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Creáronse escuelas mútuas en Argel, Orán, Dely-Ibrahim y en Kouba, y pronto asistieron multitud de alumnos, especialmente judios, pues los moros se retraian por no rozarse con estos y por el temor de que se les enseñasen doctrinas contrarias al islamismo. En 1835 se fundó en Argel un colegio para la enseñanza de las lenguas francesa. árabe, griega y latina, y de la geografía, la historia y las ciencias fisicas y matemáticas. Luego se han creado escuelas para las niñas pobres, para los niños israelitas, una escuela elemental y otra de adultos francesas para iniciar á los moros en el idioma francés, una cátedra de árabe y una biblioteca.

De dia en dia ha ido progresando la instruccion pública en Argel, pero desde 1845 estos progresos han sido notables, segun el informe publicado por el ministro de la Guerra de Francia en 1852.

A principios de 1846, el número de alumnos de las escuelas de todas clases y grados ascendia á 4,562, los cuales han aumentado despues de la manera siguiente: en 1847 hasta 7,347; en 1848 hasta 8,334; en 1849 hasta 8,828; en 1850 hasta 9,679, sin contar los alumnos de los establecimientos agrícolas fundados en 1848, que ascenderán á 2,000 6 3,000.

En 1848 se creó una Academia para las tres provincias de Argel, Orán y Constantina, la cual entiende en la direccion y vigilancia de todos los establecimientos, á excepcion de las escuelas de los moros, sujetas al ministro de la Guerra.

Pero de todos los ramos de instruccion pública, la primaria es la que ha hecho mayores progresos. Las escuelas públicas de niños, en número de 36 en 1845, se habian aumentado hasta 48, y el número de alumnos habia crecido en igual proporción. De estas 48 escuelas, tres están dirigidas por hermanos de la doctrina cristiana, y las demas por profesores seglares: en 21 se admiten niños

y niñas.

Las escuelas públicas de niñas, desde 11 que existian en 1845, se han aumentado hasta 20, á las cuales concurren 2,357 alumnas. Las escuelas públicas de párvulos se han duplicado en 5 años. Existen en el dia 8 escuelas de esta clase, á que concurren 492 niños y 705 niñas.

Hay ademas 16 escuelas privadas de niños, con 1,129 alumnos; 23 de niñas con 1,476 alumnas, y 3 de párvulos con 100 niños y 410 niñas.

Para atender á las necesidades religiosas del gran número de cristianos establecidos en la colonia, se ha creado tambien un obis

pado católico en Argel, y es de esperar que por medio de la religion, de la cultura intelectual, de la agricultura y de la influencía europea, se extenderá gradualmente la civilizacion por la Argelia У alcanzará á los demas paises de Africa, que en general ofrecen un estado poco lisonjero, y no prometen resultados satisfactorios sino al cabo de muchos años y grandes esfuerzos.

(Fritz, Annales de l'Institut d'Afrique, Central bibliotheck, Journal général de l'intruction publique.)

AGRICULTURA. Es la agricultura ocupacion de la mayor parte del género humano, oficio para la muchedumbre, especulacion para el ingenio, meditacion para la ciencia, y apacible distraccion para el ánimo fatigado del bullicio de las ciudades. Ningun estudio mas propio y digno del hombre segun los grados de desarrollo de su inteligencia, ninguno mas inofensivo, ninguno mas útil á la sociedad; porque nada es comparable á la variedad de creaciones que obtiene el arte en el campo entendiéndose con la naturaleza, porque el placer de descubrir las causas de los hechos nunca es mas puro que cuando las demostraciones se repiten de mancomun, y porque cada paso en esa senda del progreso es un beneficio que sin distincion se derrama sobre la generalidad.

En la marcha pausada de la civilizacion, provee la agricultura á las primeras necesidades sociales, sometida á las influencias dominantes en cada época; pero en la nueva faz que se anuncia por la creciente actividad de los pueblos civilizados, en la próxima realizacion de un mercado universal, donde se hagan imperceptibles las distancias, cruzándose los productos, remediándose las escaseces parciales, y premiándose el trabajo; en esa vida antes desconocida, en esa fusion mercantil del mundo, la agricultura está llamada á sufrir una transformacion de suma trascendencia. Entrará necesaria y esencialmente en el órden industrial: entre las dos tendencias activas y opuestas, la desmembracion y la acumulacion, la propiedad territorial se agrupará al abrigo de los capitales, y empleando los grandes medios sugeridos por la ciencia, luchará en abundancia y baratura de produccion, suministrando primeras materias á las fábricas, maderas á las construcciones, y alimento á los individuos. Vastas corrientes de un movimiento no interrumpido difundirán la animacion por la superficie del globo: el saber, la diligencia, la buena eleccion de terrenos, y la aplicacion de procedimientos adecuados, serán títulos á la riqueza de los labradores en cada generacion; la

carencia de estas condiciones equivaldrá á una indeclinable relegacion al proletarismo.

Este nuevo modo de ser se adelanta á pasos agigantados. Aun cuando no fuera tan inmediato el apremio, el estudio de la agricultura constituiria una necesidad privilegiada en todos los paises, no solamente porque el territorio como propiedad estable es la base y el vínculo de la sociedad, sino tambien porque la primera de las artes es la que sacando partido en vasta escala de las fuerzas productivas de la naturaleza, acompaña y regula el movimiento de todas las industrias y consolida todas las riquezas.

Dos errores son de temer respecto del ejercicio y el estudio de la agricultura. Está el primero en no dar su verdadero valor á la práctica; y el segundo en no apreciar debidamente la teórica. Generalmente se tiene apego á lo conocido, y se duda ó recela de lo ignorado: la estrañeza rompe con aquello mismo, que examinado y entendido habrá de satisfacer y embelesar. Las prácticas agrícolas son todas respetables porque proceden de observacion y esperiencia; no son todas inmejorables, porque en un círculo de ideas muy reducido suelen faltar términos de comparacion y verdadera esplicacion de las causas. Los principios demostrados por las ciencias son la antorcha que esparce la luz, indicando frecuentemente las mejoras de que es susceptible el cultivo, así como el progreso general en las artes sugiere métodos económicos en las operaciones, y el consumo fabril designa nuevas plantas de que se apodera el comercio. Pero tan censurable como es el espíritu de rutina en rechazar toda novedad, sería indisculpable la presuntuosa ignorancia de los sábios que pretendiesen cultivar desde los gabinetes y laboratorios. La ciencia pronuncia verdades, que luego van descendiendo en aplicaciones: si en estas no hay la mayor circunspeccion, el mas delicado tacto, la mas esquisita apreciacion de las circunstancias, se arriesgan los resultados y se comprometen los mismos principios á los ojos de quienes los temen porque no los alcanzan. El concebir no es ejecutar; y si toda operacion de arte, aun la que parezca mas sencilla, requiere aprendizaje práctico, ¿qué será en agricultura donde tanta complicacion de elementos y eventualidades viene á decidir del éxito, y por consecuencia de la aceptacion de las innovaciones mas racionales y mejor intencionadas?

De aquí la dificultad del estudio de la agricultura, porque rara vez se réunen al alcance de los particulares las nociones científicas que les sirvan de guia, y los ejercicios prácticos donde aprendan la

ejecucion. Los establecimientos públicos para tales enseñanzas abundan poco, aun en las naciones mas adelantadas en la carrera de la ilustracion.

La proteccion que reclama de los gobiernos la agricultura se reduce á: equidad, vias de comunicacion, recompensas honoríficas, y enseñanza. Ningun ramo de industria pide menos. Es poco equitativo y menos político, recargar la produccion general con derechos de arancel llamados protectores de fabricaciones privilegiadas. Es injusticia de lujo fiscal el que á la contribucion directa sobre las tierras se agregue un impuesto inesplicable sobre la crianza de ganados; y es una aberracion rentística el gravar á los arrendamientos. Donde semejantes hechos subsisten, ni se comprenden las rentas, ni se proteje, sino que se veja y maltrata á la agricultura. Las vias de comunicacion son el derecho de todos: sin esa facilidad de movimiento el cuerpo social adolece de parálisis, no hay animacion, no hay concurrencia á las permutas, no hay estímulo, ni beneficios, ni prosperidad. En cuanto á recompensas, el patriotismo no aguarda, mas que una llamada oportuna, la emulacion nace con las ocasiones, el espíritu público se nutre de sentimiento, y para conseguir resultados por estos medios no se requiere en las regiones del poder mas que aquella dignidad y aquel tacto que avasallan las voluntades, porque siembran simpatías. Y respecto de la enseñanza, aunque menos fácil la tarea, en ningun tiempo, ni de ninguna manera es imposible.

No á todos es necesario el estudio profundo de las ciencias y su aplicacion razonada á los diversos ramos del cultivo: eso se reserva para los pocos que, revestidos de carácter profesional, hayan de dar lecciones con la doctrina y la demostracion. Todavía, aun cuando hayan adquirido la posesion de las ciencias en las cátedras de enseñanza superior existentes y sostenidas por el Estado, les es indispensable despues de esta preparacion un establecimiento central, donde puedan aprender fundamental y prácticamente la agricultura, que será mas tarde su profesion enseñar.

Para la difusion de la enseñanza agrícola vienen las escuelas provinciales, donde los profesores ya formados espliquen á los hacendados y cultivadores la teoría á su alcance, acompañada de la práctica conveniente á las producciones del pais. La institucion no ha pro. ducido en España todo el fruto que fuera de desear, pero consiste en que no se han aplicado los medios adecuados. Mientras no se destinen fondos suficientes á estas escuelas, mientras no se coloquen bajo la inspeccion de las juntas de agricultura en armonía con la

autoridad provincial, mientras las juntas no se compongan de los principales y mas ilustrados cultivadores, suscritos, aunque por sumas muy módicas, en ayuda á los gastos, mientras que la enseñanza no sea atractiva por la variedad y eleccion de las operaciones, mientras no se combine con premios á concursos al mérito en productos de programa anual, y mientras la prensa periódica no se consagre á señalar y comparar los resultados; estos no pasarán de insignificantes, entregados á la eventualidad de los esfuerzos de profesores, sin auditorio, sin aliento, y sin accion.

Conjuntamente con estas escuelas en algunas provincias, y como complemento y aplicacion viva, reclaman su lugar las granjas-modelos, donde se formen administradores y capataces para las fincas rurales. En Suiza, Alemania, Francia, y Piamonte, se encuentran instituciones diversas con objeto del estudio de la agricultura en la am plitud de sus varios conceptos, para el hacendado que ha de dirigir, para el administrador que ha de suplirlo, para el capataz que ha de ejecutar, y para el aficionado que no se proponga mas que curiosidad y recréo. Solo á fuerza de observacion y juicio se llega á comprender lo que hay alli de provechoso y de superfluo, lo que es esclu sivo de cada pais como encarnado en sus costumbres, y lo que en su caso merece ser imitado en el nuestro, con mucho de pulso y no poco de precauciones.

A su vez los hacendados que hayan aprendido y sazonado sus ideas en las escuelas provinciales, se convierten en maestros de los labradores menos instruidos, y esto sin mas leccion que el ejemplo; que por grande que sea el imperio de la indolencia, el interés de la ganancia visible prevalece al fin, y mueve al hombre á seguir hasta donde alcancen sus posibles al que adelanta y prospera.

La agricultura no es estudio sino para quien se halle en edad de practicar desde luego. Sin embargo, se ha reconocido la utilidad de que la niñez adquiera sin sentir ciertas nociones del cultivo, y la es periencia acredita el buen efecto de que se pongan en sus manos libros donde sin esfuerzo ni aparato se impregne de máximas, reglas, y consejos saludables, que se comprendan por curiosidad y se retengan por aficion. La razon es sencilla. La mayor parte de los niños no recibe otra educacion mas que la primaria: lo que allí aprenda constituye el caudal intelectual de toda su vida. Si á vueltas de la doctrina religiosa y las fábulas morales, se confian á su memoria ideas y nociones luminosas sobre el arte ú oficio que está llamada á ejercer la generalidad, impresiones serán esas que, gravadas en tiernos

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