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bia resuelto armar, teniendo presente que los armamentos ingleses erau cada vez mayores, se aprontasen cuarenta y cinco con el competente número de fragatas y buques menores, para socorrer al rey de España (de mayo á agosto, 1790). Por fortuna las negociaciones acabaron pacíficamente, pero España, agradecida á la Asamblea nacional, no podia ni ostensible ni decorosamente obrar en contra del nuevo régimen de la Francia (1) ̧

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Prosiguen en este reino los excesos de los demagogos; celébrase la gran fiesta nacional de la Confederacion en que se pasa revista á sesenta mil confederados armados; se dá la Constitucion civil del clero; sucede el

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ataque dal castillo de Vincennes, y la conspiraci n de los Caballeros del puñal; progresa la emigracion; propónense leyes contra los emigrados; las cuestiones religiosas, el juramento exigido á los eclesiásticos, la actitud de Roma y de una gran parte del clero fran

sallos, hecho en el puerto de Nootka, situado en la costa N. O. de América, por un oficial que está al servicio del rey, el infrascrito consejero y primer secretario de Estado de S. M., prévia la autorizacion correspondiente, declara á nombre de S. M. y de su órden, que está pronto á dar satisfaccion à S. M. Británica por la injuria de que ha formado queja, persuadido el rey de que la Magestad Británica se conduciria del mismo modo si se hallase en iguales circunstancias. Además ofrece S. M. hacer entregar todos los buques ingleses apresa

dos en Nootka, y resarcir à los interesados en estos navios las pérdidas que se les hayan ocasionado, inmediatamente despues que se haya podido saber á lo que ascienden. Entiéndase que no podrá excluir ni impedir de manera alguna la última disposicion acerca del derecho que S. M. pueda pretender gozar de formar UD establecimiento en el puerto de Nootka-Y para que conste firmo esta declaracion, sellada con el sello de mis armas. Madrid 24 de julio de 1790.-Floridablanca.

Contra-declaracion.

Habiendo declarado S. M. el rey Católico que está pronto á dar satisfaccion de la injuria hecha al rey Británico por la captura de ciertos baques pertenecientes á los vasallos de S. M. en el puerto de Nootka, y habiendo firmado el señor conde de Floridablanca á nombre de S. M. C. y de su orden una declaracion al intento...... el infrascrito embajador extraordinario y ministro plenipotenciario cerca del Rey Católico, prévia autorizacion particular y espresa de su corte, acepta la declaracion espresada, y augura que S. M. B. tendrá dicha declaracion y el cumplimiento de las promesas que comprende por satisfaccion plena entera de la injuria de que S. M. se ha quejado.-El infrascrito declara al mismo tiempo

quedar bien entendido que ni la declaracion dicha firmada por el señor conde de Floridablanca, ni la aceptacion que el infrascrito acaba de hacer á nombre del rey no debe derogar i perjudicar en ninguna manera al derecho que S. M. podrá pretender tener à cua quier estab ecimiento que se haya formado, ó se quisiese fermar en adelante en el espresado puerto de Nootka.-Y para que conste firmo esta contra-declaracion en Madrid à 24 de julio de 1790.-A. Fitcherbert.»

A consecuencia de estas declaraciones el 28 de octubre firmaron ambos ministros en Madrid un convenio de ocho articulos, con que se puso fin à la disputa entre las dos cortes.

cés, atormentan la conciencia del timorato Luis XVI., y este príncipe, que ansioso de salir de la opresion en que se le tenia, habia pasado todo el invierno de 1790 á 1791 concertando con el célebre Mirabeau, convertido al partido de la córte, cómo fugarse de París y recobrar su libertad poniéndose en lugar seguro, en la noche del 20 de junio (1791), cuando ya Mirabeau habia descendido á la tumba (1), emprende en union con toda la familia real aquella malhadada fuga que fué causa de su perdicion, y cuyas consecuencias ni fué posible entonces, ni lo es hoy todavía medir y calcular. Sucede el fatal reconocimiento y el desastroso arresto de los ilustres fugitivos en Varennes, y su forzado regreso á París, acompañados de los comisionados de la Asamblea Latour Maubourg, Barnave y Petion. Por decreto de la Asamblea queda el rey suspendido de sus funciones, puesto bajo la vigilancia de una guardia responsable de su persona, así como la reina y el delfin, sujeto al resultado de una informacion, y como provisionalmente destronado (2).

(1) Este asombroso génio de la revolucion, este hombre extraordinario, portento de elocuencia, y que subyugaba con la mágia de su voz aquella Asamblea y aquella Francia que escandalizaba con sus vicios, murió el 2 de abril de 1791.

(2) Para la entrada de la prófuga familia real en París se habian fijado varios carteles con es

te letrero: El que aplauda al rey será apaleado; el que le insulte será ahorcado. En efecto, su entrada se verificó en medio de un silencio profundo por parte del pueblo, y sin oirse ni insultos ni aplausos.

Es curiosa é interesante la relacion de este regreso y entrada de la familia real en París, y de la actitud de cada uno de los

Sin embargo, y á pesar de lo que iba cundiendo en los ánimos y en una parte de la misma Asamblea la idea de república; á pesar de los esfuerzos de los jacobinos por que se declarase traidor al rey y se le depusiese; no obstante las tumultuosas escenas del Campo de Marte, las imprudentes bravatas de los emigrados, trasladados ya á Coblentza, y la actitud hostil de las potencias de Europa por aquellos provocada, la Asamblea constituyente, que en su mayoría seguia siendo monárquica, se apresuró á terminar la Constitucion y á presentarla á la aceptacion del rey, con el deseo tambien de devolverle por este medio la libertad. Luis XVI. declaró que aceptaba la Constitucion (13 de setiembre, 1791), cuya noticia causó un júbilo extraordinario, y pareció haber reconciliado al rey con su pueblo. El 30 de setiembre dió la Asamblea constituyente por terminadas sus tarcas y sesiones, despues de haber hecho, para dar un testimonio exagerado de su desinterés y patriotismo, la célebre declaracion de que ninguno de sus individuos podria ser reelegido para otra legislatura. Resolucion fatal, que fué causa de que en la Asamblea Legislativa que la sucedió se viera dominar desde el principio un ódio ardiente á la moLarquía.

Distinguiéronse desde luego en esta Asamblea los

personages, y el trato que recibian, dada por el corde de Fernan Nuñez, nuestro embajador en Francia y testigo ocular de to

do, al gobierno de Madrid. Muriel copía el despacho casi integro.

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