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nes con que desean alucinarla : que no extrañe que conservando siempre mi veneracion á un tan digno cuerpo, no cese de defenderme, mientras tenga alma en el cuerpo, de tan injuriosa, falsa, iniqua, y atroz acusacion y que ruegue tambien á la Academia misma, que esté sobre sí y no se dexe deslumbrar por los ardides con que el notorio talento é instruccion de los que componen aquella parcialidad intenta ocultarla la verdad (como la ocultaron la carta que el Bibliotecario del Eminentisimo Señor Cardenal Arzobispo de Toledo dirigió desde aquella ciudad á uno de los principales opositores mios, que era tambien principal comisionado de parte de la Real Academia en la primera comision, diciendole en el mes de octubre próximo pasado las verdades que seguramente no le agradarian); y esto por sostener su tema, y no confesar como debieran, que se engañaron en sus sospechas, que fueron frivolos sus fundamentos, y que yo he demostrado que no es verdad lo que han dicho y publicado por todas partes contra mi honor y mi proceder. Deseo no faltar en nada al justísimo respeto. que debo, y al amor que la Academia merece de parte de qualquiera literato, y creo que he cumplido con este deseo. Si acaso parece alguna expresion algo fuerte en quanto á la parcialidad que me intenta oprimir y quitar el honor, acreditandome tan injustamente de falsificador, pido sumisamente que se examine con equidad, si es posible que sean mas moderadas las expresiones de quien se ve forzado á defenderse de tan injustas y atroces acusaciones.

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Con este motivo me repito á la obediencia de V. S. y ruego á Dios nuestro Señor que guarde su vida muchos años. Madrid y 4 de Abril de 1796. B. 1. m. de V. S. su mas seguro y fiel servidor = Juan Josef Heydeck. Señor D. Antonio de Capmany Secretario de la Real Academia de la Historia..

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II:

Testimonio del Notario Apostólico.

Yo Agustin Gonzalez de Lara, Notario público Apostólico, y numerario de la Audiencia Arzobispal de esta ciudad de Toledo. Certifico, y hago fé, como en la mañana de este dia trece de abril del corriente año de mil setecientos noventa y seis, los Señores D. Josef Banqueri, Presbítero, D. Josef Cornide, D. Joaquin Traggia, y D. Francisco Martinez Marina, Presbiteros, que asi aseguran llamarse y ser individuos de la Real Academia de la Historia de Madrid, y comisionados por la misma, acompañados de los Señores Doctor D. Gregorio Alfonso de Villagomez y Lorenzana, Arcediano de Calatrava, Doctor D. Josef Lorenzana, Arce

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diano de Alcaraz, Doctor D. Miguel Ramon y Linacero, Canónigo de la Santa Iglesia Primada de las Españas de esta ciudad, y del Doctor D. Manuel de Ipola, Racionero de ella, y segundo Bibliotecario de la pública que exîste en el Palacio Arzobispal de esta Ciudad, que igualmente aseguraron estar nombrados por el Eminentísimo Señor Cardenal de Lorenzana Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, &c. mi Señor, para practicar, juntamente con dichos Señores individuos comisionados, las diligencias relativas al descubrimiento y cotejo de ciertas inscripciones , pasaron á la Iglesia de San Benito, entendida por nuestra Señora del Tránsito, en la que se hallaban diferentes personas, de las quales dichos Señores comisionados de la Academia, y los nombrados por su Eminencia, fueron llamando, con separacion, á las que por su orden se expresarán con nombres y apellidos, y preguntados por ante mí el Notario en razon del descubrimiento de las inscripciones, y demas que tuviesen entendido dixeron Francisco Martinez, vecino de esta ciudad, del arte de la seda. Que en el asunto tenia hecha una declaracion, y á ella no tenia que añadir, y leida que le fué la colocada en el Apéndice á la Ilustracion de la inscripcion hebrea de nuestra Señora del Tránsito, folio quarenta y nueve, número ochenta y tres aseguró ser la misma, y que en ella se ratificaba. D. Juan Leon Garcia, Presbítero, músico tenor de dicha Santa Iglesia : Que quando vino á esta ciudad en el año de setecientos ochenta y nueve D. Juan Josef Heydeck, se hallaba Capellan de esta Iglesia el exponente, y no observó que aquel, ni otra persona, descubriese la inscripcion que está á los dos lados del altar mayor, ni advirtió residuos del descubrimiento, ni señales en el suelo de haberse amasado yeso para volverlo á cubrir. D. Domingo Gonzalez, músico tiple en la misma Santa Iglesia, afirmó que en el mes de mayo de setecientos ochenta y nueve estuvo en esta ciudad D. Juan Josef Heydeck á copiar las inscripciones de nuestra Señora del Tránsito, y noticioso de que el exponente tenia algunas, vino á su casa, y se las manifestó en idioma castellano, en el libro de las tres Ordenes Militares, su autor Rades de Andrada, y alli empezó á copiar alguna cosa, pero como era obra mas larga se llevó el libro en confianza, y á los dos dias le volvió á dicho D. Domingo. D. Manuel Juñen, vecino del comercio de esta ciudad, manifestó tener hecha una declaracion, y reconocido el Apéndice se halló en la pagina quarenta y ocho, número ochenta y uno, y leida se ratificó en ella, sin tener que quitar ni añadir. = Domingo Perez, de oficio albañil, vecino de esta ciudad, dixo que en el mes de octubre del año próxîmo pasado, y de orden de D. Juan Josef Heydeck descubrió la inscripcion que está á los dos lados del altar mayor de esta Iglesia de San Benito, entendida por nuestra Señora del Tránsito, cu

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ya operacion continuó, antes que viniese á la Iglesia el D. Juan Josef, con el mayor cuidado, sin destrozar carácter de letra alguna de las que habia, pues en la última tercera parte de la inscripcion inmediata al altar mayor, no se advertia relieve de letra alguna. Los RR. PP. Lector Algete, y Fr. Felix de la Puebla, Religiosos Capuchinos, expusieron tener certificado juntos; y reconocido el Apéndice se halló al folio quarenta y nueve, número ochenta y tres, y se ratificaron en su certificacion leida que les fue. D. Blas Diaz de Santos, y D. Pedro de Olarte Coechea, dixeron se remiten á la certificacion que tienen dada, y constará en el Apéndice, el qual reconocido, se halló en la pagina cincuenta y seis, número noventa y uno. En seguida de estas diligencias pasaron dichos Señores todos al cotejo de las dos inscripciones originales con las dos copias y dibuxos que me exhibieron para rubricarlas, como lo hice, y executado prolixamente por los Señores Comisarios de la Academia y de su Eminencia, quedaron todos convencidos de la puntualidad , y exactitud de la copia de los caractéres, trazos de lineas, quebrajas de las inscripciones, en todo y por todo. Instaron los Señores de la Academia á los demas á ver y observar la escrupulosa diligencia con que se habian sacado las dos copias, particularmente en la inscripcion del lado de la Epistola, y al renglon quinto, empezando por arriba, y desde la pared, dixeron se leia claramente leiehudim, y antes de esta voz, la palabra gadol, sin tener puntos encima : que en la misma inscripcion y linea nona, en donde hay letras mayores, hay una letra que llamaron thet, figurada con lapiz, pero que palpada, y vista de cerca, reconocian claramente haber sido daleth, en la diccion que se dixo leerse D. Pedro: en la inscripcion del lado del Evangelio notaron la última palabra del renglon sexto, y dixeron ser thob, y que esta voz tenia sobre sus tres letras otros tantos puntos, que se distinguian perfectamente, pero que en la última letra no existia guion alguno, ni señal, rastro, ó trazo de haberlo habido jamas, y convencidos y asegurados todos, segun manifestaron, de la exâctitud, se concluyó. Lo pidieron por Testimonio, y en fé de haber presenciado, visto y oido quanto va relacionado; doy el presente, en esta, y dos anteriores fojas, rubricadas en papel del sello quarto, y lo signo y firmo en esta ciudad de Toledo, en el propio dia trece de abril de mil setecientos noventa y seis. Agustin Gonzalez de Lara.

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III

Certificacion de D. Francisco Ximenez.

Yo D. Francisco Ximenez, Aparejador mayor de esta Santa Iglesia de Toledo. Certifico como habiendo sido llamado por los Señores D. Gregorio Villagomez, Arcediano de Calatrava, y D. Josef Lorenzana, que lo es de Alcaraz, y Presidente del Consejo de la Gobernacion, ambos Canónigos de esta Santa Iglesia, nombrados por su Eminentísimo Prelado para asistir al reconocimiento que quatro diputados de la Real Academia de la Historia vinieron á hacer de dos inscripciones hebreas, que se hallan en la Iglesia Pricral de San Benito, llamado por otro nombre de el Tránsito, Orden de Calatrava, é interrogado por dichos Señores sobre la calidad de el material de que están formadas dichas inscripciones, y estado en que se hallan, habiendolos reconocido prolixa y exactamente, holé que dichas inscripciones están compuestas de letras hebreas de relieve, moldeadas sobre dos tableros de yeso negro, de nueve pies, y una pulgada de largo, y tres de ancho, de el grueso de dos pulgadas, sostenidos por soleras de madera, y ajustados al resto de la pared de el testero de el altar mayor, que cogen en medio y á ocho pies de el suelo.

De estos dos tableros el de el lado de la Epistola se halla dividido en seis pedazos, quasi desunidos, pues á algunos de ellos ya les faltan varios trozos, segun se demuestra en un dibuxo que se me puso de manifiesto, y en el todo la dicha materia de que se compone, está bastante desvirtuada, y facil de desmoronar, ya sea por el largo tiempo que hace ha sido vaciada, ya por haber percibido alguna humedad de la cercanía de el suelo, lo que es causa de que las letras, particularmente por el lado de la pared de el costado de la Iglesia, por donde me dixeron se empezaban á leer, hayan perdido parte de su relieve y contornos, de modo que parecen poco perceptibles.

Reconocido el tablero de el lado del Evangelio, le hallé de iguales dimensiones, , y mas arruinado que el de la Epistola, y para que se entienda mejor la disposicion en que está, le dividiré en quatro partes verticales, de las que en la primera que empieza desde el lado de la pared lateral de la Iglesia, y que tendrá por su medio proporcional como cosa de tres pies de ancho, se hallan algunas lineas de letras, las que en la segunda parte que tendrá como quatro pies de ancho, han desaparecido enteramente, dexando solo algunos trozos poco perceptibles de sus perfiles.

De la tercera parte, que tendrá como dos pies de ancho, no solo han desaparecido enteramente las letras, sino el fondo sobre que estaban mol

deadas, y en el dia solo aparece una desigual superficie, compuesta de varios retazos de revoque, colocados sin orden, y compuestos de la capa que tenian los dos trozos anteriores, pues ofrecen á la vista varias letras de las que se traxeron consigo al tiempo de descostrarse, por la presa que el yeso fresco hizo en el antiguo ya desvirtuado y floxo; lo que he comprobado reconociendo algunos de los trozos de dicha capa, que se hallan pegadas con lo blanco para dentro, y ,y las letras para fuera.

La quarta parte, ó trozo de este tablero, que es el último hacia el altar, tendrá como otros dos pies de largo, y en todo él no se conoce letra alguna, ni vestigio de haberla habido, pues la superficie sobre que debian haber estado, se halla muy liso, y dada de llana, y en la parte superior aun se conserva otro segundo revoco que se percibe, y es continuacion de el que cubria toda la inscripcion, y que se me aseguró se habia descostrado en el año próximo pasado, como asi parece se practicó no solo con este tablero, sino con el que antecedentemente dexo hablado. Siendo quanto puedo decir, segun el conocimiento que tengo de mi arte, y á mayor abundamiento me refiero á los planos que he reconocido, y que me han parecido conformes con su original. Toledo catorce de Abril de mil setecientos noventa y seis. Francisco Ximenez.

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