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curso Histórico-Crítico sobre la primera venida de los judios á España, leida en la Junta ordinaria de 5 de agosto de 1796, trata su autor D. Francisco Martinez Marina, Académico Numerario, de supuestas y fabulosas las antigüedades hispano-hebreas, que hasta ahora, segun pretende, habian alucinado a algunos de nuestros autores de mas cuenta, alimentando la credulidad de los ingenios mas sosegados, y el amor de lo maravilloso en los mas acalorados. La erudicion exquisita, la eleccion de las pruebas, el exâmen de todas las opiniones sobre cuyas ruinas intenta fundar la suya, y la severa crítica con que, sin esclavizarse á los respetos de propios ni de extraños, de escuelas ni de profesiones, de famas ni de autoridades de los escritores, discute y esclarece la materia, hacen á esta Memoria interesante, curiosa, é ins

tructiva.

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VI. La sexta Memoria con el título de Ilustracion al reynado de Don Ramiro II de Aragon, llamado el Monge, trabajada, y leida en la Junta ordinaria de 12 de setiembre del año 1795 por el Académico Numerario Don Joachin Traggia, se debe considerar (y baxo de este concepto la presenta su autor) como Memorias para escribir la vida de aquel Soberano, en la qual la série de acaecimientos extraños ofrece á la curiosidad de los investigadores de la antigua disciplina eclesiástica, y de los usos, costumbres, y política del siglo x1 y XII, un singular exemplo hasta hoy poco conocido en la historia civil, Tom. III.

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que el Señor Traggia procura ilustrar con gran copia de hechos, comprobados con auténticos documentos coetáneos escogidos diligentemente de archivos, y de crónicas inéditas.

ELOGIO

DE ANTONIO DE LEBRIJA

POR

D. JUAN BAUTISTA MUÑOZ.

Ha querido la real academia dar á conocer el mérito de An

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tonio de Lebrija, rectificar el concepto que de él se ha tenido comunmente, y en sus estudios, escritos enseñanza proponer la norma que deberán seguir los literatos, si quieren serlo de verdadero nombre para bien suyo y de sus semejantes. Pensamiento sabio á todas luces. Así fuese yo capaz de corresponder en algun modo á la honrosa confianza del cuerpo, y á la dignidad de tan ilustre auditorio. Pero ya que no alcance á tanto la cortedad de mi erudicion é ingenio, espero á lo menos no desmerecer vuestra indulgencia por las disposiciones de mi ánimo, amor á la verdad ¿ candor en anunciarla, reconocimiento á los varones insignes que nos han precedido y alumbrado en su investigacion. Lejos de aquí apologías apasionadas, y empeños de sobredorar los errores y defectos en que de ordinario caen los hombres todos. Haré el elogio de un humanista de primera nota, tan instruido y versado en variedad de lenguas, ciencias y facultades, tan dedicado á comunicar su doctrina, que merece de justicia los dictados de erudito universal, de restaurador del gusto y solidez en toda buena literatura, de maestro por excelencia de la nacion española. Mas será histórico mi elogio, esto es ajustado á la realidad de los hechos: será un retrato fiel, pintado de lleno con colores propios, hermoso sí porque lo es su original, pero con ciertos lunarcillos Tom. III.

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que descubren la condicion humana aun en los mayores héroes. De lo qual vamos á ver en el instante una prueba.

Tiénese por indubitable que el Nebrisense nació el año anterior á la próspera batalla de Olmedo en tiempo del rey D. Juan II de Castilla. Así lo dejó él escrito con palabras claras y terminantes, engañado á mi ver de algun códice de mano donde estaba equivocado el año de la batalla, ó mal formada la postrera cifra del número 1445, que suele confundirse con el 3 en los manuscritos. Porque de otros lugares contestes del mismo se colige con evidencia, haber nacido hácia principios del 1442 en la villa de que quiso apellidarse por ilustrarla, y por acrecentar con el nuevo apellido el esplendor antiguo de su linage. Llamábanse sus padres Juan Martinez Cala, y Catalina de Harana, ambos de familias nobles, iguales, y de caudal suficiente para vivir en una honrada mediania. Condicion la mas propia para sobresalir en la carrera literaria. Por lo general la opulencia engrie y afemina los ánimos, la miseria los abate y desvia de nobles ocupaciones solo en la mediania honesta suelen hermanarse, con el conveniente aparato, cierto espíritu generoso, y constancia en el trabajo duro que exigen las Musas de sus amantes.

Nuestro Antonio, incitado de los poderosos estímulos que le infundió la providencia y la educacion, hechos trabajosamente en su patria los estudios de latinidad y dialéctica, pasó á la universidad de Salamanca, única á la sazon en Castilla, y famosa en toda la cristiandad. Oyo en las ciencias matemáticas á un Apolonio, en las físicas á Pasqual de Aranda, en las éticas á Pedro de Osma, maestros aventajados cada uno en su profesion, el de Osma en particular á quien por su erudicion vasta y profunda se dió la primacia despues del célebre Tostado. El progreso que hizo Lebrija en poco tiempo se manifiesta por el juicio claro que supo formar de semejantes hombres venerados dentro y fuera de la naeion. El los veneraba asimismo, reconociendo el mérito de su doctrina respeto del siglo ; pero con una penetracion superior distinguia los defectos del siglo, falto de aquel primor y gusto que nació y reyno en las repúblicas de Grecia, y extendido despues á la de Roma dominó y cayó segun las varias fortunas del ro

mano imperio. Habia sobre mil años que esta hermosa luz era desaparecida del mundo, quando volvió á dejarse ver en la feliz Italia de un pequeño número de hombres como privilegiados del cielo. Aun allí alumbró débil y escasamente por bastante tiempo: al resto de la Europa apenas podia penetrar, impedida su propagacion por una espesa niebla de bárbaras preocupaciones. Alguna centella pudo alcanzar á España bien á los principios, mediante la fundacion del colegio de S. Clemente de Bolonia por el cardenal Gil de Albornoz contemporáneo de Petrarca. Y quando los nietos de este insigne restaurador del gusto antiguo, auxiliados de los griegos prófugos de Constantinopla, dieron el mas notable crecimiento á las buenas letras; el gran protector de ellas Alonso el V de Aragon les facilitó el paso de Nápoles á nuestra península. Llegó aquí el resplandor de la antorcha de Lorenzo Vala, , y el primero que abrió los ojos á la luz fue el joven Nebrisense. A la edad de diez y nueve años, y solos cinco de estudio en la universidad, pasa á la culta Italia deseoso de beber en la fuente las aguas puras y abundantes de la sabiduria. Discurre por las escuelas mas célebres, oye á los maestros mas acreditados, perfecciónase en las humanidades y ciencias que aprendió en España, adquiere ademas el conocimiento de las lenguas griega y hebrea con tal aparato, y una aplicacion porfiada, logra en un décenio lo que muy pocos en el espacio de la vida, logra digo hacer por entero el círculo de la erudicion. Empresa que parece intentó bien mozo á egemplo de su maestro de ética, llevó muy adelante bajo la mano de Galeoto Marcio, otro erudito universal de quien oyó retórica y poética en Bolonia, y acabó allí mismo dedicándose todo al estudio de los clásicos griegos y latinos en el colegio de S. Clemente, donde residió en calidad de colegial teólogo los cinco años últimos de su peregrinacion! De sus tareas continuas y extraordinarias, de la distincion con que por ellas se le trató en el colegio, de algunos documentos ciertos de su varia doctrina dados en Bolonia, han quedado ilustres memorias y testimonios.

Consumada la gloriosa carrera, trataba de volver á España, ansioso de reformar aquí los estudios sobre el fundamento solido

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