Las cien mejores poesías (líricas) de la lengua castellanaV. Suárez, 1908 - 350 páginas |
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Página 76
... impio furor suyo ; alzó la frente Contra tí , Señor Dios , y con semblante Y con pecho arrogante , Y los armados brazos extendidos , Movió el airado cuello aquel potente ; Cercó su corazón de ardiente saña Contra las dos Hesperias , que ...
... impio furor suyo ; alzó la frente Contra tí , Señor Dios , y con semblante Y con pecho arrogante , Y los armados brazos extendidos , Movió el airado cuello aquel potente ; Cercó su corazón de ardiente saña Contra las dos Hesperias , que ...
Página 79
... impios esperaban Á los que tú , Señor , eras escudo ; Que el corazon desnudo De pavor , y de amor y fé vestido , Con celestial aliento confiaban . Sus manos á la guerra compusiste , Y sus brazos fortísimos pusiste Como el arco acerado ...
... impios esperaban Á los que tú , Señor , eras escudo ; Que el corazon desnudo De pavor , y de amor y fé vestido , Con celestial aliento confiaban . Sus manos á la guerra compusiste , Y sus brazos fortísimos pusiste Como el arco acerado ...
Página 83
... impios y robustos , indinados , Las ardientes espadas desnudaron Sobre la claridad y hermosura De tu gloria y valor , y no cansados En tu muerte , tu honor todo afearon , Mezquina Lusitania sin ventura ; Y con frente segura Rompieron ...
... impios y robustos , indinados , Las ardientes espadas desnudaron Sobre la claridad y hermosura De tu gloria y valor , y no cansados En tu muerte , tu honor todo afearon , Mezquina Lusitania sin ventura ; Y con frente segura Rompieron ...
Página 84
... impios y agenos entregado , Por la raíz cortado ; Que opreso de los montes arrojados , Sin ramos y sin hojas y desnudo , Huyeron dél los hombres , espantados , Que su sombra 84 FERNANDO DE HERRERA Piferrer (Don Pablo) (1817-1848), PÁGINAS.
... impios y agenos entregado , Por la raíz cortado ; Que opreso de los montes arrojados , Sin ramos y sin hojas y desnudo , Huyeron dél los hombres , espantados , Que su sombra 84 FERNANDO DE HERRERA Piferrer (Don Pablo) (1817-1848), PÁGINAS.
Página 92
... Impio honor de los dioses , cuya afrenta Publica el amarillo jaramago , Ya reducido á trágico teatro , ¡ Oh fábula del tiempo ! representa Cuánta fué su grandeza y es su estrago . ¿ Cómo en el cerco vago De su desierta arena El gran ...
... Impio honor de los dioses , cuya afrenta Publica el amarillo jaramago , Ya reducido á trágico teatro , ¡ Oh fábula del tiempo ! representa Cuánta fué su grandeza y es su estrago . ¿ Cómo en el cerco vago De su desierta arena El gran ...
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Términos y frases comunes
agora agua aire alegre Alhama Aliatar aliento alma amado amante amor aqueste ardiente aurora aves azor bella Blanca de Castilla blando brazos caballo canto céfiro celestial cielo cierva corazon corona Despues dexó dichoso divino dolor dulce dulce libertad dura enojos eres escondido escucha espada espanto esperanza esposa eterno Favonio fiero Flandes flores Francisco Salinas fresca fuego gente gloria Gnido gozo guerra hermosa hermosura Huye impios importuno Inés lágrimas Licio llanto llena mano mira mis ojos monte moro muda muerte mundo muro ninfa noble noche nube ondas paso pastores patria pecho perdido piélago plectro Poderoso caballero prado pura quiero rayo reposo revolución de Marzo ribera Rodrigo Manrique rosa rostro Salid sin duelo sangre serena silencio soberbia soledad sombra suelo suena sueño suerte suspiro Tántalo tierna tierra torno triste turba ufana umbrío valle vano ventura verdad viento virtud vitoria vivir vuelo Zenetes
Pasajes populares
Página 135 - No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo. ¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Página 67 - No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido, ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte.
Página 47 - ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ru'ido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado.
Página 36 - Con mi llorar las piedras enternecen su natural dureza y la quebrantan, los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan con diferente voz se condolecen, y mi morir cantando me adivinan. Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste.
Página 61 - Buscando mis amores, iré por esos montes y riberas, ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras.
Página 20 - Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada ; las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara. «¡Ay de mi Alhama!» Descabalga de una muía, y en un caballo cabalga ; por el Zacatín arriba subido se había al Alhambra. « ¡ Ay de mi Alhama ! » Como en el Alhambra estuvo, al mismo punto mandaba que se toquen sus trompetas, sus añafUes de plata.
Página 142 - Salíme al campo, vi que el sol bebía los arroyos del hielo desatados; y del monte quejosos los ganados que con sombras hurtó su luz al día. Entré en mi casa: vi que amancillada de anciana habitación era despojos; mi báculo más corvo y menos fuerte. Vencida de la edad sentí mi espada y no hallé cosa...
Página 229 - DEL PIRATA Con diez cañones por banda, Viento en popa a toda vela No corta el mar, sino vuela Un velero bergantín: Bajel pirata que llaman Por su bravura el Temido, En todo mar conocido Del uno al otro confín. La luna en el mar riela, En la lona gime el viento, Y alza en blando movimiento Olas de plata y azul...
Página 183 - Sí, yo lo juro, venerables sombras; yo lo juro también, y en este instante ya me siento mayor. Dadme una lanza, ceñidme el casco fiero y refulgente; volemos al combate, a la venganza; y el que niegue su pecho a la esperanza hunda en el polvo la cobarde frente.
Página 109 - ... lejos. Ni estoy bien ni mal conmigo, mas dice mi entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo. Entiendo lo que me basta, y solamente no entiendo cómo se sufre a sí mismo un ignorante soberbio.