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erudicion que apenas habia ramo de literatura que le fuese estraño, el que introdujo la costumbre de premiar á los hombres de letras con pensiones vitalicias, ¿podria dejar de favorecer singularmente á los españoles estudiosos, siendo su patria la España? ··

Otro género de literatura comenzó á desarrollarse en nuestra Península con la introduccion del cristianismo, y con el estudio que era consiguiente de las letras sagradas, y de la filosofía religiosa que tanto influyó en el cambio del órden social. En este nuevo campo que se abrió á los entendimientos no faltaron tampoco á España varones distinguidos é ilustres, que con discursos y escritos luminosos contribuyeron á la propagacion de la fé, y de ello son buena prueba los concilios que á principios y fines del siglo IV. se celebraron en Illiberis y en Zaragoza. Y si en España no hubo en aquel tiempo plumas tan fecundas y elocuentes como las de los Gregorios, de los Ambrosios, de los Ciprianos, de los Gerónimos y de los Agustinos, nadie ha desconocido ni la instruccion científica, ni la fogosa elocuencia del venerable Osio de Córdoba, el presidente de los concilios; y su carta á Constancio sobre la separacion de los poderes eclesiástico y civil, sobre ser una bella produccion literaria, es una obra maestra como testimonio de magnanimidad episcopal. Aquilino Juvenco puso en versos hexámetros la vida de Jesucristo San Gregorio de Illiberis compuso un libro titulado de la Fé contra los arrianos; Prudencio,

de Zaragoza, fué el mejor y mas elocuente de todos los poetas sagrados de la antigüedad; y se señalaban ya como hombres de letras los obispos Itacio é Idacio, autor este último de la crónica, asi como el sacerdote de Tarragona, Orosio, autor de otra historia. El mismo Prisciliano, el propagador de la heregía, era hombre que escribia con facilidad y con fuego; y las mismas controversias que suscitaba la heregía ejercitaban, como hemos indicado en otra parte, el pensamiento, y tenian despiertas las inteligencias, y en actividad continua los espíritus (1).

Tal era el estado político, administrativo, social é intelectual que España habia alcanzado en el período del imperio romano desde Augusto hasta Honorio.

España con la conquista romana perdió su independencia, pero adquirió la unidad política que no tenia. Incorporada al imperio como una sola provincia, entra á participar de la civilizacion del antiguo mundo, de la vida universal de la humanidad; pero participa tambien de la imperfeccion del elemento constitutivo de las antiguas sociedades, la religion y la filosofía pagana. Cuando otro principio civilizador, unido por una disposicion providencial con el elemento bárbaro, representante de la fuerza, disuelve la antigua sociedad humana para refundirla, España se

(4) Puede verse el catálogo de los hombres doctos de España en este tiempo en la Biblioteca Vetus

de D. Nicolás Antonio, y en el tomo VIII. de la Historia critica de España de Masdeu.

prepara á entrar en un nuevo período de su vida, que será ya una vida mas propia, mas individual, como pueblo que empieza á emanciparse despues de una larga tutela. Va á recibir una gran modificacion en su existencia. Veamos cómo se fué realizando esta trasformacion social.

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nueva planta y forma, sin dejar de aprovechar los materiales útiles del que se destruye, mézclanse en el principio y se revuelven los antiguos y los nuevos élementos, hasta que la mano hábil del artífice va dando á cada uno la conveniente colocacion y asentándolos en el lugar que á cada cual corresponde, segun el plan que lleva ideado en su mente. Asi al irse desmoronando el antiguo imperio romano mézclanse y se revuelven confundidos sus fragmentos con los nuevos materiales que han de entrar en la reconstruccion del edificio social. Los hemos visto, y aun los veremos mas, unirse, separarse, descomponerse, luchar entre sí, sin que se sepa todavía, aunque algo se deje traslucir, cuál sea el elemento que ha de do

exactitud el principio, el término, la duracion precisa de la edad media. Algunos abarcan bajo esta denominacion el espacio de cerca de diez siglos que medió entre la destruccion del imperio romano en Occidente hasta la destruccion del mismo en Oriente. Otros hacen comenzar la edad media en la época de la grande irrupcion de las naciones germánicas, esto es, en 406. Otros la difieren hasta la ocupacion de Roma por Odoacro. La misma variedad en cuanto á su terminacion; fijándola unos en el descubrimiento del Nuevo Mundo, otros en la reforma de Lutero, otros en la toma de Constantinopla, etc. Suelen los franceses en sentido estricto contar su edad media desde el reinado de Carlomagno. En España creemos estar en un caso escepcional respecto á las demas naciones

de Europa en este punto. Pues aunque aqui como en las demas partes iniciaron los hombres del Norte una edad nueva, su completa desaparicion en el principio del siglo VIII. nos hace mirar aquel periodo como una época de transicion, y la verdadera y rigurosa edad media comprende desde la irrupcion de los árabes hasta su completa expulsion, ó sea, si se quiere, hasta el fin del reinado de los reyes católicos y principio del de Cárlos V. Por eso, y por no poder constituir la dominacion de los godos, una edad aparte por sí sola, hemos creido deber incorporarla con mas razon á la edad antigua que á la edad media. Permítasenos la frase que vamos á usar. La dominacion goda fué para España al mismo tiempo el apéndice de la edad antigua, y el prólogo de la edad media.

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