Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellanaV. Suárez, 1908 - 350 páginas |
Dentro del libro
Resultados 1-5 de 6
Página 39
... enojos , Produce agora en cambio estos abrojos , Ya de rigor de espinas intratable ; Y yo hago con mis ojos Crecer , llorando , el fruto miserable . Como al partir del sol la sombra crece , Y en cayendo su rayo se levanta La negra ...
... enojos , Produce agora en cambio estos abrojos , Ya de rigor de espinas intratable ; Y yo hago con mis ojos Crecer , llorando , el fruto miserable . Como al partir del sol la sombra crece , Y en cayendo su rayo se levanta La negra ...
Página 57
... enojos ? quien oyó tu dulzura , ¿ qué no tendrá por sordo y ¿ Aqueste mar turbado desventura ? ¿ quién le pondrá ya freno ? ¿ quién concierto al viento fiero airado ? estando tú encubierto ; qué norte guiará la nave al puerto ? 20 ...
... enojos ? quien oyó tu dulzura , ¿ qué no tendrá por sordo y ¿ Aqueste mar turbado desventura ? ¿ quién le pondrá ya freno ? ¿ quién concierto al viento fiero airado ? estando tú encubierto ; qué norte guiará la nave al puerto ? 20 ...
Página 62
... enojos , Pues que ninguno basta á deshacellos , Y véante mis ojos , Pues eres lumbre de ellos Y solo para tí quiero tenellos . Descubre tu presencia , Y máteme tu vista y Mira que la dolencia hermosura : De amor , que no se cura Sino ...
... enojos , Pues que ninguno basta á deshacellos , Y véante mis ojos , Pues eres lumbre de ellos Y solo para tí quiero tenellos . Descubre tu presencia , Y máteme tu vista y Mira que la dolencia hermosura : De amor , que no se cura Sino ...
Página 132
... enojos . Madrugan más en mí que en las auroras Lágrimas á este llano ; Que amanece á mi mal siempre temprano ; Y tanto , que persuade la tristeza Á mis dos ojos , que nacieron antes Para llorar que para ver . Tú , sueño , De sosiego los ...
... enojos . Madrugan más en mí que en las auroras Lágrimas á este llano ; Que amanece á mi mal siempre temprano ; Y tanto , que persuade la tristeza Á mis dos ojos , que nacieron antes Para llorar que para ver . Tú , sueño , De sosiego los ...
Página 197
... enojos , Enjuga los ojos ; Que el dios que te hiere Más culto no quiere Que audacias y arrojos . » Rayo son estas palabras Que al ciego jóven alumbran , Quien su engaño reconoce Y la voz que las pronuncia . Y al valle se arroja , adonde ...
... enojos , Enjuga los ojos ; Que el dios que te hiere Más culto no quiere Que audacias y arrojos . » Rayo son estas palabras Que al ciego jóven alumbran , Quien su engaño reconoce Y la voz que las pronuncia . Y al valle se arroja , adonde ...
Otras ediciones - Ver todas
Términos y frases comunes
agora agua aire alegre Alhama Aliatar aliento alma amado amante amor aqueste ardiente aurora aves azor bella Blanca de Castilla blando brazos caballo canto céfiro celestial cielo cierva corazon corona Despues dexó dichoso divino dolor dulce dulce libertad dura enojos eres escondido escucha espada espanto esperanza esposa eterno Favonio fiero Flandes flores Francisco Salinas fresca fuego gente gloria Gnido gozo guerra hermosa hermosura Huye impios importuno Inés lágrimas Licio llanto llena mano mira mis ojos monte moro muda muerte mundo muro ninfa noble noche nube ondas paso pastores patria pecho perdido piélago plectro Poderoso caballero prado pura quiero rayo reposo revolución de Marzo ribera Rodrigo Manrique rosa rostro Salid sin duelo sangre serena silencio soberbia soledad sombra suelo suena sueño suerte suspiro Tántalo tierna tierra torno triste turba ufana umbrío valle vano ventura verdad viento virtud vitoria vivir vuelo Zenetes
Pasajes populares
Página 135 - No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Página 67 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 47 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ru'ido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.
Página 36 - Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan, los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan con diferente voz se condolecen, y mi morir cantando me adivinan. Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste.
Página 61 - Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas, ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras.
Página 20 - Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada ; las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara. «¡Ay de mi Alhama!» Descabalga de una muía, y en un caballo cabalga ; por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. « ¡ Ay de mi Alhama ! » Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas, sus añafUes de plata.
Página 142 - Salíme al campo, vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados; y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos; mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada y no hallé cosa...
Página 229 - DEL PIRATA Con diez cañones por banda, Viento en popa a toda vela No corta el mar, sino vuela Un velero bergantín: Bajel pirata que llaman Por su bravura el Temido, En todo mar conocido Del uno al otro confín. La luna en el mar riela, En la lona gime el viento, Y alza en blando movimiento Olas de plata y azul...
Página 183 - Sí, yo lo juro, venerables sombras; yo lo juro también, y en este instante ya me siento mayor. Dadme una lanza, ceñidme el casco fiero y refulgente; volemos al combate, a la venganza; y el que niegue su pecho a la esperanza hunda en el polvo la cobarde frente.
Página 109 - ... lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo, mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio.