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i otros insectos, no dexan de causar alguna altera-
cion, i los habitantes miran con horror aquel pa-
rage. Despues del salon grande, i enfrente de la
puerta, hai una gran balsa de agua, que no puede
ser de la llovediza, sino comunicada de otras balsas,
i ayudada tambien de la continua destilacion del
techo, i de la que se filtra por las paredes. Es
mui verisimil que en los siglos pasados los dueños
del peñon, tanto Españoles como Mahometanos, tu-
viesen en esta cueva oportuno recurso para proveer-
se de agua, i probablemente la rectificaron, i se sir-
vieron de ella. Se conoce que contaban con este de-
pósito, i no dexaban correr el agua al mar
que á la boca de la misma cueva, i sirviendo co-
mo de un umbral á ella, quedan vestigios manifies-
tos de una corta muralla larga de veinte pies; i
ésta, sin duda, servia de dique para contener el
agua dentro.

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en

De esta cueva, á mi parecer, habla Pomponio Mela en el capit. 6. del lib. 2. (1); aunque la erudicion i comentos de los Gramáticos han trabajado tanto por ilustrarlo, que lo han dexado incomprehensible. Si nos atenemos á sus observaciones, lo que Pomponio llama cueva, no es cueva; la cavidad del monte, no es cavidad, sino la falda; i el espacio transitable en la cueva, es el terreno exterior que mira á la bahía. Pero supuesta la verdadera descripcion que hemos dado del interior del monte, no hai mas que confrontar las palabras de Mela para conocer que habla de la cueva de san Jorge, ó de san Miguel, como se llamaba antes. De los dos montes que forman el Estrecho, Calpe se avanza casi todo en el mar: Este, sigue Mela, prodigio

sa

(1) Calpe. Is mirum in modum concavus, ab ea parte, quâ spectat occasum, medium ferè latus aperit, atque inde ingressis totus admodum pervius, prope quantum patet, specus.

A. Gron.

XVI.

Mela la des

cribe.

XVII.

samente hueco, abre casi en su medio un lado por la parte que mira al ocaso; i entrando desde alli hai una cueva, que se puede transitar con poca diferencia todo el espacio que se extiende el monte. ¿Qué otra descripcion se puede dar mas adecuada de la cueva que dexamos explicada? Su boca está á poniente; su extension corre casi toda la anchura de la sierra: i ya hemos dicho que algunos han tenido valor para internarse en ella algunos centenares de pasos. No disimulo la dificultad que hai al presente de pasar hasta el fin, originada de las columnas i enrexados de la misma piedra que lo impiden. ¿Pero quién no ve que este es un efecto natural del agua que se destila, del sol, i de los vientos, que peremnemente trabajan, i van formando piedras de la misma agua, semejantes en su formacion á los chuzos de carámbano? Primitivamente la pudo abrir, ó la ensanchó el trabajo de los hombres, ó para abrigo, defensa, i depósito, ó para templo de Hércules ú de otro numen fabuloso; ila naturaleza despues ha procurado incesantemente ganar el terreno de que se miraba despojada, criando peñas donde las hubo antes. Mas dificil es que sensiblemente se formen piedras duras en las orillas del mar, expuestas á sus embates i resacas; i no obstante se congelan en algunas costas, i se encuentran en diferentes grados de formacion duras, mas blandas, i á medio quaxar en disposicion de prestarse á recibir i retener los caracteres que se escriben en ellas. Tales son las que se ven al pie del castillo del Espiritu Santo de Sanlucar de Barrameda, no obstante que las bate el mar de continuo, i las cubre dos veces cada dia.

No consta con certidumbre, aunque lo refieren Si estuvo algunos escritores, que esta cueva de Gibraltar esconsagrada tuviese consagrada á Hércules: mas si no es verdad, állércules. tiene á su favor indicios mui verisimiles. A este semi-dios se consagraron otros montes i cuevas, co

mo

mo la del promontorio de Ampelusia en la inmediata costa de Africa, que el mismo Pomponio nos describe (1): Promontorium.... Apelusiam.... in eo est specus Herculi sacer. En la peña de Martos se conserva otra, en cuyo fondo hai un altar, i sobre él la dedicacion ó de algun don, ó del mismo altar, hecha por Quinto Julio Celso, hijo de Quinto, i nieto de Tito, de la Tribu Sergia, Edil, dos veces Duumvir, quien de su caudal hizo el don, como consta de esta inscripcion, abierta en la peña que está sobre el mismo altar:

Q. JULIVS. Q. F. T. N. SERG. CELsvs.

ABD. II. VIR. BIS. DE. Svo. DEDIT.

Muchas inscripciones convencen el peculiar culto con que Hércules era venerado en este pueblo, i que tambien se llamó aquel peñon columna de Hércules, al parecer por semejanza i con alusion

Calpe. El Padre Henrique Florez en su España sagrada (2), que tanta luz ha dado á toda nuestra historia, hablando de Tucci, que es el mismo Martos, trae entre otros monumentos dos versos, copiados de una piedra que estuvo al pie de la peña, i hoi embutida en la pared de la carcel, cuya sentencia claramente manifiesta que se distinguió aquella roca con el nombre de Columna de Hércules:

Herculis antiqua clarissima rupe columna

Diceris, à claro stemmate nomen habens. Consta tambien de Pausanias que cerca del lugar de Bura, en Achaya, hubo una cueva consagrada á este héroe, i que daba en ella oráculos (3). Volviendo á la de Gibraltar, confirma, ó dá mucho motivo para congeturar que estuvo consagrada á Hércules la relacion de Eu&temon que copia Avieno (4), i

se

(1) Lib. 1.c.5. (2) Trat.40. c.1. (3) Paus. in Achaic.(4) Or. mar.

XVIII.

Depósito

de agua.

se reduce à que las columnas estaban cubiertas de
á
medrosas selvas, i no se hospedaban en ella los na-
vegantes, por estar allí mismo los templos i aras
de Hércules; que lo mismo era llegar las embarca-
ciones forasteras, sacrificaban al dios, i se retira-
ban con celeridad, estando reputado por sacrilegio de-
tenerse en dichas islas. Sea lo que fuere, la exten-
sion de esta cueva, el lugar, los senos que tiene,
la disposicion, i el haberse ido deteriorando i cer
rando con el tiempo, comprueban que antiguamen-
te se abrió á mano, por lo menos en mucha parte,
que fue sitio concurrido, i dedicado á alguna dei-
dad gentílica; i como consta el peculiar culto que
en estos paises se tributó á Hércules, es mui crei-
ble que le estuvo consagrada.

Toda la montaña abunda en cavidades, unas mayores que otras, i sirven de receptáculos ó depositos del agua llovediza, que se conserva en ellos casi siempre, i es de mucho alivio para los habitantes, pues sin ella sería imposible proveer la guarnicion en muchas sazones del año, quando escaséa el agua de fuente, ó mientras se asienta i endulza la que cae con la lluvia, i se recoge en los algibes. I no obstante que el peñon está rodeado de mar casi por todas partes, es su agua mui buena, mui gustosa al beber, i mui delgada; asi como la que se recibe de las lluvias que corre de las alturas por entre las quiebras del terreno, que es mui sana. Mantienese incorrupta mucho tiempo, i recogida en reservatorios, se conduce desde ellos á la ciudad. El aqueducto, que se cree obra hecha por los moros, sería al presente de mucha utilidad. Antiguamente entraba por un extremo de la ciudad, i abastecia al castillo i atarazana; pero ahora se halla arruinado, i solo quedan vestigios en un gran paredon Alturas de que por partes lo sostenia. Europa.

XIX.

Las alturas que dominan á la punta de Europa,

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i que miran directamente al sur, son de un acceso mui dificil; i en ellas, aun en verano, está el aire tan frio i penetrante, que obliga á buscar abrigo á los que por curiosidad han tenido el gusto de ha cer una caminata tan molesta (1). La superficie de aquel terreno es totalmente arida: no se encuentra en toda ella yerba ó mata alguna, i sembrada de vivos i esquinados guijarros, tiene el piso tan desigual é incomodo como desagradable el aspecto. Al este se levantan peladas rocas, que se ofrecen inaccesibles á la vista. Con mucho trabajo, rodeos i peligro se puede subir á ellas por sendas mui pendien tes i escabrosas, La mayor altura parece que toca al cielo, i á sus lados hai multitud de picachos que presentan horrendas aptitudes i aparentan amenazar á desprenderse con proxima ruina de quantos se acercan á mirarlas, Poniendose desde abaxo se ven sus angulos irregulares mas eminentes que los de las torres mas sobervias. Alli parece que se escuchan ecos de grandes campanas, i obligan á levantar la vista, para certificarse con ésta de la causa de zumbidos tan continuos, mas fuerte sin duda, pero tambien mas confusos que los de las campanas. Las ráfagas de viento que chocan con las rocas, i se introducen en sus concavidades, de donde salen despedidas con igual ó mayor violencia, traen las undulaciones tan rapidas i precipitadas que forman aquel espantoso estruendo. Ya en la parte superior solo hai precipicios por los lados, que causan tacito arrepentimiento por haber tenido valor de adelantarse hasta una altura de tan peligroso decenso. El ruido del aire es mui violento; i personas de verdad que alli han estado, confiesan que es menor el zumbido de los cañonazos, quando se baten dos escuadras, que el que retumba en aquellas cavid.des.

(1) Mr. Carter.

D

Pe

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