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descube su influjo en nuestro bienestar, la voluntad propende á fijar en él la atencion.

Cuando se ha descuidado la cultura de la atencion de los niños, se quejan estos después de que, á pesar de la mejor intencion, no pueden reunir sus ideas. Entonces es preciso volver atras y pasar por todos los ejercicios elementales para fijarla. Debe estudiarse ademas la causa de su distraccion y los medios de combatirla, que nada hay que oponga tantos obstáculos como este defecto ó una instruccion sólida y una conducta reflexiva.

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Por fin, los niños se complacen en examinar lo que excita su curiosidad, lo que les causa sensaciones agradables y lo que favorece ó sirve de algun modo á sus inclinaciones, y entonces no les cuesta esfuerzo alguno la atencion. Cuando, por el contrario, no ex+ citan ninguna de estas disposiciones los objetos en que se ocupan permanecen distraidos. Si lo que se somete á su atencion no puede ofrecerles un interés palpable, es preciso presentarlo bajo otro aspecto, de manera que favorezca una u otras de estas inclinaciones: para interesarles en la teoría de las leyes de la mecánica basta hacer alguna aplicación á sus juegos; en otros ramos de enseñanza, cierto punto de honor puede suplir á otra inclinacion mas determinada, y cierta emulación producida por una pregunta del maestro puede contribuir á fijar el espíritu del discípulo, sin que este sospeche que se le exige esfuerzo alguno.

Agreguemos á estos medios los que indica en resúmen ChretienHeuri Zeller:

Habitúese al niño á la atencion. El ejercicio de esta facultad puede y debe conservar en los primeros meses de la vida, aunque se descuida por lo comun. La atencion se desarrolla al mismo tiempo que la conciencia de sí mismo, pues es el principio de todo conocimiento...of

A los medios empleados para formar la atencion del niño corresponde este con su curiosidad y complaciéndose en la contemplacion de los objetos. Pero opondrá obstáculos con su ligereza é inconstancia, defectos que tampoco son raros en los hombres. No bastá poner al alcance del niño el objeto que excita su curiosidad, sinó que es preciso darle tiempo para que lo examine con detencion, en todas sus partes y bajo todos aspectos.

Esto no solo es aplicable al sentido de la vista, sino tambien á los del oido, del tacto, del olfato y del gusto. Supongamos, por ejemplo, que fija el niño la vista en una taza; se le muestra esta de

cerca, por encima, por debajo y por los lados; se coloca á la luz y despues en la sombra; se aproxima y se separa; se hace que suene dándole un golpe, primero un poco fuerte, despues mas suave; se hace que la toque, que distinga las partes en que, la superficie, es áspera y las en que está pulimentada, y por fin, si está fria ó caliente. No hay nada menos complicado que una taza; pero, ¡ cuántas cosas no enseñará á un niño si este la examina atentamente bajo todos aspectos!

La cuna y el cuarto del niño son el primer mundo que se ofrece á sus sentidos. ¡Cuán limitado es este mundo, y sin embargo qué multitud de objetos no llaman allí su atencion y están dispuestos para instruirle! No olviden los que rodean al niño que todo es nuevo para él y que en cada objeto puede ejercitar su atencion de mil maneras distintas.

¡Pero qué horizonte no se abre en presencia del niño, cuando está al aire libre, en el jardin ó en el campo, donde llegan hasta su alma, ya la impresion del conjunto, ya la de los objetos aislados! Pero en este caso téngase cuidado de que no se presenten los objetos en tanto número, ni se sucedan tan rápidamente que una impresion borre la otra; entonces no quedaria en el alma del niño ninguna imágen trazada con limpieza; todo seria, confusion y desorden.

Los objetos que atraen mas la atencion, son los seres vivos, los hombres y los animales. Aproxímelos al niño el que le eduque, como Dios los hizo pasar por delante del primer hombre en el paraiso, y con este motivo se le enseña á nombrarlos.

i. En los principios son preferibles los objetos reales á los dibujados ó pintados, porque la realidad es mas verdadera que la imágen, sobre todo si esta es defectuosa en el dibujo é en el colorido.........

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ATENIENSES. (Historia de la educacion.) La educacion de los atenienses era libre, pero bajo la vigilancia del Estado y de la opinion pública. Durante algun tiempo supo aquel pueblo hermanar acertadamente la severidad y la dulzura, preservándose de la dureza de los esparciatas y de la molicie de los jónios. La gimnástica y la música marchaban á la par. Los atenienses se proponian por objeto el desarrollo armónico del cuerpo y del alma; comprendian bien la idea de lo bueno y de lo bello, y lo ponian, en práctica durante la antigua disciplina, con la cual se educaron los vencedores de Marathon. Cuando degeneró el espíritu del pueblo, esta disciplina se hizo cada vez mas dura y onerosa; pero como tal cambio se ve

rificó gradualmente, es imposible indicar la época precisa en que fue abandonada la antigua disciplina.

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La vida del niño atenienso dependia de su padre, á quien, se le presentaba luego de nacer: si el padre lo tomaba en sus brazos, era tenido el niño como miembro de la familia; si lo rechazaba, quedaba condenado á ser expuesto. En el primer caso, cuando el recien na¬ cido era niño, se coronaba la puerta de la casa con guirnaldas de olivo, y cuando niña, se orlaba la puerta con lana. A los cinco dias del nacimiento se celebraba una fiesta, en la cual se llevaba el niño ó niña alrededor del fuego y se consagraba á los penates; algunos dias despues se le daba un nombre. Crecia el niño en el seno de la familia, y bajo la vigilancia de la madre, la cual le alimentaba con sus pechos ó le buscaba una nodriza. Los juguetes de los niños eran semejantes á los usados en nuestros dias, y entre los juegos el mas en boga era el de la pelota. La eleccion de alimentos y vestidos dependia de la voluntad del padre, el cual en esta parte no cedia á otra influencia que á la del espíritu público. Hasta en los tiempos en que este espíritu era mas severo, se permitia á los niños atenienses el uso de zapatos, lo que no se consentia en Esparta, dejo end rai La instruccion propiamente dicha empezaba para los niños, cuando cumplian estos la edad de siete años. Se les ponia al cuidado del pedagogo, que era por lo comun un esclavo fiel ó un amigo de la casa, el cual los llevaba á la escuela y los tenia bajo su direccion hasta que cumplian catorce años. Las escuelas eran establecimientos privados, de modo que el Estado no sostenia los pritaneos, gimπ nasios liceos y academias, establecimientos todos de instruccion; pero los vigilaba bajo diversos aspectos: el areopago especialmente debia vigilar la educacion, la disciplina y el buen orden entre la juventud.

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La enseñanza consistia en la música y la gimnástica. La música comprendia el arte de leer y escribir, y acaso tambien la aritmé¬ tica y el estudio de los principales poetas, de suerte, que los jóvenes tenian que seguir tres cursos de estudios diferentes: el de la gimnástica, el de la música propiamente dicha, y el de ciencias. Aunque la ley no hacia obligatoria esta enseñanza, el espíritu pú blico lo exigia á los que querian ser considerados como ciudadanos libres.

En el curso de gimnástica se ejercia una disciplina muy severa, y todo conduce á créer que se adoptaba un buen método y que los ejercicios no diferian de los que se practican actualmente en nuestros

establecimientos de esta clase (1). Los jóvenes, hasta la edad de 48 años, asistian á establecimientos especiales, y desde esta edad concurrian á los gimnasios juntamente con los hombres. A la enseñanza de la música iba unida la de la prosodia, de la rítmica y de la melodía, y se hacia aprender á los jóvenes trozos de poesía de carácter grave y religioso. Los profesores tenian encargo especial de velar por la moralidad de los discípulos, y este cuidado se consideraba cómo el primer deber de los que enseñaban la lectura, la escritura y el cálculo. La lectura tenia por principal objeto el dar á conocer á los jóvenes las poesias de los autores mas distinguidos. Las mugeres, lo mismo que los esclavos, estaban, por decirlo asi, excluidos de la instruccion pública y vivian en una ignorancia casi completa.

Algun tiempo despues de la guerra contra los persas desaparecieron la sencillez, la fuerza y la grandeza moral de Atenas, haciendo lugar á la molicie y á la inmoralidad. Este cambio tuvo orígen en el creciente poder del Estado, la afluencia de riquezas á Atenas, su desproporcionada distribucion, el lujo, el gusto afeminado de los hombres opulentos, el desenfrenado deseo de riquezas, deseo tanto mas desastroso cuanto que habia aumentado notablemente la pobreza desde las guerras del Peloponeso. Quedaron desiertos los gimnasios porque los ricos no querian fatigarse, y los demas no veian para ellos ninguna ventaja directa en los ejercicios del cuerpo; asi que los jóvenes preferian la ociosidad á ejercitar sus fuerzas. Los gimnasios se convirtieron en sitio de espectáculos, donde algunos mostraban sus habilidades. Las desastrosas consecuencias de todo esto no se hicieron esperar largo tiempo: la juventud se hizo impotente para la guerra, para la agricultura y hasta para las danzas sagradas. Las escuelas de música se convirtieron tambien en escuelas de escándalo, y ya no se consideraba necesario cultivar el espíritu como en los tiempos antiguos. Al abandonar la gimnástica y la música creció la aficion'á los estudios gramaticales y sofisticos. Luego entró la filosofía en el cuadro de estudios; mas tarde las matemáticas, despues de las luchas sostenidas por las escuelas de Pitágoras y Platon, y por fin, la geografía y la historia, excluidas por largo tiempo de la enseñanza, formaron tambien parte del cuadro general. La ciudad de Atenas se convirtió en punto de reunion para todos

(1) Los juegos olímpicos y otros hacian una necesidad del estudio detenido de la gimnasia entre los griegos; sin embargo, los atenienses no se distinguieron tanto en estos ejercicios como los espartanos.

los que querian estudiar, aunque mas tarde se enseñaba tambien en otras partes la retórica y la filosofía..

Los sofistas, los retóricos y los filósofos gozaban de libertad completa, y podian enseñar en todas partes lo que consideraban como justo y verdadero. Unos reunian á los discípulos en casas par ticulares, otros enseñaban en los gimnasios. Sócrates aprovecha todas las ocasiones oportunas de promover la cultura filosófica de la juventud, dando lecciones por el método interrogativo, mientras, otros seguian el de exposicion. Como el Estado ni fomentaba ni pagaba estas lecciones, hacian los profesores que las pagasen los mismos alumnos, si se exceptuan Sócrates y Platon que enseñaban gratuitamente.

La teoría sigue de cerca á la práctica, y asi se verificó en Grecia con respecto á la pedagogia. Todo lo que se habia convertido en hábito ó que habia adquirido fuerza de ley y que por esta razon debia considerarse como racional, se consignaba despues de una manera precisa en la pedagogia de los filósofos. Los sistemas pedagógicos de Pitágoras, Platon y Aristóteles, se fundan en la idea de lo bueno y de lo bello y se dirigen á la realizacion de esta idea en el hombre, como puede verse en los artículos del Diccionario relativos á estos filósofos. (Niemeyer, Barthelemy, Voss.) vis

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AUTORIDAD EN EDUCACION.. Las primeras nociones morales que se manifiestan en el niño ise derivan de la experiencia de su debilidad y de sus necesidades, unida á la de la superioridad y del poder de las personas que le cuidan y protejen. El sentimiento de la autoridad y de la dependencia, de la superioridad, de la fé ó de la confianza aparece en el niño con las primeras impresiones de afecto y simpatía. No hay persona alguna de las que han vivido entre los niños que no haya observado la inclinacion que tienen á imitar lo que ven hacer, á creer lo que se les dice, á ejecutar lo que se les manda. Esta inclinacion de que les ha dotado la Providencia para que sea el móvil mas poderoso de su educacion y progresos, es tan propio de su naturaleza, que se sostiene y conserva á pesar de la torpeza y de las faltas de los padres y maestros que tienden á destruirla. ¿Cuál será el hombre amante de los niños que no se ha lamentado mil veces al observar la persistencia con que se trata de sofocar en ellos esta buena disposicion, burlando su confianza, jugando con su credulidad, cansando su obediencia con prohibiciones ó mandatos que no pueden cumplirse por la organizacion ó por las necesidades propias de la infancia?

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