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intento, que debe ser enviar á V. M. alguna informacion. Y si yo tratase dello ó entendiesen que lo sabia, cesaria todo; pero ida la flota, yo pasaré adelante con el negocio y haré que se castigue tan gran maldad y se entienda quién fueron los autores della. Aquí hay escribanos y testigos para lo que los quisieren, y tienen por regla que si estas cosas no mancharen, á lo menos tiznarán. Yo limpiaré la tierra, siendo Dios servido, de algu nos que la estragan, y espero en su Divina Majestad salir de este negocio y de todos los que se me mandaren sin mancha ni tizne; y ni esta ni otras cosas que fuesen de más importancia embarazarán, para que yo deje de hacer mi oficio con la libertad que siempre lo hice, como lo dirán el tiempo y los negocios y aun lo tienen bien entendido los que procuran morderme.

V. M. tiene mandado que se hagan ciertas iglesias demás de las que se hacen en pueblos de indios; ahí envio la memoria dellas y de lo que en cada una se ha gastado: son obras perpétuas y de grandísima costa. Yo voy entreteniendo algo en ellas hasta ver el órden que V. M. manda que se tenga; doy aviso al Concejo y la manera que á mi juicio se puede tener para que se prosiga en ellas y V. M. gaste mucho menos; y lo que se gastáre despues de acabadas las obras, quede en renta para V. M.: yo creo darán razon dello los del Concejo y V. M. mandará lo que sea servido.

Despues de escrito hasta aquí, sucedió que los frailes de Santo Domingo, no contentos con lo referido arriba, han dicho veinte disparates viendo cómo se les va atajando el estrago que hacian en la Hacienda de V. M., pensando ellos meterme temor, y aun diciendo cosas encaminadas á alborotarme el pueblo. El primero dia de

TOMO IV.

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Cuaresma dixo uno en su casa de Santo Domingo muchas cosas en esta materia de los tributos que se piden á los indios. El fiscal dió una peticion, diciendo que se habia desacatado contra V. M. y sus ministros y que le enviasen á España. Mandóse hacer informacion, ellos lo supieron y luego el dia siguiente jueves, vinieron á m el Obispo de Guaxaca, fraile de la misma orden y el Prior de la casa para que no se hiciese informacion. Y 'diciéndoles yo la soltura de sus frailes en hablar sobre si V. M. tiene con buen título este reino ó no, para enmendar el aviso me dixo el Prior: «S. M. no tiene aquí más de lo que el Papa le dió y el Papa no le pudo dar esta tierra sino para el bien espiritual de los indios, y el dia que tuvieren Gobierno y estuvieren instrutos (1) en las cosas de la fée, es obligado el Rey á dexar estos reinos á sus naturales. » Luego el sábado siguiente dijo otro en el púlpito, tambien de Santo Domingo, algunas cosas que van por informacion al Consejo; y entre ellas, hablando de la informacion que se hacia contra el otro fraile, dixo: «El Rey Herodes estaba mal con San Joan Baptista porque le reprendia y descaba castigarle, pero no osaba por temor del pueblo de los judios:» y dixo luego: «¿pues sois vosotros menos ó más ruines ó peores que los judios?» Otro me dixo á mí: «Esta tierra no se puede gobernar si no es con los ojos del Rey.» Otro dixo: «Entre tanto que no hobiese Rey presente, no se gobernará bien.» Todas estas cosas huelen mál y saben á comunidad; y si hobiese sugeto en la tierra para que la hobiese, Dios me es testigo que creo que hobiese quien la predicase de tan buena gana como lo hizo al

(1) Lo mismo que instruidos.

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guno de esta órden en la comunidad de Castilla. La informacion se hizo y vió, y aun pareció que se pudiera escusar el enviar al fraile fuera de este reino, si no hobiera otra cosa; pero entendido que por cosas tocantes á la fée le estaba ya dicho dias há á su Provincial que le enviase á España, pronunció el Audiencia un auto el mesmo sábado en que mandan al Provincial le envie á España. Luego el dia siguiente primero domingo de Cuaresma dejaron de predicar en la iglesia mayor, á donde estaba publicado su sermon y en su mesma casa de Santo Domingo y en otras partes, y fueron á incitar y pedir con justicia á las otras órdenes que tampoco predicasen, pero no lo hicieron. Dexan de decir la salve en el lugar acostumbrado, y saben ellos muy bien lo que en cosas de a fée hay contra el que se manda ir á España; y con todo eso están tan duros y tan desagradecidos de la merced y limosna que V. M. les hace. Ellos se confian en que lo que hacen es á gusto del Virey, ó por mejor decir, que son opiniones y no tanta culpa contra él; y sé de cierto que con no ser amigo del Arzobispo, le ha pedido con instancia que hable y trate sobre estas cuentas y tasaciones de pueblos estorbándolas. Yo junté el mismo domingo al Virey, Audiencia, Arzobispo, Obispo de Guaxaca y á los tres Provinciales y les dije mi parecer lo mejor que supe, y les dí á entender cuán en servicio de Dios y bien de estos naturales es esta cuenta que se hace; que no les pese, que concurriendo esto V. M. sea aprovechado en su Real Hacienda, y les dixe lo que habian de hacer. Todos se han rendido, á lo menos al parecer, sino son los dominicos, que son los mas amados del Virey, el cual con ellos y con los demás tienen destruida la tierra y muy vejados los indios con tributos y servi

cios personales sin llevar V. M. nada ó cuasi. Y ansí demás de lo que tengo dicho arriba en esta carta, por lo que á Dios y á V. M. debo, digo que en llegando esta, V. M. mande, con el primero navío que hobiere despachar carta para que el Virey se abstenga de su oficio y sea servido de proveer con gran brevedad otro que venga luego. Si no se hiciere ansí, en volviendo la cabeza desbaratará cuanto yo hiciere, porque es mañoso y atiende á solo esto. Yo estoy ocupado en muchas cosas y no puedo proveer á todas. Los frailes han sido señores de lo espiritual y temporal; háceseles de mal y más que á otros que les quiten su estado y señorío; son capitosos (1), y como hallan ayuda y amparo en él ansí por la sujecion que les ha tenido, como porque no se descubra tanto el descuido con que ha hecho su oficio, ayúdalos y favorécelos. Mejor fuera que nos concertáramos todos á el servicio de Dios y de V. M., y que en lo de has ta aquí dixera que entendió que ansí convenia hacerlo, que se descuidó. Ninguna cosa me aprovecha; parécele que con los sellos de las tres órdenes está seguro, y yo lo estoy de que no los enviáran ellos en mi favor. Guarde N. S. la C. R. persona de V. M. guarde muchos años, con augmento de más reinos y señoríos, como sus criados deseamos y habemos menester. De México, veinte y cuatro de Hebrero, de mil quinientos sesenta y

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cuatro.

De V. C. R. M.

Menor vasallo y criado, que sus Reales piés y manos besa.-El Licenciado Valderrama.

(1) Lo mismo que caprichoso. (Dic. de Terreros.)

CARTA DEL LICENCIADO VALDERRAMA AL REY D. FELIPE II, SOBRE ASUNTOS DE LA GOBERNACION DE NUEVA-ESPAÑA. (1)

S. C. R. M.

Despues de haber cerrado el pliego é inviádole á la Veracruz, fué el Obispo de Guaxaca al acuerdo, y vió la peticion que con esta va; y como dixe en carta que escribo á V. M., el Arzobispo fue solicitado para esto, y no lo quiso hacer. El Obispo es buen hombre y religioso, á lo que dicen; pero aunque há muchos años que está acá, sabe tan poco de la tierra como el que vino agora; lo cual he entendido de lo que con él he hablado. Usan dél á su voluntad los que le han menester, y él cree lo que le dicen. Una cosa diré, por donde se entenderán otras que me dixo un dia de los pasados delante del Prior de Santo Domingo: que todas las informaciones que en esta tierra se hacian eran burla, y no se debia dar crédito á ellas, y que los religiosos entendian las cosas desta tierra y no eran interesados, y que con ellos se habian de aconsejar; y que si ellos dixesen otra cosa de lo que contenia en la informacion, aquello se habia de hacer, y no lo que venia probado. Despues de haberse leido esta peticion, le pregunté si sabia las cosas que en ella se contienen, ó si se las habian dicho; respondió que las sabia,

(1) Coleccion de Muñoz, tomo LXXXVIII.

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