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El viejo soldado no pudo reprimir el disgusto que le ocasionaba un muñeco con un'jiron de púrpura sobre los hombros, alzado, como mendrugo, de los piés de un rei, i que él, con mejores recomendaciones i títulos, debiera haber obtenido; salióse de la iglesia seguido de algunos soldados adictos que, como su jefe, sentian hondamente tan gratuita ofensa.

El marques Hurtado habia pues arrojado la careta de hipocrecía con que, hasta entonces, se habia cubierto, i ordenó la prision de don Francisco, isu conducion a bordo de uno de los buques.

Verificada esta prision, sin ninguna oposicion, despacho un emisario a Santiago con órden de proceder de la misma manera con Villagra, mientras él permanecia en la Serena, esperan-. do el resultado, entregado a los mas grotescos actos de de

vocion.

"Queriendo que estuviese presente en la Serena el Santísi. mo Sacramento de la Eucaristía, que hasta entónces no lo ha bia estado, costeó para ello una magnífica custodia.

"El dia que ésta debia ser colocada, hizo celebrar con gran aparato una suntuosa procesion.

"Habiendo hecho construir un arco, se colocó debajo para aguardarla, acompañado de un solo paje; i cuando la procesion se aproximó, se tendió en tierra haciendo que el sacerdote, portador de la sarta hostia, pasara por encima de su persona." [16]

IV.

Como en adelante no harémos ya mencion del fundador de la Serena, vamos a consignar aqui una lijerísima reseña biográfica que copiamos de la Historia de Chile de Gay, i que él no dice tampoco de donde la toma. (17)

"Francisco de Aguirre nació en Talavera de la Reina; siguió las armas en calidad de distinguido, i en las campañas de Italia se le vé de subteniente, con cuyo empleo asistió a la espugnacion de Roma, acudiendo con su compañía a la defensa i amparo de un convento de relijiosas, que la tropa quiso entrar

(16) Amunátegui-Descubrimiento i conquista de Chale. (17) Gay-Tomo 1. páj. 490.

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V.

Desde aquella época hasta la invasion del pirata Bartolo mé Sharp que en 1680 incendió la Serena quemando el archivo, del que solo se salvó un libro de actas perteneciente al año 1678, acaso por haber estado en poder del escribano, no tenemos dato alguno acerca del progreso i desarrollo de la ciudad; pero es natural suponer que su marcha debió ser len tísima; privada de comunicacion por mar, a larga distancia de la capital, que entonces no contaba con recursos para atender las necesidades de estos pobladores, tavo necesariamente que permanecer, por muchos años, sumerjida en la mayor mi

seria.

Su carerio no podia componerse sino de uno que otro rancho de paredes de quincha con barro i techumbre de totora, i los restantes, que no debieron ser numerosos, de chozas de paja solamente.

El único edificio que entre todos descollaria por sus proporciones, seria la iglesia edificada con los mismos materiales; pues que cincuenta i un años despues de la fundacion de la

(18) Jurjes-No sabemos a que pueblo o aldea corresponde esta denominacion; probablemente ha dejado de existir como muchas otras.

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ciudad, se manda reedificar "porque la que tienen al presente ́es mui vieja i cubierta de paja." [19]

El 2 de noviembre de 1551, el cabildo de Santiago acordó mandar gravar un sello igual al de esa capital para remitirlo a la Serena; en efecto, Pero Gonzalez lo gravó llevando por su trabajo ochenta pesos que la corporacion le mandó pagar "en buen oro" [Apéndice Núm. 5:]

El incendio mencionado deja una laguna insondable que nos impide averiguar, con alguna certeza, la marcha de la poblacion, de sus edificios, calles, etc.; pero es indudable que la superficie elejida para la planta de la ciudad, cubierta de arrayanes, chañares, algarrobos i otros arbustos, necesitó mucho tiempo para desbastarse, sobre todo en la parte señalada para calles, que debieron ser, a los principios, de mui corta lonjitud, en atencion al poco número de 'habitantes.

Los límites o linderos de los solares, apénas debieron reconocerse por mojones de piedras, o, lo que es mas probable, por los mismos naturales arbustos que crecian en la planicie.

Los indios de encomienda, desde luego, se ocuparon en echar los cimientos de las primeras iglesias que, aunque construidas del mejor modo posible, no pasaron de ser humildes edificios, sin otra diferencia, de las comunes habitaciones, que sus mayores proporciones.

Los lavaderos i minas de oro descubiertos en Andacolle, (20)

(19) Oficio del capítan jeneral don Alonso García Ramon al cabildo, de fecha 2 de noviembre de 1600.

(20) Con fecha 13 de octubre de 1679, dice un acuerdo de cabildo: «I así mismo se presentó en este cabildo el señor don Ramon Alvares de Tobar, cura i vicario de las minas de Andacollo hizo oblacion de setenta patacones de a ocho reales, que es el resto de los treinta pesos en que este cabildo vendió el solar al capitan Bartolomé de Cepeda por ciento que se enterò por setiembre del año pasado de 1676.» Parece que aquí hai una equivocacion de número.

I ya que aquí se habla de minas, no está demas consignar un corto acápite de una carta del presidente don Joaquin del Pino que, con fecha 22 de noviembre de 1800, dirijió al gobernador de la Serena, por el que se verá el valor del cobre en aquella época. «Se sabe corre la venta de cobres en ese Partido al precio de seis i seis i medio pesos, i necesitando el rei alguna cantidad lo hará usted notarlo para que, los que quieran, hagan sus propuestas a esta superioridad, en intelijencia que se preferirán las que ofrezcan mas rebaja.»

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igaron a muchos transeuntes, seducidos por grandes gancias, esclusivo objeto de los españoles, a avecindarse en la ciudad o en su distrito, aumentándose de este modo la pobla Cion.

Aunque situada en la márjen del rio necesitaba agua mas próxima, agua que regára sus solares i fecundizára sus plantíos de olivos i maiz.

Con la cooperacion de los indios se concluyó el canal de la ciudad, que tiene su boca-toma dos leguas al oriente, en corto tiempo..

De ésta manera se encontró este terreno con el agua necesaria para el regadío, principiando, en consecuencia, cada propietario a sembrar los artículos que habia menester para su sustento i regalo.

VI.

A todo esto el número de habitantes se aumentaba aunque lentamente, i la ciudad iba presentando otro aspecto.

Los templos abandonaban sus mezquinas proporciones, para tomar otras acaso sobrado pretensiosas; pero los frailes, con una constancia sin ejemplo, salvando grandes dificultades, lograron convertir sus pajizas i raquíticas iglesias en edificios monumentales, si se atiende a la época, como San Franeisco, la Merced i otros, cuyas murallas son de loza caliza, sin duda la primera estraida de las canteras de Peñuelas.

Esta circunstancia fué favorable al adelantamiento de la poblacion, porque los españoles i los indios se agrupaban i colocaban sus lares al rededor de los templos, buscando sus sombras protectoras.

Las rústicas cabañas tomaron otras formas i aspecto, sas techos se cubrieron con tierra i algunos con tejas, i sus paredes se estucaron con cal.

Solamente la parte no edificada permaneció sin cerco de ninguna especie.

Las calles polvorientas en verano, i convertidas en lodaza.

Algunos años antes se trocaba este metal por fierro, i los que lo daban no creian perder en el cambio.

les en la estacion de las lluvias conservaban la aspereza natural del terreno.

Los moradores se entregaban con ahinco al cultivo del olivo, en el interior de sus propiedades, cultivo que les proporcionaba aceite para comer, i sobre todo para quemar en los templos; a la crianza de vacunos, en las propiedades rurales, que les suministraba el principal alimento i el sebo para el alumbrado, aunque en baja escala por la escasez de pastos.

Las tierras adyacentes se fueron poco a poco convirtiéndose en productores campos, a medida que se abrian canales para el regadío, i aunque en corto número a los principios, faeron sin embargo los suficientes.

Los jesuitas habian construido un molino de pan en la ciudad a orillas de la acequia grande [eu terreno que hoi ocupa la llamada Calle Sola] que abastecia de harina a la poblacion, (21) obteniendo, por esta especulacion, grandes provechos, ademas de las cuantiosas rentas que les suministraban sus bie. nes raices i numerosas capellanias i censos.

Estos verdaderos señores de horca i cuchillo, como los de la edad media, eran los únicos que en realidad imponian, pues el cabildo, destituido completamente de entradas i rentas, nada podia hacer, ni aun detener a los delincuentes i criminales por falta de localidad para este objeto, i estaba a merced de quienes todo lo podian, todo lo mandaban, aun en el santuario de la conciencia, de que no poco fruto i partido sacaban.

Ademas eran los únicos que estaban en posesion de la ense

(21) Con fecha 23 de noviembre de 1678 se presentó al cabildo una peticion del padre Antonio Aleman, de la fundacion de la Compañia de Jesus, de la Serena. que decia: «Antonio Aleman etc. como mas haya lugar ante US. digo, que US. fué servido conceder a la Compañia de Jesus la facultad ara arri nar la acequia de esta dicha ciudad a la ladera de Santa Lucía, i asi mesmo un pedazo de tierra que hai desde las tapias de las casas de la Compañia hasta un herido de un molino antiguo, de largo, i de anoho, desde la acequia vieja hasta la nueva de la dicha ladera, como todo consta del título i merced orijinal queor p mandato de US. despachó en favor de la dicha Compañia, i porqué para la comodidad de la dicha casa, que cede en bien de toda esta ciudad, quiero hacer un molino con el agua de la dicha acequía, sin que a la dicha ciudad perjudique etc.» I termina recomendando el asunto a la caridad de la grandeza de US.» Se concedió la solicitud.

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