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del Consejo en la Regencia.-Suspéndese la reunion de Córtes.Organizacion de fuerzas marítimas y terrestres.-Bloquean los franceses la isla Gaditana.-Intiman la rendicion á Cádiz.-Firmes y vigorosas respuestas de la ciudad y de los generales españoles.-Prudente plan de defensiva.-Auxilio de ingleses.-Obras de fortificacion.-Ataques recíprocos.-Blake general en gefe de ambos ejércitos.-Nombramiento de generales, y planes de campaña para el resto de la península.-Trasládase la Regencia á Cádiz.-Lo que hizo en todo este período.-El intruso rey José pasea como en triunfo las Andalucías.-Sus decretos de administracion y gobierno.-Napoleon distribuye los ejércitos de España y dispone de esta nacion como si fuese el soberano de ella.Profundo disgusto y amargura del rey José.-Hondas disidencias entre los dos hermanos.-Proyectos de Napoleon sobre las provincias del Ebro.-José, lleno de pena, abandona la Andalucía y regresa á Madrid.

Nada se veia, al comenzar el año 1810, que diera esperanzas ni presentára síntomas de que pudiesen aclarar, ni menos disiparse las negras nubes que encapotaban el horizonte de España. Por el contrario todo anunciaba que iban á condensarse más. Ya en 27 de setiembre (1809) habia prevenido Napoleon al ministro de la Guerra desde Schoenbrunn que enviase á París las tropas que marchaban al Norte, como tambien las que existian en los depósitos, pues me propongo, decia, hacer que todas ellas desfilen hácia España, para acabar pronto por aquel lado.» Firmada la paz de Viena (14 de octubre de 1809), y prosiguiendo en su propósito de terminar pronto la guerra de España, mandó dirigir hácia los Pirineos una considerable masa de fuerzas, que no bajaron de 100.000

soldados, y pensaba elevar á 150.000), para reforzar á los 250.000 que operaban ya en la Península, para cuya conquista habia creido ántes que le bastaban menos de una docena de regimientos. A su regreso de Alemania á París anunció al Senado que pensaba venir él mismo á terminar prontamente esta lucha que tanto contra sus cálculos se prolongaba.

Y habríalo acaso realizado, á no embarazarle y detenerle negocios graves y de trascendencia suma, á la vez domésticos y políticos. Pertenece á los primeros su famoso divorcio de la emperatriz Josefina, de ántes pensado, y verificado ahora (15 de diciembre, 1809), retirándose en su virtud aquella señora á la Malmaison con el título y honores de emperatriz coronada: divorcio hecho por razon de estado, con el propósito y fin de ver de asegurar la sucesion directa, y afirmar así su estirpe en el trono imperial, enlazándose con una princesa de las viejas dinastías de Europa. Puso pues primeramente sus puntos en la córte de Rusia, viniendo al fin á realizar su segundo matrimonio con la archiduquesa María Luisa, hija del emperador José II. de Austria. Los sucesos dirán

(4) Esta cifra ni la inventamos nosotros, ni menos la exageramos. La tomamos de los historiadores franceses. «Segun se ha visto anteriormente, dice Thiers, habia preparado (Napoleon) ce ca de 120.000 hombres de refuerzo. y pensaba elevarlos á 150.000 contra España. Estos 150.000, todos en marcha, se habian reunido

del modo siguiente.» Y espresa la procedencia y los puntos de reunion de los diferentes cuerpos.Historia del Imperio, lib. XXXIX.

«Con estas fuerzas, dice dos páginas mas adelante, completaba la masa de mas de 400.000 hombres destinados á esta guerra devoradora.>>

si de este enlace recogió el fruto que habia entrado en sus designios y servido de móvil á resolucion tan estraña, ruidosa y atrevida. Este y otros negocios graves impidieron su venida á España, pero las tropas fueron entrando.

Desacordes en muchas cosas los dos hermanos Napoleon y José, estábanlo tambien en el plan de la campaña que habia de emprenderse. Napoleon, cuyo pensamiento, cuyo afan, y podriamos decir cuya perpétua pesadilla era destruir á los ingleses, queria que el grueso de las tropas se emplearan con preferencia en perseguirlos hasta acabarlos, ó por lo menos hasta arrojarlos de España. Era el empeño, y como el capricho de José invadir primero y dominar las Andalucías. Esta vez Napoleon condescendió con los deseos de su hermano, calculando que si José penetraba en Andalucía con 70.000 veteranos reunidos cerca de Madrid, pronto se podrian destacar 30.000 de ellos para Portugal por la izquierda del Tajo, mientras por la derecha marcharía Massena con 60.000 hombres de Ney y de Junot, 15.000 de la guardia, y además 10.000 ginetes, á cuya masa de fuerzas seria imposible á los ingleses resistir, y forzados á embarcarse, podria ser ésta la última campaña de la guerra española. Una vez consentido el plan de José, prescribióle el emperador la manera de ejecutarle, á saber; que llevára á la empresa los cuerpos 1.o, 4.o y 5. mandados por Victor, Sebastiani y Mortier, dejando el 2.o

que guiaba Reynier junto al Tajo en observacion de los ingleses; con cuyos cuerpos, la reserva de Dessoles, los dragones y la guardia, reunía una masa de 80.000 hombres. Era mayor general y el verdadero caudillo de este ejército el mariscal Soult. Sebastiani con el 4.o cuerpo se dirigia por San Clemente y Villamanrique á penetrar por la izquierda de la garganta principal de Despeñaperros; Mortier con el 5.o marchaba por el camino real al puerto mismo de aquel nombre, y Victor con el 1.° bajaría á la derecha por Almaden al Guadalquivir entre Bailen y Córdoba.

Con arreglo á este plan, y despues de haber hecho José grandes y muy costosos preparativos, salió de Madrid llevando consigo cuatro de sus ministros, doce consejeros de Estado y mucha servidumbre. El 15 de enero (1810) llegó á la entrada de los desfiladeros de Sierra-Morena. Las fuerzas españolas que, como dijimos atrás, despues de la derrota y dispersion de Ocaña apenas se habian podido reunir en número de 25.000 hombres al abrigo de los numerosos pliegues de la cordillera, todavía al mando de Areizaga, repartidas en tres grupos principales, ocupaban tres puntos casi cara á cara de los escogidos por los franceses para la invasion, Almaden, Villamanrique y Despeñaperros. Una division destacada del ejército de Castilla á las órdenes de Alburquerque situada en las riberas del Guadiana, era la encargada de proteger á Zerain, y marchar en un caso á cubrir á Sevi

Ila. Ya el dia mismo que llegó José á las faldas de la Sierra, la division española de Almaden mandada por don Tomás de Zerain habia tenido que replegarse acometida por el mariscal Victor. El 20 de enero se dispusieron el 5.o cuerpo francés y la reserva á atacar el puerto del Rey y el de Despeñaperros, que el vulgo consideraba como un antemural inespugnable. Y en verdad casi habria podido serlo, á haber practicado en él otras obras de defensa, y no que se reducian á varias cortaduras y minas, con algunas baterías, en los pasos mas peligrosos. Estaban allí apostadas, desde la venta de Cárdenas hasta Santa Elena, las divisiones de vanguardia, y 1.a, 3. y 4.a, á las órdenes de Zayas, Lacy, Giron, y Gonzalez Castejon. La 2. á las de Vigodet se hallaba situada en Venta Nueva.

Atacado primeramente el puerto del Rey, los españoles que le defendian cedieron fácilmente y se dispersaron por las Navas de Tolosa, teatro en otros tiempos de uno de los hechos mas grandes y mas gloriosos de nuestra patria. Casi al mismo tiempo otra brigada francesa se encaramaba atrevidamente y penetraba por entre el puerto del Muradal y el de Despeñaperros, hasta colocarse á espaldas de los puestos y . trincheras españolas. Con noticia de esto el mariscal Mortier abordó de frente la calzada de Despeñaperros, donde estaban las cortaduras y las minas; algunas de estas reventaron, pero hicieron poco estrago y no obstruyeron el camino; de modo que avanzando los fran

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