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H

Háchchi: marmolista. Nombre grabado en el fuste de la segunda columna de la nave del cautivo en la Mezquita de Córdoba.

(Don Rodrigo Amador de los Ríos).

Harir: tallista. Hay en la casa número 16 de la plaza de San Nicolás de la Villa en Córdoba, conocida por casa de las Campanas, un hermoso capitel árabe, perfectamente esculpido, que ostenta elegante inscripcion, en la que se lee el nombre de Hakan II y el año 353 de la Egira, correspondiente al 763 de Jesucristo. En esta obra, por todos conceptos admirable, se ha conservado en una cartela el nombre del escultor Harir, tan notable como Fatah, de quien hemos hablado untes. El nombre está escrito en esta forma:

OBRA DE HAR

IR, SU SIERVO.

(Don Rodrigo Amador de los Ríos).

Henriquez (LEONARDO): pintor y natural de Córdoba, en donde fué discípulo del racionero Pablo de Céspedes. En 1579 fué llamado por el cabildo de la Catedral de Málaga para tasar las pinturas que César Arbacía habia hecho en aquel templo, sin que sepamos cuándo regresó á su patria. En ésta se hallaba en 1596, pintando, por encargo del racionero entero de la Catedral Pedro Vélez de Albarado, administrador del Santuario de la Fuensanta, un cuadro muy

grande, que aún se mira en el atrio de dicha iglesia, y que representa la procesion que se hizo para trasladar la Vírgen, á raíz de su aparicion, desde el sitio donde se le halló hasta la Catedral; la venida á Córdoba de la Reina de Aragon enferma y achacosa, en busca de la salud que esta Virgen daba á sus piadosos visitadores, y varios milagros. Es un cuadro heterogéneo, raro y hoy sin duda mutilado, toda vez que está cortada por la mitad la inscripcion en que consta el nombre del racionero que lo mandó pintar y el año de su ejecucion. De la obra de Henriquez no queda nada: todo está repintado, sabiéndose por documentos del archivo de la Fuensanta, que despues de encargar este cuadro & Juan de Mesa, se le retiró el encargo y se le dió á Henriquez por ser discípulo de Céspedes, que entonces gozaba de mucha fama y no ménos influencias. El cuadro no se le pagó hasta 1598 en que se le entregaron, por manos de Lúcas Fernandez de Almenara, capellan de la Fuensanta, 13.130 maravedsies.

(Cean Bermudez.-Archivo de la Fuensanta).

Hernandez de Tejada (DON JOAQUIN): pintor. Aunque este artista no fué cordobés, nos ha parecido oportuno incluir aquí su nombre por varias razones; primera, porque no figura en ninguna coleccion biográfica, y segunda, porque vivió sus últimos años y murió en Córdoba, y dejó allí discípulos, entre los que se encuentra el actual profesor de la Escuela de Bellas Artes don José Serrano y Perez, natu-ral de Córdoba.

Tejada nació en Madrid en 1827 y fueron sus padres don Justo y doña Pilar García de Lamadrid, quienes lo dedicaron á la carrera de leyes, que abandonó llevado de su aficion á las artes. Entonces entró en el estudio de don Antonio Es

quivel, en donde continuó hasta la muerte de este esclarecido pintor sevillano, pasando al taller de don Federico Madrazo á perfeccionarse en la pintura.

Disgustos de familia, unidos á la pérdida de su fortuna, le obligaron á abandonar á España, estableciéndose primero en Cuba y despues en Méjico, donde alcanzó reputacion y provecho.

Ignoramos por qué causas volvió á la Península, y sólo sabemos que á su venida se estableció en Córdoba, abriendo gabinete fotográfico. En esta ciudad desempeñó los cargos de director de la Escuela provincial de Bellas Artes, para el que fué nombrado en 1868; el de secretario de la comi. sion provincial de monumentos, y el de fotógrafo del Gobierno civil con el encargo de retratar á todos los presos que ingresaban en las cárceles de la provincia, durante el tiempo en que don Julián Zugasti desempeñó el cargo de gobernador, é hizo la enérgica campaña, conocida por todos, contra el bandolerismo español.

En este tiempo pintó varios retratos notables, entre ellos el del coronel de caballería señor Alfaro, de cuerpo entero y tamaño natural, y el de doña Concepcion Díaz de Morales de Cabezas, de tamaño natural y de algo más de medio cuerpo. Ambas obras eran de buen dibujo, hermoso color y más que regular ejecucion. En la Exposicion regional que celebró en 1868 el Casino industrial de Córdoba, presentó, sin opcion à premios, nueve retratos y un bonito cuadro, titulado Las últimas rosas. Fué elegido por los expositores para el jurado de que formó parte.

Ostentaba como honores las investiduras de correspondiente de la Academia de San Fernando, de mérito de la general de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, é indivíduo de la Sociedad económica de la misma.

Finalmente, atacado y consumido por una afeccion al hí

gado, falleció casi repentinamente á las cuatro de la tarde del dia 5 de Agosto de 1871, en la casa donde moraba en la calle de Santa María de Gracia, y fué enterrado en bovedilla perpétua que el Ayuntamiento le concedió en el cementerio de San Rafael, en donde tiene una lápida negra con letras doradas y en lo alto su retrato de fotografía, iluminado por don Rafael Romero y Barros. La lápida la costeamos los numerosos amigos que en Córdoba supo granjearse por su afable y sincero carácter.

Herrera (FR. ANTONIO DE): arquitecto y lego del convento de San Pablo de Córdoba, de donde era natural. Consagrado al estudio de la arquitectura, era oída y respetada su opinion por todos los maestros. En su tiempo amenazó arruinarse la iglesia de San Pablo por haber flaqueado uno de los machones que hay en la nave del Evangelio. Se convocó junta de maestros para remediar el mal, y todos acordaron que la obra era muy costosa, por el apuntalado que habia que hacer, y levantar la armadura para aligerarle el peso; pero Herrera dijo que se podia hacer con poco dinero y lo hizo. Apuntalando y abriendo una hendidura perpendicular en el machon y colocando un palo de castaño, relleno el resto de cascote, y así está sin que haya hecho sentimiento alguno.

Al construir el salon alto y bajo de biblioteca y clase, que son hoy los de sesiones de la Diputacion provincial, no encontrando firmeza para los cimientos, hizo la primera estacada que en Córdoba se habia hecho, y sobre la que construyó. Entonces hizo la estantería de la Biblioteca, que es la que hay en la Biblioteca provincial. Son de su mano y direccion las cajas de los dos órganos; la escalera del púlpito; una cajonera y armario de la sacristía; los altares colaterales de San Alvaro y San Vicente Ferrer, y el que haТомо СѴІІ.

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bia en la capilla de la Virgen de Belen, que parte de él está de tabernáculo en el retablo mayor; las andas y trono de la Virgen del Rosario, y algunas de las puertas del camarin: todo, por supuesto, del gusto más detestable. Era muy observador de los estatutos de la órden y muy severo con los oficiales y aprendices del taller, á los que no permitia, ni hablar ni fumar, y muy pundonoroso, tanto, que habiéndole reprendido el prior duramente por una de sus obras, adquírió tal melancolía que se volvió tísico y murió. Vivió en el siglo XVIII.

(Ramirez de Arellano, don Teodomiro).

Hidalgo (JUAN FRANCISCO): arquitecto que en union con Gaspar de la Peña y otros, proyectó en 1603 la restauracion del puente de Córdoba sobre el Guadalquivir.

(Ramirez de Arellano, don Teodomiro).

Hidalgo (JUAN FRANCISCO): arquitecto del mismo nombre que el anterior; pero que no podemos creer que sea el mismo, dadas las fechas que tienen los datos referentes á uno y otro. Gomez Bravo le llama insigne arquitecto, al hablar en su Catálogo de Obispos de las obras que hizo como maestro mayor de la Catedral para enderezar una fila de arcos del lado de la capilla de San Clemente en dicho templo. En 1664 terminó la obra de la torre de la misma iglesia, que habia empezado Hernan Ruiz, como se dirá en el articulo correspondiente.

(Gomez Bravo.-Llaguno, adicionado por Cean Bermudez).

Hidalgo y Lucena (ANTONIO): platero cordobés. En 21 de Junio de 1779 se abrió certámen entre los discípulos del arte de platería para ir á estudiar por cinco años á la es

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