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recomendacion de Leonardo Cortés, hijo del licenciado Cortés, del Consejo de V. M. Yo haré en su Real nombre, en su honra y aprovechamiento lo que en este caso me es por V. M. mandado, por tan señalada merced como se me hizo y rescebí en ver esta carta, por la cual me certifica V. M. tenerse por servido de mí, así en lo que trabajé en las provincias del Perú contra el rebelado Pizarro, como en la conquista, poblacion y perpetuacion destas del Nuevo Extremo, y que mandará tener memoria de mi persona y pequeños servicios. Beso cient mill veces los pies y manos de V. M., y yo estoy bien confiado que por más que yo me esmero en hacerlos, será harto más crecido el galardon y conforme á como V. M. suele dispensar en este caso con sus súbditos y vasallos que bien le sirven é tienen la voluntad de servir que yo.

Dos dias despues que llegaron estos despachos de V. M., rescebí una carta, de los 18 de Mayo deste presente año de 551, del capitan Francisco de Villagra, mi lugar teniente, que como á V. M. escribí, luego como dí la vuelta de las provincias del Perú, cuando fuí á servir contra la rebelacion de Pizarro, le despaché con los dineros que pude, á que me traxese la gente y caballos que pudiese, y en su compañía envié al capitan Diego Maldonado. Y él fue el que se atrevió con ocho gentiles hombres á atravesar la cordillera por me dar aviso desto, y quiso Dios que la halló sin nieve; escribióme como traia 200 hombres, y entre ellos venian 400 caballos y yeguas, y quedaba en el paraje de la ciudad de Santiago de la otra parte de la nieve; é que no se determinaba de pasar hasta tener respuesta mia, y ver lo que le enviaba á mandar y convenia que hiciese en ser

vicio de V. M.; luego le respondí con el mismo Capitan que, por preseverar en servir como siempre lo ha acostumbrado, tuvo por bien de tomar este doble trabajo.

Escribióme asimismo el Teniente y tambien me dió relacion el Capitan cómo en el paraje donde yo tengo poblada la ciudad de la Serena, de la otra banda de dicha cordillera, halló poblado un capitan que se llama Juan Nuñez de Prado, que es un soldado que digo en mi carta duplicada que topé en la cuesta el dia que pasé la puente, cuando íbamos á dar la batalla á Gonzalo Pizarro, que se pasaba huyendo de su campo á nuestra parte, que el presidente, licenciado Pedro de la Gasca le dió comision para que fuese á poblar á un valle de que tenia noticia, que se llamaba de Tucumá, y pobló un pueblo y le nombró la ciudad del Barco. Paresce ser que pasando el dicho teniente Villagra por treinta leguas apartado de la ciudad del Barco, que así se lo mandó el dicho Presidente en la cibdad de los Reyes, el Juan Nuñez de Prado, con gente de caballo, dió de sobresalto de noche en el campo del Villagra, disparando arcabuces, rindiendo y matando soldados y apellidando viva el Rey y Juan Nuñez de Prado. Y la causa él la debe de saber, y á lo que se pudo alcanzar, seria por deshacer aquella gente si pudiera y recogerla él, porque no se podia sustentar con la que traxo en su compañía, y conveníale dar la vuelta al Perú, é por hacer de las zagalagardas (1) que se habian usado en aquellas provincias. Despues de puesto remedio en esto, el Juan Nuñez de Prado, de su volundad, sin ser forzado, se desistió de la autoridad que tenia y le habia dado el Presidente, di

(1) Zagalagardas, por zalagardas, escaramuzas ó alborotos.

ciendo quél no podia sustentar aquella ciudad; y el cabildo y los vecinos estantes en ella requirieron á Francisco de Villagra, que pues ella caia en los límites desta mi gobernacion, que la tomase á su cargo, y en mi nombre la proveyese de su mano para que se pudiese sustentar y perpetuar. Y viendo él que desta parte de la mar del Sur de otra no puede ser favorescida, la reduxo en nombre de V. M. bajo de mi proteccion y amparo, como, si fuere servido, podrá mandar ver por el auto judicial que sobresto se hizo, y asimismo por el traslado de la instruccion que yo envié al dicho Teniente de lo que habia de hacer y ordenar para el pró de todo, que ambas escrituras van con esta carta, y con el duplicado de las que llevó Alonso de Aguilera, en pliego para V. M., endereszado á la Real Audiencia de los Reyes, para que lo encaminen á recaudo al secretario Joan de Samano.

En el despacho, que llevó Alonso de Aguilera, decia en mis cartas que en poblando en las provincias de Arauco, despacharia al capitan Gerónimo Alderete, criado de V. M., con la descripcion de la tierra y relacion de toda ella y con el duplicado. Y como testigo de vista que es de los servicios que á V. M. he hecho así en estas provincias, como en las del Perú, sabria dar muy entera relacion; es su persona tan necesaria é importante al servicio de V. M. para en las cosas de acá, que así por esto como por esperar á poblar en el rio de Valdivia, que tengo por cierto es el riñon de la tierra y donde hay oro sobrella, hasta questo se haga, se dilata su ida por ocho ó diez meses; y á la hora será más á apropósito y llevará más claridad de lo que conviene al servicio de V. M. y yo deseo.

Asimismo hago saber á V. M. que yo traigo á la continua muy ocupado al dicho capitan Gerónimo Alderete en cosas de la guerra y lo más importante al servicio de V. M. que puede ser en estas partes. Y á esta causa, él no puede atender, como queria y es obligado, al oficio de tesorero de las Reales haciendas de que V. M. le mandó proveer y hacer merced. Y aunque yo he intentado de proveer de otro tesorero, hasta que V. M. avisado de su voluntad mande proveer en esto, por tenerle lástima viendo lo que trabaja, no lo ha querido dexar, diciendo quiere servir en él, aunque trabaje en lo demás, hasta que V. M. sea avisado dello y servido de mandar proveer á otra persona que no tenga las ocupaciones tan justas para lo dexar de servir como él tiene. Yo suplico á V. M. muy humillmente sea servido enviar á mandar proveer persona que lo use y tenga como es menester y conviene. Por muy largos tiempos guarde Nuestro Señor la sacratísima persona de V. M., con aumento de las cristiandad y monarquía del universo.-Desta ciudad de la Concepcion del Nuevo Extremo, á 25 de Septiembre de 1551 años.-S. C. C. M.-El más humill súbdito, vasallo y criado de V. M., que sus sacratísimos pies y manos besa.-Pedro de Valdivia.

RELACION DE LOS SERVICIOS DE PEDRO DE VALDIVIA EN EL PERÚ Y CHILE, DIRIGIDA AL EMPERADOR POR LA JUSTICIA Y REGIMIENTO DE LA CIUDAD DE Valdivia. (1)

S. C. C. M.

Por cumplir con la obligacion natural que tenemos, como súbditos y leales vasallos de V. M., hacemos por esta, relacion de los muchos, grandes y calificados servicios quel gobernador Pedro de Valdivia á V. M. ha hecho, así en las provincias del Perú, como en estos reinos nuevamente por él conquistados.

V. M. ha ya sabido, como al tiempo que vino á las provincias de Chile, pobló en el valle de Coquimbo en el asiento más conveniente la cibdad de la Serena; es de poca gente y muy bellicosa, tiene buen puerto de mar, donde hacen escala los navios que vienen de los reinos del Perú á estos. Y como asimismo pobló en la provincia de Mapocho, questaba poblada de indios que fueron subjectos á los Ingas, señores del Perú, la cibdad de Santiago, en un valle muy fértil é abundoso, en el comedio de la tierra, doce leguas de la mar donde hay buen puerto. Y como en la conquista y pacificacion destos indios, y sustentacion destas cibdades pasó grandes y excesivos trabajos, porque á causa de las guerras continas que con ellos tuvo, y de la gran riqueza del Perú, no menos trabajo pasó en sustentarse con los españoles, que

(1) Coleccion de Muñoz, tomo CxIII.

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