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LIBRO PRIMERO.

EL nombre de Gibraltar se extiende a un monte,

N..I.

de Gibral

tar.

á la poblacion que se levanta en su falda, i aun al Situacion Estrecho que divide el Africa de España. El monte, del que tratarémos primeramente, no tiene comunicacion con otro alguno es un peñasco extraordinario desprendido por toda la circunferencia, i , i que levantandose en medio de los mares corre de norte á sur largos tres quartos de legua, ó cinco mil ciento i treinta varas de la medida de Burgos. Su mayor anchura es de mil i quinientas, i la elevacion de las mas altas cumbres quinientas i diez, que se deben medir en linea perpendicular, porque la distancia que hai desde la orilla de la bahía hasta la cima, o cabeza del peñon que mira al campo de san Roque, se regula media legua bien cumplida. Correrá su ambito dos leguas de seis mil seiscientas quarenta varas cada una; i a todo este espacio se puede dar vuelta por mar, á excepcion del istmo, que uniendolo con el continente de España, lo hace península. Situado en el ultimo termino mas meridional de esta region, i aun de toda la Europa, dá principio por la parte de oriente al Estrecho tan famoso como temido por los navegantes. Está al norte de la linea equinoccial, en treinta i seis grados i siete minutos de latitud septentrional, i en ocho i veinte i seis de longitud, segun las ultimas investigaciones en todo conformes á la graduacion que le dá Claudio Ptolemeo. Dista en linea recta al sud-este quarto al este de Cadiz, quince leguas i media; pero el camino que conduce de una á otra ciudad es de diez i nueve. Dista igualmente cinco i media al norte de Ceuta; cerca de nueve al nord-este de Tanger; diez i seis i me

11.

Términos

dad.

dia al sud-oeste quarto al oeste de Málaga, i una i media al este de Algeciras.

Tales son los terminos del monte; pero los del terreno propio de la ciudad de Gibraltar i sus vede la ciu- cinos se extendian largamente por las tierras inmediatas, corriendo de levante á poniente cinco leguas, tres de norte á sur, i veinte i nueve de circunferencia, incluyendo mucho monte i piso generalmente escabroso i aspero. Llegaban á levante hasta pasar el rio Guadiaro; i este término lo era tambien del reino de Sevilla por aquella parte. Al poniente lindaban con los de Tarifa, Medina sidonia, i Alcalá de los Gazules; al norte con los de la villa de Castelar i Ximena, i al sur otra vez con los de Tarifai aguas del Estrecho. En ellos se incluían los de Algeciras, pues hallandose despoblada cuando se conquistó Gibraltar en 1462, aplicó Enrique IV á esta ciudad, i despues los reyes católicos, el despoblado i pertenencias de Algeciras. Aunque es el terreno generalmente montuoso incluye toda suerte de tierras, que rinden los mas necesarios i principales frutos. Hai dehesas dilatadas, excelentes pastos, i toda especie de ganados, que siempre han sido uno de los ramos mas utiles del país, asi como las viñas que hubo en mucha abundancia, aunque se conservan pocas en el dia. Las poblaciones actuales de san Roque, Algeciras, i los Barrios forman la unica ciudad de Gibraltar, cuyos propios i terminos participan en comun.

III.

Los nombres con que indicaron los antiguos el Nombres monte fueron muchos ; i parece que los fabulosos del monte: Griegos escogieron estos contornos por campo seguro de sus ficciones. Eustatio, en los comentarios á Dionisio (1), asegura que se llamó primitivamente monte de Saturno: denominacion que concuerda mui

de Saturno.

(1) Al vers. 65.

bien

bien con otras noticias que nos han quedado de los antiguos escritores; porque omitiendo á Homero, que sitúa (1) por estas regiones el Tártaro, i supone que los Titanes dominaban en él; Calimaco expresa claramente (2) que los Titanes estaban en el ultimo ocaso. Diodoro Sículo relata en su libro tercero las tradiciones de los Africanos, quienes daban por cierto, entre otras cosas, que Urano, antiquisimo Dios, i que es lo mismo que el Cielo, tuvo entre otros de su muger Titéa diez i ocho hijos, que por su madre se llamaron Titanes. Atlas i Saturno dividieron entre sí el imperio de Urano, i reinó Saturno en Sicilia, én Africa, en Italia, i en las partes occidentales del mundo, por cuya causa, añade, se llaman por aquellos paises los promontorios Chronía, como si dixeramos fortalezas de Saturno, pues éste se llama en Griego Chronos. Añadia tambien la tradicion que hizo la guerra á su hijo Júpiter con el auxilio de los Titanes, por recobrar los estados de que se hallaba desposeido ; i esta es aquella guerra en que, segun la fabula, aspiraron a escalar el cielo poniendo montes sobre montes. Lo mismo confirma Justino quando menciona que en los bosques Tartesios hicieron los Titanes la guerra contra los Dioses, i que alli mismo habitaron los Curetes (3). Hubo sin duda indicios de aquella dominacion en nuestras costas, ó por lo menos quedan pruebas de que asi lo creyeron los antiguos ; pues Avieno sitúa (4) la isla Pelagia, consagrada á Saturno, al occidente de Cadiz ; el cabo de Palos cerca de Cartagena se llamó promontorio de Saturno (5), los mares de occidente se distinguieron con el nombre del mismo Dios, segun Dionisio i su expositor Eustatio (6), i finalmente Estrabon ha

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(1) Odiss. A. Iliad. E. (2) Himn. Eis Tv Añλov. (3) Lib. 44. (4) Or. marit. (5) Polib. lib. 10. (6) Al vers. 48.

IV.

de Biarés:

de Bico.

ce mencion del templo consagrado á la misma deidad en la ciudad de Cadiz (1).

Siguióse el segundo nombre de columnas de Columnas Briare, gigante fam sisimo por su desmesurado cuerpo, cincuenta vientres, cien brazos, i espantosas fuerzas. Aristoteles citado por Eliano, Hesichio i Eustatio las llamaron asi (2); i sin detenernos en aglomerar noticias i combinaciones, que pudieran manifestar verisimiles pruebas de esta denominacion; se les pudo dar con motivo, porque Hércules, segun Clearco i el escoliastes de Pindaro, tuvo tambien el nombre de Briaréo. En este caso las columnas de Briaréo son lo mismo que las columnas de Hércules. Pudieron además tener aquel distintivo, porque confundiendo algunos á Briaréo con Neptuno, es el nombre de este Dios mui congruente á las columnas Calpe i Abila dominantes respeto de ambos mares. Segun Eustatio, Briaréo fue Dios del mar, i dilató su imperio hasta estos dos famosos montes, de donde pudo comunicarseles el nombre. Al fin otros mitólogos quieren que Briaréo hiciese con los demás Titanes guerra á Júpiter, despidiendo con los cien brazos rocas i arboles de extraña magnitud contra los Dioses que defendian el cielo; i este suceso, que tiene conexion con el antecedente, pudo dar origen al nombre de columnis de Briaréo (3).

Tambien Baco ilustró estas montañas. Algunos le hacen uno con Hércules Egipcio, Sesostris i Sesac. Silio Italico menciona su expedicion á España; i el libro de los rios, atribuido á Plutarco, conviene en que la sujetó. Esta persuasion es la que consta, i pudo servir de fundamento para que se consagra

sen

(1) Lib. 3. (2) In var. hist. lib. 5. cap. 2. Eust. al v. 65. (3) Vid. Scheffer. Kuhn. i Periz. al cap. 3. lib. 5. Elian. cit. i Bochart. de Phoenic. colon. lib. 1. c. 28.

sen á su nombre los escollos, i elevadas cumbres del Estrecho, como expresamente dice el autor de la Ar gonautica, poema atribuido á Orfeo. Pero como ésta i las noticias antecedentes están sacadas del fondo de la Mitologia; ni podemos contar sobre estos hechos, ni es justo detenernos en largas narraciones, investigando qué héroe ó personage verdadero de la antigüedad está encubierto baxo el nombre de Saturno, de Briaréo i de Baco (1).

Borró los nombres de estos otro mas famoso i subsistente, qual fue el de las columnas de Hércu- Columnas les, con el que los autores Griegos i Latinos distin, de Hércul. guieron á los dos montes Calpe i Abila. Persuadidos de la venida de aquel semi-dios á estos parages, ó ateniendose á la voz generalmente recibida, quisieron significar en aquellas voces que los dos promontorios, y los sitios inmediatos, fueron el termino de las expediciones de Hércules, i el fin del mundo conocido; dimanando de aqui la fama de la inscripcion Non plus ultra, que se supone haber estado en las columnas, como indicando que eran éstas el ultimo termino à donde podian navegar los hombres.

VI.

I aunque la opinion mas fundada entiende por las columnas los montes mencionados; todavia hai Opiniones. muchos autores que adoptan pareceres mui contrarios. Afirmaron algunos que estaban las columnas despues de Cadiz, sin atreverse á determinar qué cosa fuesen ; otros dixeron que eran las Gades 6 ciudad é islas de Cadiz ; quién que Simplegadas, 6 islas situadas en el Estrecho movibles i ambulantes, que segun la fuerza de los vientos ó embates de las olas chocaban entre sí. La quarta opi nion supone columnas verdaderas, levantadas por Hércules en aquellos parages ó sobre los mismos

(1) Sil. lib. 3.- Apud Plutare. In Nil.

mon

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