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iguales inexperiencias, y á iguales necesidades intelectuales y fisicas. Mas con la diferencia que en aquellos los defectos son mucho mas trascendentales, porque deben cuidar de la felicidad de los demas, y mucho menos disimulables, porque tienen muchos mas medios de evitarlos. Muy joven, ó lo que es lo mismo, sin la prudencia, fruto exclusivo de los años y de la reflexion, y sin otro conocimiento del manejo de los públicos negocios, que el á recibido por medio de un Canónigo, si se quiere, à proposito para dirigir un seminario de eclesiásticos, pero por desgracia muy poco apto para dirigir las operaciones de un príncipe, V. M. se vió colocado en el trono en una situacion muy dificil de soportarlo con dignidad. Envuelto en disensiones intestinas, de las mas serias y funestas al reposo doméstico, al mismo tiempo que un Conquistador mañoso, osado, y con gran poder se hallaba dueño de las mas importantes Plazas de la frontera, y socolor de amigo, con exércitos aguerridos invadía la misma Capital, y el resto de la Nacion; las circunstancias eran sin duda muy escabrosas, y por lo mismo todo error de cálculo político ́era perdonable a V. M. En efecto, la Nacion Española demasiado generosa, demasiado habituada á tolerar, y aun á disimular las faltas de sus reyes, demasiado inflamable á cierto género de heroismo*, demasiado ocupada de sus enemigos exteriores, y fuertemente disgustada no tanto de sus males, como de los autores de los desórdenes del anterior reinado, (pues como todo pueblo poco ilustrado, limitaba su odio al tirano, sin extenderlo á la tiranía), no se de haber mudado de rey ocupó por entonces sino en el gozo y por consiguiente, en hacer únicamente votos por V. M., llevando el prestigio al punto de considerar como un traidor de la Patria al que de buena fé no reputaba á V. M. por el primer héroe de la historia. Pero al mismo tiempo

* Esta propension que tal vez dimanará del genio de los Arabes, se echa bien de ver en casi todas nuestras comedias, fabricadas y acomodadas, como dice el gran Lope de Vega, al gusto y caracter del pueblo. Juventud, hermosura, alto nacimiento y sucesos trágicos eran los únicos ingredientes que los Españoles buscaban en sus héroes de Teatro y de Romance. Todo lo demas les parecía insufrible, ó quando menos impertinente. Estas circunstancias, que suponian en V. M., (y que su imaginacion, mas ardiente que reflexiva, abultaba aun, viendo un Príncipe recien salido de una prision, apenas colocado en el trono, y en el momento cautivo) formaron el prestigio que tal vez mas que todo, contribuyó á no precaverse contra las insidias de los enemigos de la libertad.

no podia dejar de mirar como un crímen, ó quando menos, como el cúmulo de la fatuidad, el consejo de los que inclinaron á V. M. á que partiese para Bayona, dexando á la Nacion en la infeliz alternativa, ó de ceder á una vergonzosa sumision, que detestaba, y que á toda costa quería repeler, ó la de ponerse en una verdadera anarquía, para elegir nuevas autoridades, y desechar las que V. M. había dejado, que, ó corrompidas ó intimidadas por las órdenes mismas de V. M., contrariaban los deseos del Pueblo, con tanto heroismo manifestados.

Aun los mismos autores, que han escrito mas en favor del poder absoluto de los Reyes, suponen algunos casos, en que estos pierden la Corona, y entre ellos el uno es, quando el rey desampara la Nacion, pasándose sin su consentimiento á un pais extrangero. Hago, Señor, esta cita, no tanto para apoyar su asercion, que puede y debe sostenerse con razones mucho mas sólidas, que las alegadas por ellos, quanto para hacer ver á V. M. que en vano se fatigarian en buscar autoridades, ó en hacer raciocinios para apoyarse en ellos los que quisiesen decir á V. M. otra cosa. En todo Gobierno, sea de la clase que sea, libre, ó absoluto, existe una condicion, que no admite la menor suspension, pues de otro modo habría una imposibilidad absoluta de que exîstiese lo que se llama Gobierno. Tal es, de parte de los súbditos, obediencia al que exerce el supremo poder: de parte de este, proteccion á aquellos, quando son atacados por un enemigo ó interno, ó externo. De aquí es, que aun los mas obstinados defensores del poder absoluto de los reyes se vén forzados á confesar que el rey, que desampara su Nacion, pierde la corona. aquí es tambien, que las leyes Inglesas sabiamente suponen que el rey nunca muere: que es un ente moral, que siempre existe; y que exîste fisica y realmente, pues aunque muera la persona revestida de esta dignidad, no sucede lo mismo que con la muerte de la que se halla constituida en una autoridad subalterna, (cuyo reemplazo no se verifica sin nombramiento,) sino que otra persona es substituida por la ley en el mismo acto sin interrupcion ni lapso de tiempo, y sin necesidad de eleccion ni de fórmulas. De aquí finalmente el verdadero sentido moral del proverbio español: A Rey muerto, 6 depuesto, Rey puesto.

De

V. M., arrastrado por consejos de hombres, á quienes mas bien quiero clasificar de ignorantes y débiles, que de

pérfidos, y traidores á su Pátria, no solamente desamparó Ja Nacion en el mismo momento, en que mas necesitaba ser protegida, quando un conquistador la invadía, sino que hizo una renuncia de todos sus derechos en favor del mismo conquistador. El abogado mas ardiente del poder absoluto de los reyes, Barclay, pone dos casos, en que un Rey se destrona á si mismo. Repetiré sus palabras fiel y literalmente traducidas del latin. Hablando del segundo caso dice lo siguiente:

"El otro caso es: quando un rey se hace á si mismo "dependiente de otro, y sugeta el reyno, que le habian "dejado sus antecesores, y que el Pueblo había entregado "libremente en sus manos, al dominio de otro porque,

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aunque entonces no fuese su intencion perjudicar al "pueblo, sin embargo, por este solo hecho él perdió la "parte mas principal de la real dignidad, á saber, la de "estar inmediatamente baxo el supremo poder de Dios, 66 y de ser solamente inferior á Dios; y tambien porque “forzó á su pueblo, cuya libertad debía defender cuidado"samente, á ponerse baxo el poder y dominio de una "Nacion extrangera. Por este acto el perdió todo el "imperio, que tenía en su reyno, y no traspasa ningun "derecho á aquel, á quien quería conferirlo; y por este "solo hecho deja á su pueblo libre absolutamente de su potestad, y en disposicion de hacer lo que quiera.”

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Para los Consejeros de V. M. estas razones son tales, Señor, que no pueden destruirlas, sin destruir al mismo tiempo todo el mal fundado edificio de sus impíos dogmas políticos. Mas como no escribo esta Representacion con el fin de que solamente sea leida por V. M. y sus Consejeros, para destruir con razones mas sólidas el fundamento, en que estrivan todos los vanos trabajos de éstos, me valdré ahora de la doctrina de un Locke, uno de los mayores hombres de la Inglaterra, y en la materia de que se trata, el primer oráculo del mundo sábio.

"La entrega del pueblo, dice Locke, á la sujeccion de 66 una Potencia extrangera, sea hecha por el príncipe ó por el poder legislativo, es una disolucion del Gobierno, 66 porque siendo el objecto de todo Pueblo, al entrar en "sociedad, formar una única comunidad entera, libre, é in"dependiente, gobernada por sus propias leyes, nada de "todo esto se puede verificar desde el momento en que "sucede lo primero."

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"Hay tambien otro modo de disolverse el Gobierno, y "es quando el príncipe descuida, abandona, ó se pone en "situacion de no poder exercer sus funciones, porque en qualesquiera de estos casos las leyes no pueden hacerse "executar por sí mismas. En todos ellos demonstrati"vamente se vé que la sociedad entera queda en una completa anarquía, porque quando dentro de ella no "hay príncipe, que administre la justicia, que dirija la "fuerza, que provea á las públicas necesidades, que cuide "de que cada parte del cuerpo político se halle en su "debido lugar, exerciendo las funciones que le corres"ponden, entonces la sociedad no es mas que una multitud "de hombres en confusion y desorden. Entonces las "leyes no pueden ser executadas, y quando así sucede es "lo mismo que si absolutamente no hubiese leyes, y un "Gobierno sin leyes es un misterio tan inconcebible al " entendimiento humano, como inconsistente en toda socie"dad de hombres."

"Finalmente se disuelven los Gobiernos, quando el "Poder Legislativo ó el Príncipe obran de un modo ❝ contrario á la confianza que se había hecho de ellos."

"En todos estos casos, el pueblo queda en libertad de proveer para si, segun tenga por conveniente á su "seguridad y mejor estar, ya mudando las personas, ya "variando la forma misma de gobierno; porque la socie"dad nunca debe perder por las faltas de otros el natural y primitivo derecho de su propia preservacion, la que "únicamente se puede conseguir estableciendo un buen cuerpo legislativo, y un poder executivo, que fielmente "execute las leyes hechas por aquél."

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Estoi, señor, bien seguro de que por mas que se apuren los Consejeros de V. M., en quantos libros se han escrito hasta el presente nada encontrarán, que contradiga esta doctrina, de la que se deduce que V. M. con su ausencia y renuncias perdió la corona, y que la Nacion Española quedó en absoluta libertad de constituirse tal como tubiese por conveniente. Por lo mismo sería superfluo acumular otras pruebas y autoridades, para apoyar la doctrina establecida, En tal estado de cosas, al cabo de dos años de guerra, rey de hecho, ni de derecho, por mas que se dixese ó se creyese otra cosa, los Representantes de la Nacion, elegidos con arreglo á lo determinado por el Gobierno Supremo entonces existente, conforme seguramente á la opinion

sin

general de los mas sensatos españoles, y sin duda del modo mas legal, que puede hacerse semejante eleccion, se reunieron en la Isla de Leon, uno de los pocos puntos libres de la dominacion Francesa. En su priinera Sesion, y antes de pensar en los muchos peligros que los cercaban, declararon unánimemente á V. M. por Rey de las Españas. Por este reconocimiento ellos hicieron á V. M. el don de una corona, que V. M. había perdido, y que aunque recibida de sus manos, era, sinó mas legitima que la anterior, á lo menos mucho mas decorosa, mas apreciable, y mas conforme á la razon. Despues de este acto, para que el don no quedase sin efecto, su único, grande, y contínuo cuidado, al mismo tiempo que constituían á la Nacion, ha sido, á costa de los mayores sacrificios, poner corriente y desembarazado ese mismo trono tan atacado entonces, y tan vergonzosamente abandonado antes. Como ninguno de sus enemigos ha tratado de desmentir esta verdad, sería superfluo el ocuparme en hacer ver este segundo é importantísimo servicio que hicieron á V. M.

Mas para que pueda resaltar el mérito de estos dos servicios, aunque yo no tengo el honor de contarme en el número de los individuos de tan digno Congreso, permitáseme, señor, hacer ciertas observaciones, que aun procuraré presentar con cierto velo, para que no aparezcan con todo su verdadero colorido.

Ellos, sin que se les pudiese censurar de faltar á ley alguna, divina ó humana, se hallaban en absoluta libertad de constituirse en una República, ó de nombrar un Rey tomado de una nueva dinastía, mas precisado por lo tanto á someterse á la futura Constitucion. Ellos no ignoraban que despues de las renuncias de Bayona, V. M., sin ser compelido, había dado desde Burdéos la proclama, en que encargaba á los Españoles someterse á Napoléon. Ellos sabían que V. M. había escrito á este desde Valencey felicitándole por sus victorias; por la misma inauguracion de su hermano José; pidiéndole una sobrina para esposa ; y solicitando el mando de una Division de sus Exércitos para el Señor Infante Don Carlos. Ellos todos habian visto el decreto del Escorial y los motivos en él publicados. y circulados á toda la Nacion por vuestro mismo augusto Padre. Ellos sabian que la renuncia de Aranjuez había sido hecha en medio de un tumulto popular, sin consenti-, miento de la Nacion, y aun sin la menor prévia fórmula de

TOMO I.

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