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do ""). Y como Napoleon decia que todos los españoles que habia armados no estaban en estado de resistir á diez mil franceses, y como contaba con que la Inglaterra no se atrevería á trasportar nuevos ejércitos á la Península, con que Aragon se someteria despues de la rendicion de Zaragoza, con la breve sumision de Ca

(4) Este número es el que confiesa Thiers en el libro XXXVI. de la Historia del Imperio, añadiendo: «Napoleon suponia que estos trescientos mil hombres, los cuales no creía hubiesen disminuido tanto con la diseminacion, las fatigas y las enfermedades, serian sobrados, aun reducios a doscientos mil, para subyugar la España »>-Du Casse, sin negar este número, supone que la fuerza efectiva en actitud de entrar en accion no pasaba de 193,416 hombres, distribuidos en los puntos y de la manera siguiente:

4.er Cuerpo: 22,993 hombres: material de artillería, 48 piezas: general en gefe, mariscal Victor, duque de Bellune: generales de division, Ruffin, Lapisse, Villatte. -Castilla la Nueva.

2. cuerpo: fuerza, 25,216 hombres: artilleria, 5 cañones: ge. neral en g fe, mariscal Soult, duque de Dalmacia: generales de division, Merle, Mermet, Bonnet, Delaborde, Heudelet, Franceschi.-Galicia.

3.er cuerpo: fuerza, 16,035: material de artillería, 40 piezas: general en gefe, Junot, duque de Abrantes: generales de division, Grandjeau, Musnier, Morlot, Dedon.-Aragon.

4. cuerpo: fuerza, 45,377 hombres: artillería, 30 piezas: general en gefe interiuo, mariscal Jourdan: generales de division, Sebas

tiani, Leval, Valence.-Madrid.

5. cuerpo: fuerza, 17,933 hombres: artilleria, 30 piezas: general en gefe, mariscal Mortier, duque de Treviso: generales de de division, Suchet, Gazan.—Aragon.

6. cuerpo fuerza, 24,631 hɔmbres; artillería, 30 piezas: general en gefe, mariscal Ney, duque de Elchingen: generales de division, Marchant, Maurice-Mathieu, Dessolles.-Galicia.

7.° cuerpo: fuerza, 44,386 hombres: general en gefe, Gouvion Saint-Cyr: generales de division, Pino, Souham, Chambran, Chabot, Lecchi, Duhesme, Reille, Cataluña.

Reserva de caballería: fuerza 10,997: generales de division, Lasalle, Latour-Maubourg, Kelermann, Milhaud, Lahoussaye, Lorge.

Comandancia del mariscal Bessières, duque de Istria: fuerza, 14,938 hombres: de ellos, en Guipúzcoa, 3,799: en Alava, 876: en Vizcaya, 4,762: en Castilla la Vieja, 2,541. en Aranda, 644: en Soria, 494: en Valladolid, 1,101: en Zamora, 161: en Leon, 2,998: en Palencia, 192.

Gran parque de artillería: total de piezas, 2,579. De ellas, 132 de campaña; 773 de sitio; 265 de plaza; en marcha, 255: batallones dobles de tren, 118.

taluña, y con las instrucciones que tenia dadas para las conquistas de Portugal y Andalucía, en su pensamiento era asunto de algunas jornadas el enseñorearse de los dos reinos"). Luego veremos hasta qué punto desconoció el emperador el carácter, la energía, el patriotismo, y sobre todo la constancia del pueblo español. En medio de la inmensa superioridad en número, inteligencia y disciplina de las tropas francesas sobre las españolas, la situacion del rey José en España, considerada militarmente no era nada lisonjera. A fuerza de repetir Napoleon que su

(1) No es un juicio nuestro este; es aserto del autor de las Memorias del rey José.

Hé aquí el plan de Napoleon, segun los historiadores franceses mejor informados -El mariscal Soult, luego que descansára en Galicia de las fatigas de la persecucion del ejército inglés, pasaria á Portugal con las divisiones Merle, Mermet, Delaborde y Heudelet, los dragones de Lorge y Lahoussaye, y la caballería ligera de Franceschi, tomaria á Oporto, y en seguida á Lisboa, cuya conquista debia hacer en todo el mes de marzo.-Ney se quedaria en Galicia con las divisiones Marchand y Mathieu para acabar de subyugarla y proteger á Soult en Portugal. -Entretanto Victor, vencedor en Espinosa y en Uclés, con las brillantes divisiones Villatte, Ruffin y Lapisse, y doce regimientos de caballería, ejecutaria en Extremadura y Andalucía una marcha semejante á la de Soult en Portugal, y luego que éste hubiese entrado en Lisboa, aquél iria á

hermano no era militar, y

destruir las murallas de Sevilla y Cádiz, si le oponian resistencia.-La division Lapisse que habia quedado en Salamanca, iria á unirse con su gefe en Mérida, y de allí á Andalucía.-El rey José con las excelentes divisiones Dessoles y Sebastiani, la polaca de Valence, los dragones de Milhaud, algunas brigadas ligeras, el parque general, y su guardia, contendria á Madrid, y apoyaria en caso necesario al mariscal Victor.-Suchet, que habia quedado mandando las tropas de Aragon en lugar de Jucot, vigilaria aquel reino, ayudado por Mortier, y avanzaria, si era conveniente, por Cuenca á Valencia. -Saint-Cyr tenia órden de conquistar las plazas fuertes de Cataluña.-Y la parte Norte de España quedaria confiada a una porcion de cuerpos mandados por Kellermann Bonnet, que formarian las guarniciones de Burgos, Vitoria, Pamplona, San Sebastian, Bilbao y Santander y proporcionarian columnas ambulantes en caso necesario.

de haber acostumbrado á los generales á obedecer y seguir las instrucciones y planes que él directamente les comunicaba, cada general se creia superior al rey en lo perteneciente á la guerra, y aunque el rey fuese el gefe de los ejércitos, ó no se cumplian las órdenes que de él solo emanaban, ó si un general sufria un revés, procuraba justificarse con el emperador, diciendo que se habia visto obligado á obedecer órdenes que él no aprobaba. De esta falta de confianza y armonía entre el rey, el mayor general y los mariscales, resultaban los inconvenientes que son fáciles de comprender. A pesar de todo, la situacion de las fuerzas francesas llevaba inmensas ventajas en principios de 1809 á las de los ejércitos españoles, por mas que se hubiera procurado rehacerlos y reorganizarlos despues de los quebrantos y derrotas de la segunda campaña.

Hablaremos primero de los del centro y Extremadura, que eran los que más habian de darse la mano.

Despues de la derrota de Uclés y de la retirada del duque del Infantado á las cercanías de Sierra-Morena, fué este gefe relevado del mando por la Junta, sustituyéndole el conde de Cartaojal, que con los restos de aquel ejército y con las tropas que se habian ido reuniendo en la Carolina formó uno solo, que se denominó de la Mancha, y constaba de cerca de veinte mil hombres, de ellos tres mil ginetes bien equipados. Con mas de la mitad de esta fuerza se dispuso que el intrépido duque de Alburquerque hiciera una excur

sion por la Mancha para distraer la del enemigo que iba á cargar sobre Extremadura. Cerca de la villa de Mora alcanzaron nuestros ginetes á quinientos dragones franceses mandados por el general Dijon; embistiéronlos con brío (18 de febrero), acuchilláronlos, y cogieron de ellos ochenta, juntamente con el carruage del general. Con noticia de este golpe acudieron á aquella parte considerables fuerzas enemigas; en su virtud replegóse Alburquerque á Consuegra, donde aquellas le buscaron, teniendo por prudente el general español retirarse á Manzanares. No corrian bien Alburquerque y Cartaojal, por diferencias de carácter, y tambien por celos, achaque por desgracia no raro entre generales españoles. Ambos llevaron en queja sus disensiones á la Junta Central.

Aunque la Junta prefirió y aprobó, como los preferia el ejército, los planes que proponia Alburquerque, en ellos mismos encontró el de Cartaojal medio para alejarle de su lado, encomendándole ir á reforzar el ejército de Extremadura con las dos cortas divisiones de Bassecourt y Echavarry, dándole apariencia de una importante y honrosa comision. No se lució despues de esta separacion el de Cartaojal. Marchó él mismo con su ejército á los paises que el de Alburquerque acababa de recorrer, situando primero su cuartel general en Ciudad Real. Pero hizo su correría por Yébenes y cercanías de Consuegra de tal modo, que á los tres dias tuvo que volver precipitadamente

al mismo punto (26 de febrero). Aun asi no pudo evitar ser acometido el 27 por el general francés Sebastiani, que sin un gran esfuerzo envolvió y desordenó sus columnas, rechazándolas sucesivamente de CiudadReal, el Viso, y Santa Cruz de Mudela, y apoderándose de muchos prisioneros y de algunos cañones. Las reliquias de nuestro ejército se abrigaron en Despeñaperros, fijándose el cuartel general en Santa Elena. En Santa Cruz se quedaron los franceses, aguardando noticias de Extremadura.

En esta provincia dejamos al general Cuesta recogiendo dispersos, restableciendo la disciplina, lastimosa y escandalosamente relajada desde el asesinato del general Sanjuan en Talavera, y reorganizando, en fin, aquel ejército. Mas apropósito para esto que para dirigir operaciones y para dar combates el general Cuesta, habia conseguido con la dureza de su carácter aterrar á los desmandados y díscolos, disciplinarlos, y reunir á fin de enero un cuerpo de tropas respetable, al menos por su número, con el cual desalojó los franceses de las cercanías de Almaráz, situándose él en Jaraicejo y Deleitosa. Para contener á aquellos hizo destruir á fuerza de trabajo uno de los dos magníficos ojos del famoso puente de Almaráz, obra maravillosa de arte; acto digno de ser lamentado como destruccion de una grandeza artística, é infructuoso como precaucion militar, segun vamos á ver (1).

(1) Este famoso puente estaba tan sólidamente construido,

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