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critas en vitelas con iluminaciones primorosas y en caracteres monacales, se conservan hoy. Constan de cuarenta y nueve capítulos y fueron aprobadas en 26 de Junio de 1541 por el Obispo don Leopoldo de Austria. Despues se le aumentaron tres capitulos y fueron aprobadas nuevamente por don Francisco Pacheco en 3 de Julio de 1587.

De estas ordenanzas hemos podido deducir los nombres de algunos de los que en el siglo XVI desempeñaron los principales cargos de la hermandad, y calculando que serían los mejores artistas y de mayor reputacion, los daremos aquí. Eran en 1511 alcaldes de la hermandad Alonso de Córdoba y Diego de San Llorente; en 1547 primer priorte Juan Sanchez; en 1551 priorte Diego Fernandez, y en 1557 desempeñaban los cargos de priorte Diego de Sevilla, alcaldes Pero Fernandez Tercero y Diego Fernandez el Rubio, veedores Fernando de Jahen y Antonio Fernandez, y mayordomo el señor Alonso Sanchez. De ninguno de ellos conocemos obras para juzgar de su mérito.

Otro documento importantísimo del archivo de plateros lo constituyen los libros de actas de aprobacion para abrir taller y comerciar en el arte de la platería.

Era entonces y lo ha sido hasta principios del siglo actual un requisito indispensable para ello, sufrir un exámen ante todos los que tenian cargo en la hermandad, y si en este acto probaban los aspirantes su suficiencia y conocimientos, eran aprobados y autorizados como maestros en platería. Pasarán de mil los plateros aprobados en los siglos XVI, XVII y XVIII en Córdoba, pero sólo hemos tomado para esta obra los artistas que presentaban piezas de escultura ó de obras de importancia, y aquellos que desempeñaron los principales destinos en la hermandad, en las épocas en que aún no se habia perdido el buen gusto, y no habian invadido el borroncinismo y el churriguerismo la esfera del arte. De este espurgo encontramos, con visos de haber sido buenos artistas, los plateros siguientes: Juan de Portollano, aprobado en 1565; el señor Juan Casas y Alonso Lopez el Mozo en 1575; el primero desempeñó en la hermandad los cargos de mayordomo, alcalde y priorte. En 1578 fué aprobado el señor Martin Sanchez;

en 1580 el señor Martin Alonso, Diego de las Casas, el señor Fernando de Soto y el señor Diego Ximenez. Se ignora el año en que fué aprobado Lúcas de Valdés, pero de su mano hay una hermosa lámpara de plata (hecha en 1602) en la capilla de los Mártires de la parroquia de San Pedro. En 1620 el Obispo Mardones regaló á la Catedral la cruz grande, cuyo autor hasta ahora ignoramos. En 1648 fué examinado Juan Lopez; en 1677 hizo el platero montillano Tomás Gonzalo de Alcántara y Angulo la cruz de plata del Jesús Nazareno de Puente Genil. En 1683 fué aprobado Antonio Ruiz de Leon; en 1690 don Gaspar de la Tazas, y en 1697 don Alonso Moreno. Esto es lo que hemos averiguado de los siglos XVI y XVII. En el siglo XVIII aparecen aprobados en 1709 don Alonso de Aguilar y don Juan Calvo, y en 1714 don Juan Sanchez Izquierdo, artista notable, aunque poseido del mal gusto de su época, que es el autor del frontal y atributos del altar del Ayuntamiento. En el mismo año fué examinado don Juan Romero; en 1723 don Juan de la Gala, don Juan de Luques y Molina y don Fernando de Martos; en 1725 don Juan de Soldevilla y el maestro don Bernabé García de los Reyes; en 1727 don Juan Benitez; al siguiente año don Juan de Zafra; en 1730 don Cristóbal Ceballos y Buenrostro, y en 1731 Sebastian Fernandez.

En 1735 el citado maestro García de los Reyes hizo por encargo del Obispo don Pedro de Salazar y Góngora la renovacion ó restauracion de la custodia de Enrique de Arfe, y en el siguiente año fué examinado otro artista notable, don Damian de Castro, de quien volveremos á hablar. En 1739 fué aprobado don José Negrete; en 1745 don Juan Martin Segovia y la Hoz presentó á la cofradía de San Eloy una obra que habia escrito titulada «Uriversidad de la Platería y compendio de todas ciencias,» la que ignoramos si se llegó á imprimir. En 1748 fueron aprobados don José de Ayllon, don Antonio de Almoguera y don Alonso Millan; en 1753 don Pedro Morales y don Nicolás Crespo; el 54 don Antonio José Perez y don Juan de Santiago Castillejo y Velasco; el 55 don Bernabé García Aguilar y don Antonio Romano; en 1762 don Eulogio Gonzalez y Rodriguez, y en 1768 don Manuel Repiso.

En este año, don Antonio de Santacruz y Zaldúa, hizo la mitra de plata del San Eloy de la cofradía que está muy bien labrada, especialmente el relieve repujado de la Concepcion que tiene en el centro.

En 1779 el Arzobispo de Sevilla don Francisco Delgado, mandó hacer en Córdoba una Custodia para la Catedral de Sigüenza y se la encargó á don Damian de Castro, quien la hizo de forma exagonal, adornada de muchas historias, inscripciones, figuras, obeliscos y torrecillas y muy á satisfaccion del prelado. Medía cuatro varas də altura y era el encanto de los de Sigüenza, hasta que los franceses, en la invasion de 1808, se la llevaron y no la han vuelto á ver.

En este mismo año de 1779 se abrió certámen entre los discipulos de platería para ir á estudiar por cinco años á Madrid á la escuela de don Antonio Martinez. Formaron el tribunal don Bernardo de Cáceres Ayllon, los veedores del arte y el escultor Mr. Miguel Verdiguier, y fueron los opositores Antonio Hidalgo, Bartolomé del Pozo y Rafael Beltran y Cornejo. El primero ganó la plaza, pero no sabemos que volviera á Córdoba á enseñar lo que aprendiera de Martinez, como se le puso de obligacion.

Despues de esto sólo vemos como obra notable la urna de las reliquias de los Santos Mártires de San Pedro, hecha en 1790 por Cristóbal Sanchez y Soto, platero que ya habia sacudido el mal gusto churrigueresco, y que volvia por los fueros del arte y de la belleza, ccmo lo atestigua esta hermosa alhaja.

La competencia hecha al arte por la industria alemana, ha hecho decaer grandemente la platería en Córdoba; sin embargo, aún quedan verdaderos artistas como el señor Notario, autor de un San Rafael de tamaño académico, y el señor Blanco, grabador muy notable.

Quédanos sólo decir dos palabras de los bordadores. En la Catedral se conservan dos magníficos frontales de altar, cuyos autores se ignoran; pero que son dos joyas del arte del siglo XVI. En la parroquia del Carpio, en la capilla de los Marqueses, hay unos ornamentos de la misma época de inestimable valor. En el siglo XVII vivió en Córdoba, segun Cean Bermudez, Juan Go

mez, autor de una funda para la caja del Santisimo de la Catedral de Sevilla, y en el siglo XVIII, hemos averiguado que vivió Diego Moreno y Ceballos, que en 1783 bordó la capa y la estola del San Eloy de la Hermandad de plateros.

Hemos terminado estos ligeros apuntes respecto al arte cordobés. Sólo nos resta decir algunas palabras de la obra á que preceden.

Para escribirla nos han servido de base las de Cean Bermudez, Llaguno y Amirola, Osorio y Bernard, los Paseos por Córdoba de nuestro padre don Teodomiro y otros cuyos nombres irán citados al final de cada articulo biográfico; además hemos registrado casi todas las que se han escrito de bellas artes, antigüedades é historia cordobesas, muchos manuscritos y algunos archivos; así es que nuestro trabajo, contiene más de un doble de los artistas mencionados antes en diccionarios biográficos, y casi todas las biografías antes escritas, han sido ampliadas con nuevos y curiosos datos.

Con esta obra que no creemos completa, pensamos hacer un servicio al Arte y á la Historia de España, y principalmente, de la querida patria donde vimos la primera luz. Si lo hemos conseguido, será el mayor galardon que podremos obtener por el árduo trabajo en ella invertido.

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