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tratos, ¿cuál será el que nosotros podremos formar del rey Witiza? ¡Fatalidad es que cuanto mas se aproxima alguna de las grandes revoluciones que cambiaron la faz del pais, mas se echa de ver la falta de documentos y de datos y escritos fehacientes! Desaparecieron las actas del concilio de Toledo, que pudieran esclarecer muchas dudas, acaso porque convino en tiempos posteriores hacerlas desaparecer. En la crónica misma de Isidoro de Beja está lejos de figurar Witiza como un príncipe tan desacertado, tan disoluto, tan licencioso, tan desbordado é impío como nos le retratan las crónicas posteriores. Al ver que el primero que nos le pintó con estos colores, fué el autor de la crónica Moissiacense, estrangero, y que escribió un siglo despues de la muerte de aquel monarca; al ver que al paso que los escritores se iban alejando de la época de los sucesos, cada cual fué añadiendo un nuevo capítulo de acusación al catálogo de los crímenes de aquel príncipe, hasta llegar al padre Mariana, que acabó de sombrear el cuadro en los términos que hemos visto, no podemos dejar de in-. clinarnos á sospechar que en este acrecimiento progresivo de desórdenes atribuidos al penúltimo monarca godo influyeran mucho las ideas de los tiempos y de los escritores, que al paso que crecia en España la preponderancia de Roma tenian mas interés en exagerar los vicios de un príncipe que habia rechazado acaso con violencia aquel influjo, y en achacar todos los

males que sobre España vinieron á la desobediencia de Witiza al papa, á los decretos de aquel concilio que acaso una mano interesada hizo quemar, y á la permision que suponen de casarse los eclesiásticos: todo lo cual afirma Mariana con la formalidad de quien lo sabe de seguro, y con el espíritu propio del hábito que vestia.

No nos atreveríamos nosotros, sin embargo, á ir tan adelante como el erudito Mayans en la defensa de Witiza respetamos las razones de este sábio español, y sospechamos que aquel rey ha sido en mucho calumniado: pero respecto á su vida licenciosa, y al ejemplo que hizo cundir en sus súbditos eclesiásticos y seglares, hallámosla tan confirmada en todas las crónicas desde la Moissiacense, que por nuestra parte no intentaremos libertar su memoria de este cargo, mientras algun testimonio contemporáneo no aparezca que de esta nota pueda eximirle.

En cuanto al término del reinado de Witiza, lo que de la crónica de Isidoro Pacense se deduce es que fué lanzado del trono por una revolucion que colocó en él á Rodrigo; revolucion en que debieron tomar parte en favor de éste los españoles, que por no ser de orígen godo llamaban todavía romanos, pues solo en este sentido podemos tomar las palabras del historiador: «por consejo ó á persuasion del senado romano; hortante senatu romano (1). Acaso Rodrigo, como

Rodericus tumultuose reg- invadit. Isid. Pac., c. XXXIV. num, hortante senatu romano

descendiente de Recesvinto, cuyas leyes habian establecido la igualdad de derechos para españoles y godos, tenia mas partido entre los indígenas que Witiza, de familia que se habia señalado por un esclusivismo en favor de los godos que no podia menos de agriar á los españoles. Poquísimos pormenores dan las historias sobre el destronamiento de Witiza y la elevacion de Rodrigo: ni aun se sabe con certeza, como hemos apuntado, cómo y dónde fué la muerte del primero. Tal es la escasez ó falta de datos de aquel tiempo. El cronicon Moissiacense dice que reinó siete años y tres meses; por cuya cuenta debió morir en febrero de 709.

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CAPITULO VIII.

RODRIGO.

ULTIMO REY DE LOS GODOS (1)

De 709 á 711.

Bandos y discordias que dividian el reino.-Los hijos de Witiza.-El metropolitano Oppas.-Causas que fueron preparando la ruina de la monarquía.—Desmoralizacion de los monarcas, del clero y del pueblo.-Discúrrese sobre la autenticidad de los amores de Rodrigo y la Cava. Situacion de los árabes en Africa.-Sus tentativas de invasion en la Península.-Instigaciones de los judíos.-Idem de los partidarios de Witiza.-El conde Julian.-Conducta de Muza.-Resuélvese la invasion y se realiza.-Primer choque entre el africano Tarik y el godo Teodomiro.-Preparativos de Rodrigo para la resistencia.-Memorable y funesta batalla de Guadalete.-Triunfo de los mahometanos.-Muerte de Rodrigo y destruccion del reino godo.— El llanto de España.

Tócanos referir en este capítulo uno de los acontecimientos mas graves, una de las catástrofes mas terribles, una de las mas espantosas revoluciones,

(4) No sabemos por qué nuestros historiadores comienzan á dar al último rey godo el título de honor Don, con que no han nombrado á ninguno de sus predecesores. Aplícanle ya, no solo á Don Rodrigo, sino tambien á Don Op

pas, á Don Julian, á Don Pelayo etc., sin que podamos esplicarnos la razon de esta novedad. Un historiador antiguo, Trelles, dice haberle sido dado este tratamiento á Pelayo por primera vez cuando reunió sus gentes para resistir á

acaso la mayor que ha sufrido España, y con dificultad se leerá otra mas grande, mas repentina y mas. completa en los anales de la humanidad. Porque caer derrumbada en un solo dia una monarquía de tres siglos, verse de repente invadido un gran pueblo, vencido, subyugado por estrañas gentes, que hablaban otra lengua, que traian otra religion, que vestian otro trage; venir unos hombres desconocidos, de improviso y sin anunciarse, casi sin preparacion, apoderarse de un antiguo imperio, pelear un dia para dominar ocho siglos, desaparecer como por encanto todo lo que existia, y sorprender la muerte á una nacion casi tan de repente como puede sorprender á

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Señora Doña Venus, muger de Don Amor,
Noble dueña, omillome yo vuestro servidor.

De todos modos creemos haber- personages que figuran en su se aplicado inoportunamente a

rey Rodrigo, asi como á los demas

TOMO II.

época.

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