el paganismo.-Triunfo del catolicismo en el senado.-Costumbres del clero español.-Famosa decretal del ̈ papa Siricio, en respuesta á una carta del obispo de Tarragona.Santos Padres.-Leyes de Teodosio.-Su muerte.-Division del imperio.

Con orgullo podrá citar siempre la España los tres emperadores que salieron de su seno, Trajano, Adriano y Teodosio. Españoles eran tambien los padres de este último, Teodosio y Termancia, asi como su primera muger Flacila. Hallábase Teodosio, segun hemos visto, tranquilo en su retiro, como otro Cincinnato, cultivando su patrimonio, y contento con su honesta medianía, cuando un emperador le busca para partir con él la púrpura imperial como el único hombre capaz por sus talentos y su firmeza de salvar

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el imperio de Oriente, á punto de ser presa de los bárbaros. De ello se lisonjeaban ya los godos. «Por lo que á mí hace, decia uno de sus gefes, estoy cansado de matar; y lo que me admira es que un pueblo tan débil y que huye siempre delante de mí, se atreva todavía á disputarme la posesion de sus provincias y de sus tesoros.» Pero llega Teodosio, y renovando los dias de los Fabios y de los Escipiones, restablece la disciplina del menguado y desconcertado ejército, acostumbra á sus soldados á oir sin susto los gritos de los salvages, los ejercita primero en la guerra de ardides y sorpresas, y cuando ya los considera suficientemente aguerridos, los presenta delante de los bárbaros, y por fruto de sus ensayos anteriores recoge la victoria. Teodosio, guerrero y político, aprovecha las divisiones y rivalidades que existian entre ostrogodos y visigodos, entra en negociaciones con Atanarico, y le lleva á Constantinopla, donde le deslumbra con la grandeza de aquella ciudad imperial. Muere á poco Atanarico; Teodosio le manda hacer suntuosas honras, y atrae á su partido á los godos. Estos se comprometen á guardar los pasos del Danubio contra los demas pueblos, y Teodosio incorpora en las tropas imperiales mas de cuarenta mil bárbaros.

Teodosio conserva asi la tranquilidad del imperio de Oriente, pero ya quedan establecidos en el imperio los que habian de ser sus destructores; ya los godos y los hunos están al servicio de los príncipes que iban

á esterminar (382). En palacio mismo admite á Estilicon, de la sangre de los godos. Ya el imperio, en la corte y en el ejército, iba siendo mitad bárbaro, mitad romano. Ahora obedecen á Teodosio; cuando falte Teodosio, serán ellos los señores y los obedecidos.

No gozaba la misma paz el Occidente. Máximo, soldado ambicioso, se habia hecho proclamar emperador en la Gran Bretaña (383). Viene en seguida á la Galia, acomete á Graciano, príncipe indolente y flojo, dado á la caza, y entregado á una guardia de bárbaros, y le quita el imperio y la vida. Máximo se hace reconocer por galos y españoles, y marcha sobre Italia. Pero San Ambrosio, obispo de Milan, viene á proponerle el pacífico goce de los antiguos estados de Graciano, y que no se le disputaria el título de emperador de Occidente en union con Valentiniano Il., con tal que hiciese cesar la guerra. Máximo accede á las proposiciones de San Ambrosio, y Teodosio ratifica lo pactado. Máximo se asoció su hijo Victor, y los tres emperadores reinaron por espacio de cuatro años en aparente armonía. Pero el ambicioso Máximo declara de repente la guerra á Valentiniano, marcha sobre Roma y se apodera de ella. Valentiniano se refugia á Tesalónica, implora el auxilio de Teodosió, que habia tomado por esposa á Galla su hermana. Teodosio toma las armas, vence á Máximo en la Panonia, le hace prisionero, y le manda decapitar en

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