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ARMAS

PARA LÁZARO DE BRIONES.

Don Felipe, etc. Por cuanto por parte de vos, Lázaro de Briones, natural de la villa de Marchena, que es en nuestros reinos, me ha sido hecha relacion que podrá haber veinte años, poco mas ó menos, que vos, con deseo de servir al Emperador, mi Señor, de gloriosa memoria, pasastes á las provincias del Perú, donde habeis servido en lo que se ha ofrecido en todo el dicho tiempo, como bueno y leal vasallo nuestro, ansí á la sazon que la cibdad del Cuzco estubo cercada de Mango Inga é de otros indios, siendo uno de los españoles que estaban dentro della, como en las alteraciones que en aquella tierra han subcedido, especialmente hallándoos con el capitan Joan Piçarro, en la toma de la fortaleza de la dicha ciudad del Cuzco, contra los dichos indios que la tenian cercada, donde hecistes lo que devíades; y que al tiempo que Gonzalo Piçarro se alzó en las dichas provincias, os juntastes con el capitan Lope de Mendoza, y fuistes con él á juntaros con el capitan Diego Centeno, que habia alzado la bandera en nuestro servicio, y os hallastes en la batalla que en Guarina se dió al dicho Gonzalo Piçarro, donde fué desbaratado el dicho Diego Centeno y los que le seguian; é continuando nuestro servicio, habíades ido con él hasta que se juntó con el licenciado de la Gasca, Obispo que al presente es de Palencia, Presidente que fué de la Audiencia Real de aquella tierra, en cuyo acompañamiento habíades andado y halládoos hasta que el dicho Gonzalo Piçarro fué desbaratado y hecho justicia de él y de los que le seguian, hallándoos en la batalla donde fué preso, sirviendo de gentil hombre de la artillería de nuestro campo; é que el dicho cargo os habia sido dado

por tener de vos la confianza y satisfaccion que se requeria; é que ansí en lo suso dicho como en otras cosas de nuestro servicio, habeis servido muy bien y lealmente con vuestras armas y caballos, á vuestra costa y mision, sin llevar sueldo ni socorro alguno, en que habeis gastado gran suma de pesos de oro; como todo dijistes constaba y parescia por cierta informacion de que ante Nos en el nuestro Consejo de las Indias fué hecha presentacion; y nos fué suplicado que en remuneracion de vuestros servicios, y porque de vos y de ellos quedase perpetua memoria, os mandásemos dar por armas un escudo hecho dos partes, en la una de la mano derecha una fortaleza de color de oro en campo azul, con tres torres encima della, y que de la de enmedio y más alta salga una bandera colorada, y arrimada á la dicha fortaleza una escala de madera, y en la otra parte del dicho escudo un tigre puesto en salto, con ojos é uñas doradas, en campo colorado, y por devisa del dicho escudo un yelmo cerrado, y sobre él una cabeza de tigre con sus manos, asido con las uñas del dicho yelmo, con sus plumages y dependencias á follages de azul y de oro, ó como la nuestra merced fuese, etc.

Dada en Toledo á 10 de Mayo de 1560.-Yo el Rey.

ARMAS

PARA ANDRÉS DE NARVÁEZ.

Don Carlos é Doña Juana, etc. Por cuanto por parte de vos, Andres de Narvaez, nos ha sido hecha relacion que podrá haber diez é nueve años, poco más ó menos, que, con deseo de nos servir, pasastes á la Nueva España, donde nos servistes en lo que se ofresció, y que de allí pasastes á las provincias del Perú con vuestras armas y caba

llo, y que en el pasaje tuvistes grandes naufragios, y que llegado en tierra, fuistes en compañía del capitan Garci Holguin, de camino, pacificando la tierra hasta la ciudad de los Reyes, y que desde la dicha cibdad vos fuistes con ocho compañeros hasta la cibdad del Cuzco, é que antes que llegásedes allá supistes que estaba alzada la tierra, é que sin embargo dello, proseguistes vuestro camino y entrastes en la dicha cibdad, estando toda cercada, é que ansí entrado, os hallastes en ella é servistes en todo el dicho cerco, é hicistes lo que un bueno debia y era obligado á hacer; é que ya pacífica la dicha cibdad, vino allá el Marqués Don Francisco Pizarro, y fuistes con él á la conquista é pacificacion del Inga, donde ansí mismo y en otras cosas que en las dichas provincias del Perú se han ofrecido, nos habeis servido con vuestras armas y caballos, pasando grandes trabajos, hambres y necesidades, como dijistes constaba y parescia por una informacion de que ante Nos, en el nuestro Consejo de las Indias hicistes presentacion; é nos suplicastes que en remuneracion de los dichos. vuestros servicios, y porque de vos y de ellos quedase perpétua memoria, vos mandásemos dar por armas un escudo, el campo colorado, en el cual esté un castillo de oro sobre un peñol verde, y encima del dicho castillo, del homenaje principal salga una lanza con un estandarte azul, en el cual dicho estandarte esté una cruz de oro, y que de la puerta del dicho castillo salga un leon de oro, y por orla ocho estrellas de oro en campo azul con perfiles de oro, y por timble un yelmo cerrado, y por devisa dos alas de águila puestas á vuelo, y un medio leon de oro con un estandarte y una lanza en las manos, con su rollo torcido y trascoles y dependencias á follages de azul y oro, ó como la nuestra merced fuese.

Dada en Valladolid á 9 de Mayo de 1545.-Yo el Príncipe.

ARMAS

PARA GONZALO HERNÁNDEZ.

Don Carlos, etc. Por cuanto por parte de vos Gonzalo Hernandez, vecino de la ciudad de Tenustitlan, México, de la Nueva España, nos fué fecha relacion que vos, con deseo de nos servir é del acrescentamiento de nuestra corona real, pasastes á la dicha Nueva España, puede haber hasta catorce años poco más o menos, antes que la dicha ciudad de México se ganase é redugese á nuestro servicio é obediencia, é que despues que á ella fuistes hasta agora siempre os habeis hallado en conquistar y pacificar así la dicha ciudad de México como otras tierras é provincias comarcanas á ella en la dicha Nueva España; é que viniendo D. Hernando Cortés, Marqués del Valle, que á la sazon era capitan general de la dicha tierra, con los españoles desde la ciudad de Tezcuco é Tanba, dando guerra á los indios enemigos, salió un dia de mañana Cristóbal de Olid, que era Maestre de campo, á correr la tierra con ciertos españoles, uno de los cuales érades vos: los dichos indios salieron á vosotros, é porque los llebábades de vencida, se fueron huyendo, y que yendo en el dicho alcance, vistes á uno de los dichos indios enemigos que estaba en el agua con una devisa de plumas colorada en la mano, que parecia ser capitan y principal entre los otros, é por lo matar, os metistes en el agua á nado é peleastes con él é lo matastes á puñaladas, é le quitastes la porra é devisa, lo cual fué causa que se venciesen los dichos indios, donde monstraste mucho esfuerzo é ánimo; é que otra vez que salió el dicho capitan general con los españoles de la dicha ciudad de Teztuco cuando rodeó la dicha ciudad de México é lagu

na della, estando en Suchimilco los indios enemigos, daban guerra á los españoles, entre los cuales andaba un indio vestido de una devisa blanca y negra, con una rodela de las mismas colores y una espada de Castilla en la mano, con que peleaba, el cual, yendo huyendo de ciertos españoles con quien habia peleado, vos fuistes tras él y lo alcanzastes y peleastes con él hasta lo derribar en el suelo, donde lo matastes á puñaladas é conquistastes la dicha espada y rodela; é que el dia antes que la dicha cibdad de México se ganase, los españoles peleaban con los indios della, é que andaban en canoas por la laguna é por tierra, é vos salistes de un bergantin en que andábades por la dicha laguna, é con una lanza gineta peleastes en tierra con los indios enemigos, y que así en la tierra como entrando en el agua tras ellos, matastes muchos de los dichos indios; é que despues, al tiempo que los dichos indios, de miedo á los bergantines, desamparaban las canoas en que iban y huian á nado por la laguna, vos salistes muchas veces del dicho bergantin en que íbades, é vos echábades á nado tras los dichos indios, é peleastes con ellos con un puñal, é matastes muchos dellos en veces, é que en todas las guerras susodichas os hallastes con vuestras armas é caballo é nos servistes en ella como buen é fiel servidor nuestro, á vuestra costa é mision, é recebistes en las dichas guerras muchas heridas, como todo dijistes constaba y parescia por cierta informacion de que ante los del nuestro Consejo de las Indias hecistes presentacion, é nos suplicastes é pedistes por merced que en remuneracion de los dichos vuestros servicios, y porque de vos y de ellos quedase memoria, vos mandásemos dar por armas un escudo hecho tres partes: en la primera, un castillo blanco ó de plata en campo colorado, y en la segunda parte de la mano izquierda, un tigre arrimado á un árbol en campo de oro, y en la otra parte baja, un bergantin con sus remos de oro, que tenga el mastel y velas de plata sobre aguas de mar; y por orla

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