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Sae. VII. scriptionem, neque subscriptionem lex habeat, vel alte rutra careat, tunc inspiciendus est ipsius textus; et si nec hoc sufficiat, recurrendum ad fontes, unde hujus codicis leges desumtas esse diximus. Animadvertere debemus tam in codicibus editis, quàm MSC. legum inscriptiones diversas esse, nam quaedam leges nomen regis, qui eas tulit, vel reformavit; inscriptum ferunt: sed saepè adeo confusè, ut tam unum, quàm alterum regem designare possint; quaedam concilii, in quo conditae fuerunt; quaedam simpliciter dicuntur antiquae; quaedam antiquae noviter emendatae vel quoniam ab antiquis gothorum moribus in scripturam redactis confectae; vel quoniam ab antiquis prioris codicis le

texto; y si ni aun esto bastare, se Sig. VII. ha de recurrir á las fuentes (1) de donde se han tomado las leyes de este código. Pero se ha de advertir, que asi en los ejemplares impresos como en los MSC., suelen ser diversas las inscripciones de las leyes; pues unas tienen las del rey que las dió, ó las del que las reformó; bien que muchas veces es imposible conocer á cual de ellas señala la inscripcion, por ser equívocas las abreviaturas con que los copiantes acostumbraron á escribir los nombres de los reyes; otras tienen la del concilio en que se establecieron; otras se titulan solamente antiguas; otras antiguas recien enmendadas ó reformadas, ya por haberse derivado de las antiguas costumbres godas reducidas á ca crito, ya por haber sido tomadas de las leyes del primer código, aunque con alguna modificacion,

lib. II; las leyes II, III, IV y V del tit. I, lib. V, con la ley IV del tit. IV, lib. II, y la III del tit. IV, lib. III; la ley XII del tit. IV, lib. II, con la XIII del tit. V, lib. III, segun la edicion de Piteo. Porque en cuanto al texto de cada ley rarísima vez convienen los códices MSC.

(1) La ley Romana, ó breviario de Alarico, las costumbres godas, derivadas de las de los pueblos germánicos, y descriptas tan perfectamente por César y Tácito, y nuestros concilios, son las fuentes adonde manda recurrir el señor Jovellanos en el discurso que pronunció á 4 de febrero de 1780, con motivo de su recepcion en la Real academia de la historia (MSC. que poseo). A las obras citadas de César y Tácito se deben añadir las de san Isidoro de Sevilla, especialmente sus libros de las etimologías, en las cuales, como advierte el P. Burriel en el par. LXXXVIII, pag. 219 de su informe de pesos y medidas, recopiló el santo cuanto se hablaba y se acostumbraba en España en los siglos VI y VII.

5. VIII. gibus derivatae; et denique quedam nullam habent inscriptionem. X.

Qualis ac quanta fuerit semper iisnar hujus codicis auctoritas, vel ex eo apparet quòd etiam post sarracenorum irruptionem quae anno DCCXI accidit hispanis qui inter sarracenos remanserunt, liberum fuerit ex pactis conventis, quamvis non numquam à califis infractis, vivere christiano more, et habere judices è sua gente atque ideo jam saeculo IX quandam ejusdem codicis versionem arabicam à Joanne archiepiscopo hispalensi confectam fcatur, eademque jura hispani, qui ad Gallias confugerant, à Carolo M. ejusque in imperio successoribus obtinuerint. Quoad verò caeteros hispanos, qui in montium septemtrionalium radicibus sub Pelaio et qui ei successerunt, regibus libertatem servare potuerunt, etsi tunc temporis wisigothicarum legum usus aliquanto turbatus; attament ex quo Asturicae et Legionis provinciarum potiti sunt, plurima inveniuntur instrumenta, quae praedicti codicis auctoritatem demonstrant; et ipsi reges po

y otras finalmente no tienen ins- §. VIII. cripcion alguna.

X.

Cual y cuanta haya sido en España la autoridad de este código, se infiere bien claramente de que aun despues de la irrupcion de los sarracenos, ocurrida el año 711, permitieron estos á los españoles, que les quedaron sujetos segun las condiciones con que se entregaron (aunque no siempre las cumplie ron los califas), el ejercicio de su religion, tener jueces de su nacion, y vivir segun sus leyes; y por eso ya en el siglo IX se cree que hizo una version arábiga del Fuero-Juzgo Juan arzobispo de Sevilla. Iguales prerogativas obtuvieron de Carlo M. y sus sucesores en el imperio cuantos españoles se refugiaron á Francia. Pero en cuanto á los demas, que retirados á las montañas septentrionales bajo de la direccion de don Pelayo y demas reyes posteriores, pudieron conservar su libertad, aunque por de pronto se perturbó algun tanto la observancia de las leyes wisigodas; sin embargo, desde que reconquistada Leon se hizo de esta provincia y de la de Asturias un reino, son frecuentísimos los instrumentos que prueban la autoridad del código wisigodo; y aun los

S. VIII. pulis, imo et integris provinciis, prout eas à sarracenorum potestate substrahebant, denuò illum promulgare consueverunt, vel in omnibus, quae eis concedebaut, foris praecipuam hujus codicis rationem habuerunt. Argumenti satis est inter alia quòd jam saeculo IX jurisconsultus quidam eum in compendium redegerit, nostraeque canonum collectionis exemplaribus paulò post transcriptis adiectum fuerit aliud integrum atque magnificum ipsius codicis exemplar; ac in comitiis lugdunensibus anno MXX habitis de quibus postea, Ildefonsus V wisigothicas

mismos reyes, segun que iban S. VIII.
recobrando de los moros pueblos
y provincias enteras, solian pro-
mulgarle de nuevo en ellas, ó con-
siderarle como matriz de todos
los fueros que las concedian. Bas-
tante prueba es de esto haberse
formado ya en el siglo IX por
cierto jurisconsulto un compen-
dio de dicho segundo código
wisigodo (1), del cual se en-
cuentra un ejemplar íntegro y
magnífico en cada una de las co-
pias que poco despues se hicie-
ron de nuestra antigua coleccion
de cánones. En las cortes de Leon
del año de 1020 (de las cuales
hablaremos luego), estableció (2)
don Alonso V algunas leyes nue-
vas, y cofirmó las wisigodas, cuyo

(1) D. Lorenzo de Padilla asegura en su libro de las leyes y pragmá-
ticas, que se tradujo tambien en árabe por orden de don Alonso el Casto.
(2) En el año 1074 otorgó el célebre Rodrigo Diaz de Vivar carta de
arras á favor de su muger doña Jimena, segun las formalidades prescriptas
por
las leyes godas, Berganza, cap. VII, lib. V, tit. I de sus antigüedades.
Respecto de Castilla léase la sancion I, tit. II, especialmente las escrituras
73 y 75; y asi ni aun como dudosa debió verter Mariana en el cap. VII,
lib. IX de su historia de España, la siguiente proposicion. « Dícese otrosí
de este rey (don Sancho II), que abrogó las leyes góticas á imitacion de
Barcelona, que hizo lo mismo, como queda dicho, y mandó siguiesen las
imperiales." Lo que añade aqui Mariana tocante á Barcelona no es me-
nos falso que lo de Castilla, pues consta asi del prólogo de los usáticos,
de que luego hablaremos, y en cuya coleccion se copiaron á la letra al-
gunas leyes del código wisigodo, como de sus constituciones, que reco-
nocieron el Fuero-Juzgo por matriz o código principal. Sirvan de ejem-
plo dicho prólogo, cuando esponiendo el conde Raimundo las causas que
le movian á formar los usáticos como suplemento del códige wisigodo,
dice: Quum D. Raymundus Berengarii vetus comes vidit et cognovit
quod omnibus causis et negotiis ipsius patriae leges gothicae non possent
observari, vel etiam vidit multas querimonias et placita, quae ipsae leges
specialiter non indicabant... constituit et missit usaticos... hoc enim fe-

S. VIII. leges reparaverit, aliasque addiderit. Saeculo XIII Ferdinandus III hunc codicem denuò cordubensibus edidit, jussitque ut in vernaculam linguam verteretur; quod ta men non videtur effectum, nisi sub suo filio. Neque ex cò quòd saeculo XIV medio (1) septem partitarum codex ab Ildephonso XI tamquam suppletorius sui ordinamenti ac reliquorum fororum, publicatus fuerit, auctoritateque donatus et postea anno MDLXV à Filipo II rege (2) promulgata vetus recopilatio, wisigothorum codicem sublatum fuisse credendum est, quum lege I, tit. XXVIII ipsius, quae est III, tit. I, lib. II ejusdem recopilationis (3)

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código cuando san Fernando le S. VI
dió de nuevo á los cordobeses en
el año de 1241, mandó traducir
en lengua vulgar; pero no pare-
ce que tuvo efecto hasta el reina-
do de su hijo. Ni se crea que por
haber autorizado don Alonso XI
como código supletorio, despues
de su Ordenamiento
de su Ordenamiento y demas fue-
ros, las Siete Partidas (1) en el
año de 1348, y don Felipe II
promulgado la antigua Recopi-
lacion (2) en el año de 1565, que-
dó abolido el Fuero-Juzgo, porque
ademas de mandar la ley I del
tit. XXVIII (que es la III del
tit. I, lib. II de dicha Recopilacion
ant.) que (3) se guarden las leyes
de todos los fueros en cuanto es-
ten en uso: ya atendamos á las
decisiones del Supremo Consejo
de Castilla, ya á la ley XI del

eit Raymundus auctoritate libri judicis, qui dicit sane adiiciendi &c. : "
que es la ley XIII del tit. I, lib. II de dicho código. Y la constitucion II
del tit. I, lib. VI, vol. III de las constituciones de Cataluña, cuando dice:
segons ley gothica de tota la heretat del pare 6 mare, ó avi, ó avia se fa
cinch parts." Es la ley 13 del tit. V, lib. IV del mismo código wisigodo,
segun la edicion de Piteo.

(1) Ad hujus codicis legum calcem ilius aetatis jurisconsulti apponere consueverunt animadversiones de his legibus quae wisigothicis concordabant easque corrigere quae eis discordabant.

(2) Aliud wisigothorum codicis magnificum exemplar latinum MSC. Joannes Baptista Cardona Vicensis episcopus anno MDLXXXV ipsi Fhilippo II regi obtulit.

(3) Etiam in Novis. Reco

(1) Los jurisconsultos de aquel tiempo acostumbraron anotar al pie de las leyes de Partidas las wisigodas que concordaban con ellas, y á corregir las que discordaban.

(2) Juan Bautista Cardona, obispo de Vique, dedicó al mismo rey don Felipe II, un magnífico ejemplar MSC. latino del código wisigodo en el año 1585.

(3) Se ha incluido tambien en

S. VIII. omnium fororum leges, quatenus in usu sint servari debeant; et tandem sive supremi Castellae senatus decisionibus, sive legi XI, tit. III, lib. III Noviss. Recopilationis attendamus, nullatenus wisigothicas leges derogatas esse dici possit.

XI.

Superest ut de hujus codicis editionibus loquamur. Apud nos una hispana versio Matriti edita primùm ab Ildephonso Villadiego anno MDC glosiss exornata, quam deinde absque glossis ibidem recudit Joannes Antonius Llorente canonicus calagurritanus anno MDCCXCII, donec à regia Academia hispana et latinus textus, et ejus versio typis mandata sunt. Priusquam autem in Hispania una versio ederetur, prodiit Parisiis anno MDLXXIX latinus codex curante Petro Pithoeo, quem sequuti Andreas Scotus ac Fridericus Lindembrogius in editionibus, quas Francofurti annis MDCVI et MDCXXIII confecerunt: sed has praestat barbarorum legum antiqua

pilat. tit. II, lib. III haec lex inclusa est.

tit. III, lib. III de la Novísima S. VIII. Recopilacion, de ningun modo puede decirse que estan derogadas las leyes wisigodas.

XI.

Réstanos hablar de las ediciones de este código. En España se imprimió sola la version castellana, primero por Alonso Villadiego, que la ilustró con glosas en Madrid, año de 1600, y despues alli mismo sin ellas en 1792 por don Juan Antonio Llorente, canónigo de Calahorra, hasta que la Real academia española hizo imprimir el original latino y su version. Pero antes que en España se imprimiese version alguna, dió á luz Pedro Piteo en Paris, año de 1579, el texto latino. Repitieron esta edicion Andres Escoto en el tomo III de su España ilustrada, y Federico Lindembroch en su código de leyes antiguas, impresas ambas en Francfort por los años de 1606 y 1623; pero merece mayor aprecio la coleccion de leyes antiguas, que ilustradas con escelentes notas

el tit. II, lib. III de la Novísima Recopilacion.

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