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Saec. VI. bus Theodato et Vigite à Belisario victis, Ildibalto et Erarico populari factione interemptis, justinianeo per Italiam imperio restituta fuit veneratio. Et hoc quidem temporis intervallo institutiones pandectas, et codicem edicto, uti in pragmaticasanctione innuit, per Italiam promulgasse videtur Justinianus: sed mox feliciora sub Totila fortissimo ostrogothorum rege tempora, quibus romanos et provinciis occupatis ipse iterum expulit, non passa sunt ut radices agerent Italia Justiniani leges. Tandem verò etiam Totila et Teia ultimis ostrogothorum regibus Narsetis virtute plane extinctis Justinianus hanc, de qua supra, pragmatica-santionem (1) anno DLIV edidit, qua totum juris à se collecti corpus in Italia promulgavit, atque ita plenum in Italia vigorem justinianae leges obtinuerunt. Neque etiam post longobardorum invasionem circa annum DLXVIII ibi per omnia defecit; nam, licet hi ex peculiaribus suis ritibus et moribus novas leges con

in

(1) Extat haec pragmàtica in juris corpore post Justiniani novellas.

pan

nes hablaremos (1): pero habien- Siglo VI do sido vencidos por Belisario los reyes Tedato y Vigite, y muertos en una conmocion popular Ildebaldo y Erárico, empezó á tener autoridad en Italia el derecho de Justiniano por ser entonces cuando pudo este emperador promulgar alli por medio de un edicto, segun insinua en su pragmáticasaucion, las instituciones, las dectas y el código; sin embargo, habiendo sido echados segunda vez los imperiales por el valeroso Totila, rey de los ostrogodos, volvió á quedar suspensa en Italia la autoridad de las leyes de Justiniano, hasta que este, logrado que hubo por medio de su general Narses vencer á Totila y Teya, últimos reyes de los ostrogodos, volvió á autorizar para Italia en una pragmática-sancion (2), que publicó en el año 554 todas sus compilaciones. Y no decayó enteramente su autoridad ni aun despues de la invasion de los longobardos, ocurrida hacia el año 568, porque aunque estos quisieron mas bien formar una recopilacion de sus usos y costumbres que acomodarse á las leyes romanas, permitieron no obstante á los italianos vivir segun el dere

(1) En la proposicion IV del derecho español.

(2) Hállase esta pragmática en el cuerpo del derecho civil despues de las novelas de Justiniano.

Saec. VI. ficere quàm ad romanas sese accommodare maluerint, veniam tamen fecerunt antiquis Italiae incolis, quo vellent, jure vivendi longobardico, aut romano, exepto Ravennae exarchatu, quo longobardorum arma non pertigerant, ibi enim justinianeum tunc jus viguit, nec deinceps umquam in honore esse dessiit (1).

XXI.

Quod de Italia, idem fere de Africa dici potest, haec enim, licet, dum vandalis paruit, theodosianum codicem non omnino neglexerit postea anno DLIV à Justiniano jam imperio recuperata suas leges servavit, donec tandem anno DCXC, quum sarraceni eam occupassent, justinianeas leges penitus ibi abrogarunt.

(1) Paulus diaconus in cap. V, lib. II de gestis longobardor. LL. longob. 129 2: II 56 I; VI 39: Gregorius Mag. epist. 53 alias 54, lib. XI adhibet Nov. CXIII et alibi tum ad codicem, tum ad novellas provocat lib. XII, epist. 53. Exstat apud Muratorium Ant. Ital. tom. III, dissertat. XLIV, fragmentum de anno DCCLII, ubi codex et pandectae memorantur; quamquam major codicis ac novellarum usus. Hincmarus oper. t. II, pag. 440.

cho que mas les acomodase, ya longobardico, ya romano; mas en el exarcado de Ravena, adonde no penetraron las armas de los longobardos, siguió sin interrupcion teniendo autoridad el derecho de Justiniano (1).

XXI

Casi lo mismo que de Italia, podemos decir del África; la cual, aunque mientras que estuvo sujeta á los vándalos no olvidó del todo el código teodosiano, sin embargo, reconquistada que que fue en el año 554 por en el año 554 por Belisario, ge neral de Justiniano, observó sus leyes hasta el año 690, en que habiéndola invadido los sarracenos las derogaron enteramente.

(1) Léase á Paulo diácono, capít. V, lib. II de los hechos de los longobardos. L. II, tít, XXIX del cód. de los lomgobardos. S. Gregorio M. cita en la epíst. 53 6 54 del lib. XI, la Nov. CXIII, y en la 53 del lib. XII recurre ya al código, ya á las novelas. En la disertacion XLIV, t. III, Ant. itálicas de Muratori, se encuentra un fragmento del año 752, en donde se citan el códice y las pandectas, aunque parece haber sido mayor el uso del código y de las novelas que el de las pandectas, segun Hincmaro de Rems, to II, página 440.

Sig. VL

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Quod ad Hispaniam àttinet, nullatenus dici potest Justiniani leges, vel earum, aliarumque legum romanarum compilationes sub co confectas hic auctoritatem habuisse, nam, praeterquam quòd omnes, novella CXLII de luxuriantibus contra naturam, CXLVIII de indulgentiis reliquorum, atque edicto de aegyptiis libripendibus exceptis praecesserint auno DLII, quo Athanagildus sumpta tyrannide, ut Agilam regno privaret, militum auxilia à Justiniano poposcit, ab eoque sub Liberio Patricio missis copiis apud Hispalim Agilae exercitum postravit; nullum inde jus in Hispaniam hic imperator acquisivit, quod videntes gothi ac metuentes ne Hispaniam romani milites hac invaderent occasione, Agilam Emeritae interfecerunt, et Athanagildi sese regimini tradiderunt. Igitur, etiamsi Liberius statim post Agilam devictum Justiniani consilia exsequens non paucis civitatibus et portubus ad utriusque maris littora sitis fuerit potitus, nullo jure Justiniani leges auctoritatem in eis habere potuerunt: sed tantùm per vim ab earum inco

XXII.

En cuanto á España de ninguna manera se puede sostener que las leyes de Justiniano, ó las colecciones que de aquellas y otras romanas mandó hacer este emperador, hubiesen tenido aqui autoridad alguna, porque ademas de ser todas, escepto la novela CXLII de luxuriantibus contra naturam, la CXLVIII de indulgentiis reliquorum, y el edicto de aegyptiis libripendibus, anteriores al año 552, en que Atanagildo, habiéndose revelado contra Agila para asegurar su tiranía pidió socorro al emperador Justiniano, quien le envió un ejérto al mando de Patricio Liberio, y por cuyo medio logró Atanagildo vencer á Agila en una batalla, que se dió junto á Sevilla, no por eso adquirió Justiniano derecho alguno sobre la España: mas sin embargo, temerosos los godos de dos de que prestase el auxilio para apoderarse de alguna parte del territorio español, mataron en Mérida á Agila al tercer año de su reinado, y eligieron en su lugar á Atanagildo; el cual viéndose ya sin contradiccion rey de los godos, y advirtiendo la celeridad, con que Liberio segun las instrucciones que le habria dado al efecto el ambicioso Justiniano, se apoderó de muchas ciudades y puertos de las Andalucías y de

Sig. VI.

Sae. VI. lis servatae. Imo, quum ipse Athanagildus, ex quo jam absque controversia evasit gothorum rex romanos Hispania pellendi negotium susceperit, idemque fecerint sequentes Hispaniae reges usque ad Suinthilam, qui anno DCXXIV omnes imperiales ex civitatibus, quas adhuc in Hispania tenebant, expulit, necessariò evasit incerta aucto. ritas legum tam à Justiniano quàm ab ejus in imperio successoribus conditarum, quia multae ex praedictis civitatibus propter assidua bella et secundùm eorum eventum tam citò gothis, quàm orientis imperatoribus obedire tenebantur: absurdissimum autem est, uti postea videbimus, codicis justinianei actoritatem in Hispania inde deducere quod secundus wisigotorum codex (de quo postea), fuerit, sicut justinianeus (1), etiam in duodecim libros divissus.

(1) Hoc argumento etiam duodecim tabularum codicem à

Valencia, desde uno hasta otro Siglo VI. mar, y á cuyos habitantes solo durante la fuerza pudieron obligar las leyes de Justiniano, como dimanadas de un poder ilegítimo, al cual movió la guerra Atanagildo á fin de recuperar todo cuanto ocupaban en España los imperiales, y la tuvo que sostener toda su vida. Las mismas huellas siguieron todos sus sucesores en el trono, aunque no con igual éxito, hasta Suintila, que en el año 624 acabó de echar á los imperiales de España. De donde se infiere cuan incierta debió ser en los setenta y un años que duró la dominacion de los emperadores del oriente en España la autoridad de cuantas leyes dieron Justiniano y sus sucesores hasta Heráclio, en la mayor parte de las ciudades ó pueblos usurpados, pues no habiéndose interrumpido la guerra por alguno de los sucesores de Atanagildo, pertenecian tan pronto á los wisigodos como á los imperiales, segun el éxito de cada carnpaña; y es el mayor absurdo, como luego veremos, sostener que en España tuvo autoridad el código justiniáneo porque el segundo código wisigodo se hubiese dividido casualmente tambien en doce libros como aquel (1).

(1) Segan este sofisma podríamos decir tambien que Justiniano confir

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Justiniano è vivis sublato anno DLXVI permansit adhuc in oriente per tria integra saecula harum versionum usus; quae enim inter novellas, vel ad illarum calcem, in plerisque juris corporis editionibus summatim subjectae sunt Justinii, Tiberii, Mauricii, Heraclii, Leonis Iconomachi, Constantini Coprònymi, Nicephori, Leonis Armenii, et Theophyli constitutiones non admodum multa de prioribus legibus inmutarunt; quin earum aliquae tamquam à sententium sacris abhorrentes nec ubique, nec diu umquam obtinuerunt auctoritatem.

XXIV.

recte

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XXIII.

Habiendo muerto Justiniano en el año 566 permaneció todavía en el oriente por espacio de tres siglos enteros el uso de estas versiones, pues en cuanto á las constituciones de los emperadores posteriores, Justino, Tiberio, Mauricio, Heráclio, Leon Iconómacho, Constantino Coprónimo, Nicéforo Leon el Armenio, y Teófilo, las cuales se hallan mezcladas entre las novelas de Justiniano, ó á continuacion de estas en todas las ediciones del cuerpo del derecho civil, fue muy poca la alteracion que hicieron en el derecho justiniáneo; y aun algunas de ellas, como contrarias al dogma, no siempre ni en todas partes pudieron tener autoridad.

XXIV.

Pero en cuanto á las demas provincias ó reinos de occidente, podemos decir en general que aun despues de la invasion de los bárbaros observaron el código teodosiano, ó mas bien su breviario, y del cual no se desprendieron, ni aun despues que Justiniano dió á luz sus compilaciones.

mó en su código el de las XII tablas, ó que este tuvo autoridad en España.

Siglo VI.

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