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del Monasterio de nuestra Señora de Guadalupe hay una (1), que dicen se trocó como hijo espurio, en lugar del legítimo, natural y verdadero, que fué á poder del Doctor Carvajal, y en ella se pone el Proemio que se ordenó por Don Pedro Lopez de Ayala, que nunca se halla en ninguno de los originales de la Vulgar, y se pone al principio de la tabla de los capítulos. Esta Abreviada acaba tambien en la muerte del Rey Don Juan el I. y en alguna se balla la Relacion de lo sucedido en los cinco años primeros del Rey Don Enrique III. su hijo, que no se ha publicado, ni se continúa en la Vulgar, siendo una muy señalada parte de que sucedió en las tutorias deste Príncipe, y ordenada por el mismo Don Pedro Lopez de Ayala, que se continuará con la Historia del Rey Don Juan su padre: y así puede ser que esta diversidad fué la ocasion de que se persuadieran algunos que habia dos Historias que fuesen entre sí muy diferentes.

lo

Esta se ha conferido con diversos originales, y con todos se ha reducido á la forma y lenguage que se escribió, enmendandola y corrigiendola en muchos errores y vicios. De los que son de alguna consideracion se ponen en este lugar las Advertencias que pareció convenir, para tener esta obra en toda la pureza y perfeccion que era razon, siendo las cosas tan señaladas, y el Autor de tanta dignidad y autoridad, y por lo que se debe á la memoria de las cosas antiguas, que tan necesaria es en todo buen gobierno de tan grande Reyno.

(1) Otro MS. de ella hay en la Libreria del Escorial: y así en él, como en el de Guadalupe están los cinco años de Don Enrique Tercero.

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CRÓNICAS DE LOS REYES DE CASTILLA,

DON PEDRO, DON ENRIQUE II, DON JUAN I Y DON ENRIQUE III.

La memoria de los omes es muy flaca, é non se puede acordar de todas las cosas que en el tiempo pasado acaescieron; por lo qual los Sabios antiguos fallaron ciertas letras é artes de escrebir, porque las sciencias é grandes fechos que acaescieron en el mundo fuesen escriptos é guardados para los omes los saber, é tomar dende buenos exemplos para facer bien, é se guardar de mal: é porque fincasen en remembranza perdurable fueron fechos despues libros, dó tales cosas fueron escriptas é guardadas. E por ende, quando los Macabeos ficieron sus amistades é confederaciones con los Romanos, todas las composiciones é avenencias que entre ellos pasaron ordenaron que fuesen escriptas con letras caudinales (2) en tablas de cobre, porque para siempre fincase la memoria dellos: é ansi fué fecho. E por ende fué despues usado é mandado por los Príncipes é Reyes que fuesen fechos libros, que son llamados Crónicas é Estorias, dó se escribiesen las caballerias, é otras qualesquier cosas que los Príncipes antiguos ficieron, porque los que despues dellos viniesen, leyéndolas, tomaseu mejor é mayor esfuerzo de facer bien, é de se guardar de facer mal. E porque de los fechos de los Reyes d' España, los quales fueron muy antiguos, del tiempo que los Reyes é Príncipes Godos comenzaron, fasta aquí, ovo algunos que trabajaron de los mandar escrebir, porque los sus nobles é grandes fechos é Estorias no fuesen olvidados; ansi ovo despues otros que quisieron tomar carga de lo continuar.

E debedes saber que del primero Rey Godo que vino en España que fué Christiano, que fué llamado Atauarico (3), fasta el Rey Don Rodrigo,que fué el postrimero Rey de los Godos, ovo treinta é cinco Reyes. E dempues que la tierra de Españia fué conquistada por los Moros, quando Tarif é Muza pasaron con consejo del Conde Don Illan, fincó Rey en las Asturias el Rey Don Pelayo, fijo del Conde Don Pedro de Cantabria, que venia de aquel linage

(1) Este Proemio falta en todos los impresos y MS. de la Vulgar. Zurita le copió de un MS. de la Abreviada, y le hizo Notas. Va cotejado con el del Escorial. (2) Letras Caudinales llama Juan de Iciar en el Arte de Escribir á las mayusculas de la letra de libros de coro. Zurita dice que en otro códice está, letras cavadas en tablas de cobre,

(3) En ninguno Autor grave antiguo ni moderno se halla que Atanarico viniese á España; y todos en conformidad escriben que murió en Constantino. pla, como Amiano Marcelino, Orosio, San Isidoro, y Próspero Aquitánico: y Ataulfo fué el primero que vino.

de los Godos: é ovò dél Reyes fasta el Rey Don Alfonso, que venció la batalla de Tarifa á Abulhacen, Rey de Fez é de Marruecos é de Sujulmenza é de Tunez, treinta é cinco Reyes (1). E del dicho Don Alfonso fasta hoy ovo despues quatro, que fueron Don Pedro, Don Enrique, Don Juan, é Don Enrique, que regna: é de todos fincó remembranza por escritura de todos los sus fechos grandes, é conquistas que ficieron los sobredichos Reyes Godos, é de los que dempues quel Rey Don Pelayo regnó, fasta el dicho Rey Don Alfonso, que venció la batalla de Tarifa, regnaron.

E por ende de aqui adelante yo Pero Lopez de Ayala, con el ayuda de Dios, lo entiendo continuar asi lo mas verdaderamente que pudiere de lo que ví, en lo qual non entiendo decir sinon verdad: otrosi de lo que acaesce en mi edad é en mi tiempo en algunas partidas donde yo non he estado, é lo supiere por verdadera relacion de Señores é Caballeros, é otros dignos de fé é de creer, de quienes lo of, é me dieron dende testimonio, tomandolo con la mayor diligencia que yo pude. E en este libro terné esta orden que: comenzaré el Año que el Rey regnó segun el Año del Nascimiento de nuestro Señor Jesu-Christo, é de la Era de Cesar, que se contó en España de grandes tiempos acá, é en cada año partiré la estoria de aquel año por capítulos. De todo esto faré Tabla, porque el leedor pueda mas á su voluntad fallar la estoria que le ploguiere: é la Tabla está aqui de yuso deste Prólogo antes de las Estorias de los fechos (2).

(1) Más cierto es el número de los Reyes Godos que se pone en este Proemio desde el Rey Atanarico hasta el Rey Rodrigo, que el que se señala de los Reyes desde Don Pelayo hasta Don Alfonso, padre del Rey Don Pedro, que se dice ser tambien treinta y cinco Reyes, porque se hallan mas: y asi

creo que está errada esta letra por culpa de los escribientes, y no del Autor.

(2) Así está en la Edicion de Sancha, de 1779; pero nosotros la reservamos para el fin de este tomo con las de las demas crónicas anteriores.

EN EL NOMBRE DE DIOS, AMEN,

COMIENZA LA CRÓNICA

DEL REY DON PEDRO,

FIJO DEL REY DON ALFONSO,

ONCENO (1) DE ESTE NOMBRE EN CASTILLA.

CAPÍTULO I.

AÑO PRIMERO.
ΑΝΟ

Como el Rey Don Alfonso finó en el real que tenía sobre Gibraltar.

El muy alto Príncipe, é muy noble Caballero Rey Don Alfonso Deceno (2), que asi ovo nombre de los Reyes que regnaron en Castilla é en Leon, fué fijo del Rey Don Ferrando que ganó á Gibraltar é Alcaudete, é nieto del Rey Don Sancho que ganó á Tarifa, é visnieto del Rey Don Alfonso que seyendo Infante ganó el Regno de Murcia, é trasnieto del Rey Don Ferrando que ganó á Sevilla, é á Cordoba, é la Frontera. El qual Sefior Rey Don Alfonso, de quien fabla agora este libro, venció en batalla á Abulhacen, que era Rey de Fez, é de Marruecos, é de Tunez, é de Tremecen, é de Sujulmenza, é al Rey de Granada, que decian Don Iuzaf Abenhabit Abenhazar, los quales Reyes Moros le tenian cercada la su villa de Tarifa con muy grand poder

(1) Deceno le apellida Lopez de Ayala, segun está impreso en su Crónica ; y aunque el Editor de ésta alega todos los fundamentos que pudo haber para adoptar este órden numérico, no creemos que tienen importancia alguna, ni nos resolvemos á introducir una novedad que parecería hoy demasiado extraña.

(2 En cuanto á este número, ya queda hecha la correccion. Pudiéramos haber omitido el resúumen que sigue de los hechos y muerte de don Alfonso para evitar su repeticion; pero por ser tan breve, y por dejar íntegra la Crónica de don Pedro, lo con

servamos.

Cr.-I

de caballeria, ca eran quarenta mil de caballo, 6 doscientos mil de pie. É fué esta batalla ante la villa de Tarifa lunes treinta dias de octubre, año del Nascimiento de nuestro Señor Jesn-Christo de mil é trecientos é quarenta, é de la Era de César mil é trecientos setenta é ocho, é del Criamiento del mundo segund la cuenta de los Hebreos (3), en cin

(3) En España en tiempo de los Reyes Godos se contaba por los años del reynado de cada Rey, 6 por la Era de César; la qual en qué tiempo se introduxese hasta agora por ninguno se ha podido averiguar, aunque está tan bien entendida la razon della. Was desde el tiempo del Rey Don Alonso, hijo del Rey Don Hernando que ganó á Sevilla, se comenzó en las historias y cosas muy señaladas á contar por diversos cuentos de años, siguiendo en ello Ptholomeo, y á los Astrólogos, que en sus tablas fueron muy curiosos y diligentes en contar diversas razones de tiempos, que ellos llaman Eras, como partidos, para reducir los unos tiempos á los otros en mayor conformidad del año que quisieron señalar. Y parece haber sido preferida en España desde aquel tiempo del Rey Don Alonso en la cuenta de los años del Criamiento la que siguieron los Hebreos, á la que llevó Eusebio, á quien siguieron Casiodoro y San Isidoro, teniendo por mas cierta la cuenta que se llevó por Philon Hebreo, y la de la Escriptura de la Ley, que contaban del Criamiento del mundo al Diluvio mil y seiscientos y cinquenta y seis años; contando Eusebio y los que le siguen dos mily ducientos y quarenta y dos, en tanta diversidad como esta. Los Hebreos cuentan desde el Criamiento del mundo hasta el Nacimiento de nuestro Redemptor Jesu-Christo tres mil y seleciontos y sesenta años, y mas quatro meses: y los Griegos, siguiendo la traslacion de los setenta Intérpretes, cuentan cinco mil y quinientos años y esta cuenta siguieron los santos Padres de la primitiva Iglesia; aunque Paulo Orosio y Beda cuentan cinco mil ciento y noventa y nueve, y San Isidoro cinco mil ciento y oventa. Mas el autor desta Historia, segun la cuenta de los llebreos, 26

co mil é cien años, é del año de los Alárabes (1), sictecientos é quarenta é dos. Este Rey Don Alfonso ganó á Alcalá de Benzayde, que es agora llamada Alcalá la Real, é Teba, é Priego, é Olvera, é Caficte, é Aymonte, é Pruna, é Matrera, é la Torre del

conforma y reduce bien su Era, declarando, que el año de nuestro Redemptor de mil y trecientos y quarenta, en el qual se venció aquella tan famosa batalla de Tarifa, fuese en el año del Criamiento del mun do cinco mil y cien años; porque vistas las sumas que se ponen adelante de las Eras, se vé claramente que sigue aquella razon que él dice de los años Hebreos, como se declara adelante por él mismo en el capitulo primero del año segundo del Rey Don Pedro, á donde se dice que hubo del Criamiento del mundo hasta el Nacimiento de nuestro Redemptor los tres mil y setecientos y sesenta años, como se ha referido: y esta cuenta se halla por el constantemente, que es la misma que los Judios de España y sus Aljamas seguian en sus contratos é instrumentos.

(1) Tambien se tuvo en España particular cuenta con los años del falso profeta Mahoma por los Christianos mismos, por el comercio que tenian con los Moros, asi en los asientos de paz y treguas, como en los otros contratos: y como son años reducidos al movimiento de la luna, con mayor dificultad se pueden conformar con los nuestros, porque dejando el discurso del sol, conciertan su año de doce meses lunares, que son trecientos cinquenta y quatro dias, añadiendo algunas veces en el segundo ó tercer año un dia intercalar. Y con esta cuenta se conformarian mas los Hebreos en sus años, aunque tenian mas cierta orden con reducirlos y igualarlos con los años solares añadiendo un mes, lo que no hacen los Arabes, sinó con interposicion de un dia; y porque por sus doce lunaciones, allende de los trecientos cinquenta y quatro dias, tienen mas ocho horas, y quarenta y ocho minutos, y otros momentos: que es forzado que en treinta años les sobren en cada un año, de mas de los once dias, diversos minutos; y asi en cada círculo lunar le dan veinte minutos mas, como parece en las tablas de Arzachel de sus años Arabes, que despues se corrigieron más precisamente por las tablas del Rey Don Alonso. Pero esta cuenta destos años nunca viene á conformar con el Kalendario Romano, ni puede quadrar con el año solar, que excede por once dias, sinó por la cuenta de las epactas. Por esta razon bastará llevar la letra en la relacion destos años enmendada conforme al cuento que declara el autor, como se dice luego. Esta diversidad parece en sus mismos instrumentos con harta confusion, y en un asiento que se hizo entre el Rey Don Pedro de Aragon, y Abdalla Rey de Fez y Marruecos, hijo del Rey Abenjucef, en el mismo instrumento original Arábigo se declara, que fué á los veinte y cinco de febrero del año de nuestro Señor de mil y trecientos y quarenta y quatro, que son quatro años despues de aquella batalla de Tarifa, setecientos y quarenta y siete de la Era de Mahoma. Esta escritura se ordenó en la Villa vieja de Tremecen å once de Abril, año de nuestra Redempcion de mil y trecientos y quarenta y siete: y véese la diversidad grande que resulta destos años Arabes, por tener diferente cuenta en su Hegira, que es el primer año de la salida de Mahoma, de donde ellos cuentan su Era, que se halla en memorias muy antiguas que fué en jueves á once dias del mes de Julio en la Era de César de seiscientos y sesenta; porque segun esta cuenta vernia à ser en el año de nuestra Redempcion de seiscientos y veinte y dos el primer año de los Arabes, y la que el autor lleva en este libro se diferencia harto, y en otras memorias mas antiguas se halla que el primer año de la salida que hicieron los Arabes fué en la Era de César de seiscientos y sesenta y quatro. La que en este libro se sigue es la que se declara adclante en el capítulo primero del año segundo del Rey Don Pedro en el año de los Arabes, que cuenta que fué el de mil trecientos ochenta y nueve de la Era de César, y mil trecientos cinquenta y uno del Nacimiento de nuestro Redemptor, el año setecientos y cinquenta y tres de los Arabes; lo qual se sigue en este libro constantemente. Esta cuenta se confirma en el año quinto del Rey Don Juan, capítulo quarto, en la carta que allí se pone del Soldan de Babilonia; pues siendo la data del dia veinte de Regeb el sencillo, Era de los Arabes setecientos y ochenta y quatro, al fin della se dice que concierta aquella Era con la otra del capítulo antecedente, que dice fué á veinte y nueve dias de septiembre en el año del Señor de mil y trecientos ochenta y dos; lo qual solamente quadra con la cuenta que lleva.

Alhaqui, é Carcabuey, é Rute, é Zambra, é la Torre de Cartagena, é Castellar: é cercó la cibdad de Algecira, é ganóla: é fué la cibdad de Algecira ganada con muy grand trabajo que el Rey Don Alfonso é todos los suyos pasaron en la cerca de la dicha cibdad. Otrosi en su tiempo deste Rey Don Alfonso pasó el Infante Picazo, fijo del Rey Abulhacen, que llamaban Abomelic, con ocho mil Caballoros Moros, é peleó con ellos Don Gonzalo Martinez de Oviedo, Maestre de Alcántara, que era Capitan del Rey en el Andalucia, é algunos Caballeros de Castilla vasallos del Rey que estaban con él, é los Concejos, é Ricos omes, é Caballeros é Escuderos de Sevilla, é de Cordoba, é de las otras cibdades é villas de la frontera é vencieron los Christianos, é morió ende el Infante Moro, é mucha gente de la suya. É fué esta pelea del dicho Maestre Don Gonzalo Martinez con el Infante Picazo, fijo del Rey Abulhacen, martes veinte dias de octubre (2), año del Señor de mil é trecientos é treinta é nueve, é de la Era de César de mil é trecientos é setenta é siete años. É ovo otras muchas buenas dichas él é los suyos en su tiempo, segund que lo fallaredes en la Corónica que fabla deste Rey Don Alfonso. É estando este Rey sobre el real de Algecira vinieron allí por servicio de Dios, é por nobleza de caballeria, á la cerca de Algecira el Rey Don Carlos de Navarra, é Don Gaston, Conde de Fox é Señor de Bearne, é fincaron alli (3). Otrosi vino y el Duque de Alencastre, que fué Conde de Dervi, un grand Señor, é noble Caballero de armas, que avia nombre Don Enrique : é estonce quando vino en Algecira era Conde de Dervi, é despues fué Duque de Alencastre (4), é era de

(2) En las impr. veinte é ocho.

(3) En algunos libros de mano está fincaron y no finaron como en el impreso de Toledo contra la verdad del hecho.

(4) Conde de Alencastre está en los libros de mano, aunque en algunos está como en el impreso, é despues fué Duque de Alencastre, como parece que debía estar, pues al principio se llamó Du. que. Mas considerando que en todos los demás que yo he visto está, é despues Conde de Alencastre, sospecho que este lugar está viciado por culpa de los escribientes, y que el que vino al cerco de Algecira no fué Enrico Conde de Alencastre, que era por quien en aquel tiempo se gobernaban todas las cosas del estado y de la guerra en Inglaterra, Guiana y Normandía, sinó su hijo, que tambien se llamó Enrico, y en el año de mil y trecientos y treinta y seis fué promovido por el Rey Eduardo á la dignidad de Conde de Dervi, siendo su padre Conde de Alencastre algunos años ántes: porque el autor de la Historía del Rey Don Alonso, quando hace mencion de la venida del Conde de Dervi al cerco de Algecira, con el Conde de Sarisberia, que fué nombrado Conde juntamente con él, y aún eran mancebos, no le llama sinó Conde de Dervi; y si fuera su padre; llamarale Conde de Alencastre, que había sido antes Conde de Dervi: el qual fué despues promovido á la dignidad de Duque de Alencastre por el mismo Rey Eduardo, año de mil y trecientos y quarenta y ocho, y era de quien se hacia mas cuenta en aquel tiempo en el gobierno de aquellos estados en paz y guerra, de tal suerte, que no parece verisimil que él pudiese venir á la empresa de Algecira, sinó el Conde de Dervi, su hijo y que quando el padre se llamó Duque de Alencastre, se llamaria él Conde de Alencastre, como lo usaban los hijos primogênitos en aquel Reyno. Murió en vida del padre, porque Enrico Duque de Alencastre al tiempo de su muerte no dexó sinó una hija, que se llamó Blanca, que casó con Juan de Gante, hijo de este Rey Eduardo, y por derecho de su muger sucedió en el Ducado de Alencastre, y fué el que pretendió suceder en los Reynos de Castilla y Leon por su segunda muger la Infanta Doña Constanza hija

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