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> En otros dos pueblos, assi mesmo, del obispado de la Nueva Cázeres, el qual tiene muchos pueblos vissitas sin ministros, por los muchos que cada día mueren de los clérigos, aún de los recien ordenados para esse efecto-pues sólo en un pueblo, que se llama Paracali, en breue tiempo han muerto quatro, Dios sabe la causa-, se han puesto religiossos interinos que cuyden de los pueblos y sus vissitas; en cuyos montes entró un religiosso a juntar la gente que por sus quebradas bárbaramente viuían, y tanto trabajó, que del trabajo enfermo y en el pueblo más cercano gloriosamente dió su alma a su Criador, muriendo en su seruiçio, en el qual auía viuido, y en el de V. Magestad, procurando agregar aquellas dispersas gentes al gremio de la Yglesia y a vuestra Corona.

> No menos se ostenta la ardiente charidad de los hijos del seraphin Francisco en el cuydado y assistencia de los incurables lázaros en el hospital que extramuros de la ciudad de Manila fabricó la piedad de sus vezinos, a diligencias de los religiossos de esta Prouincia, adonde no sólo se curan sus almas con la administración de los santos Sacramentos, sino tambien sus cuerpos, acudiéndoles con el sustento necesario, que los religiossos buscan de limosnas entre los republicanos y vezinos de esta piadosa y noble ciudad (1); charidad tan singular que á encendido tan poderosa llama en la república que, por fuerza, nos han hecho admitir el hospital Real (2), adonde se cura toda la milicia española, de lo qual lleua instrumentos auténticos el P. Custodio y Procurador General que esta Prouincia embía con sus poderes a España y Roma (3).

> Es empressa más que de mediana proporcion las entradas de los religiossos en los montes de estas Islas, a la reduçion de los indios, assi christianos fugitivos como infieles que en ellos assisten, tanto por la contrariedad de los temples, lo agrio y áspero de las serranías, como por estar tan dispersos, que suelen estar unas casas de otras dos o tres leguas. Los rios, assi mesino, son infinitos y muchos de ellos caudalosisimos. Las pluvias muy continuas.

> En los más de los rios ay un género de animal tan horroroso, que los naturales llaman buaya y los españoles caymán, que se traga un hombre entero, como cada dia sucede. En años passados, en el obispado de la Nueua Cázeres, se tragó uno de estos a un religiosso, si bien se tuvo a especiadisposicion diuina, porque el dia antecedente, estándose bañando, le lleuó el hábito el tal caymán y dixo el religiosso: «Anda con Dios, que mañana me lleuarás a mi», como sucedió (4).

>En la prouincia de Cagayán, administracion de los religiossos de San

(1) Véase Ensayo de una síntesis de los trabajos realizados por las Corporaciones religiosas de Filipinas, por FR. VALENTÍN MARIN, O. P., t. II, págs. 302-13.

(2) MARIN, 1. c., págs. 293-6.

(3) Se refiere al P. Francisco de Santa Catalina.

(1) En el Archivo de Pastrana, Cajón 35, leg. 4, se conserva la vida de este religioso, que se llamaba Fr. Dionisio de San Martin, más unas informaciones mandadas hacer por el P. Provincial acerca de su vida y muerte. Véase también MARTINEZ, Compendio histórico de la Provincia de San Gregorio, lib. I. cap. LXIII. Tanto los citados Mss. como el P. Martínez ponderan la muerte del P. Dionisio, creyendo que tuvo revelación de lo que había de ocurrir con el caimán, Respeto sus apreciaciones, pero a pesar de las muchas virtudes del héroe, no podrá negarse que se puso en peligro de muerte sin necesidad.

to Domingo, iendo embarcado por un rio un religiosso de dicha Religion, se arrojó un caymán a la en:barcacion, y de ella sacó al dicho religiosso y se lo lleuó. Tambien dizen fué especial disposicion de Dios, por ser el religiosso muy de Su Magestad y porque passando por medio de los indios que iban bogando, no dañó a ninguno dellos, y se tiró al religioso. Los indios que cada día se lleuan estos caymanes son muchos.

» La tierra abunda de búfalos, que son mayores y más feroces que los toros de España. Las culebras son tantas, que no ay lugar, tierra ni cassa que no abunde dellas. Alacranes y uivoras se crian muchas, pero no son tan comunes como las culebras.

> En medio de tantos rriesgos y dificultades se arriesgan los religiossos valerosamente a trabajar en la viña del Señor, aún más de lo que sus fuerzas pueden, confiados en las diuinas.

>> Otras tres entradas se están disponiendo, que han de ser, Dios mediante, de gran fruto. La vna en los montes de Pagsabangon, jurisdicion de la prouincia de Tayabas, para donde está señalado religiosso que empiece la empressa. La otra, en los de Taesan, tierra tan dilatada que llega hasta Cagayan, frontera de la gran China, que ensierra en su distrito infinidad de infieles de diferentes naçiones, que a estar en partes más proporcionadas y tener formadas poblazones, fueran muchos pueblos. Y assi ésta como las demás, se les hubiera dado principio, a dar lugar para ello las inquietudes que el demonio á introducido entre el gouierno ecclesiástico y secular de estas Islas, de que V. M. estará noticiado.

» Esto es, señor, algo de lo mucho que, con la ayuda de Dios nuestro Señor y de V. M. trabajan en estos reynos los hijos del seraphin Francisco y vasallos de V. M., a quien humildemente suplicamos y pedimos se digne continuar los fauorables y christianes socorros que siempre vuestra piedad nos á comunicado, y conçeder la Mision que, con el favor de Dios, pedirá y suplicará a V. M. el P. Custodio y Procurador general de esta Provincia de San Gregorio, que en ellas recibiremos singular fauor. Y, assi mesmo, interponer vuestra interçesion con Su Santidad para la causa que por parte de la Religion se sigue en Roma de los santos Mártyres que dichosamente dieron sus vidas por nuestra sancta fee en los reynos de Japon, se sirua concluirla y dar un tan raro y alegre día a estos reynos, como será el de su canonizaçion, que esperamos conseguir con el fauor de V. Magestad y con estos alientos corroborados.

» Y con la abundancia de obreros que esperamos, procurará esta Prouincia desempeñarse de la obligación tan grande en que está empeñada a Dios nuestro Señor y a V. M, a quien en nuestras pobres oraciones y trabajos no toca la menor parte, siendo el primer mobil de los aumentos espirituales y temporales de tantas almas.

> Manila, y Mayo, 30 de 1685 años.

>> Fr. Francisco de San Joseph, ministro prouincial.-Fr. Matheo de la Assumpcion, difinidor.-Fr. Josehp de Jesús, difinidor.-Fr. Juan Baptista Martinez, difinidor.-Fr. Francisco de Santa Catalina, custodio.-Fr. Julián de la Villa, diffinidor. Rubricadas.

Carta de la Audiencia de Manila al Rey, recomendando a la Provincia de San Gregorio para que le conceda nuevos misioneros.-Manila, 12 de Mayo de 1673.-Ms. original del AIS, sig. 68-1-40.

Señor:

>La Prouincia de San Gregorio de los Descalços, de la Regular Obseruancia del señor San Francisco, que en estas Yslas está muy estendida, es grande el fructo que hace con la predicacion del santo Euangelio y singular el exemplo que siempre an dado y dan sus religiosos con su estrecha y religiossa vida, poniendo en todo el afecto espiritual que a su profession toca con singular desvelo, assi en la conserbacion de lo trabaxado, como deseando continuamente (con muchas incomodidades que passan) lleuar esto adelante. En cuya consideracion supplica a V. Magestad esta Audiencia se sirua de conseder lizencia a la dicha Religion para que puedan venir de essos reynos a estas Yslas el número de religiosos que V. Magestad fuere seruida, porque es grande la necessidad y falta que ay dellos, por auerse muerto muchos en sus ministerios, adonde, por la poca sustancia de los mantenimientos y trabaxos grandes que padezen en reduzir a nuestra santa fee cathólica infinitas almas que en aquellas partes no tienen luz de ella; y assi nos vemos obligados a representarlo a V. M., que se sirua de hazerles toda gracia y merced.

» La cathólica guarde a V. M. los mvchos años que la christiandad á menester, con acressentamiento de mayores reynos y señorios.

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> Manuel de Leon.-Francisco de Coloma.-Don Francisco de Montemar y Mansilla.-Doctor Fernando de Escardo. - Doctor Quixano.»-Rubricados.

P. LORENZO PÉREZ.

BIBLIOGRAFIA

1. Blanco Soto, P. Pedro, agustino.-Estudios de bibliografía luliana. Madrid. Imp. de la «Revista de Arch. Bibliotecas y Museos», 1916. Un volumen de 118 págs. de tamaño de 238 × 170 mm.

2. Zarco Cuevas, P. Fr. Julián, religioso agustino escurialense. Documentos para la historia del Monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial. I. Memorias de Fr. Antonio de Villacastín, monje jerónimo de dicho monasterio, publicadas y anotadas por el... Madrid. Imp. Helénica, 1916. Un vol. de xvI-101 págs. de 240 × 170 mm.

1. Conocidos son sobradamente de los estudiosos los trabajos del sabio agustino P. Blanco Soto, referentes a Raimundo Lulio, que vieron la luz pública, años atrás, en La Ciudad de Dios, t. LXXVIII, påg. 319, y t. LXXXI, págs. 60, 132, 223; y además, en el Bolletí de la Societat arqueológica luliana, tomos XII y XIII. Pero comoquiera que de ordinario, documentos así desparramados, no siempre están al alcance de todos, el autor tuvo la feliz idea de publicarlos nuevamente, añadiendo un buen número de documentos tomados de diferentes obras, indicadas fielmente al pie de los mismos, a todo lo cual intitula el autor Estudios de bibliografia luliana,

Entre los documentos publicados por el esclarecido autor en las men. cionadas revistas, y ahora de nuevo y con laudable esmero reproducidos, notamos el Catálogo de las obras de Raimundo Lulio del doctor Arias de Loyola (págs 32-59) y la Memoria de los libros que han venido a noticia del doctor Dimas, del Iluminado Doctor Raimundo Lulio págs. 60-8) Los precedentes documentos están publicados sobre códices de la rica Biblioteca de El Escorial, así como también la interesante, por más de un concepto, Apología del Dr. Dimas de Miguel, desconocida de los mismos lulistas, cuyo titulo exacto reza así: Apologia doctrinae Lullianae Dimae Michaelis, Ein ensis, artium et sacrae paginae doctoris, ad illustrissimum et reverendissimum D. Gasparem de Chiroga, episcopum conchensem et per Hispaniam inquisitorem generalem (pågs. 7-28). Notamos, además, como dignos de tenerse en cuenta, los datos que aporta el erudito autor (págs. 33-5) concernientes a otros Catálogos de obras del Doctor Iluminado, publicados en diversas obras, y que son como el fruto de sus investigaciones.

En los Apéndices 'págs. 78-118) reproduce el P. Soto XXIX documentos de varia indole, tomados en gran parte de la obra de D. Antonio Rubio y Lluch, Documents per l'historia de la cultura catalana mig-eval, Barcelona, 1908. De estos documentos, algunos (I-IX) se refieren al tiempo de

Fr. Nicolás Eymerich; otros (X-XVII) tratan de las Cátedras del Lulismo en las Universidades de Valencia, Palma de Mallorca, Barcelona, Paris y Alcalá de Henares. Los restantes (XVIII-XXV) contienen algunos privilegios de los Reyes de Aragón, de Castilla y de España, en favor de la enseñanza del Lulismo. Por último, los documentos XXVI-XXVIII son los decretos del destierro de Eymerich dados por D. Juan I de Aragón a las autoridades civiles y eclesiásticas de su reino. El autor corona sus Estudios de bibliografia Luliana con tres interesantes trabajos. En el primero (påginas 109-10) con el epigrafe Fuentes para el estudio de Raimundo Lulio, cita, por orden alfabético, diversos tratadistas patrios y extranjeros que se han ocupado en estudios de la vida y obras del B. Raimundo Lulio. En segundo, término, con el titulo de Bibliografia Luliana (págs. 110-4), enumera diversas obras y ediciones que vieron la luz pública en diferentes épocas y localidades. Y bajo la palabra Lulistas (págs. 114 8) agrupa, por orden alfabético, la grande falange de comentaristas que en diversos tiempos y lugares trataron en una o en otra manera de las diferentes obras del Doctor Iluminado.

Pudiera darse el caso de que algún crítico descontentadizo reparara, al ver reproducidos documentos ya impresos y del dominio público, en que los Estudios del docto Agustino carecen de originalidad, al cual seríamos los primeros en contestar que, si bien no reúnen dicha nota, sin embargo no se les puede negar su grande utilidad, simplificando la labor de los estudiosos por el mero,hecho de presentar coleccionados, documentos de tan varia indole, en tan diversas obras diseminados. Ni cabe tampoco tachar la presente obra de incompleta en el sentido estricto de la palabra, pues aunque los documentos relativos a Raimundo Lulio hasta la fecha publicados sean muchos más en número de lo cual da una idea el Catàlech de Documents Lulians de D. Juan Avinyó, en el Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, t. VI (1911-1912), págs. 396 y sigs.-, no puede esto imputarse a ignorancia del autor, sino que no entraba en sus planes elaborar una obra de tales dimensiones. Cierto es, por otra parte, que no todos los tratados que figuran en los Catálogos publicados por el P. Soto bajo el nombre del B. Lulio le pertenecerán de un modo indubitable, pudiéndose afirmar a priori sobre este particular que al Doctor Iluminado le acontecerá, sin duda alguna, cuando se lleve a cabo la edición critica de sus obras, lo que ha acontecido a otros fecundos y celebrados escritores de la Edad Media --por ejemplo, San Buenaventura-, que no todas las obras transmitidas bajo su nombre son oro de buena ley, y los futuros editores de su edición critica se verán precisados a repudiar, en más de un caso, tratados que eran tenidos como genuinos del B. Lulio, sin más motivo que la semejanza de argumento con otras obras indubitables del mismo. Por esta razón, quizá, algún critico de los exigentes hubiera recibido con mayor aplauso ya que el erudito autor intituló su obra con el distintivo de Estudios de bibliografía Luliana- con algunas sobrias anotaciones a cada uno de los tratados contenidos en los mencionados catálogos, distinguiendo los ciertos de los dudosos, y ésto sde los espurios; pero esta ingente labor – justo es reconocerlo – es superior a las fuerzas de un solo hombre, dada la grande producción literaria del Mártir de Randa, y

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