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de la ratio, en las que se forjan y concretan las concepciones científicas. En tal sentido, la indicada posición plantea a la Ciencia un verdadero dilema: acepta ésta sus postulados, o debe resignarse, en caso contrario, a perecer.

Pero no debemos olvidar que no todo el mundo de los fenómenos se somete "prima facie" y de una vez a las categorías de la razón; incluso cabe pensar en la posibilidad de yerros al atribuír formas racionales a los contenidos de la experiencia. Sin embargo, no seimpre, ni siquiera frecuentemente, obramos con la debida circunspección. Así, mientras el investigador experimental reconoce generalmente los límites de su conocimiento histórico y se resigna a ignorar, el estudioso entregado a la especulación no suele ser tan circunspecto, ya que niega de plano, en absoluto y sin reservas toda tesis, que no refleja o recoge la luz de su hipótesis. De semejante conducta al dogmatismo más desenfadado y pernicioso, no media larga distancia.

¿Antídotos contra ese terrible mal? No conocemos más que uno: la resignación activa del que, reconociendo que ignora y esperando siempre ignorar, va paulatinamente ampliando la esfera de sus personales conocimientos. El principio de toda ciencia supondrá―según el precepto clásico el reconocimiento de la propia ignorancia.

Ya el mismo Brocense advirtió que todo debe ser razonado, aunque todo de momento no se razone y que ante los límites de nuestro conocimiento histórico, es más justo reconocer nuestra ignorancia, que declarar de plano ininte

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mos además necesario, para hacer un estudio profundo de la "Minerva", completar las doctrinas expuestas en dicha obra con las muy interesantes y sugestivas de que nuestro Brocense se hace eco en sus Paradoxa. En esta última producción se dilucidan tesis gramaticales tan interesantes como las sugeridas por los siguientes rótulos: Unius vocis unica est significatio, Latinè loqui corrumpit ipsam Latinitatem, Exploditur Grammaticorum Antiphrasis y De verbis passivis disceptatio. Claro es que aun siendo muy humildes, no caben nuestras Glosas" (en preparación) de los “Paradoxa" sancianos en los límites de esta nota. Vid. de todas suertes en nuestro opúsculo "Varia, Notas y Apuntes sobre temas de Letras clásicas" (Madrid, Suárez, 1916), el cap. V (Latín y romance, pág. 211 a 300), donde trascribimos algunas de esas Glosas". Y perdónese la inmodestia de la autocitación... Todavía queda por incluir entre los desiderata de la cultura hispana contemporánea, la formación de una completa y sistematizada bibliografía del Brocense.

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ligible e irrazonable lo aun no entendido ni razonado (1). Esta posición expectante, de fe en los progresos de la ra zón humana, halla diarios estímulos en la investigación científica y nada en definitiva prejuzga. Si por nuestra desventura algún día creyésemos necesario abandonarla, nos quedaría el consuelo "de haber soñado un noble suefio", sin que al despertar temamos que el torcedor del remordimiento amargue o entenebrezca nuestra vida. Y no nos extrañe que Sánchez de las Brozas viera la luz, sin conseguir iluminar siempre con ella su paso por el mundo, que ese mal aun nos alcanza después de transcurridas unas cuantas centurias. Cuando en forma campanuda se habla de bancarrotas y se fijan estigmas sobre determinadas direcciones doctrinales, se procede dando al dogmatismo rienda suelta y negando a la razón sus indiscutibles derechos. Sepamos esperar, resignémonos a reconocer nuestra ignorancia y seamos tolerantes.

(1) Vid. el texto en el lema de este "Ensayo".

CAPITULO PRIMERO

VIDA PROFESIONAL Y ACADÉMICA DEL BROCENSE ANTERIOR A SU INGRESO DE CATEDRÁTICO PROPIETARIO DE RETÓRICA EN LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

La personalidad del Brocense es suficientemente conocida (aunque no tanto como desearíamos) para que no nos creamos obligados a repetir o a extractar todas y cada una de las indicaciones biográficas, que de nuestro autor ofrecen Nicolás Antonio (1), Mayans (2), Gómez de la Cortina (3), Escobar Prieto (4) y Esperabé Arteaga (5); a tan prestigiosos eruditos y a cuantos han sabido honrosamente seguir sus huellas, nos referimos desde este momento, para mantener nuestro propósito-ya exteriorizado-de estudiar tan sólo la vida profesional y académica del maestro Francisco Sánchez de las Brozas. No desconocemos, ni negamos que la biografía extrauniversitaria del Brocense

(1) Bibliotheca || Hispana || Nova || Sive || Hispaniorum scriptorum || qui ab anno MD. ad MDCLXXXIV floruere. Tomus I. Matriti apud Joachium de Ibarra typ. Reg. || MDCCLXXXIII, pags. 473-474.

(2) Francisci Sanctii || Brocensis, || In Inclyta Salmanticensi Academia Emeriti, olim Rhetorices, et Primarii Latinae, || Graecaeque Linguae Doctoris, || Opera omnia, || una cum ejusdem scriptoris vita; || auctore Gregorio Maiansio || Generoso Valentino. Tomus I, págs. 1-121. (Genovae, || Apud Fratres de Tournes. MDCCLXVI).

(3) Catalogus librorum || Doctoris D. Joach. Gómez de la Cortina | March. de Morante, || qui in aedibus suis exstant. || Matriti apud Eusebium Aguado, Aulae regiae typographum. [[. MDCCCLIX T. V, págs. 669-864.

(4) "Hijos ilustres de la villa de Brozas”, por D. Eugenio Escobar Prieto, Deán de la S. I. C. de Plasencia y correspondiente de la R. A. de la Historia. Valladolid, Imp. y Lib. Nacional y Extranjera de Andrés Martín, 1901, págs. 58-76. Vid. también “Colección de documentos inéditos para la Historia de España", por D. Martín Fernández de Navarrete, D. Miguel Salvá y D. Pedro Sáinz de Baranda, Individuos de la Aca de la Hist.", T. II, Mad., Imp. de la viuda de Calero, 1843, págs. 1-159, donde fueron publicadas las causas seguidas contra el Brocense por la Inquisición de Valladolid. He visto y consultado los originales de tales causas,

se halla aún hoy envuelta en dolorosas penumbras, mas cúmplenos afirmar que de tan triste estado no saldremos mientras los investigadores no restrinjan considerablemente la esfera de aplicación de sus esfuerzos. Semejante limitación puede condicionar fructuosos resultados.

Pero, por el momento, hemos de comenzar confesando nuestra relativa derrota. Una regular dosis de buen deseo con otra también apreciable de paciencia, no nos han consentido ver, ni discernir cuando anhelábamos discernir y ver, tratando de bosquejar el cuadro de la vida académica del Brocense en las aulas de la Universidad de Salamanca. Como todavía endulzamos nuestra parcial derrota pensando que acaso no seamos únicos responsables de semejante desventura, se nos permitirá que acusemos el resultado de nuestras pesquisas.

En primer término, interesa recoger en este punto el testimonio del mismo Brocense. Dice nuestro autor, al dedicar su genial Minerva a la Universidad salmantina: "Ingrati animi nota qui possem liberari, Mater Academia, omnium quot sunt, quotque fuerunt praestantissima si ego hîc altus, et educatus, ac per annos quadraginta tuis artibus et disciplinis exornatus tibi nutricationis praemium non persoluissem?" (1) Suponiendo escritas estas líneas el año 1585, se ha afirmado rotundamente que

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que figuran en la Sección de manuscritos de la Bib. Nacional con el núm. 12.745. En esa misma Sección de nuestra primera Biblioteca, he hallado un tomo ms. con el siguiente encabezamiento: Extracto de las dos Causas formadas por la Inquisición de Valladolid contra El Mro. Fran. Sánchez de las Brozas, Catedrático de Salamanca, y el primer humanista de Europa en los años de 1584 y 1593. Por el R. P. M. Fr. Andrés del Corral, del Gremio y claustro de la Unibersidad de Vall.a y Catedrático de Escritura jubilado. Menciona este "Extracto" D. Pedro de Roca en su 'Catálogo de los manuscritos que pertenecieron a D. Pascual de Gayangos, existentes hoy en la Biblioteca Nacional". Madrid, 1904, página 28. Del ms. en cuestión, que figura hoy con el número 17.868 en el fondo de la Sección citada, dice el Sr. Roca: "L. de principio del s. XIX. 126 h., 4.o Hol." Debo esta última referencia a la amabilidad de mi discípulo Sr. E. Maeso.

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(5) "Historia de la Universidad de Salamanca", por Enrique Esperabé Arteaga. T. II. (Sal.*, Núñez, 1917), pág. 393-397.

(1) Inclytae Salmanticensi Academiae Matri pijssimae Franciscus Sanctius Brocensis, primarius Rhetorices, Graecaeque linguae Doctor gaudere et bene rem gerere. (Ed. de la Minerva del año 1587.) i

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