Imágenes de páginas
PDF
EPUB

adquieren en punto tan importante ideas claras y distintas, lo cual no es comun en las escuelas.

Cuando se trata del conocimiento de las cifras, tanto que antes se haya hecho uso de un abaco ó del otro, es preciso recurrir tambien á la intuicion. A este fin coloca sucesivamente el profesor los cartones ó placas de metal en que están trazadas las cifras en la muesca ó hendidura del lado superior del tablero, y separa un número de bolas igual al que representa la cifra que se da á conocer. Llama la atencion acerca del número y la cifra; presenta otros ejemplos intuitivos, los repite con números abstractos, y asi se conseguirá sin duda alguna que no se confunda el número con el signo que lo representa, de que provienen en gran parte las dificultades y pocos adelantamientos en el estudio de la aritmética.

Al emprender los niños el cálculo por escrito, no por eso debe abandonarse el abaco. Conviene usarlo en muchas circunstancias para aclarar algunas reglas y hacer comprender ciertas explicaciones difíciles; pero es preciso habituar al discípulo gradualmente á las operaciones abstractas, y por tanto no se debe abusar de los medios materiales de enseñanza.

Los abacos para la enseñanza de los quebrados comunes y decimales sirven tambien de grande auxilio en las escuelas. Se diferencian del explicado en que en lugar de bolas hay cilindros en los alambres. El cilindro del primero representa la unidad, y los de los otros las partes en que esta se divide: dos, tres, cuatro, cinco, diez, ciento etc., segun que sea para la enseñanza de los quebrados comunes ó decimales. Como este aparato solo se usa con niños ejercitados ya en el cálculo mental y á veces en el por escrito, es fácil de entender, sobre todo despues de la explicacion del abaco ordinario. (Autores consultados: Montesino, Pestalozzi, Denzel, Braun.)

ABASIDAS. (Historia de la educacion.) Distinguiéronse las Abasidas por su amor á las ciencias y á las letras, y por su influjo en la cultura del espíritu y en la educacion en general. Los primeros cali→ fas menospreciaban la instruccion de las naciones que sometian á su dominio; para ellos no habia otro libro que el Coran, ni otros estu→ dios que los que habian de servir para interpretarlo, y los que se originan de esta misma interpretacion. Los Abasidas, menos fanáticos que los califas de la primera dinastía, extendieron su proteccion á las ciencias profanas, abriendo un camino que recorrieron muchos árabes con gran provecho de los progresos intelectuales.

Almanzor, segundo califa de la dinastía de los Abasidas y funda→ dor de Bagdad, estableció premios para los que tradujesen de los autores griegos lo que fuera mas adecuado al gusto de sus compatriotas en filosofía, astronomia, matemáticas y medicina. Haroun-alRaschid, contemporáneo de Carlomagno, y el protector mas esplén→ dido de la ciencia entre los árabes, viajaba rodeado de sábios, y atraia á su córte á los hombres ilustrados de todos los paises sujetos á su dominio; y basta citar un hecho en comprobacion de las consi→ deraciones con que los trataba. Queriendo encomendar la instruccion de sus hijos á Malek, fundador de la secta ortodoxa, le propuso que pasara á palacio con tal objeto; y habiéndole contestado el sábio, que la ciencia no hacía la córte á nadie, sino que debía hacérsele á ella, repuso Haroun: teneis razon, acudirán mis hijos adonde los der mas mancebos van á instruirse con vuestras lecciones; y los envió en efecto. Abdallah Mamoun, hijo del anterior, educado por el célébre gramático Abou-Hazan, decia que de la instruccion depende la ver→ dadera felicidad de los pueblos, y que era preciso poner á los profes sores al abrigo de todas las eventualidades, asegurándoles una dotacion fija, y obligando al gobierno á que les proporcionase proteccion y ascensos. Erigió academias en Bagdad y otros puntos, y dejó un nombre que no se borrará jamás de los anales de las letras. Malawakkel y otros, así como los anteriores, llamaron á la córte á los sábios cristianos; hicieron traducir en idioma árabe los clásicos griegos, principalmente á Hipócrates y Galeno, Euclides y Ptolomeo, Aristóteles y Theophrasto; fundaron escuelas y academias en diferen tes puntos de su vasto imperio; erigieron bibliotecas; en una palabra, procuraron dispertar y sostener el amor á las ciencias valiéndose de todos los medios posibles.

Estos nobles esfuerzos hallaron simpatías en la nacion, y fueron secundados en todas partes. Las disposiciones intelectuales de la raza árabe, la necesidad de conocimientos variados, sostenida y au mentada de contínuo por las frecuentes relaciones con otros paises, las riquezas que las fábricas y el comercio acumulaban, hasta en las ciudades mas insignificantes de Oriente, todo contribuia á la creacion y progresos de las sociedades científicas. Los grandes y los visires imitaron el digno ejemplo de los califas, y los fugitivos ommiadas importaron en Sicilia y en España las ciencias cultivadas, principalmente en Bagdad.

En España, sobre todo, se manifestó el desarrollo intelectual de los árabes en todo su esplendor, y de allí se extendia la civilización

[ocr errors]

de Oriente por el resto de la Europa occidental. En 795 el rey Hixen, poco antes de su muerte, daba á su hijo consejos que manifiestan el grado de cultura que ya habian alcanzado los árabes en España en aquella época, y que son dignos de mencionarse por los excelentes preceptos que encierran para la educacion de los prínci pes. «Deposita en tu corazon, le decia, y no olvides nunca estos consejos que quiero darte por el mucho amor que te tengo. Considera que los reinos son de Dios, que los da y los quita á quien quiere Pues Dios nos ha dado el poder y autoridad real que está en nues tras manos por su divina bondad, demos gracias a Dios por tanto beneficio, hagamos su santa voluntad, que no es otra que hacer bien á todos los hombres, y en especial á los encomendados a nuestra protección; haz justicia igual á pobres y á ricos; no consientas injus→ ticias en tu reino, que es camino de perdicion: al mismo tiempo se→ rás benigno y clemente con los que dependen de tí, que todos son criaturas de Dios. Confia el gobierno de tus provincias y ciudades á varones buenos y experimentados: castiga sin compasion á los ministros que opriman tus pueblos á sin razon con voluntárias exacciones; gobierna con dulzura y firmeza á tus tropas cuando la necesidad te obligue á poner las armas en sus manos; sean los defensores del Estado, no sus devastadores; pero cuida de tenerles pagados y seguros de tus promesas. Nunca ceses de granjear la voluntad de tus pueblos, pues en la benevolencia de ellos consiste la seguridad del Estado, en el miedo el peligro, y en el ódio su cierta ruina. Procura por los labradores que cultivan la tierra y nos dan el necesario sus÷ tento; no permitas que les talen sus siembras y plantios; en suma, haz de manera que tus pueblos te bendigan y vivan contentos á la sombra de tu proteccion y bondad, que gocen seguros y tranquilos los placeres de la vida: en esto consiste el buen gobierno, y si lo consigues, serás feliz y lograrás la fama del mas glorioso príncipe del mundo.»

[ocr errors]
[ocr errors]

De igual manera cuidaban los demas príncipes con especial soli citud de la educacion de sus hijos, creaban academias científicas y establecian escuelas elementales en las mezquitas. (Véase el artículo ÁRABES, donde se habla mas extensamente de las escuelas y de la educacion.)

[ocr errors]

(Autores consultados: Cantu, Conde, Niemeyer, ŒElsner.)››

[merged small][ocr errors]

ABECEDARIO. (Enseñanza del) Las, dos cuestiones principales relativas á la enseñanza del abecedario, estriban en la denominacion

[ocr errors]

de las letras consonantes y en el órden con que deben presentarse estas. Todos convienen en que la lectura debe principiar por las letras vocales, que son los signos visibles de los sonidos puros de nuestra voz; pero al llegar á las consonantes, cada uno sigue distinto camino. Hasta los que rechazan de un modo absoluto el método llamado deletréo en la enseñanza de la lectura, y de consiguiente, prescindiendo de las consonantes, pasan á enseñar las sílabas una vez conocidas las letras vocales; consideran de importancia estas dos cuestiones, puesto que tratan de ellas. Mucho se ha escrito sobre está particular en uno y otro sentido, y mas bien que hacer mérito de algunas opiniones, será oportuno citar las propias palabras de auto res de crédito en la materia.

«Hemos sentado con todos los autores, y sobre todo con la razon, que los sonidos orales puros son los mas sencillos y los mas fáciles que presenta la naturaleza en el desenvolvimiento de los órganos de la palabra: por esta razon creemos, que la pronunciacion y conocimiento de las figuras que representan estos sonidos, es el primer paso que se debe dar en la enseñanza.

>>La voz no encuentra en la expresion de los sonidos obstáculo alguno que se oponga á su emision; pero el canal por donde pasa se puede angostar ó ensanchar, y entonces la voz adquiere diferentes grados; de modo que la mayor abertura del órgano hace entender el sonido de la a, y la menor el sonido de la u, y á medida que la mayor abertura se va estrechando hasta llegar á la menor, forma cinco clases ó escalones, y el oido percibe sucesivamente los soni→ dos a, e, i, o, u,

|,

[ocr errors]

>>Estos sonidos están representados en la escritura con diferentes caractéres, qué colocarémos en las tablas primera y segunda, como tambien los sonidos aspirados, cuya aspiracion se señala en nuestra escritura con el carácter h; y podemos decir, que solo es aparente esta aspiracion en la conversacion y en la lectura; porque en la realidad el oido no percibe ni distingue los sonidos, ha, he, hi, ho, hu, de los sonidos a, e, i, o, u, á lo menos en buen castellano. En donde únicamente se puede señalar la aspiracion es en la risa, en los Hantos, en los lamentos, y en los tonos musicales.iteng

>>>En la primera tabla colocarémos todos estos sonidos con todos los caractéres de la imprenta; pero no precisará el maestro á los niños á que los aprendan todos, sino solamente los minúsculos y los aspirados, porque únicamente los distingué la vista. Este és el pri mer paso de la naturaleza en el Hanto de los infantes, y el primer

paso en la enseñanza; y aun he oido á un filósofo muy meditador en esta parte de la gramática, y muy observador de la naturaleza, que la letra a, ó el sonido que representa la a era propio de los va→ rones al nacer, y el sonido que representa la e era propio de las hembras; así es que él llamaba macho á la a, y hembra á la e, y aun arriesgó la proposicion de que si él oia al nacer el llanto de una criatura, diria sin equivocarse si era macho ó hembra ; porque el varon siempre dice cuando llora al nacer ha, ha, ha, y que la hem→ bra siempre que llora dice he, he, he: yo no he tenido motivo de observarlo al nacer; pero he advertido algo de mas vigor en el llanto de los varones.

[merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][merged small][ocr errors][merged small][merged small][merged small][merged small]

» Esta tabla no llena la extension de las necesidades sino en cuanto estos sonidos están separados de las palabras; porque aislados como están aqui colocados, no pueden distinguirse si son lar→ gos, ó breves, ó circunflejos; esto es, ni largos ni breves; porque si entramos en el pormenor del tono, advertirémos que no tenemos solo las cinco vocales, sino que tenemos quince: cinco largas, cinco breves, y cinco que no son largas ni breves, sino que están al tenor ordinario de la lectura. Cuando lleguemos á tratar de la ortografía de las palabras, entonces distinguirémos los sonidos agudos con el acento, conforme á las reglas de la gramática; pero en cuanto al presente, no debemos exigir de los niños otra cosa sino que las distingan y las pronuncien con claridad.

»Para proceder con seguridad en la enseñanza, hará el maestro una subdivision de las vocales, señalando al niño dos solamente: las repetirá primero él, y las hará repetir al niño muchas veces; y á medida que las vaya aprendiendo, le irá dando conocimiento de las demas, hasta concluir con todas...

->>Cuando el maestro esté seguro de que el niño conoce perfectaménte, y pronuncia con claridad los sonidos que representan las vocales, deberá ejercitarlo en los cinco sonidos aspirados, compa rándolos á menudo unos y otros, para que no los equivoque mas

« AnteriorContinuar »