Imágenes de páginas
PDF
EPUB

mucho tiempo, me es imposible tomar la pluma pa»ra dar parte de ella á V. A. sin esperimentar el mas profundo dolor. Se debió esperar, y se esperaba en Defecto este funesto acontecimiento luego que cayó en » manos de los enemigos la plaza de Tarragona.»> Contaba el sitio de Sagunto, y todo lo acontecido hasta la rendicion de la ciudad, y concluia: «Yo espero que »V. A. tendrá á bien ratificar el cange convenido » de los prisioneros, y enviar en consecuencia las ór» denes á Mallorca. Por lo que á mí toca, considero »el cange de los oficiales de mi grado sumamente »lejano: me creo condenado á la cautividad por el > resto de mi vida, y miro el momento de mi expa>>>triacion como el de mi muerte; pero si mis servi»cios han sido agradables á la patria, y si hasta este > momento no he dejado de contraer méritos por ella, » suplico encarecidamente á V. A. se digne tomar bajo su proteccion mi numerosa familia.»-«Palabras muy sentidas (dice un historiador español poco apasionado de Blake), que aun entonces produjeron favorable efecto, viniendo de un varon que en medio de sus errores é infortunios habia constantemente seguido la buena causa, que dejaba pobre y como en desamparo á su tierna y numerosa prole, y que resplandecia en muchas y privadas virtudes (4). »

A las cuatro y media de la tarde de aquel mismo

(1) Toreno, Historia de la Revolucion de España, libro XVII.

dia (9 de enero), conforme á lo estipulado, ocuparon los franceses el barrio del Remedio y la ciudadela, y aquella noche patrullaron en union con la tropa española para evitar desórdenes. A las 6 de la mañana siguiente salieron para Alcira los 1.640 hombres que habian de ser cangeados por otros tantos franceses, y á las 8 desfiló el resto del ejército por la puerta y puente de San José, en cuya cabeza depuso las armas. Constaba la totalidad del ejército de 16.141 plazas, inclusos los enfermos y quintos no instruidos, y no rebajados los desertores ("). Blake salió aquella

(1) Fuerza de que constaba el ejército de Valencia.

[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small]

tarde con sus ayudantes camino de Murviedro: él y los demas generales prisioneros fueron aquella noche convidados por el mariscal Suchet, quien en una conversacion franca y militar los habló de la buena defensa del castillo de Sagunto, y de la batalla del 25 de octubre, y les manifestó además que con las divisiones de Reille y de Severoli habia reunido 35.000 hombres. Al dia siguiente prosiguieron los prisioneros camino de Francia. Blake fué destinado al castillo de Vincennes, á las inmediaciones de París, como se habia hecho ántes con Palafox y con otros españoles distinguidos, y donde permaneció dos años con gran sufrimiento, completamente incomunicado, sin saber ni de España ni de su familia, de quien ni una carta se le permitió recibir.

[ocr errors]

Hasta el 14 de enero no hizo Suchet su entrada pública en Valencia. Doloroso es decirlo, y dura para el historiador la obligacion de contarlo. Una comision numerosa salió á recibirle, y al presentársele le dirigió una alocucion, á cuyos humildes términos cuesta trabajo hallar alguna disculpa en las circunstancias ). No siguió mas noble conducta el clero secular; y el arzobispo Company, franciscano, que

[merged small][ocr errors][merged small]

durante el sitio habia estado escondido en Gandía, volvió á Valencia despues de conquistada la ciudad, y dió el funestísimo ejemplo de esmerarse en adular y obsequiar á los conquistadores. Opuesto comportamiento habia observado el clero regular: hemos visto que algunos frailes habia siempre al frente de los alborotadores del pueblo: en ellos se vengó el general francés, prendiendo cuantos pudieron haberse de todas las órdenes, y que ascendieron 1.500: á todos se los llevó entre bayonetas á Murviedro; encerróselos en el convento de San Francisco; de ellos se sacaron cinco, que fueron bárbaramente arcabuceados al pie de las paredes del convento (18 de enero), á saber: Fray Pedro Pascual Rubert, provincial de la Merced; Fr. José de Jérica, guardian de Capuchinos: y los lectores Fr. Gabriel Pichó, Fr. Faustino Igual, y Fr. Vicente Bonet, dominicanos. Los demás fueron trasportados á Francia, en union con otros prisioneros de guerra (1).

Valió la conquista de Valencia á Suchet el título de duque de la Albufera, con la propiedad de la laguna de aquel nombre y sus cuantiosos productos de caza y pesca. Queriendo además Napoleon recompensar á los generales, oficiales y soldados de su ejército de Aragon, mandó que se agregasen á su dominio estraordinario de España (eran sus espresiones)

(1) En la mencionada Historia lacion del horrible fusilamiento de Boix se copia tambien una re- de los frailes.

bienes de la provincia de Valencia por valor de 200.000.000 de francos. «De este modo, observa un historiador, se despojaba tambien á José sin consideracion alguna de los derechos que le competian como á soberano, y se privaba á los interesados en la deuda pública, que aquél habia reconocido ó contratado, de una de las mas pingües hipotecas (1).»

(1) A referir el sitio de Sagunto y la batalla de 25 de octubre advertimos ya la poca benevolencia con que el conde de Toreno en su Historia de la Revolucion de España trataba, asi al gobernador Andriani como al general en gefe Blake, y espusimos los fundamentos en que apoyábamos nuestro juicio. En la relacion de los acontecimientos de Valencia hasta la entrada de los franceses, aquel historisdor se muestra, no ya poco benevolo con el general Blake, no ya duro y severo en la calificacion de su conducta y de sus actos, sino injusto además, á lo que nosotros creemos. Sobre atribuirle todas las desgracias que sobrevinieron, apura casi todos los calificativos desfavorables á un general en gefe, censurándole de tibio, lento, irresoluto, desacertado en unas disposiciones, desatentado otras, de imprevisor, de aferrado en su opinion, y de casi enemigo del pueblo; fáltale poco para acusarle de impericia, y solo parece reconocerle rectitud de intencion virtudes privadas, puesto que le niega hasta las prendas militares que constituyen un verdadero general en gefe.

en

Nuestros lectores han tenido muchas ocasiones de observar que no solo adornaban á dan Joaquin Blake virtudes privadas, si

no tambien virtudes cívicas no comunes, aun en aquella época de civismo, y de que pocos dieron tantos y tan sublimes ejemplos: ellas le levantaron al mas elevado puesto de la nacion, al de presidente de la Regencia. En cuanto á prendas militares y á condiciones de general, franceses, ingleses y españoles las reconocian unánimemente, y es menester suponer mucho error y mucha obcecacion en las Córtes y en la Regencia para elegirle de comun acuerdo en las ocasiones en que se necesitaba un general de inteligencia y de prestigio para la direccion de un ejército en las circunstancias y en las empresas mas difíciles, teniendo que dispensar hasta por dos veces la ley que hacia incompatible con el cargo de regente el mando activo de los ejércitos

la direccion de las operaciones de campaña.

Estraños nosotros á la ciencia militar, nos libraremos bien de asegurar que la conducta de Blake como general en gefe en la campaña y defensa de Valencia fuera del todo acertada, ni de responder que no cometiese tal ó cual error en sus disposiciones. Pero lo que sabemos, por documentos oficiales, es que siempre desconfió, y asi lo anunciaba al gobierno supremo, de poder de

« AnteriorContinuar »