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pecto á su triple desarrollo. Las causas de ello, no es de este lugar investigarlas. Una de las primeras atenciones que por consiguiente nos ocupó, fué la clasificacion; y concebida la idea del modo de efectuarla, despues de muchas reflexiones, la forma material en que quedó hecha en el libro de matrícula y clasificacion no nos satisfizo. Clasificado cada niño, partiendo del principio que antes hemos establecido, queriamos ver de un golpe de vista los niños que reunia cada seccion de cada una de las asignaturas. El primer recurso que se nos presentó, fue la formacion de una lista para cada seccion de cada asignatura, y siendo ocho las asignaturas que establecimos, aunque las de dibujo y geografía todavia no constituian clases generales, no hubieran bajado sin embargo de unas sesenta las listas que hubiéramos tenido que redactar mensualmente; y á abreviar este trabajo y ahorrar tiempo se dirigian nuestras investigaciones. Al efecto, en un artículo del reglamento especial del establecimiento, cuya redacción emprendimos desde luego, sentamos lo siguiente: «<Se formará un registro que contenga el cuadro general de todos los niños de la escuela, para cada asignatura, distribuido cada uno en ocho listas, una por seccion, de modo que al final de cada lista quede bastante blanco para anotar los niños que ingresen sucesivamente en cada sección, El pase de una seccion á otra se verifica una vez al mes, y cuando tiene esto lugar, el nombre del niño se anota en la lista de la nueva seccion y se borra de la de la anterior á que pertenecia. Estás notas se trasladan en seguida al registro de matrícula y clasificación.>>

Lá simple lectura de lo que consignamos en el reglamento especial, da una idea bastante exacta de estos Cuadros de clasificacion. Cada asignatura tiene un cuadro sinóptico general, dividido en secciones, en las que se inscriben los nombres de los niños que las forman. Al final de cada lista se deja un blanco proporcionado al tiempo que debe servir el cuadro. Nosotros calculamos que, cada diez años á lo mas, se renuevan todos los niños de una escuela, y por consiguiente en este espacio de tiempo los niños han de recorrer todas las secciones, ascendiendo hasta llegar á la última, que en nuestro caso es la 8. Si se quiere pues un cuadro general para diez años, basta que el espacio total de esta lista sea capaz de contener à todos los niños de la escuela. A derecha é izquierda de cada lista se deja un estrecho márgen, capaz de contener un quebrado, cuyo numerador indica el mes y el denominador el año. No hay necesidad de indicar el día, porque ya sabemos que los exámenes mensuales se vérifican

al final de cada mes, y los niños que pasan á otra seccion, lo efectúan á primeros del mes siguiente. En el márgen de la izquierda se escribe el quebrado que denota el mes y año en que el niño entra en la seccion, y en el de la derecha el que indica los en que sale para pasar á la inmediata, superior. Reunidos los cuadros generales de todas las asignaturas, tenemos formados los Cuadros de clasificacion, que pueden disponerse en un solo cartel montado en un marco para colgarlo en la pared cerca del bufete del maestro, ó en forma de album ó libreta, 1 gram ne

El deseo de abreviar tiempo y trabajo, nos habia hecho pensar en la adopcion del número de matrícula para indicar y conocer al niño, en vez de su nombre; pero tuvimos que desistir desde luego de esta idea, por las razones que vamos á indicar, Las ventajas, de tal sustitucion, son las de abreviar el tiempo y el trabajo, ventajas sin duda apreciables; pero tocamos con los inconvenientes: 1. de que el maestro debia aprender de memoria el número correspondiente á cada niño, y conocer á éste por él; 2. de que cada niño, no solo habria de recordar su número de matrícula, sino tambien, el de cada uno de sus condiscípulos, para poderles conocer y llamar por el número, y 3. que esta clasificacion solo es inteligible para el maestro y los discípulos, resultando de aqui que las personas que visitasen la escuela, no podrian enterarse de los progresos de la misma á una simple ojeada, Pero una consideracion moral fué la razon de mas peso que nos indujo á desechar el método de sustitucion. Los niños, designados por medio de números, serian comparables á los objetos de una tienda de comercio, ó á los fardos de un almacen, y además, el llamarlos, asi seria contrariar en cierto modo la práctica religiosa, por la cual se pone el nombre de un santo al que se bautiza, con el objeto de tener un modelo de virtudes que imitar, y contrariarla precisamente en el templo destinado á la formacion de las costumbres, como es la escuela., M. V. y H.

CUADROS SINÓPTICOS. Véase: ANÁLISIS (Enseñanza elemental). q die izm

CUALIDADES DEL NIÑO, (Modo de desarrollarlas). Conviene conocer los defectos del, niño para apreciar los medios de atenuarlos y reprimirlos; y no es menos importante distinguir las cualidades para seguir la marcha mas acertada hasta su completo, desarrollo, que es el objeto de la educacion. Digo el objeto, porque impulsar, desenvolver una cualidad cualquiera, equivale á combatir, si

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existe, el defecto contrario, á prevenirlo y cerrarle la entrada, si no se ha apoderado ya del niño: es la misma accion, porque cuando avanzamos un paso hacia la virtud, nos apartamos otro paso del vicio.

En la educacion es indispensable comprender este mecanismo mora!, para obrar con inteligencia. Insistimos en que el amor (que supone paciencia y benevolencia) sea el principal, el único medio en lo posible de la educacion de los niños, en lo cual está la perfeccion. Para seguir esta senda es preciso separar de la educación todo lo desagradable, aumentar sus goces, trazar una marcha que la aleje de la necesidad de represion, que le permita prevenir para que no sea preciso castigar. Y ¿qué mas lógico para esto que impulsar y desenvolver las buenas cualidades para no tener que reprimir los defeclos contrarios?

Los niños, como debemos creerlo, nacen con el gérmen de todas las cualidades, de todos los defectos: un niño al cuidado de una madre inteligente y virtuosa, será virtuoso como ella; un niño bajo la vigilancia de una madre embrutecida por el vicio, será depravado como ella.

Las primeras caricias de la madre al niño que viene al mundo deben confundirse con el pensamiento de la educacion; debe comprender la madre que el niño á quien da el pecho espera una direccion y una guia; debe saber prevenir el desarrollo de los malos instintos; no debe dejar pasar los malos movimientos ni permitir hábito alguno peligroso; debe preveer las necesidades no satisfechas, para no afligirse por los gritos de la cólera; debe calmar con sus caricias los dolores que pudieran exaltar la sensibilidad del niño, y procurar que ninguna palabra, ningun ruido, ningun movimiento brusco ó intempestivo produzca contrariedades ni pueda encolerizar al niño. Para la madre cada grito ba de tener su significacion, cada movimiento un sentido; el amor materno tiene su lenguaje, inteligible solo entre la madre y el niño; la naturaleza habla al corazon, y el corazon de la madre comprende y responde siempre.

Marchando asi delante de las buenas cualidades, robusteciéndolas y dándoles vida, la madre endereza mas y mas á su hijo por el camino de la virtud, y le aparta mas y mas del camino del vicio; mata en su origen el principio de todos los defectos, y en el curso de la educacion no tendrá mas que recompensar y aplaudir, y jamás que castigar ni reprimir. Satisfecha y orgullosa con fundado motivo, no experimentará mas que las satisfacciones y los goces de la maternidad: esta será su recompensa.

Con bondad ilustrada y firmeza afectuosa obtendrá la madre la absoluta confianza de su hijo.

Concediéndole ella misma entera confianza, pero vigilada secretamente, promoverá la emulacion del niño, elevará su alma y le imprimirá el deseo de obrar bien, y la voluntad y fuerza de hacerlo. (Mme. Monmarson.)

CUENTOS. & Conviene quitar á los niños de las manos, como opinan algunos, los libros de fábulas, de historias fantásticas y de cuentos de hadas? Creo que no; si bien entiendo que deben elegirse con mucha severidad: «Nosotros los hombres, dice Herder con mucha verdad, estamos organizados de manera que no podemos prescindir de la poesía: Nuestra razon no se desarrolla sino por medio, de ficciones. La dicha de nuestra existencia está en esa facultad poética del alma, apoyada por la inteligencia y ordenada por la razon. » El niño no se considera nunca mas dichoso que cuando imagina alguna cosa, cuando se transporta á nuevas posiciones, cuando se transforma él mismo en otro ser diferente de él, ó estraño á su naturaleza. He aqui la razon de que las fábulas y los cuentos proporcionen á la juventud un placer inexplicable. No seria, á la verdad, motivo bastante el placer que causan á los niños los cuentos para hacer uso de ellos, si por otra parte pudieran ser perjudiciales; pero ¿no es sumamente fácil persuadir á los niños, cuando haya necesidad, que los cuentosino son otra cosa que ficciones? Por medio de los cuentos se sostiene ese amor á lo maravilloso, inherente á nuestra naturaleza, amor de que no nos ha dotado sin motivo el Omnipotente, y que consideramos como un presentimiento de otra vida superior y de lo infinito. No hay mal alguno en nutrir este amor en el hombre, ilustrándole á la vez acerca de las leyes de la naturaleza, y de la manera de obrar de las mismas. En tiempo oportuno, se desvanecen para el hombre las ideas fantásticas de la poesía, ante las leyes de la naturaleza, como se disipa la neblina de la mañana por el calor del sol. Elijanse, sí, con severidad, como ya hemos dicho, las poesias que hayan de leer los niños, de suerte que aparezca siempre un fin moral y domine en ellas el buen gusto y la sana razon. Destiérrense las historias de apariciones y espectros, porque no solo sostienen y fomentan la disposicion de los niños al miedo, sino que producen una impresion perniciosa que dura acaso toda la vida. Estos cuentos pueden servir para ejercitar el juicio en la adolescencia y para hacer ver como se explican cosas al parecer maravillosas y que no lo son

mas que en apariencia. Rousseau no admite las fábulas para los niños, reservándolas para los jóvenes. (A. H. Niemeyer.)

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- CULTO RELIGIOSO. El principal asiento de la religion es el corazon del hombre, y el verdadero culto tenerle bien ordenado. En esta inteligencia, la primera atencion estará puesta en fomentar este culto interior, y el primer cuidado en formarle bien por medio de conocimientos é ideas arregladas. Mas no subsistiria mucho tiempo, si no se procurara sensibilizar por las acciones exteriores, y por algunas señales que despierten el ánimo, y fomenten y propaguen aquella chispa de verdad y de justicia que en él se oculta. Porque estando dispuesto el hombre con cierta armonía, mediante la cual se ejercita el recíproco comercio del interior al exterior, y de éste nuevamente al corazon por medio de los sentidos ; siendo tan grande el influjo que estos tienen, si no se introdujeran algunas ideas que nos condujesen derechamente al servicio que debemos á Dios, corria peligro de que se viciase en el origen de nuestros afectos.

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Otra razon hay que convence con mayor generalidad, que tam bien debe ser exterior nuestra religion y cultos Porque como por él se dirigen y vuelven á Dios todas las cosas criadas, sensibles é insensibles, por aquel mismo órden de sujecion y dependencia con que las crio; no menos se debe ofrecer y sujetar a Dios el alma que el cuerpo, y no menos el hombre que todo el resto de las criaturas del universo, por medio del mismo hombre, á cuyo servicio fueron destinadas. Todo es vuestro, decia San Pablo á los corintios, y voso»tros de Jesucristo, y Jesucristo de Dios. Y en otro lugar: Para noso>>tros no hay mas que un Dios Padre, por el cual tienen ser todas las >> cosas, y nosotros para Dios, y un Señor Jesucristo, por medio del »>cual le tuvierón, y nosotros por él mismo.» Palabras que declaran la razon por la cual, no solamente debemos consagrarnos al servicio de Dios por medio de Jesucristo, sino tambien el motivo por qué debemos juntamente sujetar y consagrar á su culto todas las cosas sensibles.

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Pero 'debiendo ser tambien exterior ý sensible la religion del hombre, está la dificultad en proporcionar la instruccion de manera que cada uno de los extremos se halle en la justa proporcion, y no se dé en la práctica mas valor del que merece un culto, que por sí no tiene estimacion. El modo pues de practicar una religion agradable' a Dios, y útil para nosotros, es enderezar á él primeramente nuestro corazon, obedeciéndole en todo lo que nos manda, y pro

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