Historia antigua y de la conquista de México: 4.pte. La conquista

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Tip. de G. A. Esteva, 1880
 

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Pasajes populares

Página 665 - Está hecha tal, que aunque yo he visto algunas casas de atarazanas y fuerzas, no la he visto que la iguale...
Página 87 - Señor de todo, que les parecía bien y que así debía ser; pero que en lo que decía que el Papa era Señor de todo el Universo en lugar de Dios, y que él había...
Página 522 - Aquí estuvo preso el sin ventura de Juan Yuste, con otros muchos que traía en mi compañía.
Página 253 - Mira Ñero de Tarpeya — a Roma cómo se ardía; — gritos dan niños y viejos, — y él de nada se dolía.
Página 121 - Días había que me había dicho la doña Marina que era de aquella provincia y señora de vasallos, y bien lo sabía el capitán Cortés y Aguilar, la lengua. Por manera que vino la madre y su hijo, el hermano, y se conocieron, que claramente era su hija, porque se le parecía mucho.
Página 198 - E a la salida del dicho valle fallé una gran cerca de piedra seca, tan alta como estado y medio, que atravesaba todo el valle de la una sierra a...
Página 242 - ... vuestra sacra majestad y de mi venida, diciéndoles cómo todas estas partes y otras muy mayores tierras y señoríos eran de vuestra alteza., y que los que quisiesen ser sus vasallos serían honrados y favorecidos, y por el contrario, los que fuesen rebeldes serían castigados conforme a justicia.
Página 280 - Hay en esta gran ciudad muchas casas muy buenas y muy grandes, y la causa de haber tantas casas principales es que todos los señores de la tierra vasallos del dicho...
Página 234 - Churultecal están dos sierras muy altas y muy maravillosas, porque en fin de agosto tienen tanta nieve que otra cosa de lo alto dellas sino la nieve se parece; y de la una, que es la más alta, sale muchas veces, así de día como de noche, tan grande bulto de humo como una gran casa, y sube encima de la sierra hasta las nubes, tan derecho como una vira; que, según parece, es tanta la fuerza con que sale, que aunque arriba en la sierra anda siempre muy recio viento, no lo puede torcer...
Página 173 - ... los eché a la costa; por donde todos perdieron la esperanza de salir de la tierra, y yo hice mi camino...

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