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por su precipitacion, envió desde Vitoria al mariscal Victor con dos divisiones del primer cuerpo para protegerle por la parte de Orduña. Encontrarón se estas tropas con las de Acebedo y Martinengo que habian quedado separadas del ejército de Blake, y al ver que se preparaban á recibirlas con rostro firme, se replegaron sobre Orduña sin atacarlos.

Inquieto Blake por la suerte de aquellas dos divisiones, desde Nava donde habia situado el 3 de noviembre su cuartel general mandó salir la noche del 4 gruesas fuerzas para ver de libertar aquellas tropas aisladas y comprometidas. Pudo hacer esto con algun desahogo, porque acababan de incorporársele las recien llegadas de Dinamarca regidas por el conde de San Roman, y la division asturiana mandada por Quirós, constituyendo entre unas y otras un refuerzo de ocho á nueve mil hombres. Merced á este movimiento se logró la reunion de los de Acebedo y Martinengo, separados desde la accion de Zornoza, con gran contentamiento y júbilo de unos y otros. Entretanto la cuarta division que se habia dirigido á Balmaseda encontró ya aquella villa ocupada por la del general francés Villatte, atacóla con ímpetu y arrojo favoreci

al rey José: «He enseñado al em»perador la carta de V. M. de 2 »de noviembre. El emperador me »ordena escribir almariscald que »de Dantzick para manifestarle su Denojo por haber empeñado una >>accion tan séria sin órden suya,

» y de una manera tan inhábil.... »V. M. pensará como nosotros, que

el enemigo debia dar un voto de »gracias a la inconsideracion del »duque de Dantzick.»-Memorias del rey José Correspondencia, tom. V.

da de la segunda division y de algunos cuerpos asturianos que se hallaban cerca, la arrojó de la poblacion, haciéndola abandonar un cañon, dos carros de equipages y cuarenta prisioneros, y la persiguió hasta hacerla retroceder á Bilbao, quedando otra vez los nuestros dueños de la posicion de Balmaseda y puntos inmediatos.

Aprovechando Blake el triunfo de Balmaseda, despues de enviar el cuerpo de vanguardia hácia Sodupe, partió él mismo con la primera y segunda division camino de Güeñes. Encontróse allí con las divisiones francesas de Leval y Sebastiani, y empeñóse una accion bien sostenida por ambas partes hasta la entrada de la noche, y en que se distinguió por su bizarría el batallon literario de Santiago. Carecian los nuestros de víveres, y determinó el general retirarse á Balmaseda. Las subsistencias escaseaban más cada dia, la miseria se hacía sentir en un pais de por sí poco fértil y esquilmado por dos grandes ejércitos; el tiempo estaba lluvioso y frio, y nuestros soldados sin capotes, y muchos sin vestido ni calzado; por otra parte Napoleon desde Bayona habia destinado á la persecucion de Blake los dos cuerpos cuarto y primero mandados por Lefebvre y por Victor, el uno por la parte de Bilbao, el otro por Orduña y Amurrio, que componian una fuerza de cincuenta mil hombres el de Blake, con las bajas producidas por tantos encuentros y acciones, no pasaba de treinta

mil ""): por todo lo cual resolvió retirarse á pais que ofreciera mas recursos, y donde pudiera rehacerse y dar descanso á sus fatigadas y casi estenuadas tropas. Pero una parte de las que quedaban en Balmaseda para proteger la retirada no pudo reunirse ya al ejército y se dirigió á la costa de Santander. La cuarta division situada en Sopuerta fué acometida por numerosas columnas, y para no dejarse envolver tuvo que retirarse á la Nestosa, no pudiendo tampoco reunirse al ejército sin aventurar una accion desigual. De esta manera, y con la falta de estos cuerpos, pero muy ordenadamente y con muchas precauciones llegó Blake con el grueso de sus tropas á Espinosa de los Monteros.

Sucedia esto cuando Napoleon, llevando adelante su propósito de venir á España á mandar los ejércitos en persona, prueba grande de la apurada situacion en que habia llegado á verse su hermano, habia fran

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queado el Bidasoa la tarde del 4 de noviembre, yendo á dormir á Tolosa. A la mañana siguiente se encaminó á Vitoria á caballo con una escolta de la guardia Imperial. Alojóse en un campo fuera de la ciudad, y no en compañía de su hermano, como quien se proponia no eclipsarle con su presencia y dejarle todo el aparato de la magestad, limitándose él al papel de general en gefe. Al otro dia llamó su estado mayor, resuelto á einprender desde luego las operaciones decisivas que habia proyectado, y que iban á hacer cambiar la situacion de España.

CAPITULO IV.

DERROTA DE EJERCITOS ESPAÑOLES.

NAPOLEON EN CHAMARTIN.

TRASLACION DE LA CENTRAL Á SEVILLA.

1808.

(De noviembre á fin de diciembre.)

Batalla de Espinosa de los Monteros, desgraciada para los españoles.-Penosa retirada de Blake á Leon.-Toma el mando del ejército de la izquierda el marqués de la Romana.-Noble conducta de Blake. Justicia que le hace la junta de Galicia.- Disposiciones y movimientos de Napoleon.-Derrota cerca de Burgos el ejército de Extremadura.-Exagerada importancia que dió Napoleon á aquel triunfo.-Incendio y pillage de la ciudad. Decretos imperiales: impuestos y proscripciones.-Situacion y operaciones del ejército del centro.-Es derrotado en la accion de Tudela.-Sucede la Peña á Castaños en el mando de aquel ejército.-Llega tarde á Somosierra y se dirige á Guadalajara.-Prosigue Napoleon su marcha á Madrid.-Destruye al general Sanjuan en el puerto de Somosierra.-Brillante y memorable carga de los lanceros polacos.-Sanjuan se refugia en Segovia.-Asustada la Junta Central, abandona á Aranjuez y se d rige á Badajoz.-Preparativos de defensa en Madrid.-Entusiasmo popular: armamentos.-Es horriblemente asesinado el marqués de Perales.-Napoleon en Chamartin. Hace intimar primera y segunda vez la rendicion de la plaza.-Respuesta.-Atacan los franceses y toman el Buen Retiro.

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