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baramente asesinado el canónigo de Toledo don Juan Duro, antiguo amigo del príncipe de la Paz, que era conducido preso á Andalucía. En Malagon sufrió igual desastrosa suerte el ministro que habia sido de Hacienda de Cárlos IV. don Miguel Cayetano Soler, que iba tambien arrestado. En Badajoz fueron igualmente inmolados al furor popular un coronel de milicias, un tesorero que habia sido tenido por allegado de Godoy, y dos prisioneros franceses: Asi en otros pueblos. Aunque corto el número de estas víctimas, no dejó de afear el segundo período de la campaña de este año, ya de por sí harto infeliz.

Inundada de enemigos la Mancha hasta Manzanares, á escepcion de Villacañas, en cuya villa, merced al denuedo de sus moradores, nunca lograron penetrar las diversas partidas de caballería que lo intentaron; amagando otra vez los franceses á Sierra-Morena, á cuyas fraguras se habian refugiado muchos dispersos nuestros, oficiales y soldados, presentóse allí enviado por la Junta Central su individuo el marqués de Campo Sagrado, con la mision de reunir los dispersos, promover el alistamiento de nueva gente, y poner en estado de defensa el paso de Despeñaperros. Llegó el marqués á Andújar en ocasion que las juntas de los cuatro reinos de Andalucía, sabiendo la dispersion de los ejércitos, pero ignorando el paradero de la Central, trataban de establecerse en la Carolina, en union con sus vecinas las de Ciudad Real y Extrema

dura, á las cuales habian invitado al efecto. El mando de las tropas que habian de reunirse en la Sierra se dió al marqués de Palacio que habia sido llamado de Cataluña. Con los auxilios que de Sevilla fueron enviados, y lo que de todas partes se pudo recoger, llegaron á juntarse en la Carolina y sus inmediaciones hasta seis mil infantes y trescientos caballos, bastante para servir de núcleo á un nuevo ejército que pudiera reorganizarse para la defensa del Mediodía, pero insuficiente si el emperador se hubiera propuesto penetrar en él con sus poderosas fuerzas, y no hubiera preferido emplearlas contra el ejército inglés, al cual miraba como el único temible que le quedaba en la península.

Y era así, que de los nuestros solo reliquias de cada uno habian quedado en Leon, Astúrias y Galicia, en Badajoz, en Cuenca y en la Carolina, y algunos que se habian acogido á Zaragoza, sitiada ya otra vez, como luego veremos. Cataluña tenia bastante con atender á su propia defensa. Trató pues Napoleon de perseguir á los ingleses por Castilla y Extremadura á un tiempo, por si aquellos, situados como estaban en Salamanca, intentaban retroceder á Portugal. Lefebvre con veinte y dos mil infantes y tres mil caballos se dirigió á Extremadura por Talavera. Galluzo, que habia reemplazado al desventurado Sanjuan en el mando del ejército extremeño, intentó defender los vados y los puentes del Tajo, situándose él en el de

Almaráz. Pero tomado por los franceses el del Arzobispo en que se habia colocado el general Trías, y acometidos los demás sucesivamente, tuvo él mismo que retirarse, primero á Jaraicejo y después á Trujillo. En esta ciudad, atendido el mal estado de las tropas y la superioridad de las fuerzas enemigas, deliberóse en consejo de guerra lo que habia de hacerse, y se acordó alejarse hasta Zalamea, distante mas de tres jornadas, al lado de la sierra que parte términos con Andalucía. Llegaron allí nuestras asendereadas tropas el 28 de diciembre: los franceses ocuparon dos dias ántes á Trujillo.

Nada hemos vuelto á decir de la Junta Central desde que la dejamos en Talavera. Alli celebró dos sesiones: prosiguió luego su viage, y en Trujillo se detuvo cuatro dias, dando órdenes á los generales y juntas para el armamento de aquellas provincias, y haciendo esfuerzos, mas plausibles que fructuosos, para persuadir al general inglés Moore á que obrára activamente en Castilla, y distrajera las fuerzas del imperio para impedir una invasion en Andalucía, donde ella se encaminaba, y único punto donde á favor de aquella distraccion podria con algun desahogo reorganizarse un ejército. En efecto, la Junta resolvió en Trujillo, no dirigirse ya á Badajoz como ántes habia pensado, sino á Sevilla, ciudad mas populosa, de mas recursos y por entonces mas resguardada. A su paso por Mérida una diputacion de la

ciudad, apoyada después por la misma junta provincial, y esponiendo am bas que aquél era el clamor del pueblo, pidió á la Central que nombrára capitan general de la provincia y de sus tropas á don Gregorio de la Cuesta, que los centrales llevaban consigo en calidad de arrestado. Estraña peticion, en la situacion en que aquel general se hallaba, y con los antecedentes que á ella le habian conducido, y por lo cual la Junta resistió cuanto pudo y accedió después con repugnancia á su nombramiento. Cuesta fijó su cuartel general en Badajoz, y llamó las tropas de Zalamea, con que dejó descubierta la Andalucía, que era una de las cosas que la Junta recelaba.

El 17 de diciembre entró la Central en Sevilla, donde fué recibida con júbilo y entusiasmo, porque sus últimas medidas y su reciente actitud habian desvanecido en mucha parte la nota de falta de energía y actividad con que hasta entonces se le habia tildado. La muerte de su anciano presidente el conde de Floridablanca, acaecida á los pocos dias (28 de noviembre), y su reemplazo por el marqués de Astorga, contribuyó tambien algo á darle mas vida en lo político y en lo militar, porque se habia hecho Floridablanca, como sabemos, enemigo de toda reforma, y las ideas de el de Astorga estaban mas en armonía con las de su siglo.

CAPITULO V.

CAMPAÑA Y MARCHA DE NAPOLEON.

RETIRADA DE LOS INGLESES.

SEGUNDO SITIO DE ZARAGOZA.

1808.-1809.

Situacion del ejército inglés.-Perplejidad de Sir John Moore.Sale de Salamanca camino de Valladolid.-Tuerce á Mayorga, y porqué. Unensele Baird y la Romana.-Posicion y movimiento del mariscal Soult.-Napoleon y el ejército imperial: paso penoso del Guadarrama.--Retrocede el ejército inglés.-Indisciplina y escesos de la tropa.-Quebranto del marqués de la Romana en Mansilla de las Mulas.-Reunion de ingleses y españoles en Astorga.-Lastimosa retirada de unos y otros á Galicia.-Desordenes y pérdidas.-Napoleon en Astorga.-Noticias que recibe de Austria.-Vuelve á Valladolid.-Su conducta en esta ciudad.— Regresa precipitadamente á Francia.-Segunda entrada de José en Madrid: jura y reconocimiento.-Persigue Soult á los ingleses. -Batalla de la Coruña.-Muerte de Moore.-Se reembarcan en aquel puerto.-Entran los franceses.-Apodéranse del Ferrol.Se enseñorean de Galicia.-Romana en la frontera de Portugal. -Ejército del centro.-El Infantado: Venegas. - Desastre de Uclés. Horribles demasías y crueldades de los franceses en aquella villa. Huye el Infantado á Murcia, y después hácia SierraMorena.-Sucesos de Cataluña.-Reemplaza Vives al marqués de Palacio. Estrech y bloquea á Barcelona: apuro de Duhesme.Llegada de Saint-Cyr con el séptimo cuerpo a Cataluña.-Sitio y toma de Rosas por los franceses.-Socorren á Barcelona.-Accio

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